jueves, 27 de diciembre de 2012

¿EL “TESTAMENTO POLÍTICO” DE CHÁVEZ? A LOS PATRIOTAS Y LAS PATRIOTAS DE VENEZUELA

Javier Biardeau R.
¡Al rumor de clarines, guerrero, ocurre el blindado, ocurre veloz, con celosos dragones de acero que guardan la patria que el cielo nos dio… Patria, patria, patria querida, tuyo es mi cielo, tuyo es mi sol, Patria, tuya es mi vida, tuya es mi alma, tuyo es mi amor!
Y en cualquier circunstancias, Nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha victoriosa de esta revolución, construyendo la democracia nueva que aquí esta ordenada (Constitución Nacional) por el pueblo en constituyente, construyendo la vía venezolana al socialismo, con amplia participación, en amplias libertades, que se están demostrando una vez más en esta campaña electoral para gobernadores, con candidaturas por aquí, candidaturas para allá, libertades, en plenas libertades...” (Discurso de Chávez; 9 de diciembre de 2012)
1.- LAS INTRIGAS DE LA SUCESIÓN SON PARTE DE LA AGENDA DE LA DERECHA:
Una aparente polémica (1) se ha desatado a partir de la intervención de Chávez en la noche del día 8 de Diciembre de 2012, destacándose el llamado tema de la “sucesión” en las principales matrices de opinión y dispositivos mass-mediáticos, ante la posibilidad de circunstancias sobrevenidas que imposibiliten que Chávez tome posesión del cargo el día 10 de enero de 2013.
Hemos dejado claro en otro lugar (2) que lo que está en juego en los comentarios de “juristas”, “analistas políticos” y actores de la oposición, nacional e internacional, es cómo se prepara el terreno jurídico para una transición post-Chávez, colocando sobre la mesa los vínculos entre una transición jurídico-constitucional y una supuesta transición política, que incluso vaya mas allá, para devenir en una transición post-chavista o del “régimen bolivariano”. Este ha sido un tema teórico y político reiterado en las agendas internacionales anti-chávez, que se mueve en el trasfondo de la consigna: ¡Chávez, vete ya!.
Lo fundamental entonces, es correlacionar los elementos presentes en el clima de opinión pública, en los procedimientos jurídico-constitucionales para casos de “falta temporal o absoluta” y en las agendas políticas de los actores nacionales e internacionales, para destacar las maniobras tácticas en el campo de batalla que, aparentemente velado por el temperamento navideño, sigue estando muy activo en las actuales circunstancias (3).
2.- SE REACTIVÓ UNA OPERACIÓN DE TRANSICIÓN POLÍTICA SOBRE VENEZUELA:
En síntesis, se está montando una re-activación de la operación de transición política, para ser intensificada en el mes de enero y el año 2013, que conlleva escenarios de des-estabilización y de profundización de contradicciones políticas, sociales, económicas e internacionales, que se condensan fundamentalmente en el asunto de la toma de posesión del cargo para el 10 de diciembre.
Las declaraciones del recién re-electo gobernador de Miranda Henrique Capriles Radonsky, principal aspirante de oposición para un escenario electoral presidencial, plantean interrogantes importantes sobre el tempo político y electoral que se mueve tras bastidores:
“El líder opositor Henrique Capriles acepta la posibilidad de que se postergue la juramentación del mandatario venezolano: Hay que ser en esto muy serio y muy transparente, no pierde la condición de presidente electo una persona que no pueda tomar posesión del cargo el día en que está establecido. Si el presidente de la República no pudiera presentarse el 10 de enero a tomar posesión del cargo ante la Asamblea Nacional en su condición de presidente electo, la propia Constitución tiene las respuestas. Ahí aplicaría inicialmente una falta temporal y después aplicaría lo que establece la Constitución en falta absoluta”.(4)
Lo interesante del planteamiento es que HCR llama a declarar la “falta temporal”, desconociendo que existe un vacío normativo sobre la calificación de “faltas temporales” para los casos de Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión. En términos rigurosos, hasta ahora la Asamblea Nacional sólo ha autorizado la ausencia del territorio nacional del Presidente de la República en ejercicio de sus funciones:
Artículo 235. La ausencia del territorio nacional por parte del Presidente o Presidenta de la República requiere autorización de la Asamblea Nacional o de la Comisión Delegada, cuando se prolongue por un lapso superior a cinco días consecutivos.
Si comparamos los supuestos presentes en la anterior disposición normativa con relación a la regulación de las faltas temporales, podremos analizar las diferencias sustantivas:
Artículo 234. Las faltas temporales del Presidente o Presidenta de la República serán suplidas por el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva hasta por noventa días, prorrogables por decisión de la Asamblea Nacional hasta por noventa días más.
Si una falta temporal se prolonga por más de noventa días consecutivos, la Asamblea Nacional decidirá por mayoría de sus integrantes si debe considerarse que hay falta absoluta.
En el caso de las faltas temporales, se estipulan los plazos que al agotarse dan lugar a una posible declaratoria de falta absoluta, lo cual conlleva inevitablemente la celebración de nuevas elecciones presidenciales, más aún si se trata de la falta absoluta de un Presidente o Presidenta electa antes de tomar posesión:
Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional.” (Art-233 CRBV)
3.- SOBRE EL HORIZONTE REVOLOTEA LA VIEJA TESIS DEL “VACÍO DE PODER”:
El asunto es harto complicado, pues si Chávez no asume el 10 de enero, no hay certeza ni unanimidad de criterios sobre si se trata de la ausencia del territorio nacional de un presidente electo por “motivo sobrevenido”, de una “falta temporal” o de una “falta absoluta”. Este tema si llegara a presentarse en los hechos, será posiblemente resuelto por la jurisdicción constitucional venezolana.
El debate entre juristas de oposición no solo no ha aclarado el panorama sino que ha enredado los argumentos, mientras que la posición oficial asumida por voceros de la revolución bolivariana ha dejado claramente establecido que Chávez no está obligado a presentarse el 10 de enero ante la AN para tomar juramento, pues lo establecido en el artículo 231 se deja las puertas abiertas para otras salidas igualmente legales:
Artículo 231. El candidato elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia.
Queda claro que el 10 de enero de 2013 termina el período para el cual fue electo como Presidente Hugo Chávez Frías el 3 de diciembre de 2006, y ese mismo día comienza el nuevo período presidencial, relativo a la elección del 7 de Octubre de 2012.
El asunto de la recuperación post-operatoria de Chávez ha abierto un sin número de especulaciones-escenarios tanto interesados como sesgados. Pero llama la atención, que los mismos escenarios han abierto un espacio de posibilidad para la puesta en práctica de las más añejas estratagemas de intriga, de “divide y vencerás”, de “manipulación, sub-información y desinformación” para afectos de obtener ventaja política de las circunstancias.
El tema de la “falta absoluta” requiere en este caso que se certifique la incapacidad física o mental permanente, presente en los supuestos del artículo 233, pues la calificación de una falta temporal depende de la AN, quien hasta ahora en términos mayoritarios se ha negado a esta decisión. Pareciera una estupidez, pero la AN tiene que constatar que Chavez no se puede juramentar ese día para pasar al segundo supuesto: Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia.
Los problemas surgirían ante la negativa de agotar esta posibilidad, pues si no pudiera juramentarse en ninguna de las circunstancias anteriores, la AN tendría que pasar a debatir y calificar la ausencia del Presidente electo que no puede juramentarse. El asunto implica de entrada la posibilidad de calificar la falta como absoluta, con la consecuencia de pasar a convocar elecciones en 30 días y asumiendo el cargo de Presidente temporalmente el presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional. Pero, ¿Quiénes serían los miembros del gabinete de transición?, pues allí no cabe la posibilidad de que el Vicepresidente Ejecutivo sea Nicolas Maduro, si pretende ser candidato del PSUV y del GPP. No especularemos sobre otros supuestos, pues hay que esperar con certeza lo que ocurra a partir de enero de 2013.
Sin embargo, el mayor peligro de la situación es que, como decimos en criollo, la oposición espera como “caimán en boca´e caño” para pasar a jugar la carta del “vacío de poder”, intentando desconocer los resultados del 7 de octubre y que ya existe un Presidente electo.
Recordemos además, que los juristas de oposición señalan que: "No podrá ser elegido Presidente o Presidenta de la República quien esté en ejercicio del cargo de Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidente Ejecutiva..." (art. 229). De modo que sería una burla a la Constitución que, ante la falta de toma de posesión del Presidente electo, quien ejercía la Vicepresidencia en el período anterior pase a ser Presidente interino en el período siguiente, y pueda, en su nueva condición de Presidente, optar a la elección presidencial”. (Manuel Rachadell dixit)
Además las voces opositoras han señalado hasta el cansancio que “si el 10 de enero de 2013, cuando se inicia un nuevo período presidencial, el Presidente electo no se juramenta para ejercer sus funciones, no puede encargarse el Vicepresidente Ejecutivo del período anterior, porque su nombramiento ha caducado, y el actual Presidente electo del período 2007-2013 no puede decidir sobre el funcionario que deba sustituirlo temporalmente en el período siguiente, porque sus poderes jurídicos han cesado con respecto al período que terminó y no ha renovado sus facultades constitucionales porque no ha asumido el cargo para el cual fue reelecto”. De allí que afirman que si el Presidente electo de la República no asume sus funciones el 10 del próximo mes de enero, sin que se haya dado ninguno de los supuestos de la falta absoluta, aún así la interinaría le corresponde al Presidente de la Asamblea Nacional.
Sin duda, la situación es compleja aunque no es irresoluble. Lo fundamental, sin embargo, no son los aspectos exclusivamente jurídico-constitucionales sino sus aristas relacionadas con el proceso político.
Aunque HCR pareciera marcar distancia con las opiniones expresadas por la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que señaló tajantemente que la posesión del 10 de enero es impostergable y que ante una ausencia de Chávez en esa fecha habría que declarar su “ausencia absoluta”, no deja de despertar suspicacias que hable de una declaratoria de “falta temporal” sin que esta norma aparezca en la Constitución de 1999.
Lo que gira en la cabeza de los actores opositores es como pasar a la retórica política del “vacío de poder” o presionar para una convocatoria a nuevas elecciones presidenciales en las mejores condiciones de oportunidad política para acumular fuerzas para derrotar a Nicolás Maduro como candidatura de la Revolución Bolivariana.
De allí que desde el 9 de diciembre, los partidos, los movimientos y las corrientes populares, revolucionarias y bolivarianas tienen que clarificar sus criterios de apoyo irrevocable a esta candidatura, a menos que deseen crear una severa fractura política en la coalición bolivariana, desconociendo la voluntad de Chávez.
Ahora bien, esto implica manejar en detalle que las palabras de Chávez son sólo una manifestación explícita de voluntad, pero que pueden ser recepcionadas de modos bastante disimiles en el campo bolivariano. Allí se levanta un riesgo y una oportunidad para la derecha, que tratará de aprovechar cualquier fisura para colar su estrategia de “divide y vencerás”.
El abogado de Globovisión Ricardo Antela dijo que hay un solo supuesto que permitiría un aplazamiento de la toma de posesión: “Si para el 10 se tuviera una certeza médica, expuesta públicamente y avalada por la Asamblea Nacional, de que el presidente se va a recuperar y se determinara una nueva fecha”. Es decir, comienza la presión por una suerte de certificación medica de que Chávez no está ni mental ni físicamente inhabilitado de manera permanente.
Lo medular del problema sigue siendo una supuesta transición política luego de los resultados electorales del 7 de octubre, resultados que ratificaron por una clara y suficiente mayoría a la opción encarnada por Chávez: la continuidad y profundización de la Revolución Bolivariana.
4.- LE OFRECEN UNA VENTANA DE OPORTUNIDAD AL CHAVISMO SIN CHAVEZ:
Incluso, la oposición más emblemática, practica una suerte de chantaje subrepticio sobre la alta dirección política del campo bolivariano en el que caerán, aquellos que Mariátegui llamó: “reformistas mediocres, socialistas domesticados y demócratas fariseos”, ya que insiste en ofrecer una “salida de emergencia” a los dirigentes que claudiquen a sus años de lucha, sacrificio y acumulación de fuerzas: una “muy pequeña posibilidad de crear un diálogo constructivo entre el PSUV y la oposición”, si y sólo si respeta las condiciones de lectura que hace la oposición sobre la realidad nacional; es decir, calificar el proceso bolivariano como una autocracia con mascaradas electorales y seudo-democráticas, para pasar a “respetar los principios fundamentales de toda democracia: pluralismo político, alternancia republicana, independencia de los poderes públicos y libertad de opinión”.
La oposición maneja con sutileza el guión de las democracias tuteladas por el Pentagonismo, independientemente si son gestiones “republicanas” o “demócratas” las que controlan el Departamento de Estado en Washington. Lo que actualmente llaman la “agenda Obama de las libertades”. Se llama, entonces, a un diálogo a espaldas del pueblo venezolano, una suerte de “Pacto de Nueva York” que selló el destino de la lucha luego del 23 de enero de 1958, que tendrá obviamente sus incluidos y excluidos con en aquel momento. Como ha señaldo el Ex Ministro de Defensa Fernando Ochoa Antich: “De lograrse el “dialogo”, el PSUV podría transformarse en un gran partido que, al lado de otras fuerzas políticas, se alternara pacíficamente en el poder”.
En fin, colocaría a toda la dirigencia política del PSUV, a todo su gabinete ministerial, a todo la estructura de dirección política e institucional en una situación dilemática: o continuar el rumbo trazado por Chávez y el pueblo para transitar en la dirección de un socialismo democrático a la venezolana, con amplias libertades pero sin concesiones a la derecha nacional o internacional; o ser fieles a las restricciones selectivas del guión liberal-democrático para reciclar el PSUV y el Gran Polo Patriótico en una izquierda domesticada, ahora a la derecha del llamado testamento programático de Chávez.
5.- NACIONALISMO POPULAR DE IZQUIERDA CONTRA LAS SUPUESTAS “ALAS IDEOLÓGICAS” DEL CHAVISMO:
El asunto no si Nicolás Maduro o Diosdado Cabello representan “alas ideológicas” distintas dentro de la dirección estratégica del campo bolivariano (esta es una preocupación que pudiera dar a otras opciones, como aquella que plantean que ambos representan lo mismo en términos de concepción ideológica), sino si la estructura de representación y conducción política de la revolución bolivariana en su conjunto, tienen convicciones, formación y coraje suficiente para abordar el espinoso asunto de la transición socialista, desde una base programática claramente establecida en el discurso de Chávez: Nacionalismo Popular de Izquierda, crítica abierto del neoliberalismo, del capitalismo y de la democracia representativa.
De allí que en el actual debate, tiende a desdibujarse, creo deliberadamente, el asunto ideológico y programático para concentrarlo en la “personalización del poder”, en quién sería el “sucesor político” de Chávez, para efectivamente yugular el proceso de cambios que se insinúan en el Plan “Independencia y Patria socialista”. De manera que la problemática de la sucesión política, es una problemática trazada por los registros de significación de la agenda de la derecha nacional e internacional.
En el mal-llamado “testamento político de Chávez” se menciona claramente que de no ser Chávez la figura que encarne la dirección del proceso, por circunstancias sobrevenidas que lo inhabiliten para ejercer el cargo, debe prestarse todo el apoyo irrestricto a la figura de Nicolas Maduro, pero agregando una coletilla que no es nada despreciable: “dirigiendo junto al pueblo siempre, y subordinado a los intereses del pueblo, los destinos de esta patría”.
Es ese el deseo de Chávez, que para algunos mistificadores del cesarismo progresivo constituiría una orden o de estricto cumplimiento. Pero ha sucedido que en las sociedades y en la historia, los actos intencionales no siempre conducen a las consecuencias deseadas. De allí que hay que tomar precauciones adicionales.
6.- CHAVEZ NO HA ENTREGADO UN “CHEQUE EN BLANCO”: LA REVOLUCIÓN NO SE NEGOCIA.
Chávez no entregó un “cheque en blanco” político a Nicolás Maduro, aunque ciertamente lo señaló de manera irrevocable y absoluta como “sucesor”, sino que lo sometió al poder obediencial: mandar obedeciendo al pueblo; es decir, “junto al pueblo y subordinado a los intereses del pueblo”. Esa es la lectura revolucionaria de la situación y lo que traduce una lectura rigurosa de las palabras de Chávez. De hecho, el discurso oral de Chávez no da para malos entendidos de orden “personalista” de ninguna naturaleza:
Y en cualquier circunstancias, Nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha victoriosa de esta revolución, construyendo la democracia nueva que aquí esta ordenada (Constitución Nacional) por el pueblo en constituyente, construyendo la vía venezolana al socialismo, con amplia participación, en amplias libertades, que se están demostrando una vez más en esta campaña electoral para gobernadores, con candidaturas por aquí, candidaturas para allá, libertades, en plenas libertades...
Es decir, que mientras la oposición hace cálculos para bloquear la transición al socialismo (desde la democracia participativa de alta intensidad), sectores de izquierda del chavismo han caído en la trampa y en la agenda de la “personalización del poder”, sin comprender que el asunto del “liderazgo colectivo” fue enfatizado por el mismo Chávez en varias oportunidades, pues planteó que “la revolución no depende de un hombre, que ésta ha pasado por etapas y que existe un liderazgo colectivo desplegado en la gran corriente bolivariana que en Venezuela se desató”.
Y si del término socialismo se tratara, cabe recordar lo siguiente: Chávez dice claramente “vía venezolana al Socialismo”. Sin duda, los términos ideológicos más importantes en el discurso de Chávez fueron el “Nacionalismo Bolivariano”, ratificados en la comprensión de la idea de patria, de unidad nacional-popular y de unidad cívico militar, pero en ningún caso quedó desdibujada la democracia participativa ni el poder constituyente originario que dio paso al espíritu progresivo de la Constitución vigente, ni una figura de Socialismo consustanciado con el máximo despliegue de las libertades, lo cual despeja todas las dudas sobre posibles desviaciones personalistas del poder, o sobre inclinaciones reformistas o derechistas en el seno de la revolución bolivariana.
De manera que la oferta de la oposición, de llevar a la dirección del PSUV al cadalso de la “democracia tutelada” o de algunas voces en el campo bolivariano, de suponer que se ha abierto la vía para una autocracia por “delegación de poder”, debe ser cuestionada y desmontada radicalmente.
7.- LA CLAVE DEL ASUNTO ES LA UNIDAD PATRIÓTICA CON AGENDA DE PROFUNDIZACIÓN HEGEMÓNICA DE LA REVOLUCIÓN:
La clave del asunto es garantizar la unidad nacional, popular y revolucionaria, sin otorgarle concesiones a una usurpación del poder de ninguna naturaleza y menos en clave de apropiación del “testamento político” de Chávez. Sin necesidad de sembrar intrigas, ni de meter cizaña, corrigiendo errores a tiempo, junto a las corrientes populares bolivarianas y revolucionarias es posible tramitar la compleja situación actual sin darle oportunidad para avanzar a los adversarios y enemigos de la revolución bolivariana.
Sobre los hombros de Nicolás Maduro, en los peores escenarios que ha planteado Chávez (de no poder continuar en el cargo de Presidente), reposa una responsabilidad histórica de insondables consecuencias:
a) las palabras de Chávez sobre sus cualidades como dirigente, lo que debe ser ratificado en obras, palabras y acciones cotidianamente;
b) el dirigir políticamente junto al pueblo y subordinado a los intereses del pueblo, lo cual lo coloca en la responsabilidad de hacer efectiva la democracia participativa, el protagonismo popular e incluso continuar reforzando el “liderazgo colectivo” que reconoce el Presidente Chávez, cuando habla de “patriotas” y de “Patria”.
De manera que Nicolás Maduro debe colocarle un cerrojo a la posibilidad de la restauración punto-fijista, o evitar meter el término socialista en el cajón de los anatemas, cuidándose además de abrirle las compuertas a una opción reformista-desarrollista en el seno de las fuerzas bolivarianas, inclinadas ya sea a una defensa subrepticia del neoliberalismo, del capitalismo (en cualquiera de sus variantes) o de la democracia representativa, incluso presionado no sólo por Washington sino por una derecha más inteligente que se mueve en el eje de UNASUR, ya sea o no tutelada por Washington o restringida en sus planteamientos de reformas profundas y radicales, como las fuerzas identificadas por Mariátegui como: reformistas mediocres, socialistas domesticados o demócratas fariseos. Si no fuese así, estaríamos ante una inevitable transición política no sólo post-Chávez, sino post-Chavista y post-Bolivariana.
8.- HAY UN ESCENARIO: CHÁVEZ TOMA POSESIÓN DEL CARGO EN EL 2013.
De manera que considero que lo mejor en las actuales circunstancias no es esperar que Nicolás Maduro nos demuestre en la práctica que este cerrojo está garantizado, sino explotar la más diminuta posibilidad, dada la evolución de las condiciones de salud del actual Presidente, para que tome posesión efectiva el 10 de enero o en los más próximos días posteriores a esta fecha.
Considero que este acontecimiento generaría un impacto de largo alcance y profundidad, pues sellaría definitivamente la imagen y discurso de un Chávez políticamente victorioso, un Chávez políticamente triunfante, un líder que enfrentó y superó innumerables dificultades, que además dejó un legado: un guión revolucionario abierto y activo, y no sólo convertirse en objeto de nostalgia y melancolía.
Todavía considero que la decisión de Chávez anunciada el día 9 de diciembre no constituye su “testamento político”, además de ser inoportuno pues sobre este caen las más diversas “aves de rapiña” para extraer particulares ventajas políticas.
Que Chávez asuma, así sea provisionalmente, el cargo de Presidente, sería un acto de poder que trascendería el tiempo y marcaría impensables consecuencias para la revolución bolivariana, pues se trataría de su continuidad y profundización como hegemonía popular y democrática-radical, además que permitiría sellar cualquier “canto de sirena” hacia factores internos en el seno del “chavismo”, que andan (de acuerdo a un análisis crítico del discurso y de las acciones), en un solapado juego de negociaciones con factores de la oposición y la derecha a cambio de impunidad o sobrevivencia política en una posible transición post-bolivariana.
He planteado que mientras la derecha hace cálculos estratégicos y certeras operaciones de maniobra táctica con “voluntad de poder”, la izquierda se distrae y pone rezandera, apostando a “milagros trascendentales”, cuando el milagro político es colocar en la escena a la movilización permanente de la multitud plebeya y del bloque popular revolucionario.
9.- RESPETAR A LOS QUE REZAN, PERO MUCHO MAS A QUIENES LUCHAN:
El asunto, ciertamente, es rezar para los que tienen profundas y legitimas convicciones religiosas o espirituales, pero también es luchar, porque hay razones para sospechar que la rezadera no impidió ni las sangrientas Dictaduras de Seguridad Nacional en Nuestra América, ni tampoco los más encarnizados esfuerzos de represión contra el movimiento popular (en todas sus expresiones organizadas) en aquellas democracias liberales que gozan o gozaron del beneplácito de Washington.
De manera que dos situaciones pueden ocurrir de aquí al 10 de enero y hay que prepararse de manera responsable: que se produzca la falta absoluta del Presidente electo; o en segundo lugar, que el Presidente electo se encuentre imposibilitado de acudir al acto de juramentación del cargo para el nuevo período, sin que se haya producido o declarado la falta absoluta. Sin embargo, allí aparece la posibilidad de juramentarse sin fecha definida ante el TSJ.
10.- CUIDAR LA VIDA E IMAGEN DE NICOLAS MADURO ANTE CUALQUIER ESCENARIO (que las diferencias no pongan en riesgo la unidad patriótica) :
Ya ha quedado suficientemente claro que entre los posibles sucesores políticos de Chávez, será Maduro el que cuenta con la opinión favorable de Chávez; y la oposición internacional ha tratado de generar además de las intrigas Cabello-Maduro, como expresión de un conflicto cívico-militar latente, toda una campaña negativa para desacreditarlos como “personajes más radicales aún que Hugo Chávez”; es decir, que plantean imponer a rajatabla la revolución y el socialismo del siglo XXI, hecho que no puede conducir sino a la violencia, pues se trata del intento de imponer un proyecto a “la mitad del país” (Ochoa Antich dixit). Según estos voceros, “impedido Hugo Chávez de continuar al frente de sus funciones, sus herederos serán incapaces de mantener la unidad interna y preservar la empatía que Chávez tiene con los sectores populares”.
Claramente se apuesta no a una “crisis de gobierno”, sino a una más profunda “crisis del régimen chavista”, perfilándose en el discurso una tendencia hacia “un enfrentamiento nacional” que nos lleva a los peores escenarios pintados previamente a las elecciones del 7-O, como los del International Crisis Group (ICG).
De tal manera, las fuerzas políticas y sociales, las corrientes bolivarianas y revolucionarias, los sectores de izquierda que apoyan la revolución bolivariana no pueden ni deben repetir la historia de los errores y la tragedia de las equivocaciones que han marcado la historia de la izquierda en Venezuela.
11.- DISTANCIARSE DE LA TRAGEDIA DE EQUIVOCACIONES DE LA “VOZ ÚNICA” DE LA IZQUIERDA VENEZOLANA:
Debe traerse a la memoria de la izquierda las fechas de sus desaciertos: desde 1936 hasta el 23 de enero de 1958, pasando por la derrota de la lucha armada contra Betancourt-Leoni, hasta llegar al micro-caudillismo divisionista, las secuelas del sectarismo y el dogmatismo, sus cohabitación, transformismo y cooptación por Carlos Andrés Pérez y Caldera, hasta su carencia endémica de auto-reflexión crítica en cuestiones organizativas, ideológicas, programáticas, estratégicas y tácticas.
Fueron el 27 de febrero de 1989 y la rebelión militar bolivariana (4-F y 27-N) los eventos que marcaron una nueva posibilidad de reagrupamiento y de recuperación de un archipiélago de izquierdas revolucionarias en estado lamentable.
El resto de las izquierdas bien-pensantes (socialdemócratas reformistas) habían sido reconvertidas y recicladas como izquierdas liberal-reformistas, como cuadros menores del llamado “punto-fijismo”. En el mejor de los casos, esa izquierda fungía como posible “ala reformista de la ecuación política del llamado pacto de punto-fijismo, pero fracasaron en su empeño de “hacer reformas desde dentro”.
De allí, que en el caso venezolano, las trayectorias ideológicas y políticas de las “personalidades de izquierda” sea un permanente cuadro de oscilaciones políticas, de oportunismos sinvergüenzas, de delaciones sin consecuencias, de traiciones a la carta, de descomposición de principios éticos y políticos, de agotamiento de cualquier signo de auctoritas y credibilidad. Obviamente hay excepciones ejemplares, pero lo que se olfatea en el pantano del archipiélago de izquierdas son los signos de todas las derrotas.
No fue casual entonces, que apareciera fuera de sus coordenadas mentales y expectativas políticas, una “rebelión militar bolivariana”, que la vieja izquierda trata de encasillar en los viejos fascismos, en el folkclore nacionalista, cuando no en un revival de cierta adequidad radicalizada en el trienio. De manera, que lo peor que puede ocurrir, ante nuevos acontecimientos por venir es orientarse exclusivamente con los archivos teóricos y el sistema de referencias de esa vieja izquierda en ruinas.
Obviamente, hay que consultar sus fuentes, pero no como orientaciones inapelables ni nada parecido. Podríamos decir que la situación de la salud Chávez complica aún más el panorama que Gramsci perfilaba cuando decía que lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer. De allí la importancia de seguir atentamente las palabras de Chávez el día 9 de diciembre para repensar sus consecuencias.
12.- LO QUE DIJO CHÁVEZ NO PUEDE SER BORRADO POR LOS DISPOSITIVOS MEDIÁTICOS:
En transmisión pública de Chávez en la noche del día 8 de diciembre de 2012, reseñada por los medios el día siguiente, el Presidente aparece acompañado de parte de su equipo político de alto nivel: Almirante Molero, Ricardo Menendez, Jorge Arreaza, Rafael Ramirez, Jorge Giordani, Nicolas Maduro, Diosdado Cabello y Yadira Córdova, entre otras personas, para informar sobre su situación de salud y las implicaciones políticas de la misma.
Chávez inscribe y asume su candidatura a la Presidencia de la República a partir de evaluaciones que indicaron una recuperación sostenida de la salud a partir del tratamiento de radioterapia en Mayo.
Chávez plantea que la revolución no depende de un hombre, que ésta ha pasado por etapas y que existe un liderazgo colectivo desplegado en la gran corriente bolivariana que en Venezuela se desató.
Chávez verifica el liderazgo colectivo en la campaña de elecciones para las gobernaciones y está seguro que se escribirá otra pagina grandiosa el 16 de diciembre: fervor organizativo, participativo, altura de debate, propuestas.
Chávez verifica el cierre de ciclos en la acción de gobierno para asegurar pago de aguinaldos y bonificaciones a los trabajadores y trabajadoras, señalando que ademas del fervor político hay un fervor familiar y navideño desatado por todas partes, refiriéndose a la marcha de los proyectos fundamentales del gobierno: misión Gran Vivienda Venezuela, el tema económico, el ingreso a Mercosur, constando la buena marcha de la gestión junto con las inspecciones para tomar medidas correctivas para la marcha de las políticas a tiempo con mano firme y orientadora.
Chávez menciona las actividades de gira y campaña electoral, así como las intensas acciones de gobierno, expresando el gran esfuerzo realizado para conquistar la gran victoria del 7 de octubre, comentando que al finalizar la misma y al repetirse los exámenes todo indicaba que el tratamiento salió bien, pero señaló la presencia de la inflamación y dolor en una zona que es muy sensible, reduciendo desde allí sus apariciones públicas, y planteando que como recomendación médica requería someterse a tratamiento hiperbárico para acelerar la recuperación solicitando a la AN el 27 de noviembre su -ausencia del país.
Chávez comenta que dada la presencia de ciertas molestias y síntomas se decidió con el equipo médico en Cuba adelantar exámenes para una nueva revisión exhaustiva y lamentablemente surge la presencia en la misma área afectada de algunas células malignas nuevamente. Se decide revisar el diagnóstico, la evolución del tratamiento, consultar expertos y se decidido como medida absolutamente necesario e imprescindible una nueva intervención quirúrgica.
Chávez, ante la premura de la inminente intervención quirúrgica, decide viajar a Venezuela para comunicar la situación al país y culminar algunas acciones de gobierno, destacando la importancia de alianzas estratégicas internacionales de la revolución que se desató en América Latina. Sin embargo, comenta que los dolores son de alguna importancia y que se abre una fase pre-operatoria para retornar a la Habana solicitando la autorización a la soberana AN de un nuevo permiso para ausentarse del país con el objetivo de la nueva intervención quirúrgica.
Chávez menciona que se enfrenta a una nueva batalla, y que “con el favor de Dios, como en las ocasiones anteriores saldremos victoriosos y saldremos adelante”, comenta que tiene plena fe, que está aferrado a Cristo, y dice que “uno siempre ha vivido de milagro en milagro”, que se llego al 4 de febrero como de milagro, “después de tantos años, de ires y venires” recordó los días de teniente y las reuniones hace 26 años para impulsar los acontecimientos del 4 de febrero, del 27 de noviembre, luego llegar a la casa del pueblo, el 11-2-13 de abril, todo esto fue como un milagro y Chávez expresa que se aferra a estos milagros.
Chávez plantea que en todo caso, a pesar que todo se planifica bien para los detalles de esta “nueva batalla”, reconoce que hay riesgos en toda “operación de este tipo y contra este mal” implica un riesgo innegable.
Chávez plantea expresamente que “tenemos la dicha (citando al Almirante Molero), que “tenemos Patria hoy, Venezuela ya hoy no es la misma de hace 20 años, de hace 40 años, tenemos un pueblo, tenemos una fuerza armada, la unidad nacional. Si en algo debo insistir en este nuevo escenario, en esta nueva batalla, en este nuevo trance - diría un llanero por allá – es en fortalecer la unidad nacional, la unidad de todas las fuerzas populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de toda la fuerza armada – mis queridos soldados, camaradas, compañeros -, la unidad del ejército, mi ejército, mi amado ejército, ah, el ejército, la marina, mi amada marina. Digo esto porque, bueno, los adversarios, los enemigos del país no descansan ni descansarán en la intriga, en tratar de dividir y sobretodo aprovechando, ¿no?, circunstancias como esta, pues. Y entonces, ¿Cuál es nuestra respuesta? Unidad, Unidad y más Unidad, esa debe ser nuestra divisa, mi amada Fuerza Aérea, mi amada Guardia Nacional, mi amada Milicia, la Unidad, la Unidad, la Unidad. El Partido Socialista Unido de Venezuela, los partidos aliados, el Gran Polo Patriótico, las corrientes populares revolucionarias, las corrientes nacionalistas, Unidad, Unidad, Unidad, Unidad…Unidad. Decía Bolívar: ¡Unámonos o la anarquía nos devorará!. Sólo la unidad nos falta, dijo después o antes, para completar la obra de nuestra regeneración.”
Chávez plantea que “al respecto y como esta previsto en la Constitución”, una vez que se le autorice salir del país, el Vicepresidente Nicolás Maduro: “un hombre, un revolucionario a carta cabal, un hombre de una gran experiencia a pesar de su juventud, de una gran dedicación al trabajo, una gran capacidad para el trabajo, para la conducción de grupos, para manejar las situaciones más difíciles, lo he visto, lo hemos visto, ¿Cuantos años tiene tu de Canciller Nicolás? 6 años y tres meses, ¿Cuánto, cuanto, en cuantas situaciones, en cuantas circunstancias hemos visto, y yo en lo personal, a Nicolás acompañarme en esta difícil tarea, allí y en distintos frentes de batalla. Pues el queda al frente de la Vicepresidencia Ejecutiva de la República, como siempre hemos hecho, en permanente contacto, pero yo quiero decir algo, aunque suene duro…
Chávez entra a analizar los escenarios más complicados y difíciles: “Yo quiero y debo decirlo. Si como dice la Constitución, si se presentara alguna circunstancia sobrevenida que a mi me inhabilite, oígaseme bién, para continuar al frente de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, bien sea para terminar los pocos días que quedan, ¿Cuántos?, Un mes, y sobretodo para asumir el nuevo período para el cual fui electo por ustedes, por la gran mayoría de ustedes, si algo ocurriera, repito, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir como manda la Constitución el período, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar, como manda la Constitución de nuevo, a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón.
Chávez continúa enumerando la cualidades de Nicolás Maduro: “es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar, si es que yo no pudiera, Dios sabe lo que hace, si es que yo no pudiera, continuar con su mano firme, con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo, con su don de gente, con su inteligencia, con el reconocimiento internacional que se ha ganado, con su liderazgo al frente de la Presidencia de la República dirigiendo junto al pueblo siempre, y subordinado a los intereses del pueblo, los destinos de esta patría.”
Chávez expresó además que “algunos compañeros me decían que no hacia falta, habían opinado en estas ultimas horas que no hacia falta decir esto, pero en verdad, yo he podido desde La Habana decir casi todas las cosas que he dicho esta noche, en esta media hora casi, pero yo creo que lo más importante, lo que desde mi alma, desde mi corazón me dicta la consciencia, de lo más importante, o de lo más importante que yo vine aquí, haciendo el esfuerzo del viaje para retornar mañana una vez se me conceda el permiso ha sido esto Nicolás, de lo más importante, de los más importante …
Chávez pasó a considerar aspectos programáticos: “Y en cualquier circunstancias, Nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha victoriosa de esta revolución, construyendo la democracia nueva que aquí esta ordenada (Constitución Nacional) por el pueblo en constituyente, construyendo la vía venezolana al socialismo, con amplia participación, en amplias libertades, que se están demostrando una vez más en esta campaña electoral para gobernadores, con candidaturas por aquí, candidaturas para allá, libertades, en plenas libertades…
Chávez además aclaró: “en el marco de este mensaje que por supuesto jamás hubiese querido transmitirle a ustedes porque me da mucho dolor en verdad que esta situación cause dolor, cause angustia a millones de ustedes pues, que hemos venido conformando una sólida, un solo ente, pero como decíamos y decimos ya en verdad Chávez no éste ser humano solamente, Chávez es un gran colectivo, como decía el slogan de la campaña: Chávez, corazón del pueblo, y el pueblo está aquí en el corazón de Chávez. Y menos aún estos días de navidad, pero bueno, así son las circunstancias de la vida. Yo, sin embargo, aferrado a Cristo, aferrado a mi señor, aferrado a la esperanza y a la fe, espero, así lo pido a Dios, darles buenas noticias en los próximos días y que podamos juntos seguir construyendo lo que ahora si tenemos pero que debemos seguirlo construyendo, tenemos patria, tenemos una patria. ¿Cuánto costó, cuanto costó recuperarla, revivirla, levantarnos con ella, entre dolores, pesares, recordemos cuanto ha costado, cuanto nos ha costado a millones?, ehhh, nunca olvidaré o mejor dicho, recuerdo en este momento aquella frase de Simón Bolívar, el Padre Bolívar, cuando en los últimos días de su batalla física en este mundo le decía a Urdaneta, al General Urdaneta, “yo no tengo patria a la cual seguir haciendo el sacrifico”, ve y lo echaron, y lo vilipendiaron, y lo vejaron, ¡Mis enemigos me quitaron la patria¡, dijo. Hoy, ahhhh, gracias a Dios, Padre Bolívar, ¿Cuán distinta es la situación para todos nosotros, hombres y mujeres? Hoy si tenemos Patria, es la tuya Bolívar, es la que tu comenzaste a labrar, a labrar junto a millones de hombres y mujeres hace 200 años; y antes habían comenzado también a labrarla, hoy es Día de Guaicapuro, nuestros hermanos aborígenes en su lucha, en su resistencia, 500 años de lucha, hoy por fin después de tanta lucha, tenemos patrio a la cual seguir haciendo el sacrifico.
Chávez profundiza el llamado: “Desde mi corazón de patriota, reitero mi llamado a todos los patriotas de Venezuela. Y a todas las patriotas de Venezuela. Porque bueno somos revolucionarios, somos socialistas, somos humanos, somos muchas cosas, pero en esencia, patriotas, patriotas y cada vez que yo hablo del patriota, recuerdo aquella canción, vieja canción de los soldados tanquistas de Venezuela que aprendí de casi niño todavía y aquí la llevo en el alma, ehh: ¡Al rumor de clarines, guerrero, ocurre el blindado, ocurre veloz, con celosos dragones de acero que guardan la patria que el cielo nos dio… Patria, patria, patria querida, tuyo es mi cielo, tuyo es mi sol, Patria, tuya es mi vida, tuya es mi alma, tuyo es mi amor!”.
Chávez centra el discurso sobre el valor de la Patria: “Tuya Patria, la Patria, hoy tenemos Patria, y pase lo que pase, en cualquier circunstancia, seguiremos teniendo Patria. Patria perpetua dijo Borges, Patria para siempre, Patria para nuestros hijos, Patria para nuestra hijas, Patria, Patria, la Patria. Patriotas de Venezuela, hombres y mujeres, rodilla en tierra, Unidad, Unidad, Unidad de los patriotas. No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para, ehh, bueno, mantener su empeño, ehh, de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria, No, No podrán. Ante estas circunstancias de nuevas dificultades, del tamaño que fueren, la respuesta de todos y de todas las patriotas, los revolucionarias, los que sentimos a la patria hasta en las visceras, como díría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria.”
Chávez se dirigió a Nicolás maduro y sobre la espada de Bolívar dijo: “Nicolás, allí esta la espada de Bolívar. A ver si la pueden traer, ehh. La espada de Bolívar, la espada del Perú, la que le dieron a Bolívar en el Perú, 1824. Bueno, delante de esa espada juramos, ehh, delante de esa espada juramos, delante de esta bandera, juramos… delante de Dios, delante de nuestro pueblo.”
Chavez finalizó diciendo: “Estaremos muy pendientes y pido todo el apoyo, todo el apoyo del pueblo y de todas las corrientes, y de todos los sectores de la vida nacional, de los patriotas de Venezuela, civiles, militares, hombres, mujeres, ehh, en estas circunstancias, todo el apoyo, bueno, en primer lugar para el gobierno revolucionario, en esta coyuntura. Continuar arreciando la marcha rumbo a lo que ya está allí en el horizonte, la gran victoria del 16 de diciembre, las gobernaciones de todo el país, y el apoyo, la unidad ante las decisiones que tengamos que ir tomando en los próximos días, en las próximas semanas, en los próximos meses. Sea como sea, y con esto termino, hoy tenemos Patria. Que nadie se equivoque, hoy tenemos Pueblo, que nadie se equivoque, Hoy tenemos la Patria mas viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado. Solo me resta decirles, con las buenas noches a las 10 y 10 minutos de esta noche del sábado.: ¡Hasta la victoria, siempre. Independencia y Patria socialista. Viviremos y Venceremos. Viva Venezuela!
Como es previsible, no hay palabras que puedan sustituir, distorsionar o manipular la manifestación de voluntad de Chávez. Hay que estar atentos a sus consecuencias. 


Notas:

(2) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=160909 
(3) http://www.abc.es/internacional/20121222/abci-chavez-sometido-traqueotomia-201212212153.html 
(4) http://www.lanacion.com.ve/nacional/henrique-capriles-coincide-con-el-oficialismo-en-que-juramentacion-de-chavez-es-aplazable/

domingo, 16 de diciembre de 2012

¿CHÁVEZ TOMARÁ POSESIÓN DEL CARGO EL 10 DE ENERO?

Javier Biardeau R.
Aquel que se inclina ante el hecho consumado no es capaz de enfrentar el porvenir”. (León Trotsky. La Revolucion Traicionada)
Soy revolucionario. Pero creo que entre hombres de pensamiento neto y posición definida es fácil entenderse y apreciarse aún combatiéndose. Sobre todo, combatiéndose. Con el sector político con el que no me entenderé nunca es el otro: el del reformismo mediocre, el del socialismo domesticado, el de la democracia farisea”. (José Carlos Mariátegui)
Ya comienza a configurarse una matriz de opinión que plantea aparentemente uno de los supuestos del artículo 233 de la CRBV:
Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional.”
Sin embargo, el asunto no es tan claro como trata de difundirse de manera subrepticia bajo la figura de una creencia generalizada. ¿Por qué? Porque la calificación e la “falta absoluta” no es un “hecho de opinión” ni un rumor generalizado:
Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia; su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional; el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato.”
Todo esto se relaciona con lo contemplando en el artículo 231:
Artículo 231. El candidato elegido o candidata elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia.”
Interpretaciones van e interpretaciones vienen. La matriz de opinión dominante plantea que “la toma de posesión debe celebrarse el 10 de enero y dentro del territorio nacional”. Sin embargo, surgen dudas, pues si por cualquier “motivo sobrevenido” la toma de posesión no puede realizarse ante la AN el día 10 de enero, la Constitución no fija explícitamente cuando lo hará ante el TSJ, aunque hay quienes suponen que debe ser el mismo día 10 de enero. 
¿Qué puede interpretarse como un “motivo sobrevenido”? Si se tratara de un “evento inesperado” que afectara la posibilidad de tomar posesión el 10 de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la AN, esto coloca el asunto de la fecha y ante qué autoridad del poder público toma posesión, como un asunto de duda razonable e interpretación, dadas las actuales circunstancias de salud post-operatorias. Recordemos que hasta ahora, no se ha calificado ni la falta absoluta ni temporal por parte de la AN, y que lo relativo a la salud del Presidente Chávez se ha tramitado de acuerdo a lo establecido en el artículo 235 de la CRBV:
Artículo 235. La ausencia del territorio nacional por parte del Presidente o Presidenta de la República requiere autorización de la Asamblea Nacional o de la Comisión Delegada, cuando se prolongue por un lapso superior a cinco días consecutivos.”
La única posibilidad que resta analizar para declarar la falta temporal o absoluta es que por voluntad del actual mandatario nacional y bajo una comunicación motivada renuncie a la posibilidad de tomar posesión el día 10 de enero, explicando las razones y llevando a una decisión de la AN.
La Constitución contempla que el presidente de la Asamblea Nacional podría asumir el gobierno en determinado caso, convocando a elecciones en los treinta días consecutivos siguientes. Pero también, pudiera ocurrir que Chávez tome posesión el día 10 de enero, y que luego el presidente Chávez, dadas sus condiciones de salud, decida plantear la posibilidad de su renuncia, lo cual nos colocaría en lo contemplado en el artículo 233:
Si la falta absoluta del Presidente o la Presidenta de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva.
Todo esto implica asumir la problemática de cuando, cómo y quién declara la calificación de la “falta absoluta” debido a: su muerte, su renuncia, su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia; su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional; el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato.
Llama la atención el supuesto 4 del articulado: incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional, pues esto implica un conjunto de procedimientos y lapsos que aún no aparecen explícitamente como hechos consumados ni siquiera en las matrices de opinión analizadas. De allí que lo hay hasta ahora son especulaciones disfrazadas de escenarios, muchas de los cuales son proyecciones de intencionalidades políticas con objetivos precisos.
Podríamos también contemplar la posibilidad ( enraizada además en el deseo de millones de venezolanos y venezolanas) que Chávez reaparezca recuperado y tome posesión el día 10 de enero; o que aunque salga de la cirugía con un pronóstico favorable, el post operatorio se prolongue más allá del 10 enero y no reúna las condiciones de regresar al país a tomar posesión ese día. Por otra parte, la posibilidad de tomar posesión fuera del país está severamente puesta en duda por quienes afirman que “el asiento de los poderes es el distrito capital de Caracas” y “es en esa ciudad en la que debe ser tomado juramento”.
Hay pues todo un conglomerado de matrices de opinión montadas bajo la premisa que “Chávez no llega a tomar posesión”. Este sería el peor escenario contemplado, y quién se encargaría de encabezar el gobierno sería el Presidente de la Asamblea Nacional, cargo que ocupa actualmente Diosdado Cabello (PSUV).
Fijémonos que el debate no esta cerrado, sino abierto a las controversias. Por ejemplo: el abogado constitucionalista de la Universidad Católica Andrés Bello, Jesús María Casal, señala que "si el jefe del Estado no hace acto de presencia en ese momento confirmaría en principio que está incapacitado para asumir el próximo mandato". Sin embargo, el “constitucionalista” omite por completo cualquier referencia a los “motivos sobrevenidos”, ni a los procedimientos de calificación de las faltas temporales o absolutas. También, desde los círculos de profesionales del derecho con posiciones políticas opositoras se ha afirmado que “no hay mecanismos legales para tomar posesión desde el extranjero ni tampoco mediante poderes especiales. Basado en el mismo artículo, agrega que las decisiones y decretos firmados fuera del país son nulos” (Gustavo Linares Benzo-UCV).
Así mismo, cuando se habla de incapacidad física o mental para calificar la falta absoluta, en los aparatos de difusión opositores se omite el término “incapacidad física o mental permanente”. Además, una junta médica debe certificar cualquier incapacidad física o mental permanente que pueda inhabilitar al Presidente de la República. El artículo 233 de la Constitución dice que ese grupo de expertos debe ser designado por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional.
De manera que lo que esta en juego en los comentarios de los llamados “juristas expertos” de la oposición es cómo se prepara el terreno jurídico para la transición post-Chávez, sin analizar en profundidad la relación entre transición jurídica y transición política.
Por ejemplo, se ha hecho especial hincapié en el tratamiento de las relaciones entre transición política y papel de las FANB: “Si hubiera una transición, el Presidente encargado pasa a ser el Comandante en jefe. En ese caso, el Consejo Nacional Electoral está llamado a convocar elecciones y como en otras oportunidades, la Ley de Procesos Electorales encomienda el Plan República a los militares: "La Fuerza Armada Nacional Bolivariana prestará apoyo al Poder Electoral, resguardando la seguridad de los electores y las electoras, velando por el orden, custodia, traslado y resguardo del material".
Sin embargo, lo fundamental aquí es correlacionar los elementos del procedimiento jurídico-constitucional en casos de falta temporal o absoluta, y el medular problema de una supuesta transición política luego de los resultados electorales del 7 de octubre, resultados que ratificaron por una clara y suficiente mayoría a la opción encarnada por Chávez: la continuidad y profundización de la Revolución Bolivariana.
Para los voceros más representativos de la opinión política opositora, detrás de la fachada de llamados al restablecimiento de la salud de Chávez, persiste la tesis de que en Venezuela enfrentamos una de las más graves crisis políticas de la historia. Hablan de angustía, incertidumbre e incluso que voceros tan importantes del gobierno como Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, carecen de prudencia, sembrando el odio entre los venezolanos. Desconocen los resultados favorables de la enmienda constitucional del año 2009, que dio paso a derrumbar los límites a la reelección de los cargos de elección popular. Se hacen afirmaciones sin fundamento cierto como aquella de que “la fecha de las elecciones se adelantó ante la certeza que existía de que la operación iba a ser necesaria en los primeros días de diciembre” (ex Ministro de Defensa Fernando Ochoa Antich).
Se señala incluso que los posibles sucesores políticos de Chávez, sea Maduro o Diosdado Cabello, se han presentado más radicales que Hugo Chávez; es decir, imponer a raja tabla la revolución y el socialismo del siglo XXI, hecho que no puede conducir sino a la violencia, pues se trata del intento de imponer un proyecto a “la mitad del país”. Según estos voceros, “impedido Hugo Chávez de continuar al frente de sus funciones, sus herederos serán incapaces de mantener la unidad interna y preservar la empatía que Chávez tiene con los sectores populares”. Claramente se apuesta no a una “crisis de gobierno”, sino a una mas profunda “crisis del régimen chavista”. Se anuncia en el discurso una tendencia hacia “un enfrentamiento nacional”. Como señalara un profundo clínico de las pasiones políticas, Pierre Ansart:
La identificación política tiene la particularidad de desarrollarse en las apuestas sociales y en los conflictos. Es decir, que el amor político es simultáneamente rechazo de otras posibilidades, hostilidad hacia otras elecciones y, en los conflictos, contra los enemigos reales, potenciales o imaginarios. Con ello se refuerza la intensidad de las conexiones entre el yo y las causas políticas. Más que en la ciencia o la economía, la política ofrece al sujeto causas a defender, enemigos a soslayar o combatir, proporciona polos de fijación, amor y odio, con lo que responde a las expectativas inconscientes de amor y agresividad y resuelve las contradicciones de la ambivalencia.”
De manera que la oposición más emblemática, practica una suerte de chantaje subrepticio en el que caerán aquellos que Mariátegui llamó: reformistas mediocres, socialistas domesticados y demócratas fariseos, ya que le ofrece una salida a la revolución bolivariana, a sus años de lucha, sacrificio y acumulación de fuerzas: una “muy pequeña posibilidad de crear un diálogo constructivo entre el PSUV y la oposición”, si y sólo si respeta las condiciones de lectura que hace la oposición sobre la realidad nacional: “respetar los principios fundamentales de toda democracia: pluralismo político, alternancia republicana, independencia de los poderes públicos y libertad de opinión”. Es decir, la “agenda Obama de las libertades” para Venezuela, que es lo mismo que decir, la visión pentagonista de una Democracia Tutelada por Washington. Y además del garrote, enseñan la zanahoria: “De lograrse el “dialogo”, el PSUV podría transformarse en un gran partido que, al lado de otras fuerzas políticas, se alternara pacíficamente en el poder”. En fin, colocaría a toda la dirigencia política del PSUV, a todo su gabinete ministerial, a todo la estructura de dirección política e institucional de la revolución bolivariana a la derecha de Chávez. Es decir, que el único que fue de Izquierda al parecer era Chávez, el resto de sus dirección política ha colocado el término socialista en el cajon de los anatemas, definiéndose por una opción moderada, reformista y quizás desarrollista.
No estamos ante fríos y objetivos escenarios, ni debemos dejar de captar los cálculos arteros o las apelaciones hipócritas a la “humanidad del paciente”. Se trata nada más y nada menos que del análisis de las condiciones o de las coordenadas históricas para enfrentar el porvenir, que para los voceros de oposición no es mas que una inevitable transición política no sólo post-Chávez, sino post-Chavista y post-Bolivariana.
Por tanto, si existiese incluso la más diminuta posibilidad, dada la evolución de las condiciones de salud del actual Presidente reelecto por mayoría popular el 7 de octubre, para que tome posesión efectiva el 10 de enero esta posibilidad debe hacerse concreta, palpable y efectiva. Su impacto sería de largo alcance y profundidad, pues sellaría definitivamente la imagen y discurso de un Chavez políticamente victorioso, un Chávez políticamente triunfante, un líder que enfrentó y superó innumerables dificultades, que además dejó un legado: un guión revolucionario abierto y activo, y no sólo convertirse en objeto de nostalgia y melancolía. Sería un acto de poder que trascendería el tiempo y marcaría impensables consecuencias para la revolución bolivariana, pues se trataría de su continuidad y profundización como hegemonía popular y democrática-radical.
Actualmente se cocinan escenarios que evocan las palabras de Eduardo Galeano cuando se refiere al mundo al revés. Mientras la derecha hace cálculos estratégicos certeros de poder, la izquierda se pone rezandera y apuesta a milagros trascendentales, cuando el milagro es inmanente y requiere de la movilización permanente de la multitud plebeya y del bloque popular revolucionario. Como dice Alí Primera: ¡No basta rezar! Y en este momento sugiero a tanto rezandero que recuerde linea por línea la letra de esta canción del pueblo que lucha: 
“No, no, no basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz (Bis) 
Y rezan de buena fe y rezan de corazón pero también reza el piloto cuando monta en el avión para ir a bombardear a los niños del Vietnam, para ir a bombardear a los niños del Vietnam. 
No, no, no basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz (Bis) 
Nada se puede lograr si no hay revolución, reza el rico, reza el amo y te maltratan al peón, reza el rico, reza el amo y te maltratan al peón. 
No, no, no Basta rezar hacen falta muchas cosas para conseguir la paz (Bis) 
En el mundo no habrá paz mientras haya explotación del hombre por el hombre y exista desigualdad del hombre por el hombre y exista desigualdad. 
No, no, no Basta rezar hacen falta muchas cosas para conseguir la paz (Bis) 
Cuando el pueblo se levante y que todo haga cambiar ustedes dirán conmigo no bastaba con rezar ustedes dirán conmigo no bastaba con rezar. 
No, no, no basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz. 
No, no, no basta rezar/No, no, no basta rezar.”
De manera que, como señala el rumor plebeyo: “Sólo el pueblo salva al pueblo”, y en cualquiera de los escenarios planteados, el asunto será no claudicar ante una estrategia de derecha que está a la orden del día. El asunto no es sólo rezar, sino rezar y luchar.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

IZQUIERDA BOLIVARIANA, CHAVISMO Y PENSAMIENTO CRÍTICO-RADICAL:

Javier Biardeau R.
A medida que pase el tiempo y la perspectiva implacable de la historia se imponga por sobre las pasiones humanas, el 27N y el 4F, así como los hombres que participamos en estos hechos, nos iremos confundiendo en un solo punto vibrante sobre el horizonte, referencia ineludible para no comprender los sucesos que vendrán, a raíz de los cuales el pueblo venezolano recuperará su dignidad y labrará sus propios caminos en la lucha de la verdad”. (Hugo Chávez, Febrero-Marzo, Yare 1993) (1)
Mucha tinta ha corrido y seguirá corriendo con relación a la caracterización de la revolución bolivariana, y la significación de eventos como los del 4-F y el 27-N para la comprensión histórica del presente. Sin embargo, cabe destacar en las intervenciones de reconocidos opositores a la revolución bolivariana, a aquellos intelectuales de derecha que han tratado el análisis de las relaciones entre el llamado “chavismo” y la “izquierda”.
Y no por sus aciertos o precisiones en la caracterización del fenómeno, sino por los presupuestos e implicaciones discursivas desde las cuales se construye un determinado punto de vista. Anibal Romero, por ejemplo, escribió un artículo en el año 2004 titulado “Izquierda, Chavismo y Fascismo” (2) donde señala lo siguiente:
El chavismo ha ocupado el espacio político e ideológico de la izquierda, sin sus avances democráticos post-comunistas. En otras palabras, el esfuerzo realizado por un sector de la izquierda, la que en los años setenta fundó al MAS luego de asimilar las lecciones del descalabro soviético, el colapso intelectual del marxismo, y el fracaso del despotismo cubano, se ha visto superado por el radicalismo guevarista de la izquierda no-democrática, sobreviviente de la lucha guerrillera, dogmática e irreductible.”
De tal manera, Romero planteaba entonces que resultaba comprensible que lo que resta de la izquierda democrática venezolana, y en particular sus intelectuales, se empeñen en caracterizar al chavismo como "fascista", pues esta es una manera de separarle de la izquierda como tal, y de ubicarle en otro esquema político-ideológico asociado a la derecha. Y en palabras bastante llanas, para Romero la caracterización adecuada era la siguiente:
El régimen chavista es, hoy, un populismo militarista de izquierda, en vías de transformarse en una dictadura de izquierda radical y militarizada. Pero lo crucial es tener claro esto: el chavismo no es fascista porque el chavismo es de izquierda. Por lo demás, el fascista Ceresole rompió con Chávez, porque Chávez se identifica con Fidel Castro y la Revolución Cubana.”
Llama poderosamente la atención, no el foco del análisis sino la periferia del mismo; es decir, la interrogación sobre la existencia de un sector de izquierda que en Venezuela haya desplazado sus conexiones ideológicas y conceptuales con la apología a la URSS para dirigirse al llamado “avance democrático post-comunista”, que haya asimilado el “descalabro soviético”, el colapso intelectual del “marxismo” y el fracaso del “despotismo cubano”; es decir, la ruptura del PCV que dio paso al MAS.
Llama también la atención esta postura si se contrasta con un documento singular titulado: “Manifiesto al Pueblo Venezolano”, presuntamente firmado en aquellos tiempos de 1992 (3) por los comandantes Acosta Chirinos, Arias Cárdenas, Chávez, Urdaneta y Ortiz Contreras donde se expresaba lo siguiente:
Pensamos que esta cárcel debe ser, al menos, parte del miedo destruido, enfrentado, el que ha convertido por años a intelectuales en sumisos, a artistas en malabaristas de palacio, a estudiantes en rebaño, al pueblo en victima torpe y a soldados en guardia pretoriana. Todo esto bajo un montaje que combina la policia represiva y sanguinaria, una justicia puesta a doblegar la cerviz ante el ejecutivo todopoderoso y una manipulación de las mentes, sobre todo, a través de medios audio-visuales (con excepciones honrosas). Si creemos que llegó el fín de los totalitarismos, si es verdad la caida del comunismo soviético, si llegó la hora de los pueblos. ¿Cómo entonces, podemos dudar de nuestro pueblo y sus fuerzas? ¿Acaso este teatro cogollista y sectario que domina y envilece nuestro país es más fuerte y estable que lo que era la dominación del PCUS? ¿Acaso estas camarillas de policias políticos, atemorizadores y matones, son más capaces que la KGB? Si aquellos pueblos se restearon por Dignidad, Democracia, Participación y Libertad, ¿Quién podría exigirle pasividad al pueblo de Simón Rodríguez? Por eso nos lanzamos a la acción con una sencillisima plataforma de referencias que obligue a la participación colectiva hacia la construcción de un sueño posible: LA DEMOCRACIA BOLIVARIANA, mucho mas avanzada y progresista que las reformas de gotero ad aeterno por los complices de la COPRE y de quienes le pagan.”
Como es posible constatar, tampoco aquellos comandantes del 4-F parecieran vivir una suerte de nostalgía por el comunismo soviético, por la dominación del PCUS o por el terrorismo de la KGB, reconociendo que sus programas ideológicos y políticos constituían una sencillísima plataforma de lucha para fácil recepción del pueblo explotado y humilde, con referencias que para muchos opositores de derecha estaban completamente desfasadas, marcadas de folklore rural, o fuera del quicio de la racionalidad política de una modernidad ajena a reenviar principios al sistema EBR: Zamora, Bolívar y Simón Rodríguez.
Eran tiempos de Neoliberalismo y de “colapso del marxismo”, de apogeo del liberalismo-democrático, de Fin de la historia y de algunas pinceladas que apuntaban a la incredulidad por los grandes relatos. Sin embargo, allí está la raíz identitaria de la revolución bolivariana, la construcción de una amalgama discursiva para algunos disparatada, pero que construyó nuevos sentidos compartidos para re-articular la esperanza de muchos y muchas, que seguían autodenominándose “pueblo de ciudadanos sin ciudadanía”.
La “gente decente” no podía metabolizar esta regresión histórica a las “montoneras, turbas y caudillos”. La historia era de progreso o no era, pues no era para el intelectual urbano y moderno el relato de los vencedores.
Sin embargo, hay que tomar precaución de cualquier romantización del MBR-200. Allí pulularon luces y sombras, como aún pululan alacranes y toda suerte de bichos, en una suerte de “nomenclatura” que usufructa la renta porque el viento sopla a favor, en su tiempo, ciclo u ola política. Oportunistas y advenedizos han recorrido desde entonces los pasillos y entretelones de la revolución bolivariana, muchos de ellos en nombre de una “izquierda arrimada, lastimera y cargada de farsas heroícas”. De allí la importancia hoy del llamado del amigo Rigoberto Lanz:
Sin una adecuada caracterización de las diferentes izquierdas en Venezuela y el mundo, no veo cómo podríamos salir de los atascos en los que hoy nos encontramos”.
Quién no vea los atascos, debilidades y amenazas que se ciernen, vive preso del aura engañosa de unas elecciones marcadas por victorias apenas suficientes, en contraste con un Chávez que lucha día a día por sostener el aliento que da cauce a la lucha. De allí las miserias del “chavismo”, si se trata de un simple culto oportunista al lider de turno, si se trata de una adulancia palaciega para cuadrar negocios en nombre de la palabra “revolución”. La debilidad estriba en que no hay un “cuadro de mando” que pueda llamarse con propiedad relevo, que el “chavismo” ha dejado desierto el lugar de la responsabilidad colectiva y del liderazgo compartido. Se que estas palabras levantaran las típicas ronchas de quienes apuestan al “Con Chávez todo, sin Chávez nada”, o al chavismo salvaje que intenta auto-organizarse desde las figuras de nuevas máquinas de lucha: movimientos, redes, colectivos y plataformas. Sin embargo, considero pertinente en este contexto, evaluar el cambio de apreciación entre momentos históricos con relación al término Chavismo. En 1993, el mismísimo Chávez decía:
El “Chavismo” no existe. Venezuela ya está cansada de “ismos” y creo que nuestro pueblo ha madurado suficientemente desde el punto de vista político para que se le siga faltando el respeto. El despertar huracanado que sacude al país el 4 de febrero de 1992 es producto de la toma de conciencia colectiva, que ha permitido a los venezolanos convencerse de la tremenda fuerza soberana que poseen. Soy un convencido, desde hace bastantes años, que la historia tiene sus leyes generales que orientan la evolución de los pueblos y las naciones. Y muyy poco es lo que el individuo de “carne, hueso y espíritu” puede hacer, para conducir tales corrientes arrolladoras. Mucho menos, puede un hombre pretender cambiar el curso de los acontecimientos históricos. Ya lo decía nuestro máximo Líder, el general Simón Bolivar en Angostura, por allá en 1819: En medio de este piélago de angustias no he sido mas que un vil jugete del huracán revolucionario que me arrebata como a una debil paja…Así que llamar “Chavismo” al fenómeno colectivo pos-4F, reflejado en cientos y cientos de manifestaciones de rebeldía, de protestas pacíficas y violentas, que han resquebrajado al viejo régimen a nivel de las estructuras, creo que al menos significa menospreciar las capacidades de percepción de las realidades que ha adquirido nuestro pueblo en su desarrollo histórico.
Y si acaso no quedara claro en aquel entonces la potencial mitificación del héroe Chávez, más adelante en su texto señala:
Ahora como después del 4F se ha hablado del “Mito Chávez”, a pesar de no ser la persona más autorizada para hablar sobre esto, voy a intentar dejar en claro mis apreciaciónes sobre el tema”.
Y entre las apreciaciones Chávez lanza una advertencia que podría tener un gran alcance histórico a la luz de los acontecimientos presentes:
Pienso mas bien que algunos intelectuales del régimen y otros que, sin darse cuenta, le siguen el juego, han estado arrimando su brasa a un proceso para tratar de distorsionar la realidad colectiva en mito, como una forma de apagar la llama de rebeldía, que ahora lleva encendida el alma nacional.
Pues lo fundamental no era en aquel entonces para Chávez la personificación concreta del mito, sino su comprensión como expresión de la filosofía colectiva:
(…) el único mito que esta tomando forma en la psiquis del pueblo venezolano de fines del siglo XX es la prodigiosa invención de un país imaginario y posible; la creación de la utopía concreta que ya comenzó a motorizar las nuevas páginas de la historia venezolana. Es el mito del futuro.
Y allí se encierra un enigma para contrastar con la fabricación mediática del “Mito Chávez”, y para aquellos que siguen rumiando en calidad de esperanza necrófila la tesis de que: ¡Muerto el perro, se acabo la rabia! ¿O es que acaso no es este el mensaje que nos transmite la voz imperial encarnada en, por ejemplo, Roger Noriega, quien pareciera contar los días del fin de la escena del “Tirano Chávez” y de toda la “transitología” o “politología” que pone sus ojos sobre el país.
Para que la revolución bolivariana se consolide y pueda sortear los intentos de regresiones a la derecha es preciso entonces recobrar la fuerza no exclusivamente del “mito Chávez”, sino de aquel núcleo de verdad que en la sociedad venezolana configuró el renacimiento de la esperanza en la mentalidad colectiva de los sectores populares:
El pueblo venezolano ha vuelto a descubrir que tiene derecho a soñar, y más aún, que tiene la obligación de luchar por un sueño, regresa de esta manera a la mente nacional la idea de la utopía, es decir, de un país que comienza a existir en la imaginación del colectivo”.
Allí reside la significación histórica de la revolución bolivariana, que no es exclusivamente una revolución del “Mito Chávez”; y que aún personajes de corto vuelo histórico no comprenden al reducir las luchas anti-neoliberales a un asunto de un hombre y no a la rebeldía de un colectivo: del pueblo venezolano
Que no se confunda esto, sin embargo, con el manido tema de las direcciones políticas, de las organizaciones y estructuras que encaucen estas luchas, hecho por demás necesario, pues ciertamente no hay revolución posible sin dirección revolucionaria. El problema de fondo es otro, es olvidar cómo las acciones, pasiones y discursos son entretejidos para dar cuenta de las corrientes arrolladoras, del huracán revolucionario, de una filosofía colectiva articulada a una voluntad nacional popular. Sin este aspecto de la ecuación, un centenar de vanguardias esclarecidas estarán condenadas a “arar en el mar”.
Hay que colocar en el pedestal revolucionario al “pueblo organizado”, y dejar de suponer que los tiempos por venir dependerán de hombres providenciales. Al fin y al cabo, es una lección que recae sobre las nuevas generaciones que reconocerán sin lugar a dudas los logros de quienes derribaron los muros y abrieron nuevas posibilidades históricas, pero dependerá de de un pueblo organizado de ciudadanos, ahora conscientes de su ciudadanía política y social, la defensa y profundización de las garantías sociales conquistadas. En eso tal vez consiste internalizar que ahora el Mito Chávez no es un Hombre, sino que la revolución bolivariana es todo un pueblo movilizado y consciente de su utopía concreta, que siente cómo su sueño se ve pisoteado y degradado por los oponentes de siempre y por los que se han encumbrado bajo el “paraguas revolucionario”.
De allí la importancia, insisto,de consolidar una arquitectura de instancias de debate orgánico entre tendencias y corrientes teóricas e ideológicas en la revolución, para que el pueblo uniformado y no uniformado, con base al reconocimiento de sus puntos de partida y de llegada, pueda conducir acertadamente la transición desde una sociedad cuya estructura de mando y de metabolismo social está marcada aún por el sello del capitalismo dependiente y rentista, para transitar hacia un nuevo tipo de socialismo profundamente democrático y consustanciado con un giro civilizatorio que pone a prueba a la vida misma sobre el planeta.
Por tanto, es preciso explicitar las concepciones del socialismo en juego cuando se plantea la construcción de la transición, pues hay una necesidad urgente de debatir la “construcción radicalmente democrática de lo que considero pudiera devenir un socialismo democrático-participativo, ecológico, no desarrollista y profundamente arraigado en el reconocimiento de nuestra diversidad étnica y pluricultural”.
De allí, la importancia del pensamiento crítico-radical, para salir del letargo y la repetición de viejos dogmas que impiden la voluntad política de cambio entronque con un torrente social y teórico él mismo revolucionado. De manera que no será cosa sencilla confiar en la construcción de una nueva concepción colectiva del mundo, basada en pensamientos crítico-radicales ajeno a anacronismos epistemológicos, dogmatismos estériles y mentalidades decimonónicas que son todas ellas reaccionarias.
La izquierda tradicional, como ha recordado Rigoberto Lanz, sigue instalada mentalmente en la conserjería del capitalismo de Estado, no puede (y no quiere) encarar una ruptura radical con la lógica de la dominación en el propio terreno del pensamiento, las representaciones y de las actitudes vitales que guían las prácticas políticas vigentes.
El desdén por la teoría encubre el menosprecio por los cambios de raíz, encubriendo a partir de toda una parafernalia mediática la transformación de una revolución en un espectáculo de enanos y pandillas. Quienes suponen que basta apoderarse de un espacio, de un canal, de un aparato mediático, de un dispositivo de poder, sin alterar su lógica constituyente de reproducción de dominación, son engullidos por un agenciamiento que hace de ellos simples títeres desechables y re-cambiables. Los “rostros, cuerpos y voces” de un sistema mediático que aspira a ser revolucionario, pueden llegar a ser transformados en bufones de una lógica que los desborda y los sobredetermina. Y esa lógica reproduce de cabo a rabo la deformación sistemática de la conciencia revolucionaria, generando lo que Ludovico Silva llamó mayor “plusvalía ideológica”.
De allí la importancia de los debates intelectuales, de verdaderos debates, polémicos, irritantes, con responsabilidad por sus implicaciones. Pues son para eso:
(...) para intentar reconocer colectivamente dónde están los atascos, cuáles podrían ser las vías de abordaje para hacer avanzar la discusión”.
No se trata de debates administrados por el pacto tácito de “cambiar todo para no cambiar nada”. Hay demasiados “gatopardos” en ciertas cumbre de la revolución bolivariana, demasiados intereses y privilegios en juego. Pero hay que forzar al “régimen de signos” que pretende imponerse bajo la tesis de una “revolución debidamente administrada”. Si así fuera una “revolución”, “se jodió esta vaina”, y habría que retornar a las condiciones, afectos y motivaciones que dieron lugar a los 27 de febrero, a los 4 de febrero y a los 27 de noviembre.
En un plano teórico esto implicaría retornar a un Marx liberado de todos los marxismos administrados, y retornar y a todos los espíritus de subversión que habitan en la filosofía colectiva del pueblo rebelde.
¿Cuántos seminarios críticos y propositivos habrá que promover entre diferentes voces de colectivos, movimientos, partidos y espacios de reflexión para que no sea la burocracia más ignorante y arrogante la que prevalezca? ¿Cómo estimular el pensamiento crítico y subversivo corriendo el riesgo de que surjan los más variados enlatados ideológicos? ¿Cómo ponerse a tono y sintonizarse con movimientos y fuerzas que son planetarias, nuestro americanas, y no sólo parroquiales, para estimular el pensamiento crítico, apara acompañar el dinamismo de los acontecimientos; para habituarse no sólo a las respuestas sino al terreno de las preguntas fundamentales, con auténtico espíritu de búsqueda y de escucha de quienes piensan o no de manera diferente?
Una revolución no se hace “soplando y haciendo botella”, no se hace desconociendo que a la derecha le importa poco reconocer la crisis de sus fundamentos porque vive del parque temático de los dispositivos mediáticos y de consumo; y desconociendo que la izquierda cavernaria no quiere saber nada de una de las peores crisis de su historia.
Mientras algunos desempolvan los “códigos morales de los constructores del comunismo científico” de mediados de los años 50, luego de la muerte de Stalin (pero no del estalinismo), es preciso dar cuenta del terreno ético-político-cultural donde se juega la idea misma de emancipación y liberación.
Sin filosofía colectiva de la liberación social no habrá profundización de revolución alguna. Sin superación del estalinismo y de todas las inercias despóticas que recorren a las izquierdas de aparato, sera dificil escuchar las voces de un pueblo rebelde e insumiso. Sin romper con las coordenadas semióticas de la historia de las revoluciones políticamente correctas no habrá espíritu subversivo.
Cuando comprendamos que el pensamiento crítico no es un chanchullo, podremos comprender cómo la revolución bolivariana configuró condiciones de posibilidad para unas izquierdas sin bozal de arepa ni gríngolas ideológicas, y como se desperdician las posibilidades bajo la sombra del electoralismo, el botín del rentismo o la sumisión a ciertos apóstoles del “Mito Chávez”.
No estamos ante un callejón sin salida, al tener que elegir, por ejemplo, entre unos principios sin oportunidad o un oportunismo sin principios. Hay que recrear la posibilidad de un debate con implicaciones, donde las teorías y reflexiones no se despachen con simples adjetivaciones. Venezuela, se dice, es el epicentro de las luchas contra el capitalismo, pero en el ojo del huracán presenciamos el mayor espectáculo de avestruces ideológicas.
Es hora de recrear una democracia radical, cuya lógica cuestione explícitamente la estructura económica del capitalismo y que coloque de nuevo sobre el tapete una modalidad de encarar lo conflictos sociales, políticos, ambientales y culturales, más allá de repetir como una letanía que todos dependen de “la lucha de clases”. Las luchas culturales, políticas y ambientales no deben eludir ciertamente el antagonismo de la economía política, pero no se reducen exclusivamente a ella. Para todo esto hay que re-pensar la izquierda ( y sobremanera la izquierda bolivariana) pero asumiendo sus propios traumas, sombras, debilidades y laberintos.
La izquierda venezolana no puede negar lo peor de su historia, tiene que asumirla, explicarla y aprender de sus errores que son muchos, asumir el trauma de lo insoportable de su propia historia. Tal vez desde allí puede presentarse una oportunidad para discursos y practicas alternativas. Con Marx y más allá de Marx, por cierto, hay que plantear lo que es imposible según los parámetros establecidos por la ideología dominante. Y hay que hacerlo desde lugares de enunciación policéntricos ajenos al dogmatismo y al sectarismo.
Ciertamente, los atascos de la revolución bolivariana son muy graves, y remiten directamente tanto al debate sobre la evaluación del curso del Primer Plan Socialista de la Nación, como lo que viene constituyendo el llamado Segundo Plan Socialista de la Nación (2013-1019), sus objetivos históricos, generales y estratégicos. No es un debate sin implicaciones, aunque los peligros son claros:
a) un Estalinismo edulcorado con identificaciones descontextualizadas a la liturgia de la revolución cubana;
b) un Reformismo-Desarrollismo muy cercano a los populismos históricos bajo conducción militar en América Latina (Cárdenas, Perón y Velasco Alvarado, por ejemplo).
Ambas tendencias cuentan con poderosas piezas en la alta dirección estratégica de la revolución, mientras una tercer campo de heterogéneas fuerzas, intentan articular las densas resonancias de términos como revolución, socialismo y democracia radical. Obviamente hay otras tendencias, como una fuerte corriente del gran capital importador y especulativo cercano a los sectores desarrollistas, con sus alas civiles y militares, pero que cuenta con agenda propia. De tal manera, tras la apariencia de las tensiones entre gobierno y oposición, se opacan otros enfrentamientos y maniobras tanto en el campo bolivariano como en el campo opositor, que ponen en juego viejos términos como derecha e izquierda.
Sin embargo, los términos socialismo, izquierda, revolución, democracia e incluso el llamado “marxismo” con sus aparición en el libro rojo del PSUV y en sus bases programáticas son cercados por aquellas referencias a lampedusa y el gatopardismo: “cambiar todo para que nada cambie”. Tal como ocurría en la IV República.
Allí se guillotina cualquier referencia sería a un proceso constituyente, y se pasa a la teatrología de la conservación del poder; es decir a una farsa-simulacro que llevo a convertir un objetivo fundamental como la “democracia protagónica revolucionaria” en una frase vacía para llenar planillas de Programas Operativos Anuales (POA) de cualquier Ministerio.
Es hora ya de debatir nuestras ensaladas ideológicas. ¿Cómo es eso de reconocer dos referencias al marxismo en el llamado “libro rojo del PSUV que pudieran servir de pretexto para clarificar los usos del discurso marxista en el seno de la revolución bolivariana?:
El Partido (PSUV) se esforzará por formar a sus militantes en el Árbol de las Tres Raíces –el pensamiento y la acción de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora- y rescatará con sentido crítico las experiencias históricas del socialismo, adoptando como guía el pensamiento y la acción de revolucionarios y socialistas latinoamericanos y del mundo, como José Martí, Ernesto Che Guevara, José Carlos Mariátegui, Rosa Luxemburgo, Carlos Marx, Federico Engels, Lenin, Trotski, Gramsci, Mao Tse-Tung y otros que han aportado a la lucha por la transformación social, por un mundo de equidad y justicia social, en una experiencia humana que tiene antecedentes remotos, como la cosmovisión indio afro americana, el cristianismo, la teología de la liberación. Se apoyará en los aportes del socialismo científico y en los del Marxismo en tanto a la filosofía de la praxis, herramienta para el análisis crítico de la realidad y guía para la acción revolucionaria”.
¿Cómo poner juntos a personajes tan disímiles, no sólo en temperamento y carácter, sino en proposiciones teórico políticas? ¿Cómo conjugar, por ejemplo a Trotsky con Mao? ¿Cómo conjugar a Lenin con Rosa Luxemburgo? ¿Cómo poner juntos a Engels y a Mariátegui? Hay que superar una etapa de mezclas sin clarificaciones, de saludos a banderas teóricas con vacíos reales de formación y de debate. Es tan pirata hablar hoy de un marxismo-leninismo ortodoxo como defender una amalgama sin profundidad teórica alguna, sin un debate con implicaciones. ¿Cómo salir del lastimoso rescate de las experiencias históricas del socialismo, en vez de analizar en profundidad porque desde la muerte de Lenin y tal vez antes, ya la revolución bolchevique estaba fuera de quicio? ¿Por qué insistir hoy en la pedestre enunciación del “socialismo científico”, como si el universo epistemológico del siglo XIX donde Engels se inspiró existiera hoy día?
Incluso en los estatutos del PSUV se plantea (artículo 9 de los estatutos de la organización): “El partido declara como valor fundamental la formación y autoformación socialista, de tal forma se constituirá un Sistema de Formación política e ideológica, la misma deberá ser una de las coordinaciones nacionales dentro de la estructura funcional y el método organizativo, deberá responder al principio de organización territorial y sectorial del partido. Por lo tanto, se fomentará la formación de todos y todas las militantes del partido en su Doctrina, Estatutos, Principios, Programa y Documentos Oficiales. Priorizando el estudio profundo del Bolivarianismo, nuestra historia, el pensamiento crítico universal y el marxismo como base para el análisis dialéctico de las experiencias humanas, todo esto aunado al trabajo voluntario, garantizando la formación teórica y práctica de cada una y cada uno de las y los militantes.
¿Cuál es la evaluación concreta de tal sistema de formación política e ideológica?
También existen tres referencias al marxismo en las bases programáticas:
La lucha contra la explotación capitalista implica necesariamente el manejo del instrumental teórico de la crítica de la economía política formulada por Marx, y la construcción de un nuevo sistema de cuentas nacionales, sustentado en este instrumental teórico, que permita establecer nuevos indicadores para la planificación y para la evaluación del desenvolvimiento de la economía en relación con el mejoramiento de las condiciones materiales de existencia de la sociedad y no de la acumulación del capital, para mostrar la superioridad de las nuevas relaciones sociales de producción y de propiedad.
Una premisa fundamental para el desarrollo de un nuevo modelo productivo es la ruptura con el conocimiento y la racionalidad burguesa y su metafísica de la economía, particularmente lo atinente a las formas de contabilizar y cuantificar el desarrollo económico reduciéndolo a crecimiento. Esto incluye la propia noción de crecimiento [variación porcentual de transacciones financieras –valor monetario- de la producción de bienes y servicios]; la teoría subjetiva del valor; la teoría marginalista; la preponderancia de la esfera de la circulación [el mercado] frente a la producción; la concepción de la industrialización; la fragmentación que impide ver integralmente la economía y su relación con las dimensiones políticas y sociales, especialmente las relacionadas con el bienestar de la vivencia humana, así como la exclusión de la actividad reguladora del Estado que sacrifica la economía al “libre mercado”, es decir, a los intereses de las corporaciones monopólicas. Se requiere tomar el instrumental teórico de la crítica de la economía política formulado por Marx y enriquecido por autores marxistas para fundamentar una crítica de la economía política de la transición que dé respuesta a los problemas generales pero también a los concretos e inmediatos. En particular es necesario rescatar la ley del valor que propone un esquema de análisis del capitalismo basado en la jerarquización del proceso productivo y en la centralidad de la explotación y que analiza los fenómenos comerciales y financieros refiriéndolos a su determinación productiva. De particular importancia es la interpretación de la crisis a la luz de la dinámica del capital determinada por la acción de sus leyes.”
Por si fuera poco, y ante estos debates hoy colectivamente inexistentes, es preciso tomar nota de las siguientes palabras de un reconocido opinador de la derecha venezolana para reconocer los atascos y los campos minados donde la oposición quisera escoger un terreno ideológico favorable:
Ojalá que Chávez en esa obnibulación radical que lo aplasta – y que lo lleva no sólo a reivindicar el marxismo-leninismo, absolutamente anacrónico, sino a internar un híbrido monstruoso entre dicha doctrina, el cristianismo, la teología de la liberación y el fundamentalismo iraní; ojalá decíamos el lider supremo se empeñe en buscarle fundamento intelectual a su socialismo en el marxismo.”(4)
Para E. Gómez, la ecuación es clara: Marx = marxismo = marxismo-leninismo. Bajo esta trampa caen muchos incautos.
El asunto, repetimos es ir más allá de Marx, recreando los espíritus más articulados a la emancipación humana presentes en Marx. El resto es caer en una trampa tendida por la derecha. Una trampa que opera con eficacia si la izquierda bolivariana no sólo se recrea en una suerte de patria boba, sino en una teoría boba o incluso, en un vacio ideológico. Así mismo, las consecuencias de no asumir una reivención de los paradigmas, metodos, discursos y practicas de la izquierda bolivariana llevarán agua al molino de los intereses, aspiraciones y expectativas de la derecha Venezolana:
En un medio como el venezolano la cultura de izquierda en sus diversas variantes es predominante, y una de las pocas cosas buenas que podrían surgir de la experiencia chavista es que ese izquierdismo que millones parecieran llevar en la sangre, sufriese un severo resquebrajamiento, abriendo las puertas a una cultura política de centro-derecha, única fórmula capaz de sacar al país de su atraso económico y social.” (5)
¿Cómo evitar los atascos, debilidades, sombras y laberintos que acumulados lleven a un severo resquebrajamiento? Allí se juega también el dilema entre Socialismo o Barbarie… 

NOTAS:

(1) Garrido Alberto (2002) Documentos de la revolución bolivariana. Ediciones del autor, caracas, Venezuela. 

(2) http://anibalromero.net/Izquierda.chavsmo.y.fascismo.pdf 

(3) “Manifiesto al Pueblo de Venezuela”; en: Garrido Alberto (2002) Documentos de la revolución bolivariana. Ediciones del autor, Caracas, Venezuela 
(4) Gomez; Emeterio: “Democracia social versus Socialismo del siglo XXI”. En: Ideologias: Máscaras del Poder. Debatiendo el Socialismo del siglo XXI. (John Magdaleno). Informe del Capitulo Venezolano del Club de Roma. Editorial El Nacional. 2009