Javier Biardeau R.
“Llamola utopía, voz griega cuyo significado
es no hay tal lugar.”
Quevedo
“Cumplidos los cien años, el individuo puede
prescindir del amor y de la amistad. Los males y la muerte involuntaria no lo
amenazan. Ejerce alguna de las artes, la filosofía, las matemáticas o juega a
un ajedrez solitario. Cuando quiere se mata. Dueño el hombre de su vida, lo es
también de su muerte. -¿Se trata de una cita? -le pregunté. -Seguramente.
Ya no nos
quedan más que citas. La lengua es un sistema de citas.”
(Utopía de un hombre que está cansado; Jorge Luis
Borges)
“Cuando yo uso una palabra, dijo Humpty Dumpty, en
un tono casi despectivo, yo digo exactamente lo que quiero decir, ni más ni
menos. El problema es, dijo Alicia, si usted puede hacer que las palabras
signifiquen cosas muy diferentes.
El problema es, dijo Humpty Dumpty, quién es el que
manda; eso es todo”.
(A través del Espejo. Lewis Carroll)
“La disipación del horizonte utópico beneficia la
tradición”.
(Josep Ramoneda. Apología del presente.)
ALGUNAS PALABRAS PRELIMINARES SOBRE LA OBRA DE RIGOBERTO LANZ:
Por razones azarosas, la ausencia de Venezuela me
impidió seguir los rituales sociales ante la partida física del sobretodo amigo
Rigoberto Lanz. Meditaba sin embargo, en medio de aquel largo vuelo, sobre la
significación y poderosa influencia de sus texturas discursivas en la
problematización del “mundo de vida” en el que estamos envueltos, así como en
las trayectorias de formación de vetas de pensamiento y de prácticas sociales
no exploradas en los “proyectos revolucionarios” instituidos, alejadas de cómodas consagraciones o de modas
intelectuales inducidas por identificación con el pensamiento hegemónico
occidental y sus marcas de reconocimiento institucional.
La conclusión de aquel diálogo interno fue que nada
había concluido con su partida, que no cabían despedidas, que su pathos vital se había proyectado tan
hondamente en diversos climas intelectuales y dinámicas sociopolíticas, que
quizás paradójicamente su obra sería reconocida aún con mayor fuerza, en la
medida en que sus enunciaciones cobraran más vigencia, legitimidad y efectos de
verdad.
A Rigoberto Lanz podríamos llamarlo “Maestro”,
reconociendo brechas generacionales, sus indudables méritos académicos o su agudo
rol de instigador permanente del difícil arte del pensamiento crítico en
América Latina y el Caribe. Podríamos llamarlo “Intelectual Militante” si
analizamos su permanente toma de postura en el espacio político y público, en
el campo de las tendencias de las izquierdas venezolanas, cuyos alientos
intelectuales por demás escasos, encontraba en su figura una de sus más geniales
excepciones; además de ser el creador y promotor central de la “Investigación
Militante”, articulada en una forma muy singular de marxismo crítico hasta llegar a diversos formatos de investigación
para animar un pensamiento radical en
el cruce entre la teoría crítica y un
posmodernismo oposicional, como lo
denominó alguna vez Boaventura de Sousa Santos.
Optamos por bajar un peldaño de la escalera, por
valorar como axioma fundamental (para adentrarnos en algunos hitos de su obra),
su excepcional condición humana, cultivada por su propia ética y estética de la existencia, marcada en su escritura por una
suerte de isotopía narrativa asociada a una apuesta existencial para una “revolución del cuerpo y la palabra”,
desde la postulación y ejercicio de una interpretación de la Teoría Crítica Radical, cuya proyección
fue muchas veces ignorada, banalizada o incomprendida, pero cuya consecuencia
inevitable era el reconocimiento de una actitud
inquebrantable de impugnación radical de toda relación de dominación, de enfrentamiento
a las coacciones duras y blandas sobre la subjetividad de las alteridades y
diferencias, incluida la dominación histórica en contra de la auto-valorización proletaria, aunque con
André Gorz se había interrogado sobre el
lugar del sujeto marxista en el contexto posmoderno, y su relación con el
término Multitud tan cercano a Negri o a Virno.
No era Rigoberto Lanz un sujeto-agente del posmodernismo neoconservador, sino un
quantum de energía, de una idea explícita y hasta el final implícitamente
asumida de “vanguardia” que Nietzsche
reivindicaba de una tribu intelectual muy especial: una “aristocracia del
espíritu”, pero sin recaídas elitistas, conservadoras o excluyentes. “Les hablo
desde el Pos-marxismo” comentó en uno de sus artículos en “A tres manos”,
dejando clara su relación con las constelaciones marxistas en el contexto de
los debates de la revolución bolivariana; es decir, desde un lugar indudable de
izquierda libertaria, alejado
definitivamente del mito-marxismo y del socialismo burocrático del que tan
poco parecen desprenderse los encandilamientos ideológicos de nuestros nóveles
revolucionarios.
Decía Rigoberto: “Por mi lado, puedo confesarles
que la obra de Marx o la tradición del marxismo crítico no me plantean ningún
trauma intelectual, ninguna dramática interrogación. Nada de eso. Funciono con
una suerte de marxismo de hecho sobre el cual no me detengo a tematizar. Lo
asumo tranquilamente como el idioma en el que escribo, como el aire que respiro
(…) En una transición epocal (posmoderna) como ésta en la que nos encontramos
me parece ridículo estar distrayéndose con preguntas a Marx. Estamos en otra
realidad, la agenda ha cambiado radicalmente, los problemas son otros, las
preguntas son otras. Desde luego que hay similitudes y contenidos estructurales
que persisten hoy como ayer (la pobreza y la exclusión, por ejemplo). Pero
sería ocioso planteárselo en clave del siglo XIX. Tan ocioso como querer hacer
quedar bien a Marx estirando los argumentos como si Marx estuviese haciendo la
cola en un McDonald’s.”
En fin, para Lanz así como ha sido vivida la época
del fin de la Modernidad, asistimos hoy a la época del fin del marxismo (tal
como fue pensado y practicado durante el siglo XX, por ejemplo). Ello lo que
nos plantea es el inmenso desafío de estar a la altura de parir una nueva
visión que pueda dialogar con la realidad que emerge. Cambiado el paradigma
anterior, cambiando los conceptos y categorías, cambiando el modelo cognitivo
que nos trajo hasta aquí. El pensamiento crítico tiene un enorme peso como
antecedente de cualquier posibilidad de construir alternativas en variados
campos, sobremanera, en el terreno de una visión del mundo que se haga cargo de
los atascos de esta patética humanidad que marcha con gran desparpajo hacia el
abismo (como lo plantea Edgar Morin en su libro que lleva justamente ese
nombre). Para Lanz estamos viviendo una verdadera revolución en el mundo del
trabajo, a tal punto que la idea misma de "trabajo" (junto con la de
"trabajador"), están transfigurándose en otra cosa. No era
preguntando a Marx cómo podríamos dar cuenta de las realidades emergentes.
Quedaba clara la significación del pos-marxismo.
Así mismo, en el terreno de la impugnación de las relaciones de dominación (explotación económica,
coerción política, hegemonía ideológica), no hubo concesión alguna.
Rigoberto Lanz no quebró su palabra de
insumisión y la intertextualidad emancipada que convocó (desde sus lugares
de enunciación: libros, artículos, opiniones, intervenciones, charlas), no
dejaron desde entonces de recorrer otras voces y otros cuerpos, pasando a ser conector
del flujo de fuerzas, de afectos, de agenciamientos y proposiciones para ampliar los espacios de libertad y
emancipación, como gustaba reiterar a Felix Guattari.
Rigoberto Lanz dejo una riquísima obra escrita para
ser apropiada por viejas y nuevas generaciones. Obra abierta, sin lugar a dudas, al campo de las diversas lecturas,
interpretaciones y recepciones. Pensamiento
radical difícil de distorsionar, para aquellos que quieran descalificar sus
orientaciones centrales, sus reiterados ejes de reflexión, sus afectos, su
entonación, su vibración e intensidad en la lucha
contra toda estructura de mando. Pensamiento
radical difícil de recuperar, para quienes desde el poder, quieran
deslastrarla de su compromiso por cambiar
de raíz la vida misma, por cuestionar
las condiciones generativas las gramáticas de sentido y significación, la
semiótica imbricada al ejercicio del poder, el papel del régimen de
representaciones ideológicas y de necesidades en las relaciones y modos de vida
dominantes. Pensamiento radical difícil
de simplificar, para quienes intentaran de modo idiota construir una suerte de “Manual
de Teoría Crítica Radical en Tiempos Posmodernos”.
En este marco, la transmisión fundamental de
Rigoberto Lanz fue, con un fuerte resabio en los mejores momentos críticos de
la Ilustración occidental: “Los manuales son para idiotas”, “atrévanse a pensar
por sí mismos” y “no bajen la cerviz”, no se dejen dominar, no sean
“hombres-masa”. Rigoberto alertaba permanentemente: “Cuidado con los
presupuestos e implicaciones de las estructuras de mentalización y los flujos
semióticos que las recorren de cabo a rabo”, que las constituyen como parte de los “sujetos sometidos”; porque al
identificarnos o integrarnos a un determinado régimen de necesidades y representaciones ideológicas, liquidamos
la plena expansión de la sensorialidad, la afectividad, la estética, ética y
nuestros engramas cognitivos.
En fin: apostar por una revolución del cuerpo y la
palabra. Por una comunidad de seres humanos libres. ¿Dijo usted: fin de la
utopía?
El pensamiento crítico radical que encarnó
Rigoberto, con toda la complejidad asumida en la trama de las narrativas de
disenso posmodernas, desde sus primeras
incursiones militantes en los debates marxistas, cuestionó frontalmente la doxa revolucionaria, sus lugares
comunes, pasando luego por un radical desprendimiento de las narrativas
desgastadas e infecundas del “ Marxismo,
el Socialismo y la Revolución” en clave de funcionarios
de aparato y burocracias de todos los pelajes; para lograr desde ese
momento una apertura ya definitoria hacía la Teoría Crítica Radical de fuerte impronta frankfortiana bajo la estela
de Herbert Marcuse, sin concesión alguna ante cualquier “recaída” o “renovación”
Habermasiana; posición de sujeto que mantuvo, no sin riesgos e
incomprensiones mayúsculas, hasta desembocar en la problematización de su
lugar, su legitimidad, validez y vigencia en el contexto de la transición
paradigmática del debate Modernidad-Posmodernidad.
Estos tres puntos nodales (marxismo crítico, teoría
crítica posmarxista y pos-modernidad oposicional) son, desde mi punto de vista,
los nudos que articulan los hilos de comprensión hermenéutica (y diría
ana-dialéctica y pluritópica) de su obra abierta, crítica e inconclusa. Eso no
excluye, por cierto, que existan otros hilos en una densa trama (como la
centralidad de la ecología profunda o la otra-democracia), que existan aristas
no exploradas, que el campo de su vasto campo de re-envíos teóricos, afectivos,
éticos y estéticos no desborden las recepciones simplificadas. Pero quisiera
ensayar esta lectura ya señalada, cuya aproximación fue expuesta en el CIPOST-UCV
en momentos donde se comenzaban a respirar los homenajes a su persona y su obra,
homenajes por siempre merecidos.
En mi intimidad, debo confesarlo, me disgustaba
hacerle homenajes en vida a Rigoberto Lanz, luego que el mismo diera a conocer
que había conciencia efectiva de la cercana experiencia a la cual se refería
aquella sentencia atribuida a Heráclito: “morir de vida, vivir de muerte”.
Quizás lo fundamental fuese reconocer los hilos de cada pacto secreto con
ciertos entramados discursivos que apuntaban a uno de los pliegues de las
emancipaciones posibles. Como se ha escrito sobre Heráclito:
“No obstante, siempre se requiere un primer paso,
el más importante de todo viaje iniciático. Toda enseñanza auténtica siempre
propone como primera iniciación abandonar la idea o imagen que tenemos de
nosotros mismos, la cual cristaliza en un ego falso. Hemos de adoptar un nuevo
punto de vista, desconectando la mirada de los hábitos psicológicos que definen
la personalidad superficial; reconociendo la propia nadidad, nuestra
insignificancia, nuestro ser nadie. Así se prepara el terreno para una
renovación o renacimiento a un nuevo y verdadero ego. Ser bañado por las aguas
del Ser requiere morir antes de morir. Morir de vida y vivir de muerte,
matizaría Heráclito: el hombre prende una
luz para sí mismo durante la noche cuando ha muerto pero aún vive. Es preciso
ser como niños para entrar al reino de los Cielos, nos dicen los evangelios.”
Así mismo, debemos reconocer que aunque hay una
obra riquísimamente escrita, abierta a la exploración e investigación a
profundidad, es preciso evocar los irrepetibles momentos donde la palabra y el
cuerpo, en el ambiente festivo que siempre inspiró, generaban sus propias
intensidades, irrepetibles, quizás indescriptibles. He allí la distinción entre
los enunciados y las enunciaciones, entre los textos y los contextos siempre abiertos
a múltiples recepciones, pero sin concesiones graciosas a la derecha, al
conservadurismo o los arcaísmos
pre-modernos. Con Rigoberto Lanz compartí sus deserciones ante los
cantos de sirena de los socialismos religiosos, o los populismos mediáticos y
pre-nocionales que tanto preocuparon a liberales como Sartori, Popper o
quizás a radicales como Bourdieu,
Guattari o Chomsky. Nada de eso, el pensamiento radical debía horadar cualquier
regresión al pantano donde la crítica quedaba simplemente muda por ausencia de
posibilidad real de disentir.
Las metáforas del camello, el león y el niño en
“Así habla Zaratrustra” en Nietzsche también nos remiten a quienes han
alcanzado esa visión de desciframiento de los poderes implicados en las
máquinas de significación y sentido. No
basta cuestionar las coacciones duras, las trampas evidentes de la hegemonía
ideológica, los entretelones de la explotación económica, es preciso ir
muchísimo más allá para enfrentar la cárcel del lenguaje mismo, de sus
gramáticas generativas, de su sistema de necesidades y pulsiones, de sus
seducciones coactivas.
Tengo la certeza que Rigoberto Lanz había desnudado
la filigrana microscópica de los engramas
del poder, su reproducción a partir de la sedimentación de hábitus,
prácticas y representaciones; e intuía e imaginaba cómo nuevas prácticas
emancipadas podían incluir (para evitar las tácticas de recuperación) algunas
metódicas para no recaer en lo práctico-inerte, en lo histórico-instituido, en
la estructuras cosificadas y mistificadoras, para que las líneas de despliegues
totalizadores, siempre abiertos, complejos y contradictorios, no fuesen a
encallar en las clausuras burocrático-autoritarias ya conocidas, en nombre de
una banalidad como la idea del mito-marxismo de la Totalidad en tanto sistema.
Un compromiso por la negatividad radical (Adorno) colocaba la lectura
dialéctica de lo real en las antípodas de los fetichistas de los sistemas
omnicomprensivos, de allí su exploración también pos-estructuralista al
pensamiento post-dialéctico, de la mano de Deleuze, Guattari y Derrida, entre
muchos otros. Cuestionamiento de los centros burocráticos de mando, apuesta
abierta por lo rizomático, los movimientos autogestionarios y las redes.
Si cómo señala el poeta y filósofo Borges, el lenguaje es un sistema de citas,
indaguemos entonces a través de cuáles citas, Rigoberto Lanz se lanzó a la
aventura de de-construir las relaciones
de dominación y los sentidos naturalizados, sobre todo utilizando aquellas citas que como oberturas, hacían de esas
páginas-puertas, un camino abierto hacia posibles senderos de ampliación,
siempre exigente, de los espacios para el pensamiento crítico y radical. Decimos oberturas, porque estas citas eran
condensaciones de sus ideas-fuerza, de las estratificaciones de sentido que
quería utilizar para irrumpir en un consenso establecido, además para no perder
su enunciación musical, pasión siempre presente en los cultos dionisiacos de
placer y vino, desde donde era posible ensayar la experiencia de las utopías
más cercanas al cuerpo, aun no prisioneras de abstracciones coaguladas.
En los tinteros quedaron fragmentos inconclusos
sobre lo que consideraba una trasmutación de la idea misma de “revolución”; es
decir, la necesidad misma de impensar
(como diría Inmanuel Wallerstein) la revolución como categoría misma, de
superar sus estereotipos más difundidos, evaluar el destino de un significante con
poderosos efectos históricos:
“Estoy cada vez más convencido de que dependemos de
presunciones dudosas que apenas se
debaten y que ancladas en el fondo de nuestras conciencias, desparecen y
reaparecen en mil formas distintas cada vez que la luz de la realidad social
nos revela su inadecuación. Difícil es avanzar a través de este laberinto.”
De manera que aún quedan muchas caras por explorar
del poliédrico pensamiento radical de
Rigoberto y su compromiso por ser fiel al abordaje de la complejidad del mundo social, histórico, intersubjetivo y singular.
Cada una de estas oberturas es fiel a la selección
de citas que el propio Rigoberto Lanz recogió y dispuso para cada uno de sus
libros y capítulos. Su orden cronológico ofrece algunas pistas sobre el uso de
sismógrafos para calibrar las corrientes de pensamiento. Una verdadera aventura
de conceptos que merece ser recorrida paso a paso, y como diría Nietzsche,
estableciendo una lectura vertical, en profundidad, como clavando un escarpelo
sobre los cambios de ambientes de sentido que le tocó vivir, desde la centralidad
inicial de Sartre, pasando por Marcuse, hasta el diálogo polémico con Negri y
Maffesoli. Avancemos en la cadena abierta de citas…
OBERTURAS A LA PROBLEMÁTICA DEL MARXISMO CRÍTICO:
“El conocimiento dialéctico del hombre, después de
Hegel y Marx, exige una nueva racionalidad. Al no querer construir esa
racionalidad con la experiencia, denuncio que hoy en día no se dice ni se
escribe, sobre nosotros y sobre nuestros semejantes, ni en el Este ni en el
Oeste, ni siquiera una frase, ni siquiera una palabra, que no sea un grosero
error” (Jean Paul Sartre: Critica de la Razón Dialéctica. Ver: Rigoberto Lanz: Dialéctica
de la Ideología (1975), Dialéctica del Conocimiento (1977), Para una Teoría del
Poder y del Partido (1979), El Marxismo no es una Ciencia (1980), Marxismo y
Sociología (1981), Razón y Dominación (1988))
“…no nos convertimos en lo que somos sino mediante
la negación íntima y radical de lo que han hecho de nosotros” (Jean Paul
Sartre: Prefacio a los condenados de la Tierra de Franz Fanon. Ver Rigoberto Lanz:
Dialéctica del Conocimiento (1977))
“La transición de Hegel a Marx es en todo respecto,
la transición de un orden de verdad esencialmente diferente, no susceptible de
ser interpretada en términos filosóficos”. (Marcuse. Razón y Revolución. Ver
Rigoberto Lanz: Dialéctica del Conocimiento (1977), El Marxismo no es una Ciencia
(1980))
“O el marxismo asume responsablemente el desafío de
su propia superación o se condena irremisiblemente al museo de la escolástica”.
(Rigoberto Lanz. Dialéctica del Conocimiento (1977))
“Aquel que se inclina ante el hecho consumado no es
capaz de enfrentar el porvenir.” (León Trotsky. La revolución Traicionada. En.
Rigoberto Lanz. Por una teoría del poder y del partido (1979))
“Precisamente, porque el marxismo no es un dogma
muerto, no es una doctrina acabada, lista, inmutable, sino una guía viva para
la acción, no podía dejar de reflejar en sí el cambio asombrosamente brusco de
las condiciones de la vida social. Este cambio se reflejó en una profunda
dispersión, separación, en vacilaciones de todo género, en una palabra, en una
crisis interna sumamente seria del marxismo…No es posible sustraerse a los
problemas que esta crisis plantea. Nada puede ser más pernicioso y sin
principios, que tratar de dejarlos de lado valiéndose de frases.” (V. I. Lenin.
En: Rigoberto Lanz. Por una Teoría del Poder y del Partido (1979))
“El marxismo, considerado como movimiento, y como
teoría, se encuentra actualmente en crisis. Pero no se trata ya de una crisis
en el interior del marxismo, sino de una crisis del marxismo mismo.” (Karl
Korsch. En: Rigoberto Lanz. Por una Teoría del Poder y del Partido (1979), El
marxismo no es una Ciencia (1980), Marxismo y Sociología (1981), Cuando todo se
derrumba (1991). Crítica de la razón ilustrada (1992))
“La lucha de clases conduce necesariamente a la
dictadura del proletariado” (Carlos Marx. Carta a Joseph
Weydemeyer.1852. En: Rigoberto Lanz. Por una teoría del poder y del partido
(1979))
“El marxismo no puede calificarse de “ciencia” ni
siquiera en el sentido burgués más amplio de la palabra ciencia”. (Karl Korsch.
Marxismo y Filosofía. En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es una Ciencia 81980),
Marxismo y Sociología (1981))
“…se trata de dar a luz no solo una ciencia del
hombre, sino de crear una nueva concepción de la ciencia que ponga en
entredicho y cambie e arriba abajo no sólo las fronteras establecidas, sino
también las piedras angulares de los paradigmas y, en cierto sentido, la propia
institución científica.” (Edgar Morin. El paradigma perdido: el paraíso
olvidado. En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es una Ciencia (1980))
“Mi método dialéctico no sólo es fundamentalmente
distinto del método de Hegel, sino que es en todo y por todo, la antítesis de
él”. (Carlos Marx. El Capital, tomo 1. En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es
una Ciencia (1980), Marxismo y Sociología (1981))
“La dialéctica será eficaz como Método, siempre y
cuando se mantenga necesaria como ley de la inteligibilidad y como estructura
racional del ser.” (Jean Paul Sartre. Crítica de la Razón Dialéctica. Tomo 1.
En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es una Ciencia (1980))
“… las categorías simples expresan relaciones en
las cuales lo concreto no desarrollado pudo haberse realizado sin haberse
establecido, aún, la relación o vínculo más multilateral que se expresa en la
categoría más concreta.” (Karl Marx. Elementos fundamentales para la crítica de
la economía política. En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es una Ciencia (1980))
“A la ciencia de la burguesía, Marx no oponía la
del proletariado, sino la revolución”. (Paul Mattick. Crítica de los
Neo-marxistas. En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es una Ciencia (1980),
Marxismo y Sociología (1981))
“Los mismos principios que hacen de la sociología
una ciencia especial la oponen a la teoría dialéctica de la sociedad” (Herbert
Marcuse. Razón y revolución. En: Rigoberto Lanz. Marxismo y Sociología (1981))
“Es evidente que la filosofía hablada y más aún la
escrita, por muy profunda o ingeniosa que pueda ser en sí misma, suena un poco
estúpida.” (Max Horkheimer. Apuntes. En: Rigoberto Lanz. Marxismo y Sociología
(1981))
“El conocimiento no sabe de otra luz como sea la
que resplandece desde la liberación misma, toda otra se extingue en la tarea de
la construcción imitativa y es sólo un trozo de técnica.” (Adorno. Mínima
Moralia. En: Marxismo y Sociología (1981))
“¿En qué relación está el marxismo con la moderna
ciencia sociológica”? Karl Korsch. Karl Marx. En: Rigoberto Lanz. Marxismo y
Sociología (1981))
“…Toda verdad es simple. ¿No es esto una mentira
duplicada?” (Friedrich Nietzsche. Crepúsculo de los ídolos. En: Rigoberto Lanz.
Marxismo y Sociología (1981))
OBERTURA A LA PROBLEMÁTICA DE LA TEORÍA CRÍTICA RADICAL:
“Los intelectuales no han hecho sino interpretar el
marxismo, se trata ahora de transformarlo.” (Henri Lefebvre. La revolution nést
plus ce qu´elle etait. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación (1988))
“la hora de los meteoros no ha llegado todavía. La
lluvia simple se lanza contra los ríos inmóviles. El ruido malicioso de las
mareas va al laberinto de la humedad. Al contacto de las estrellas fugaces, los
ojos ansiosos de las mujeres se cerraron por muchos años. Ellas no verán sino
la tapicería del cielo de junio y de los altos mares. Sin embargo, existen los
ruidos magnéticos de las catástrofes verticales y de los acontecimientos
históricos.” (André Bretón/Phillipe Soupault: les champs magnétiques. En:
Rigoberto Lanz. Razón y Dominación (1988))
“Los individuos reproducen en sus propias
necesidades la sociedad represiva, incluso a través de la revolución, y es
exactamente esta continuidad de las necesidades represivas la que hasta el
presente ha impedido el salto de cantidad a la calidad de la sociedad libre”.
(Herbert Marcuse. El Fin de la Utopía. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación
(1988))
“¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?
Nosotros tenemos respuestas físicas, biológicas, antropológicas, sociológicas,
históricas, cada vez más acertadas a estas preguntas. ¿Pero estas respuestas no
abren cuestiones mucho más vastas que aquellas que pretenden cerrar?”. (Edgar
Morín. Pour Sortir du vingtieme siecle. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación
(1988))
“La nueva sensibilidad ha llegado a ser…praxis:
emerge allí en la lucha contra la violencia, allí donde esta lucha se encamina
a lograr modos y formas de vida esencialmente nuevos: negación total del
sistema establecido, de su moralidad y su cultura; afirmación del derecho a
construir una sociedad en la que la abolición de la violencia y el agotamiento
desemboque en un mundo donde lo sensual, lo lúdico, lo sereno y lo bello
lleguen a ser formas de existencia y, por lo tanto, la forma de la sociedad misma”. (Herbert Marcuse. Un ensayo sobre la
liberación. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación (1988))
“El Socialismo significaba una vez la promesa de
otra civilización, más elevada, capaz de resolver los problemas fundamentales
de la humanidad, de la satisfacción como de la liberación del individuo. En
tanto el movimiento socialista ha tomado vuelo, la cuestión era la emancipación
general del hombre, y no simplemente ese bienestar mediocre, limitado, sobre
cuyo terreno intentamos en vano ganarle al capitalismo de velocidad”. (Rudolf
Bahro. Je continuerai mon chemin. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación (1988))
“Toda literatura es probablemente una versión de
ese apocalipsis que me parece enraizarse, cualesquiera sean las condiciones
socio-históricas, en la frontera frágil (borderline) donde las identidades
(sujeto/objeto, etc) no son, o son apenas, dobles, borrosas, heterogéneas,
animales, metamorfoseadas, alteradas, abyectas”. (Julia Kristeva. Pouvoirs de
l´horreur. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación. (1988))
OBERTURA A LA PROBLEMÁTICA DE LA MODERNIDAD-POSMODERNIDAD EN CLAVE DE
PENSAMIENTO RADICAL
“La ausencia de movimientos poéticos refleja uno de
los grandes cambios que ha experimentado nuestra época: el ocaso de la
tradición de la ruptura. Es uno de los signos que anuncian ya sea el fin de la
modernidad o su transformación” (Octavio Paz. La otra voz. En: Rigoberto Lanz.
Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“Asistimos al crepúsculo del futuro. La baja de la
idea de Modernidad, y la boga de una noción tan dudosa como “posmodernidad””.
(Octavio Paz. Revista Vuelta. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba.
Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“¿Por qué está tan difundido el malestar en el
bienestar de la modernidad y donde están las fuentes de esos aspectos de la
Modernidad que tornan particularmente doloroso este malestar”. (Leszek
Kolakowski. La Modernidad siempre a prueba. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se
derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“En la medida en que uno se porte bien, uno no
existe”. (E.M.Cioran. La chute dans le temps. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo
se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“Comienza entonces la loca carrera del ideal de
productividad y la ideología del progreso, engranaje sin fin donde la movilidad
maquinista brinda la impresión del cambio cualitativo” (Michel Maffesoli.
Logique de la domination. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica
de la Razón Ilustrada. (1991))
“…la organización sexual es la prefiguración de la
organización del lenguaje”. Gilles Deleuze. Logique du Sens. En: Rigoberto
Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“Si bien la actividad sexual aparenta un mal por su
forma y sus efectos, ella no es en sí misma un mal”. (Michel Foucault. Le souci
de soi. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón
Ilustrada. (1991))
“Nosotros no escuchamos más los llamados a la
transformación de la sociedad y del estado; nos parecen sospechosas todas las
movilizaciones y todas las ideologías; no obstante, sentimos la necesidad de
habitar el mundo que nosotros ya hemos reconstruido en lugar de acampar al
margen, en las ruinas de nuestra historia”. (Alain Touraine. El retorno del
actor. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón
Ilustrada. (1991))
“La actual degeneración burguesa del marxismo en
Rusia se parece en lo fundamental a la degeneración que progresivamente afectó
a las varias corrientes del marxismo occidental…” (Karl Korsch. Crítica del
bolchevismo. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón
Ilustrada. (1991))
“Si el consumo parece irrefrenable, es justamente
porque es una práctica totalmente idealista que no tiene nada que ver con la
satisfacción de necesidades ni con el principio de realidad”. (Jean
Baudrillard. El sistema de los objetos. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se
derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“me parece que hablando de un capitalismo de nuevo
tipo uno puede dar cuenta de modo mucho mejor de las relaciones sociales
fundamentales del sistema económico y social soviético…” (Charles Bettelheim.
La lucha de clases en le URSS. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba.
Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“La singularidad de esta historia no excluye
evidentemente, que puedan extraerse de ella lecciones universales”. (Charles
Bettelheim. La lucha de clases en le URSS. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se
derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“habremos de preguntarnos con seriedad y fuera de
todo prejuicio, si en la situación en la que hoy realmente nos encontramos y
desde un punto de vista marxista, precisamente, no estarán en posesión de la
razón cuantos renuncian por el momento a seguir alentando la llama
revolucionaria…”.(Karl Korsch. ¿Qué es la socialización? En: Rigoberto Lanz.
Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“El monopolio de la información, del saber, de la
Verdad, corre parejo con el monopolio de la decisión y de la programación
política, económica y social, la cual va pareja con el control
político-policial de todos los sectores y compartimientos de la sociedad”.
(Edgar Morin. De la naturaleza de la URSS. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se
derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“Trabajar por la radicalización de la conciencia
significa hacer explícita y consciente la discrepancia material e ideológica
entre el escritor y el pueblo” (Herbert Marcuse. La dimensión estética. En:
Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“… he tratado por mi parte de liberar el
materialismo histórico de su lastre de filosofía de la historia”. (Jurgen
Habermas. Teoría de la acción comunicativa. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se
derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“En Europa la izquierda y el movimiento obrero han
cargado sobre sus espaldas el pesado fardo del progreso y del sentido de la
historia”. (Giacomo Marramao. Poder y secularización. En: Rigoberto Lanz.
Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“las opciones organizaciones del movimiento
por-venir deberán ser repensadas independientemente de las referencias
políticas e ideológicas del movimiento obrero tradicional que lo ha conducido a
la derrota”. (Felix Guattari/Toni negri. Los Nuevos espacios de libertad. En:
Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))
“Si uno cree todavía en el viejo adagio según el
cual es el punto de vista sólidamente sostenido lo que constituye un dominio
cualquiera en “disciplina” y le confiere estatus de objeto de investigación, es
efectivamente ese espacio semiótico poblado de formas cognitivas fantasmizadas,
donde lo racional y lo irracional se han fusionado en racionalidades diversas y
en configuraciones patémicas múltiples, lo que es el lugar homogéneo de
nuestras exploraciones”. (A.J. Greimas/J. Fontanille. Semiótica de las
pasiones. En: Rigoberto Lanz. La teoría social hoy. Critica de la razón
académica. (1992))
“El compromiso de colaborar en la realización a
largo plazo y aproximativa de las condiciones de aplicación de una ética
discursiva no está unido, de ninguna manera, a la expectativa de una
“revolución mundial” y de un “reino de libertad” erigido a partir de aquella”.
(Karl Otto Apel. Teoría de la verdad y ética del discurso. En: La teoría social
hoy. Critica de la razón académica. (1992))
“¿No podemos decir entonces que la imaginación
misma por obra de su función utópica tiene un papel constitutivo en cuanto a
ayudarnos a repensar la naturaleza de nuestra vida social?”. (Paul Ricoeur.
Ideología y Utopía. En: La teoría social hoy. Critica de la razón académica. (1992))
“Pensemos un tiempo sin que se pueda hablar mucho
de Marx, porque ha habido, además, muchos Marx”. (Victoria Camps. Revista
Babelia. En: La teoría social hoy. Critica de la razón académica. (1992))
“No basta, en efecto, con cambiar las palabras, las
imputaciones…para ponerse en situación de comprender menos mal este mundo en
conmoción”. (George Balandier. El Desorden. En: La teoría social hoy. Critica
de la razón académica. (1992))
“La disipación del horizonte utópico beneficia la
tradición”. (Josep Ramoneda. Apología del presente. En: La teoría social hoy.
Critica de la razón académica. (1992))
“Todo lo que los filósofos han venido manejando
desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no salió vivo nada
real”. (F. Nietzsche. Crepúsculo de los ídolos. En: Rigoberto Lanz. El discurso
posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Bajo el efecto de todo un conjunto de factores
convergentes, las conquistas intelectuales (para comenzar la disposición
crítica que ha sido a la vez producto y la garantía de su autonomía) están
amenazadas”. (Pierre Bourdieu. Las reglas del arte. En: Rigoberto Lanz. El
discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Hay verdades tales que son las cabezas mediocres
las que mejor las perciben, pues son las más conformes a ellas; hay verdades
tales que sólo poseen atractivos y fuerzas de seducción para espíritus
mediocres…” (F. Nietzsche. Más allá del bien y del mal. En: Rigoberto Lanz. El
discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Lo que nos habíamos propuesto era nada menos que
comprender por qué la humanidad, en lugar de entrar en un estado verdaderamente
humano, desembocó en nuevo género de barbarie.” (Max Horkheimer y Theodor
Adorno. Dialéctica del Iluminismo. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno.
Critica de la razón escéptica. (1993))
“La modernidad es lo transitorio, lo fugaz, lo
contingente, la mitad del arte; así la otra mitad es lo eterno y lo inmutable”.
(Charles Baudelaire. Obras completas. En: Rigoberto Lanz. El discurso
posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Si lo moderno estuvo guiado por las culturas
anglosajonas, ¿No podrá la posmodernidad ser la época de las culturas
latinas?”. (Gianni Vattimo. La sociedad transparente. En: Rigoberto Lanz. El
discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Asistimos al crepúsculo del futuro, la baja de la
idea de Modernidad, y la boga de una noción tan dudosa como postmodernidad…”
(Octavio Paz. Revista Vuelta. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno.
Critica de la razón escéptica. (1993))
“La historia como primor de Hegel y de Marx, esta
encarnación de la razón que nos juzga y que nos arbitra, es la historia de los
vencedores”. (Milan Kundera.Un Occident Kinappé. En: Rigoberto Lanz. El
discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Estos últimos años se han caracterizado por un
milenarismo invertido en el que, en vez de hacer premoniciones catastróficas o
redentoras sobre el futuro, se emiten juicios sobre el fin de una u otra cosa: fin
de la ideología, del arte o de las clases sociales…Todo esto, junto, podría
constituir lo que se denomina, cada vez, posmodernismo”. (F. Jameson.
Posmodernismo: lógica cultural del capitalismo tardío. En: Rigoberto Lanz. El
discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“La idea ilustrada de “razón” encarna dicha teoría:
la teoría que postula que existe una relación entre la esencia histórica del
alma humana y la verdadera moral que garantiza que la discusión libre y abierta
producirá una respuesta correcta a cuestiones morales y científicas”. (Richard
Rorty. La primacía de la democracia frente a la filosofía. En: Rigoberto Lanz.
El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Mediante una revolución acaso se logre derrocar el
despotismo personal y acabar con la opresión económica o política, pero nunca
se consigue la verdadera reforma de la manera de pensar, sino que, nuevos
prejuicios en lugar de los antiguos, servirán de riendas para conducir al gran
tropel”. (Emmanuel Kant. Filosofía de la Historia. En: Rigoberto Lanz. El
discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Si la moral se ha vuelto tan compleja y tan
contradictoria, es porque los valores morales han dejado de constituirse en el
terreno de la vida para cristalizarse en una región trascendental, no
conservando más que débiles contactos con las tendencias vitales e
irracionales”. (E.M. Cioran. En las cimas de la desesperación. En: Rigoberto
Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Hubo un tiempo acaso en que ser hombre era un
drama. Ahora es, más bien, una telenovela, hecho que habla positivamente de
nuestras posibilidades de inmortalizarnos: para qué morir si se tiene la
desgracia de existir”. (Hector Subirats: El escepticismo feliz. En: Rigoberto
Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Si es cierto que la complejifización que se está
desarrollando desde hace cierto tiempo ha llegado a las regiones del
pensamiento y el lenguaje, la idea de que puede salirse de lo complejo,
consiguiendo un consenso en la interlocución, eso se llama diálogo, me parece
una idea falsa”. (Jean-Francois Lyotard. El laberinto de los inmateriales. En:
Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“La plena humanidad pertenece a aquel que sepa
utilizar las oportunamente todos los medios: golpear, decir, hacer silencio”.
(Jean Starobinski. Le remede dans le mal. En: Rigoberto Lanz. El discurso
posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Obnibulados, como estamos, por las grandes
entidades que se han impuesto a partir del siglo XVIII –la Historia, la
Política, la Economía, el Individualismo- tenemos algunas dificultades para
centrar nuestra mirada en ese “concreto más extremo” (W. Benjamín) que es la
vida sin atributos”. (Michel Maffesoli. El Tiempo de las Tribus. En: Rigoberto
Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))
“Hoy en día ningún movimiento colectivo se plantea
la toma del poder” (Alain Touraine. ¿Podemos vivir juntos? En: Rigoberto Lanz.
Crítica de la razón formal. (1998))
“Ningún Lúcido puede alimentar ilusiones
antropológicas, confiar en doctrinas que aseguren el mejoramiento humano, que
pretendan plasmar al hombre nuevo”. (Saúl Yurkievich. La Movediza Modernidad.
En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“No hay progreso en la historia salvo en el ámbito
instrumental”. (Cornelius Castoriadis. Revista Estudios. En: Rigoberto Lanz.
Crítica de la razón formal. (1998))
“En el entusiasmo producido por el descubrimiento
de los poderes científicos y tecnológicos, el hombre moderno ha construido un
sistema de producción que viola a la naturaleza y un tipo de sociedad que
mutila al hombre”. (E.F. Shumacher. Lo pequeño es hermoso. En: Rigoberto Lanz.
Crítica de la razón formal. (1998))
“la idolatría del mercado y la monarquía absoluta
del dinero que es su expresión política, conducen a nuestras sociedades-todas
nuestras sociedades a la decadencia y la muerte”. (Roger Garaudy. Les
Fossoyeurs. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“Nosotros estamos sin duda alguna en el fin de una
cierta ideología de la ciencia”. (Ilya Prigogine. Le cerveau pensé-til?. En:
Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“Si nosotros calificamos de sistema tecnocrático la
organización que reina hoy día es porque la técnica amenaza con instaurarse
como tirano de la humanidad”. (Konrad Lorenz. L´Homme en péril. En: Rigoberto
Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“Esta ideología de los Cortés y los Pizarro de
ecosistema conduce en los hechos al suicidio, la naturaleza vencida es la
autodestrucción del hombre”. (Edgar Morin. Sociología. En: Rigoberto Lanz.
Crítica de la razón formal. (1998))
“Algo totalmente distinto ocurre con la ecología
que se apoya en una crítica interna de las sociedades democráticas. Reformista
en esencia, coincide en buena parte con la que se ha designado como
ambientalista y superficial”. (Luc ferry. Ecología profunda. En: Rigoberto
Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“Nuestro universo es parcialmente causal,
parcialmente probabilista y parcialmente abierto: él es emergente” (Karl
Popper. L´Univers irresolu. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“…una época pos moralista coincide con el cultivo
de nuestros valores centrados sobre la naturaleza, con eso que ahora se llama
una ética del ambiente”. (Gilles Lipovetsky. Le crepuscule du devoir. En:
Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“Hay una gran dificultad para reconocer el mito
escondido bajo la etiqueta de ciencia o la razón”. (Edgar Morín. El Método. Las
ideas. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
La antigua alianza está rota; el hombre sabe al fin
que está solo en la inmensidad indiferente del Universo de donde ha emergido
por azar. Igual que su destino, su deber no está escrito en ninguna parte.
Puede escoger entre el reino y las tinieblas”. (Jacques Monod. El azar y la
necesidad. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“Incluso si la humanidad no ha de morir en las
perturbaciones patológicas de su civilización, incluso si ella escapara de los
riesgos de autodestrucción, estaría todavía amenazada de decadencia y de
regresión”. (Konrad Lorenz. L´homme das le fleuve du vivant. En: Rigoberto
Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“La influencia de Marx no se mide en nombre de los
historiadores que se declaran marxistas…” (Eric J Hobsbawm. Karl Marx y la
historia. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“La peor es la massmediatización embrutecedora a la
cual son hoy condenados millones de individuos”. (Felix Guattari. Caosmosis.
En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“El mal de la democracia hoy es la anestesia
catódica de la vida política”. (George Balandier. El poder en escenas. En:
Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“El pasaje de la modernidad a la posmodernidad es
la ocasión de numerosas puestas en cuestión de eso que hasta hoy era evidente:
uno ya no se satisface de una historia soberana y lineal; el proyecto político
no ejerce más la misma fascinación; la naturaleza ya no es considerada como un
objeto inerte a explotar; el individuo ya no es resentido como la razón última
de toda vida en sociedad”. (Michel Maffesoli. Au Creux des Apparences. En:
Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))
“El agotamiento de la idea de sociedad marca ante
todo una nueva etapa de la modernidad y de la secularización”. (Alain Touraine.
Critica de la modernidad. En: Crítica de la razón formal. (1998))
“Ahora que hemos cerrado los ojos de la revolución,
cerrado los ojos sobre la revolución, ahora que hemos derribado el muro del
odio; ahora que los labios de la contestación están cerrados (con el azúcar de
la historia en la lengua); ahora que el espectro del comunismo, ni incluso el
del poder, amenazan ya a Europa…no tenemos más elección de avanzar, de
perseverar en la destrucción actual, ni de retroceder sino sólo afrontar esta
ilusión radical”.(Jean Baudrillard. La ilusión del fin. En: Crítica de la razón
formal. (1998))
“Nosotros perdemos sin cesar nuestras ideas”.
(Felix Guattari/Gilles Deleuze. ¿Qué es la filosofía? En: Crítica de la razón
formal. (1998))
“El proyecto de una transformación social puede
considerarse irrealizable porque contradice determinadas leyes científicamente
establecidas…Creo que sólo podemos hablar de utopía en este último sentido,
esto es, cuando un proyecto de transformación social efectivamente contradice
efectivamente leyes científicas comprobables y comprobadas. Únicamente así un
proyecto es utópico en sentido estricto, es extra-histórico.” (Herbert Marcuse.
El fin de la utopía. En: Crítica de la razón formal. (1998))
“Lo verdaderamente desalentador de nuestro tiempo
no es tanto, por sí misma, la presión que gravita sobre el hombre cuando su
ductilidad…lo que a mi entender es nuevo es que los hombres no se permitan ya
sufrir por la situación social, sino que se apropien y suscriban ellos mismos
en todo lo posible lo que se les hace”. (Max Horkheimer. Sociología. En: Rigoberto
Lanz. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder. (1998))
“… la sujeción del hombre a sus instrumentos de
trabajo, al aplastante aparato totalitario de producción y destrucción, ha
llegado hoy a tal punto que este aparato constituye una fuerza que escapa a
todo control; cosificado bajo el velo engañoso de la técnica, emboscado tras el
interés nacional movilizado en su propio beneficio, este poder parece moverse
por sí mismo y arrastrar a toda la población adoctrinada e integrada a él”.
(Herbert Marcuse. Re-examen del concepto de revolución. En: Rigoberto Lanz. La
deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder. (1998))
“La opinión común, esta famosa doxa a partir de la
cual una época ha elaborado su sistema de representación”. ( Michel Maffesoli.
Au creux des apparences. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del sujeto.
Para una semiótica del poder. (1998))
“la tradición de los oprimidos nos enseña que el
“estado de excepción” en el cual vivimos es una regla”.(Walter Benjamín.
Essais. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica
del poder.(1998))
“El significado de nuestra investigación consiste,
pues, en la propuesta de un sujeto nuevo, capaz de posibilidad; posibilidad de
posibilidad, en un ser-mundo, en una historicidad de otro modo exhausta. Fuera
de tal hipótesis no hay filosofía, no existe ciencia y, sobre todo, no hay
liberación”. (Toni Negri. Fin de siglo. En: Rigoberto Lanz. La deriva
posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder.(1998))
“Nosotros vivimos y no sabemos para qué sirve
nuestra vida. Morimos y no sabemos a dónde nos conduce nuestra muerte”. (Ernst
Bloch. El espíritu de la Utopía. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del
sujeto. Para una semiótica del poder. (1998))
“Pero la amenaza del “espantajo de la
automatización” es en sí misma ideológica”. (Herbert Marcuse. La agresividad en
la sociedad industrial avanzada. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del
sujeto. Para una semiótica del poder. (1998))
“La comprensión de la relación eventual entre la
libertad humana y lo imprevisible del devenir del mundo parece rebasar las
capacidades del pensamiento humano”. (Konrad Lorenz. L´Homme en péril. En:
Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder.
(1998))
“…continuamos analizando y juzgando los hechos
sociales con criterios venidos de otros tiempos”. (Michel Maffesoli. El ritmo
de la vida. En: Rigoberto Lanz. El discurso político de la posmodernidad. (2006))
“…no estamos en el contexto del final de la
historia sino más bien en los albores del escenario posliberal de la política”.
(Benjamín Arditi. Trayectoria y potencial político de la sociedad civil. En:
Rigoberto Lanz. El discurso político de la posmodernidad. (2006))
“Hoy nos sentimos incómodos con una politología que
da muestras de intrascendencia, y a veces de esterilidad”. (Javier Roiz. La
recuperación del buen juicio. En: Rigoberto Lanz. El discurso político de la
posmodernidad. (2006))
“…a una moral impuesta desde arriba y abstracta, yo
opongo una ética que mana de un grupo determinado y que es fundamentalmente
empática”. (Michel Maffesoli. El Tiempo de las tribus. En: Rigoberto Lanz. El
discurso político de la posmodernidad. (2006))
“Desde el mundo geo-histórico propulsado por la
modernidad emerge un mundo virtual, propulsado por la posmodernidad”. (Octavio
Ianni. Enigmas de la Modernidad-mundo. En: Rigoberto Lanz. El discurso político
de la posmodernidad. (2006))
Revisitadas cada una de estas citas, permítanme
delirar con una ficción necesaria para el alumbramiento de las utopías:
Convocado a la asamblea de los Dioses, la entrada de Rigoberto Lanz con su
escritura, vino y carcajadas a cuestas, hizo que Zeus se mostrará inquieto ante
semejante personaje. Revisó mentalmente cada línea de ese osado espíritu, una
mezcla de Diógenes, Heráclito, un maltrecho barbudo que llamaron quizás Marx, junto a don bigotes Nietzsche.
Zeus ante el campo magnético de los fuegos que se abrían desde cada texto libró
una orden, no sin cierto desdén ante el evidente descalabro de las sacrosantas
jerarquías.
No quedó otra: ¡Liberen a Prometeo!
Gracias Rigoberto…
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