Javier Biardeau R.
“Así que estamos en una etapa
de transición apuntando a algo que pudiéramos llamar el post-capitalismo
y ese post-capitalismo, al mismo tiempo, también pudiera ser llamado
pre-socialismo, es una verdadera transición histórica, algo está muriendo
pero no ha terminado de morir y algo está naciendo pero no ha terminado de
nacer; nosotros estamos en esa construcción, estamos en esa
construcción, además, a lo largo de varias líneas estratégicas que no
debemos perder nunca de vista los venezolanos y todos nosotros, una de esas
primera líneas estratégicas es la línea moral, lo moral.” (Chávez,
Discurso en el festival de la juventud y los estudiantes, 2005)
“Lenin definió en 1922 las tareas
de la Revolución rusa como “poder soviético y electrificación”, es decir, la
construcción del Estado socialista y el desarrollo de las fuerzas productivas. En
Venezuela, en 2005, las tareas son seis: 1. Construcción de un Estado de
derecho eficiente; 2. Desarrollo de las Fuerzas Productivas; 3. Construcción
del Poder popular; 4. Avanzar la teoría de la transformación desarrollista y
socialista; 5. Construcción del Bloque Regional de Poder y, 6. Desarrollo de la
vanguardia y de los cuadros medios.” (Heinz Dieterich; Ponencia en el
Festival de la juventud y los estudiantes; 2005)
“El vivo, efectivo y pleno
ejercicio del poder popular protagónico es insustituible condición de
posibilidad para el socialismo bolivariano del siglo XXI. Por eso mismo, es
la base fundamental y el vértice principal del Proyecto Nacional Simón Bolívar.
Primer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007–2013:
nuestra carta de navegación en este ciclo que está culminando, enfatiza
rotundamente su papel estratégico. Papel estratégico que en el próximo ciclo
debe acentuarse todavía más.” (Programa de Gobierno de Hugo Chávez; 2012)
“¿Qué es el Socialismo del Siglo
XXI? Es una civilización cualitativamente distinta a la civilización
burguesa. ¿Distinta en qué? En su institucionalidad. De ahí, que ser
revolucionario significa hoy día luchar por sustituir la institucionalidad del
status quo, es decir: 1. La economía de mercado por la economía de valor democráticamente
planeada; 2. El Estado clasista por una administración de asuntos públicos al servicio
de las mayorías y, 3. La democracia plutocrática por la democracia directa.”
(Heinz Dieterich; Ponencia en el Festival de la juventud y los estudiantes; 2005)
Entre los aspectos tangenciales
que se omiten cuando se habla actualmente del “legado revolucionario de Chávez”
en el ámbito ideológico es el de la influencia (determinante o no) de las
ideas de Heinz Dieterich en la formulación del “socialismo bolivariano del
siglo XXI”.
Este es un tema sumamente
escabroso y polémico sobre el cual la evidencia documental sólo aporta algunas
pistas, tanto de encuentros como de desencuentros entre Chávez y Dieterich,
sobremanera condicionadas por un conjunto de factores intelectuales y
políticos, en los cuales se entrecruzan dos trayectorias biográficas de muy
distinta procedencia, así como proyectos con distintos modos de
fundamentación científica y legitimación política.
Para Chávez, la conceptualización
del socialismo bolivariano pasaba por la reiteración de la idea del sistema de
gobierno de Simón Bolívar: “Continuar construyendo el socialismo bolivariano
del siglo XXI, en Venezuela, como alternativa al sistema destructivo y salvaje
del capitalismo y con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social,
mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad” para nuestro
pueblo.” (Programa de Gobierno de Hugo Chávez; 2012)
Para Dieterich, la
conceptualización del socialismo del siglo XXI pasa por un largo debate en las
tradiciones de izquierda sobre las deficiencias del modelo socialista
soviético, así como por problemas sustantivos de la propia teoría de Marx,
Engels y Lenin acerca de los problemas institucionales y políticos de la
transición, la teoría del valor-trabajo, la contabilidad del valor en la
economía socialista, la significación del desarrollo de las fuerzas
productivas, la ciencia y la tecnología, y el lugar de la democracia
participativa en el nuevo proyecto histórico. (El Socialismo del Siglo XXI;
2002)
De hecho, existe toda una
literatura, no sólo de opinión sino en las ciencias sociales e históricas, que
plantea reiteradamente la hipótesis de clara asociación entre la supuesta
popularización o difusión de las ideas del socialismo del siglo XXI por Chávez
y las funciones de fundamentación teórica por parte de Heinz Dieterich,
cuando de lo que se trata es de indagar, con base al contraste riguroso de
fuentes documentales, la influencia determinante de los planteamientos de
Dieterich en el discurso, práctica política y acción de gobierno de Chávez.
Por nuestra parte, creemos que tal
asociación es bastante débil y que la forma de conceptualización y difusión
realizada por Chávez tiene sólo algunos “aires de familia” en pocos aspectos retóricos de la teoría de
Dieterich (Bloque Regional de Poder, Democracia Participativa), pero muchas
diferencias con el proyecto planteado en todo lo relativo a la
conceptualización de la transición y la economía socialista. Es más, creemos
que todos aquellos que consideran que la acción política de Chávez se inspiraba
en la teoría de Dieterich estaban francamente extraviados.
Esta problemática de relaciones Chávez-Dieterich
tiene que ver con un asunto que hemos referido en otros trabajos. La derecha
internacional y la orquestación mediática intento troquelar la leyenda de la
influencia determinante de supuestos asesores de Chávez (es que Chávez no
podía pensar), “los que le ponían las ideas ya masticadas en su agenda política”.
De modo que frente a la
leyenda de las influencias determinantes de asesores, me inclino a pensar y
plantear otra hipótesis: es poco probable que Chávez haya recibido una
influencia determinante de un pensador específico. Incluso hay evidencia
documental que lleva a pesar todo lo contrario, en especial con la relación Dieterich-Chávez.
Por esto es tan importante
referirse al período 2004-2006 en la apuesta de Chávez acerca de los ejes
anti-imperialistas y anticapitalistas de su proyecto nacional. Habría que
analizar con mayor profundidad el campo heterogéneo de influencias en los
planteamientos ideológicos de Chávez, más que suponer la influencia
determinante de las tesis teóricas planteadas por una figura intelectual o política
en particular. Cotejar con rigor y con honestidad de las fuentes, las
entrevistas dadas y discursos de Chávez en diversos contextos, contrastarlo con
los diversos planteamientos teóricos e ideológicos, todo esto sigue siendo una
investigación central para comprender el devenir de las ideas-fuerza de la
Revolución Bolivariana.
Si a esto le agregamos las
propias opiniones de Dieterich en su deslinde o ruptura de Chávez, se van
despejando muchas hipótesis de respetables analistas e intelectuales que fabricaron
la leyenda “Chávez-Dieterich”.
Tal leyenda se construye a partir
de algunas proposiciones fundamentales enlazadas lógicamente de la siguiente
manera:
a) El
Socialismo del siglo XXI comenzó a difundirse como concepto en 1996, por
el marxista alemán Heinz Dieterich Steffan,
b) El
Socialismo del siglo XXI adquiere popularidad desde enero de 2005,
cuando fue presentado como proyecto por Hugo Chávez, Presidente de Venezuela,
en el Foro Social mundial de Porto Alegre-Brasil, con pretensiones de ser
aplicado en Venezuela y exportado como modelo hacia otros países.
Pero entre estas proposiciones
hay algunos contrabandos, premisas y supuestos que hay que desmontar
radicalmente con base a algunos interrogantes simples:
¿Menciona acaso Chávez en su
discurso en el Foro Social de Porto Alegre-Brasil a Dieterich, o a las ideas de
Dieterich?
Si Chávez es un “popularizador”
de un “concepto”, entonces habría que demostrar cómo la difusión del concepto muestra
algún tipo de relación que el campo de las nociones, conceptos y categorías
elaboradas por el campo teórico al que pertenecen las referencias de Dieterich
(¿Grupo de Bremen, Grupo de Escocia?).
Planteemos otra pregunta simple:
¿Las bases teóricas del Socialismo del siglo XXI que justifico Hugo Chávez han
sido expuestas por el marxista Heinz Dieterich Steffan, en el libro Hugo Chávez
y el Socialismo del siglo XXI (Dieterich Steffan, 2007)?
Desde mi punto de vista, la
respuesta en mayor grado negativa. Creo que no hay que perder de vista los
hechos, relatados incluso por Heinz Dieterich.
El día 15 de Agosto de 2011 el
diario Venezolano “El Universal” publica un artículo titulado: “El día de la
ruptura con Hugo Chávez”. El artículo en realidad parece haber sido publicado
originalmente en el portal web Kaosenlared. Actualmente parece ser imposible
encontrar su huella original en tal portal web. En aquel artículo, Heinz Dieterich
relató lo que denominó “Ruptura en el Festival Mundial de la Juventud”.
Tal festival fue realizado en el año 2005, más precisamente un 13 de agosto:
“El día 13 de agosto de 2005, en
el marco del Festival Mundial de la Juventud, el Presidente había autorizado un
gran acto público sobre el Socialismo del Siglo XXI, en el Teatro Teresa
Carreño. Ante dos mil dos cientos participantes de todo el mundo, Darío Vivas,
Nicolás Maduro y Yo explicaríamos el nuevo orden social. Después de mi
intervención, el Presidente pronunciaría las palabras de la clausura.”
El propio Heinz Dieterich relata
su punto de vista sobre tal evento:
“Hablar ante más de dos mil
jóvenes del mundo sobre el Socialismo del Siglo XXI era una oportunidad única
para dar a conocer la teoría del nuevo socialismo científico. Pero, la
oportunidad entrañaba un dilema. Mientras la razón de Estado y los imperativos
diplomáticos aconsejaban decir lo políticamente correcto ---que Venezuela
avanzaba triunfalmente por la vía anticapitalista del Socialismo del Siglo
XXI--- mi ética científica y política me obligaba a hablar con la verdad ante
la juventud mundial (…) Prioricé la verdad y dije: "Aquí no hay socialismo
en el sentido histórico del término. Lo que se hace es crear las condiciones
para una sociedad más justa [...] Venezuela estaba destruida por una mala
administración y la estrategia que escoge el Presidente Chávez para
reconstruirla es la misma que usó Alemania después de su destrucción, en 1945:
la economía social de mercado [...] El socialismo del siglo XXI sería la
transición de lo actual hacia una economía que no será para el crecimiento
individual [...] La idea sería volver [...] a la economía de equivalencias,
democráticamente planeada por los ciudadanos, que no opera sobre los precios
sino sobre el valor (el tiempo invertido en el producto) [...]."
Esto es lo que afirma Heinz
Dieterich en el citado artículo del año 2011. Pero vayamos a la ponencia
original de Dieterich en el año 2005 (http://www.aporrea.org/ideologia/a16108.html)
en aquel festival de la juventud y los estudiantes para encontrar algunos datos
de interés adicionales.
No olvidemos que en aquel
Festival de la Juventud y los Estudiantes, estaban entre otros invitados Armando
Hart, director del Centro de Estudios José Martí, uno de quienes han interpretado
teóricamente a la Revolución Cubana desde su cercanía a la jefatura de poder, mientras
la representación venezolana estuvo constituida por Hugo Chávez, Nicolás Maduro
y Rodolfo Sanz (http://www.rnv.gov.ve/movil/post.php?p=39858).
Hasta donde se constata en las fuentes documentales, no era Darío Vivas sino
Rodolfo Sanz quien formaba parte del grupo de ponentes del evento.
Por otra parte, en la
introducción de su ponencia, que formó parte de un discurso de cierre del
evento en el Festival, Chávez señaló:
“¿Tenemos traducción, verdad?
Está funcionando correctamente. Saludos a los traductores, miren que están aquí
en estos cajones, pero tienen aire acondicionado ahí, tienen no sé cuánto
tiempo traduciendo. Vamos a darles un aplauso a las traductoras y los traductores.
Tienen allí horas y horas. Los muchachos de las luces, del sonido del Teatro
Teresa Carreño y a todos ustedes, a los expositores del día de hoy: a
Nicolás, a Rodolfo, a Armando Hart y a Heinz Dieterich, me han regalado hoy
estos dos libros: Del socialismo al neoliberalismo, Rodolfo Sanz, la Unión
Soviética; Marx, Engels y la condición humana: una visión desde Cuba, de
Armando Hart. Hay que leer mucho.”
“Hay que leer mucho”.
Ciertamente, hay que estudiar cada uno de estos episodios porque van tejiendo
una historia que nos podría llevar a preguntarnos en la actualidad, por
ejemplo: ¿Cuál fue la intervención o ponencia sobre la construcción del
socialismo del actual Presidente Nicolás Maduro en aquel evento? ¿No sería
importante conocer públicamente aquellas ideas?
De manera que queda claro quienes
era los expositores: Chávez, Hart, Maduro, Sanz y Dieterich. En el relato de
Dieterich del año 2011 se menciona a Darío Vivas: “Ante dos mil dos cientos
participantes de todo el mundo, Darío Vivas, Nicolás Maduro y Yo explicaríamos
el nuevo orden social”.
¿Estaba allí Darío Vivas o es un
grave error de memoria de Dieterich? Una pregunta que sólo Darío Vivas y
Dieterich pueden contestar, pero sobre la cual la evidencia documental señala
como un error de Dieterich.
La ponencia de Dieterich en el
año 2005 consistió en el desarrollo de un esquema analítico contentivo de 7
fuertes encabezados a modo de tesis. A cada una de ellas le seguían breves
explicaciones (http://www.aporrea.org/ideologia/a16108.html).
En el habitual estilo polémico de
Dieterich, algunas de sus tesis muestran en sí mismas hasta qué punto pudieron
irritar a Chávez, como Dieterich parece confirmarlo en su artículo del año 2011
(http://www.eluniversal.com/2011/08/15/el-dia-de-la-ruptura-con-hugo-chavez).
Lo que Dieterich propone en el 2011 como oposición entre “propaganda a favor de la
razón de Estado” y la “verdad científica” pudieran tener otras connotaciones.
Leamos detenidamente la primera de las tesis:
“1. Indigestión teórica. Se
observa en la Revolución Venezolana una especie de indigestión teórica que
se debe a la multitud de conceptos y paradigmas (modelos) que la población tuvo
que asimilar en apenas seis años, entre ellos: Revolución Bolivariana,
antiimperialismo, desarrollo endógeno, escuálidos y Socialismo del Siglo XXI.
Considerando, que un estudiante tiene casi seis 6 años para aprender un solo
paradigma científico (p.e., economía) queda evidente la magnitud de la tarea de
aprendizaje. Por la misma génesis de la Revolución no existe una vanguardia
colectiva ni cuadros medios adecuados en el país que pudieran ayudar a la
población en el debate de estos conceptos. La obra que aquí presentamos,
“Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI”, de la Escuela de Bremen, al
igual que la obra de la Escuela de Escocia, “Hacia un nuevo socialismo”,
que presentaremos en noviembre de este año, pretende facilitar la discusión
sobre estándares científicos de conocimiento y debate.”
Ante la narrativa de ser
Dieterich una suerte de “propietario intelectual” de una nueva “marca”
teórico-discursiva: el "Socialismo del Siglo XXI” (donde enfatiza que su
autoría como creador intelectual del concepto), es preciso señalar que sobre la
nominación de "socialismo del siglo XXI" existe una polémica que
puede llevar a genealogías históricas que resultan de interés para despejar tal
asunto en el contexto del debate en diversos campos intelectuales y políticos.
Sobre las diversas
"autorías" hay indicios que permiten afirmar que existen diversos
"foros, espacios y redes" que constituyen los nodos-locus de
enunciación político-cultural del ideario sobre el "socialismo del siglo
XXI", y que, por tanto, no existe un lugar privilegiado y exclusivo de
enunciación del "nuevo socialismo" atribuido a la figura de Heinz
Dieterich.
Un primer locus de autoría puede
atribuírsele a Alexander V. Buzgalin en su texto “El futuro del socialismo”,
quién preparó la edición en castellano realizada en Cuba en el año 2000, con la
finalidad de "(…) estar dirigido a aquellos que aprecian los valores de la
democracia y del socialismo, que buscan vías de renovación de la teoría
comunista y socialista." (http://cvirtual.filosofia.cu/Members/santana/el-socialismo-del-futuro.pdf)
Resalta del texto la centralidad
de la democracia de bases y la autoconciencia crítica de que severas
restricciones a la democracia, llevaron al fracaso a la experiencia de
transición post-capitalista en el campo soviético. Esta es una tesis reiterada
desde las históricas disidencias durante la revolución bolchevique, hasta los
críticos posteriores al régimen estalinista, incluyendo el temprano deslinde
Yugoeslavo, hasta pasar por diversas voces teóricas en Hungría, Polonia,
Checoeslovaquia e incluso en la antigua RDA (República Democrática Alemana). De
hecho, existe una extensa y profunda literatura crítica al estalinismo y antes,
múltiples opiniones y corrientes que contestaron (pagando un alto costo humano)
las derivas autoritarias de la revolución bolchevique, que son parte del legado
crítico para repensar radicalmente la posibilidad misma de formas de nuevo
socialismo para el siglo XXI.
De modo, que este debate no
comienza en 1996, sino mucho antes de que estallara la coyuntura política de
1917, incluso reflejado en los escritos de Trotsky y Rosa Luxemburgo, para
citar a dos de las figuras históricas de mayor relieve.
En todo caso, la edición en
lengua rusa de “El futuro del Socialismo” de Alexander V. Buzgalin es del año
1996, el cual coincide temporalmente con lo expresado por el científico social
mexicano-alemán Heinz Dieterich en relación con la "creación" del
término.
También llama la atención que el
motivo para que saliera a la luz este texto de Alexander V. Buzgalin en
castellano fue el apoyo del científico e intelectual cubano Pedro Sotolongo,
quien también es mencionado por Heinz Dieterich en el texto “El Socialismo del
siglo XXI”, como interlocutor de sus ideas con referencia a la experiencia de
la revolución cubana. A su vez, Alexander V. Buzgalin ha expresado que:
“El socialismo, a fines del siglo
XX, perdió con el capitalismo incluso en el terreno de la teoría. Sin jugar
hasta el final este "partido"; sin dar una explicación - suya -
más precisa, más perspectiva, de las leyes del actual mundo global que las
elaboradas por el liberalismo burgués y por el post-modernismo; sin
repensar dialécticamente (de manera positiva, que conserve lo positivo) y
criticando al Marxismo, sin crear una teoría del socialismo del siglo XXI,
marcharemos como a ciegas, por el método de pruebas y errores y (…) perderemos”.
Insistimos, si a Buzgalin y a
Dieterich para el año 1996, le agregamos todos los autores que hablaban de
construir un nuevo socialismo o superar los errores del modelo soviético de
socialismo real, la lista de sería muy anterior a aquel año.
Más que buscar autorías
privilegiadas, sería necesario recuperar toda una tradición de crítica
radical a la corriente ortodoxa del socialismo real del siglo XX. Esa
sería la verdadera fuente para una reinvención del socialismo para el siglo XXI
en su articulación a la cuestión de métodos y fines revolucionarios, como a la
cuestión democrática, este último aspecto central en la crítica al despotismo
burocrático que rodea el clima institucional de los “sistemas políticos de
partido único”.
De modo que los aportes de
Dieterich serían un pequeño islote en un archipiélago de referentes para
innovaciones teóricas en el campo de la izquierda, como lo serian otras obras
como: el “Nuevo Socialismo” del intelectual polaco Adam Schaft, “Socialismo
para una época de escépticos” de Ralph Miliband, el Socialismo del siglo XXI:
la Quinta Vía de Tomas Moulian, la obra Más Allá del Capital del Húngaro Istvan
Mészáros, “Socialismo. Siglo XXI” de Atilio Borón, el “Porvenir del Socialismo”
de Claudio Katz, “Socialismo del siglo XXI: construyámoslo ahora” de Michel Lebowitz,
y una pléyade de importantes autores y autoras (cercanos finalmente a Chávez
como el marxista Allan Woods), para no mencionar a otras corrientes, como a quienes
sostienen la tesis de que el “Socialismo” no es sino otro modo de administrar
el Capital (Antoni Negri dixit) y prefieren asumir que el término para las
luchas anticapitalistas del siglo XXI es simplemente un nuevo “Comunismo”
(Badiou, Zizek et al.) En consecuencia, es preciso recuperar la tradición de
la crítica de las izquierdas revolucionarias y democráticas del siglo XX.
Por otra parte, Heinz Dieterich
observa en su ponencia del año 2005 que la población Venezolana había estado
expuesta a una suerte de “indigestión teórica” de “conceptos y paradigmas
(modelos) que la población tuvo que asimilar en apenas seis años”; además de
señalar que “Por la misma génesis de la Revolución no existe una vanguardia
colectiva ni cuadros medios adecuados en el país que pudieran ayudar a la
población en el debate de estos conceptos”.
¿Qué quiso decir exactamente con
aquellas duras y hasta descalificadoras palabras?
Si combinamos la “indigestión
teórica” con la inexistencia de una “vanguardia política e intelectual” para
“ayudar a la población a debatir a estos conceptos” estaríamos frente a algo
semejante a un suerte de “parranda de ignorantes-indigestos” (esa es mi
caricatura del diagnóstico).
No creo que este punto uno (1) de
su ponencia fuera interpretado de otro modo sino como un velado insulto. Si
se trataba de facilitar estándares científicos y de debate, quizás el asunto no
debió comenzar con frases que se perfilaban como posibles descalificaciones.
La exposición a semejante indigestión teórica cuestionaba implícitamente toda
la “propaganda política” del proceso bolivariano, así como su principal vocero:
Hugo Chávez. La inexistencia de “una vanguardia colectiva ni cuadros medios
adecuados en el país que pudieran ayudar a la población en el debate de estos
conceptos” cuestionaba al partido eje de la revolución hasta entonces: el
Movimiento Quinta República (MVR), a sus dirigentes y cuadros medios.
Adicionalmente, en su ponencia
ante el Festival de la Juventud y los estudiantes, en su tesis número seis (6) titulada: El
socialismo del siglo XIX y del siglo XXI, Dieterich señaló:
“Estudiar a los clásicos, como
proponen los compañeros del socialismo histórico, es correcto. Sin embargo, esa
afirmación requiere dos especificaciones: a) se trata de una condición
necesaria, mas no suficiente, para la transformación socialista de hoy; b) los
tiempos de la revolución bolivariana y socialista latinoamericana no son
suficientes para concientizarse primero con el estudio de los clásicos, para
después pasar a la actualidad socialista; el proceso es demasiado frágil para
permitir esta secuencia. Hoy día debe concentrarse todo el tiempo y todo el
esfuerzo en el estudio de las dos propuestas concretas de la nueva sociedad, la
de las Escuelas de Bremen y de Escocia, porque la contrarrevolución interna
en Venezuela y en América Latina avanza con mucha mayor velocidad de lo que
parece visible.”
Este aspecto cuestionaba
directamente a los que seguían anclados en la ortodoxia de los clásicos del
marxismo, y a la vez proponía una vía de solución (al menos retórica) frente a
una contra-revolución, que como todo oponente inteligente también aprende de
las jugadas del adversario y de sus propios errores.
Sin embargo, la propuesta de
solución parecía “una solución a la carta”, una suerte de paracaidismo teórico
en el cual dos escuelas de reflexión socialista tenían “la respuesta en sus
manos”. ¿Tenían las respuestas adecuadas a los importantes problemas de la
construcción socialista? Eso pasaba al menos por espacios de intercambio,
debate y reflexión crítica.
Planteaba Dieterich: “Entre el
socialismo de Marx y Engels y el socialismo del Siglo XXI no hay ninguna
competencia ni incompatibilidad. Su relación es la que existe entre los
paradigmas de Newton y las de la física cuántica o, también, del paradigma de
Darwin y el paradigma de Watson y Crick. Para la realidad del siglo XXI, ambos
son imprescindibles.”
En fin, Heinz Dieterich con un
tono que no utilizaremos como pretexto para inhabilitar a priori a sus ideas,
planteaba una superación del viejo paradigma del socialismo del siglo XX.
De modo, que Dieterich reiteraba
al argumento del punto uno (1) que planteaba que dada la “indigestión teórica”
a la que había sido expuesta la población venezolana: “Considerando, que un
estudiante tiene casi seis 6 años para aprender un solo paradigma científico
(p.e., economía) queda evidente la magnitud de la tarea de aprendizaje.”
¿Aprendizaje de qué? Pues de un nuevo paradigma.
No olvidemos de que se trata un
paradigma. Antes de la puesta en circulación por Kuhn en las comunidades
científicas de la noción de paradigma, para los estudiosos de la ciencia y el
conocimiento, la ciencia era estructuralmente una entidad con dos niveles, el
nivel empírico y el nivel de la teoría. El filósofo Karl Popper llegó a
referirse a un "mundo tres", pero este estaba fuera del ámbito de la
ciencia, mientras que Imre Lakatos hablaba de la ciencia como despliegue de "programas de investigación” progresivos
o degenerativos.
Al parecer, los filósofos e
historiadores de la ciencia se aproximaban a la idea de que la práctica de la ciencia es más que empiria y
teoría, que operaban además de ideologías implícitas, también creencias, ideas,
protocolos y expectativas dominantes que operaban como premisas, supuestos,
modelos implícitos que no eran solo presuposiciones filosóficas,
ideológicas o políticas, pero que no pertenecían a las teorías, que estaban
en su base, fundamento o en sus principios organizadores, incluso en sus marcos
culturales de aquellos que podía ser conceptuado como teoría posible. Al
parecer, el discurso sobre el Socialismo del siglo XXI se ofrecía como nuevo
paradigma, lo que implicaba desplazar, superar y cuestionar a principios
organizadores del paradigma del socialismo del siglo XX.
Desde la reflexión de los cambios
de paradigmas se pudo comprender que la
ciencia tiene pertenencias sociales, culturales e ideológicas más profundas e
inconscientes, que están en el trasfondo de una estructura del conocimiento.
Con esto, la neutralidad y la objetividad del realismo ingenuo
(teoría/empiría), comenzó a cuestionarse de manera tan fuerte, que la
expectativa de superar a la filosofía por la ciencia (positivismo), se vio cuestionada
hasta el punto de poner en crisis a la denominada concepción heredada de la
ciencia. La matriz epistemológica positivista dejo de ser el fundamento
incuestionable de las prácticas científicas. Sin embargo, una lectura
atenta a la obra de Dieterich parece dar cuenta de que parte de su arsenal de
premisas reposa en un cientificismo inercial en el campo no sólo del marxismo,
sino de las ciencias sociales e históricas. Y en algunos casos, tales
inercias funcionan más como retóricas de autoridad y legitimidad retroactiva,
que ejercicios de validez, tanto crítica como intersubjetiva de los
conocimientos y saberes.
De la perspectiva de Dieterich, parecía
quedar claro como conclusión de sus premisas que cada minuto, día, hora,
semana, mes y año (ya van 10 años desde el 2005) que no se estudie y asimilen “las
dos propuestas concretas de la nueva sociedad, la de las Escuelas de Bremen y
de Escocia”, no estaremos sino frente a una pérdida de tiempo valioso, “(…) porque
la contrarrevolución interna en Venezuela y en América Latina” avanzaría con
mucho mayor velocidad de lo que parece visible”. Algunos lectores dirán:
Dieterich ¿Y mientras tanto qué?
En la ponencia ante el festival de
la juventud del año 2005 también parecía haber una respuesta desarrollada en su
segunda tesis:
“(…) el desarrollo
diversificador de las fuerzas productivas afecta poderosos intereses
monopólicos nacionales y transnacionales. Pese a las mistificaciones, el
llamado “desarrollo endógeno” del bolivarianismo no es nada nuevo ni representa
ningún misterio teórico. Fue inventado por los ingleses hace 200 años y
copiado, por su éxito, por los alemanes, japoneses, tigres asiáticos y ahora
China. Resaltando diferentes facetas, se le ha llamado desarrollismo,
cepalismo, sustitución de importaciones, economía social de mercado, socialismo
espiritual (Arévalo) o keynesianismo. Se trata de una economía de mercado,
orientada y dinamizada por el Estado corporativo en el pasado, y actualmente
por un Estado más democrático. En el Tercer Mundo contemporáneo, esta es la
única vía de desarrollo económico posible para un proyecto popular. Es el mal
menor frente al neoliberalismo. Con el desarrollismo democrático regional
hay posibilidad de escapar al subdesarrollo. Con el neoliberalismo, el destino
es África. Una tercera vía no existe. Para el socialismo no hay condiciones
objetivas en este momento. Hay que desarrollarlas en consonancia con el
desarrollismo democrática. Esto es lo que trata de hacer Hugo Chávez y está
en lo correcto.”
De manera sintética la
formulación de Dieterich sería la siguiente: “(…) es preciso pasar un
desarrollismo democrático, una economía de mercado, orientada y dinamizada por
el Estado para el desarrollo diversificador de las fuerzas productivas, aun
afectando poderosos intereses monopólicos nacionales y transnacionales”.
Sin embargo, lo que Katz
denomina social-desarrollismo y Borón el proyecto de capitalismo democrático
nacional no parecían que por sí mismos capaces de generar condiciones
favorables para una transición socialista. El asunto de las bases
económicas del socialismo no se reducía exclusivamente a una mirada
tecno-productiva sobre el desarrollo de las fuerzas productivas o de un modelo
de acumulación diversificado, sino que tocaba tanto intereses sociales de
clases, grupos, sectores como el carácter de las relaciones sociales de
producción.
Dieterich sustituye los conceptos
de fuerzas productivas, relaciones de producción y las superestructuras
políticas y no políticas, por el concepto de Proyecto Histórico para “describir
el modelo de explotación, dominación y enajenación que caracteriza la praxis de
una clase dominante. Abarca las cuatro relaciones básicas del ser humano: la
económica, la política, la cultural y la militar”.
Pero no hablar explícitamente y
con mayor énfasis de “las relaciones de producción”, no acentúa aquella
variable clave en Marx: la posesión efectiva y la propiedad jurídica de la
propiedad privada de los medios de producción e intercambio.
Dieterich en cambio, realiza un
análisis de los que denomina crematística a partir de las consideraciones sobre
la ganancia, la propiedad, el precio y el excedente, sin dar cuenta
efectivamente cómo estos fenómenos están condicionados directamente por
relaciones de fuerzas entre clases, fracciones y sectores.
Por más diferencias que algunos
actores parezcan tener con Dieterich, colocar el énfasis en el previo
desarrollo de las fuerzas productivas parece ser un software teórico compartido
por quienes comparten con Dieterich el objetivo de “desarrollar las fuerzas
productivas” porque “para el socialismo no hay condiciones objetivas en este
momento”.
De nuevo entramos a los guiones
de la ortodoxia del siglo XIX en cuestiones de socialismo: la condición de
posibilidad misma del socialismo es un alto (a lo sumo mediano) desarrollo de
las fuerzas productivas. El proceso de transición al socialismo sería por
etapas y como plantea Dieterich:
“Hay cuatro frentes de batalla
aparentemente relacionados entre sí en la revolución bolivariana: “a. La
revolución antiimperialista; b. La revolución democrática-burguesa; c. La
contra-revolución neoliberal; d. La pretensión de llegar a una sociedad
socialista del siglo XXI.”
Interpretemos estos puntos en
contraste con los ejes anti-neoliberales, anti-imperialistas y anti-hegemónicos
de Chávez en el Foro Social de Porto Alegre. Consideramos que la lucha
contra el neoliberalismo no es equivalente en sus contenidos y alcances a una
lucha anti-capitalista.
Si se concibe a la revolución
bolivariana como una revolución democrático-burguesa, entonces no se trata de
una lucha anticapitalista. Los frentes de batalla de Dieterich encierran en su
seno la problemática de las alianzas poli-clasistas, así como una
indefinición sobre el carácter de clases de su conducción política.
Para Dieterich, como para la
revolución bolivariana, era preciso considerar el eje de la revolución
antiimperialista, pues la dinámica antiimperialista es antagónica a la Doctrina
Monroe y los intereses que hoy gravitan sobre la llamada Unión Europea. Esto
roza con la retórica en los años 20 de aquel movimiento conocido como el APRA.
Por otra parte, el “desarrollismo democrático” ha sido históricamente en
América Latina la “manzana podrida de la discordia” en la señalización de las
fronteras entre reforma y revolución. Fue el centro de debates entre las
críticas Dependentistas radicales y el Cepalismo, por ejemplo.
Ahora bien, ¿Podemos decir también
que la convocatoria a la constituyente en el año 1999, consistía exclusivamente
en una suerte de revolución democrática-burguesa en el campo
político-constitucional? ¿Era la revolución bolivariana y su “agenda
alternativa bolivariana” el despliegue de una mera estrategia anti-neoliberal
sin horizonte anticapitalista?
No perdamos de vista la fecha:
mes de agosto del año 2005. Ya Chávez había comenzado a desplegar su estrategia
de declaraciones anti-imperialistas y anticapitalistas desde el año 2004, que
tuvieron su eclosión pública en el Foro Social de Porto Alegre. Pero Dieterich
señala abiertamente: “Para el socialismo no hay condiciones objetivas en este
momento. Hay que desarrollarlas en consonancia con el desarrollismo
democrática. Esto es lo que trata de hacer Hugo Chávez y está en lo correcto.”
¿Acaso visualizaba Chávez que
primero había que desarrollar las fuerzas productivas, y luego imaginarse
pensar en las transformaciones de las relaciones sociales de producción e
intercambio capitalistas, así como en la llamada “sobre-estructura política e
ideológica”?
¿Por qué Chávez hacía énfasis
simultáneo en el avance (aunque muy desigual en los hechos) de las bases
morales, intelectuales, políticas, sociales y económicas del socialismo?
¿Era entonces etapista Chávez?
¿Acaso Chávez no llamo desde 2004 a una “nueva etapa” y en el año 2006 a
los “motores constituyentes”?
¿Cuál era el diseño de semejante
ofensiva: una revolución democrático-burguesa?
No son preguntas banales de una
vieja época, son precisamente algunos de los tópicos que están en el ambiente
del nuevo ciclo de la revolución bolivariana bajo la conducción de figuras
como las del Presidente del Ejecutivo Nicolas Maduro y del presidente de la AN:
Diosdado Cabello, factores dirigentes más emblemáticos en las actuales
circunstancias. ¿Cuáles son las concepciones del socialismo en ambas figuras
políticas?
Cuando en el año 2011, Dieterich
dice que:
“Hoy día, la gran oportunidad de
Chávez de construir el primer Socialismo científico y democrático del Siglo
XXI, se ha perdido para siempre”, está señalando también que sus
tensiones con Chávez comenzaron muy temprano, en el propio año 2005.
¿Cómo puede ser Heinz
Dieterich la influencia intelectual determinante de Chávez en el concepto de
Socialismo Bolivariano del Siglo XXI si reconoce que hubo una “ruptura en el
Festival Mundial de la Juventud” en el año 2005?
Reconoce Dieterich que dijo en el
año 2005:
"Aquí no hay socialismo
en el sentido histórico del término. Lo que se hace es crear las condiciones
para una sociedad más justa [...] Venezuela estaba destruida por una mala
administración y la estrategia que escoge el Presidente Chávez para reconstruirla
es la misma que usó Alemania después de su destrucción, en 1945: la economía
social de mercado [...] El socialismo del siglo XXI sería la transición de
lo actual hacia una economía que no será para el crecimiento individual [...]
La idea sería volver [...] a la economía de equivalencias, democráticamente
planeada por los ciudadanos, que no opera sobre los precios sino sobre el valor
(el tiempo invertido en el producto) [...]."
Es decir, Dieterich supone que su
contribución permitiría la transición desde la “economía social de mercado” que
Chávez intenta realizar en una primera etapa, hacia una economía de
equivalencias democráticamente planeada.
Reconoce Dieterich en su escrito
del año 2011 (6 años después) que en el Foro de la Juventud “La reacción del
Presidente fue fuerte e inmediata. En cuanto tomó el micrófono reiteró varias
veces, molesto, que: "En Venezuela el socialismo es y será cristiano y
bolivariano". Después de su discurso el evento terminó y él y su
escolta se fueron. El mayor no volvió a la mesa para llevarme al carro del
Presidente, como se había convenido, y yo, por dignidad elemental ---que todo
ciudadano debe tener ante cualquier funcionario de Estado--- tampoco me acerqué
a él, ni a Hugo Chávez.”
De modo, que en el trasfondo de
estos episodios de desencuentro al parecer Chávez no tomo el aporte de
Dieterich como referencia central; es decir, que todas aquellas voces que han
afirmado, en el campo mediático y en la misma “comunidad académica”, que
Dieterich era el creador del concepto y que Chávez lo popularizaba y aplicaba
estaban “meando fuera del tarro”.
¿Han estado o no estaban
equivocados? ¿Conocen la historia de los tempranos desencuentros de Dieterich
con Chávez?
Además Dieterich reconoce que la
definitiva ruptura no fue más que un sigiloso distanciamiento, que pasó por
varios eventos, entre los más significativos: a) El discurso del General
Baduel el 18 de julio del 2007, en su discurso de entrega del Ministerio de
Defensa, donde reiteró ante el Presidente, las Fuerzas Armadas y la televisión,
su posición frente al debate del nuevo socialismo liderado por Hugo
Chávez.
El 14 de junio del 2007, Dieterich
había presentado la vigésima reimpresión de su libro, Hugo Chávez y el
Socialismo del Siglo XXI, con prólogos del ex Procurador General de la
República y Diputado de la Asamblea Nacional, Carlos Escarrá Malavé, y el
Ministro de Defensa, General en Jefe Raúl Isaías Baduel. Dieterich dice: “Invité
al Presidente, pero no pudo participar.”
En su relato de ruptura con Chávez
del año 2011 cita en extenso un fragmento del discurso del General Baduel del
año 2007:
"El término Socialismo
lamentablemente no tiene un significado uniforme...y de allí quizás la
incertidumbre... que se genera en algunos sectores de la vida nacional cuando
siquiera se le menciona. El llamado del Señor Presidente Hugo Chávez a
construir el Socialismo del Siglo XXI, implica la necesidad imperiosa y urgente
de formalizar un modelo teórico propio y autóctono de Socialismo que esté
acorde a nuestro contexto histórico, social, cultural y político. Hay que
admitir que este modelo teórico hasta los momentos, ni existe ni ha sido
formulado y estimo que mientras esto sea así, persistirá la incertidumbre
en algunos de nuestros grupos sociales. (...)
Luego Dieterich va comentando un
hecho que sigue siendo un dato altamente curioso para la historia de quienes hagan
investigaciones de fuentes:
"En el Aló Presidente del 27
de marzo de 2005, el Señor Presidente Chávez indicó, cito: “el Socialismo de
Venezuela se construiría en concordancia con las ideas originales de Carlos
Marx y Federico Engels”... Reiterando lo que al respecto he mencionado en
una oportunidad anterior, si la base para la construcción del Socialismo del
Siglo XXI es una teoría científica de la talla de la de Marx y Engels, lo que
construyamos sobre ella no puede serlo menos, so pena de que la estructura
construida no pase a ser más que una humilde choza, levantada sobre los
cimientos de un rascacielos."
Aquí hay detalles que deben
retenerse que quizás para algunos sean una novedad informativa: a) La cita a un
inexistente “Aló Presidente” de fecha 27 de marzo de 2005, b) La
consideración de la teoría científica de Marx y Engels como el “cimiento de un
rascacielos”, una formidable base para la construcción del socialismo del siglo
XXI, base sobre la cual quedaría muy mal construir “una humilde choza”.
Son dos citas que puede dar lugar
a interpretaciones bastante polémicas si lo que se pretende es “facilitar la
discusión sobre estándares científicos de conocimiento y debate”. Veamos por
qué.
En primer lugar, debemos dejar
claro lo siguiente:
a) no hay ningún Aló Presidente
de fecha 27 de marzo de 2005, en esa fecha no hay nada parecido a semejante
programa, pero Dieterich insiste en citar esta referencia,
b) En segundo lugar, no hay
fuente documental alguna para el año 2005 donde aparezca la siguiente cita
textual o frase del discurso por parte de Chávez: “(…) el Socialismo de
Venezuela se construiría en concordancia con las ideas originales de Carlos
Marx y Federico Engels”, esa frase parece sacada de otro contexto temporal o
sencillamente no existe;
c) El General Baduel en su
discurso del día 18 de julio de 2007 reduplica ambos errores: cita una cita
inexistente de un Aló Presidente inexistente referido por Dieterich: (http://www.aporrea.org/actualidad/n98237.html,
d) El General Baduel en su
prólogo al texto de Dieterich (http://www.aporrea.org/ideologia/a36631.html) también publicado en Aporrea el 15 de junio
de 2007 y Rebelión.org, también comete el mismo error de no cotejar las fuentes
referidas por Dieterich; finalmente,
e) El señalamiento de Dieterich
sobre la “Humilde Choza” parecía otra descalificación a la estrategia y
pensamiento de Chávez, más aún si en 2011 escribe Dieterich:
“Hoy día, la gran oportunidad de
Chávez de construir el primer Socialismo científico y democrático del Siglo
XXI, se ha perdido para siempre. Y la estructura presentada como tal,
efectivamente, no pasa a ser más "que una humilde choza, levantada sobre
los cimientos de un rascacielos", que construyeron Marx y Engels”.
En términos de representaciones
imaginarias: Dieterich se asociaría al rascacielos del siglo XXI, mientras
Chávez se asociaría a la humilde Choza. Las operaciones semióticas de
atribuciones de atraso/progreso parecen reverberar en ambas imágenes. Al
parecer el discurso silencioso de D.F. Sarmiento y su oposición
Civilización/Barbarie siguen sigilosamente presentes. La lucha entre Prospero y
Calibán, o la dialéctica entre el amo y el siervo se actualiza en nuevas
figuras.
Hasta ahora Dieterich no ha hecho
mención a estos datos, a sus fuentes documentales sobre tal cita referida al Aló
Presidente o a la palabra de Chávez en el año 2005.
Una revisión de los programas
Aló Presidente contiguos a la fecha citada; es decir desde Febrero hasta Abril
2005 no confirman que exista tal programa ni tal cita. Que no se interprete
que queremos descalificar los aportes de Dieterich. Sólo queremos intentar “facilitar
la discusión sobre estándares científicos de conocimiento y debate”. También
las fuentes documentales son parte de los respaldos empíricos de los
argumentos. Estos asuntos son un verdadero misterio, no de la Ciencia sino de
Dieterich.
Pero por paradójico que pueda ser
en contraste con las citas de Dieterich, en el Aló Presidente N° 214 del día 27
de febrero de 2005, Chávez señaló lo siguiente:
“(…) recuerdo las discusiones
de cómo darle fuerza motora o motriz a las ideas. Y una de las críticas que
algunos grupos de Izquierda comenzaron a hacer sobre la ideología, es aquel
empeño de importar nombres, ideas totalmente extrañas a estas tierras a las
raíces de estas tierras y de estos pueblos y aquel chiste que en la cárcel
nos echaba un abogado que fue guerrillero aquí, el doctor Bello, llanero de las
tierras de Apure, no, Guariqueño. Él nos visitaba porque es abogado y era
abogado defensor de algunos de nosotros y además cuñado del mayor Carlos Díaz
Reyes que estaba con nosotros en Yare como ustedes recuerdan. Entonces el
doctor Bello nos echaba un chiste, cuando él era estudiante de la Universidad
Central se fue a las guerrillas, pero una guerrillas de los fines de semana, él
estudiaba y los fines de semanas se iba por El Guárico a hacer algunas incursiones
y en una ocasión llegaron a tomar creo que fue Corozopando un pueblito muy
lindo que está allá al sur del estado Guárico llegando ya a San Fernando de
Apure en aquel llano infinito y cuenta el doctor Bello que a él le comisionaron
la tarea de pintar con un spray las paredes de las casas, de las pocas casas de
aquel pueblo, mientras los jefes guerrilleros los más antiguos digámoslo así
concentraban en la Plaza Bolívar a todo el pueblo a darle una charla y una
arenga y a repartir unos volantes y andaban a caballos eran como diez
guerrilleros, una patrulla a caballo, guerrilla a caballo. Una cosa como fuera
de tiempo pero así era, había guerrillas a caballo. Resulta que el estudiante que
era él, se le pasó la mano y se fue muy lejos, le dio la vuelta al pueblo
pintando letreros y la guerrilla tenía que replegarse rápido. Así que la
guerrilla se fue y dejaron al muchacho solo en el pueblo y él tuvo que bueno,
sin caballo ni nada cogió sabana rumbo al punto de encuentro que ya habían
previsto, llegó a los dos días y lo enjuiciaron. El jefe guerrillero dijo hay
que enjuiciar a este muchacho puso en peligro la revolución, y lo sentaron ahí
a la orilla de un río por allá a un bosque a enjuiciarlo. Él estudiaba Derecho
y además es un hombre muy hábil así que él se defendió pues pero lo
enjuiciaron. Y él contaba que entonces el segundo jefe de la patrulla era el
que más le preguntaba ¿y por qué usted se quedó, porque no se replegó a tiempo?
Él se defendía yo cumplí mi misión, yo pinté todas las casas del pueblo con
unos letreros ¿qué pintaba tanto? Claro yo pintaba la consigna "Viva
Lenin" entonces le pregunta ¿Y quién es Lenin? El jefe de la patrulla
interviene y le dice: deja quieto al muchacho, chico. Él, Lenin es el jefe de Caracas,
ese es el jefe de Caracas, así que hay que seguir pintando letreros (risas).
Eso un chiste producto de una anécdota pero que recoge mucho lo que aquí
ocurrió. Yo era Subteniente y estaba en un Batallón de Cazadores
Antiguerrilleros y ya yo andaba con muchas dudas ¿quién tiene la razón aquí?
Era Carlos Andrés Pérez presidente en su primer gobierno y yo andaba
persiguiendo guerrilleros por la frontera con Colombia en una ocasión y después
por Oriente.”
Y en el mismo Aló Presidente hay datos
cualitativos sobre algo reiterado en los desencuentros Chávez-Dieterich: la
sobredimensión en Chávez de la figura de Simón Bolívar, cuando calificó su
vertiente como Socialismo Bolivariano del siglo XXI:
“Miren, entonces en resumen esta
reflexión que ha sido segmentada digámoslo así; luego producto de esas
experiencias y de análisis de discusiones nosotros tomamos a Bolívar, Bolívar.
Yo recuerdo incluso a Alfredo Maneiro un gran estratega fundador de lo que fue
aquel partido, lo que la Causa R con la R al revés era y después le voltearon
la R a la derecha, la R era hacia la izquierda. Mi amigo Maneiro y maestro mío
discutimos varias veces y yo recuerdo una carta que le hice a Alfredo,
protestando, recuerdo que la escribí con un lápiz rojo de mi puño y letra aún a
riesgo de que me reconocieran la letra y yo la hice, yo le sugería a Alfredo
que en la Casa del Agua Mansa era una producción una publicación dirigida a los
intelectuales muy bien elaborada, trabajaba Farruco allí, había una sección al
final, era un buen libro, una revista en forma de libro alargado muy creativo
muy ingenioso para la discusión y había una sección llamada "Los fantasmas
de la Casa del Agua Mansa" ¿Te acuerdas María Cristina? Y yo recibí el
primer número muy contento y empecé a leer y a leer y llego a los fantasmas y
allí estaban pensadores, poetas, Víctor Hugo, Carlos Marx, Walt Willman pero no
estaba Bolívar y la carta mía, de aquel Subteniente o Teniente que era yo, era
la sugerencia metan a Bolívar en los fantasmas de la Casa del Agua Mansa.
Luego vino el debate de desde el Ejército Nacional surgió con fuerza la tesis
bolivariana de que Bolívar debía ser colocado en el centro de la idea
motriz, Bolívar, Zamora, Simón Rodríguez sin minimizar ni desconocer por supuesto
el aporte de cuántos pensadores de cuántos luchadores de cuántos intelectuales,
ideólogos y revolucionarios que en el mundo han sido y aquí está, resultó
Hugo, Bolívar está vivo se convirtió en un motor. Aquí anda Bolívar
despierto, vivo en el corazón y en los brazos del pueblo venezolano; idea
fuerza, idea motriz para luchar contra el neocolonialismo, una ideología propia
que aquí nació producto de siglos de lucha la ideología bolivariana, todavía no
conocemos bien la ideología bolivariana hay que seguir profundizándola.”
En ambos textos no se está
diciendo: “el Socialismo de Venezuela se construiría en concordancia con las
ideas originales de Carlos Marx y Federico Engels”.
Los planteamientos sobre el socialismo
raizal en Chávez están presentes en el Aló Presidente, cuando retoma un
diálogo con Hugo Callelo, militante e intelectual argentino, también profesor
universitario por muchos años de la UCV en Caracas, promotor del grupo sobre
“Filosofía de la Praxis” en la Escuela de Filosofía.
Comenta Chávez ante la presencia
de Hugo Callelo en el Aló Presidente 214:
“(…) El otro libro que dentro de
los que me quitaron en la cárcel un día de allanamiento es de Hugo Calello
argentino. Ese libro me fue muy útil ese es un libro de formato más pequeño,
pero igual de profundo sobre la ideología. No recuerdo el nombre exacto
porque más nunca lo conseguí y lo he buscado aquí en Venezuela y no lo he
conseguido. Le dije algún día a un amigo argentino pero por fin no lo
consiguieron ¿cómo es el título?
Hugo Calello: Ideología y
Neocolonialismo.
Presidente Chávez: Ese es el
título del libro, hermano "Ideología y Neocolonialismo" bien bueno
para reeditar estos libros. Si ustedes nos autorizan aquí en Venezuela vamos a
hacer un esfuerzo editorial de todos esos libros. Llegó la hora de sacar
todas esas ideas y lanzarlas para el gran debate, diverso debate profundo
debate que hay que dar, que estamos dando pero que hay que seguir dando ¿Hacia
dónde vamos? ¿Cuál es el rumbo? ¿Cómo reconstruirnos? ¿Cómo construirnos de
nuevo?
Yo recuerdo mucho Ideología y
Neocolonialismo y la tesis aquella que trabajábamos mucho de la idea-fuerza: ¿Cómo
convertir la idea o las ideas en una fuerza motriz? Entonces en la cárcel, ya
antes debatíamos muchos durante años no sólo en los cuarteles, sino también en
aquellas reuniones que habíamos en donde participaba entre otros Ali Rodríguez
por ejemplo y un grupo de compatriotas, años de discusiones y la Izquierda
venezolana que había bajado de las montañas estaba en jornada de reflexión y
algunos grupos se pragmatizaron y se entregaron, pero otros se mantuvieron
sólidos y grupos partidos e individualidades. Yo debo recordar con mucho
cariño a Douglas Bravo. Con Douglas hemos tenido diferencias, pero Douglas se
ha mantenido saludos a Douglas Bravo por aquí nos reuníamos por estas tierras,
porque de por aquí de Yaracuy es Argelia Melet y por aquí nos escondíamos por
estas montañas a discutir a veces dos y tres días sobre ideología. Recuerdo
las tesis de Douglas sobre la ruptura creadora, era el Movimiento Ruptura.”
¿Qué podemos interpretar de tales
párrafos con relación al Nuevo Socialismo del siglo XXI? ¿Será de nuevo la
cita: “(…) el Socialismo de Venezuela se construiría en concordancia con las
ideas originales de Carlos Marx y Federico Engels”? Es posible que para Chávez,
se construya “sin minimizar ni desconocer por supuesto el aporte de cuántos
pensadores de cuántos luchadores de cuántos intelectuales, ideólogos y
revolucionarios que en el mundo han sido”, pero sin perder la raíz
nacional-popular venezolana y nuestro americana.
Hay demasiadas fuentes
documentales para desmentir una supuesta apropiación doctrinaria de las
ideas originales de Marx y Engels por Hugo Chávez. Incluso cuando se declaró
marxista fue para decir que era cristiano y bolivariano. Más bien, hay
un llamado a un debate (debate truncado por cierto) entre las fuentes
nacional-populares que inspiran su ideario, una tensión entre apropiación
doctrinaría y ruptura creadora, una base muy fuerte en el cristianismo
originario de la liberación, así como con las diferentes vertientes no
estalinistas inspiradas en Marx y Engels.
Es allí donde cobra expresión su
reflexión sobre “ideología y Neocolonialismo” de Calello y la referencia a la
“ruptura creadora”, concepto originario del movimiento liderado por Douglas
Bravo, algunos conceptos por cierto que ya se despreciaban por una izquierda
que languidecía en su inserción al esquema de poder del Pacto de Punto fijo.
Porque hay un asunto poco debatido con relación a la revolución bolivariana, su
llamado a la identidad nacional en momentos donde se vivían las mayores
presiones modernizadoras y globalizadoras.
En fin, Chávez desde el punto de
vista de Próspero significaba “atraso y barbarie”. De modo que el “caudillismo
plebeyo y rural” no había desparecido del horizonte imaginario de la Venezuela
Profunda, un caudillismo que parecía cabalgar los imaginarios de las masas
marginadas encaramadas en los cerros de Caracas, o en las periferias de los
centros urbanos con expectativas modernas de Venezuela. La choza de la aldea
campesina parecía rodear paradójicamente, al modo chino pero en el terreno de
los imaginarios, a la ciudad de los rascacielos. Existía una suerte de
homología estructural entre Chávez y la metáfora de la “Torre de David” y su
masa de plebeyos ocupantes.
La llamada por Dieterich “Reacción
violenta” de Chávez en su texto del año 2011 además hace referencia a una
polémica sobre el discurso de Baduel cuando se refirió al Socialismo en el año 2007,
meses antes en que se transcurriera el proceso que llevó la derrota del
proyecto de reforma constitucional, discurso evidentemente mediado por la
influencia de las ideas de Dieterich, como podemos constatar en el prólogo del
General Baduel al texto referido.
Para Dieterich, valorando el
discurso de Baduel en su texto del año 2011: “(…) era claro que ese discurso
del militar - que le salvó la vida al Presidente durante el golpe militar del
2002 y quién salvó a la Patria de una tiranía que iba a ser un híbrido entre la
dictadura militar de Pinochet (Chile) y la de Micheletti (Honduras) - era
una demanda legítima y una oferta de cooperación en la construcción del
Socialismo del Siglo XXI.”
Luego en el relato de Dieterich
de 2011, el distanciamiento ya definitivo con Chávez estuvo condicionado por
“el laberinto de su burocracia”.
De modo que, siguiendo el
horizonte de Heinz, el potencial rascacielos del modelo teórico inspirado y
defendido por Dieterich, dio paso a la “Humilde Choza” de Chávez.
De manera que los desencuentros
de Dieterich y Chávez no dieron paso a la construcción de “una civilización
cualitativamente distinta a la civilización burguesa.” No pudo lograrse
construir las condiciones para una “economía de valor democráticamente planeada
y todavía parece discutirse si efectivamente se avanzó irreversiblemente a
sustituir un Estado clasista “por una administración de asuntos públicos al
servicio de las mayorías” desplazando la “democracia plutocrática por la
democracia directa”.
Las ideas de Dieterich siguen
pendientes a ser discutidos, así como el legado revolucionario de Chávez en lo
ideológico-político. En el terreno económico, si las formas de propiedad
social son sometidas a la lógica de la economía de mercado y siguen navegando
en la economía de mercado serán bloqueadas y revertidas. No es posible avanzar
en la construcción de la economía socialista sin ni siquiera haber
clarificado los asuntos de la democracia social y participativa.
Por ahora, la transición al
socialismo ha quedado congelada como una película entre el fotograma del
pre-socialismo y los fotogramas del capitalismo rentista de estado realmente
existente. La revolución ha sido detenida. Ya no podrán ayudar los consejos
de Dieterich y tampoco parecen ayudar las formas de citación de Chávez, cada
vez más vacías de los que fue su principal y ultima obsesión cuando regañaba a
sus equipos de gobierno: ¿Y dónde está el socialismo en lo que estamos
haciendo?
Ojala Chávez no haya arado en el
mar. Eso depende del pueblo organizado y consciente, con su vanguardia
sigilosa, una que no se perezca a la subcultura de los aparatos marcados por la
historia de la politiquería, tacticismo y electoralismo existente. Así podrían
asumirse cuestiones de mayor vuelo como:
“Propulsar la transformación del
sistema económico, en función de la transición al socialismo bolivariano,
trascendiendo el modelo rentista petrolero capitalista hacia el modelo
económico productivo socialista, basado en el desarrollo de las fuerzas
productivas.” (Programa de Gobierno de Hugo Chávez; 2012)
“Desarrollar el poderío económico
en base al aprovechamiento óptimo de las potencialidades que ofrecen nuestros
recursos para la generación de la máxima felicidad de nuestro pueblo,
así como de las bases materiales para la construcción de nuestro socialismo
bolivariano.” (Programa de Gobierno de Hugo Chávez; 2012)
No hay que irse por las ramas, la
transición al socialismo bolivariano y democrático del siglo XXI parece
estar petrificada, congelada,
interrumpida.
Anexos:
Discurso pronunciado en el “XVI
Festival Mundial de la Juventud”
La Revolución Bolivariana y el
Socialismo del Siglo XXI
Por: Heinz Dieterich | Jueves,
18/08/2005 06:42 PM | Versión para imprimir
Discurso pronunciado en el “XVI
Festival Mundial de la Juventud”, 13.8.2005, Caracas, en la mesa, “La
Revolución Bolivariana y el Socialismo del Siglo XXI”. Participación de Nicolás
Maduro, Presidente de la Asamblea Nacional, Armando Hart, ex Ministro de
Cultura y Director del Centro de Estudios José Martí (Cuba), Roberto Sáenz,
Secretario de Estado de Miranda y Hugo Chávez Frías, Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela.
1. Indigestión teórica
Se observa en la Revolución
Venezolana una especie de indigestión teórica que se debe a la multitud de
conceptos y paradigmas (modelos) que la población tuvo que asimilar en apenas
seis años, entre ellos: Revolución Bolivariana, antiimperialismo, desarrollo
endógeno, escuálidos y Socialismo del Siglo XXI. Considerando, que un
estudiante tiene casi seis 6 años para aprender un solo paradigma científico
(p.e., economía) queda evidente la magnitud de la tarea de aprendizaje.
Por la misma génesis de la
Revolución no existe una vanguardia colectiva ni cuadros medios adecuados en el
país que pudieran ayudar a la población en el debate de estos conceptos. La
obra que aquí presentamos, “Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI”, de la
Escuela de Bremen, al igual que la obra de la Escuela de Escocia, “Hacia un
nuevo socialismo”, que presentaremos en noviembre de este año, pretende
facilitar la discusión sobre estándares científicos de conocimiento y debate.
2. ¿Qué es la Revolución
Bolivariana?
La Revolución Bolivariana puede
ser definida como un proceso de transformación caracterizado por cuatro
macrodinámicas: 1. la revolución antiimperialista; 2. la revolución
democrática-burguesa; 3. la contrarrevolución neoliberal; 4. la pretensión de
llegar a una sociedad socialista del siglo XXI.
Cada una de esas dinámicas es un
frente de guerra en el cual la Revolución puede triunfar o ser derrotado. La
dinámica antiimperialista es antagónica a la Doctrina Monroe y los intereses
imperialistas de la Unión Europea. La dinámica democrática-burguesa es
antagónica a la dinámica neoliberal, porque significa: a) la construcción de un
Estado de Derecho y, b) el desarrollo de las Fuerzas Productivas. Ambas
necesidades chocan con fuertes y arraigados intereses. En el campo, por
ejemplo, los latifundistas han asesinado a 138 líderes campesinos, con absoluta
impunidad, por la complicidad de los fiscales, jueces y cuerpos policiales y
militares. Ni uno solo de los asesinos está en la cárcel.
De la misma manera, el desarrollo
diversificador de las fuerzas productivas afecta poderosos intereses
monopólicos nacionales y transnacionales. Pese a las mistificaciones, el
llamado “desarrollo endógeno” del bolivarianismo no es nada nuevo ni representa
ningún misterio teórico. Fue inventado por los ingleses hace 200 años y
copiado, por su éxito, por los alemanes, japoneses, tigres asiáticos y ahora
China. Resaltando diferentes facetas, se le ha llamado desarrollismo,
cepalismo, sustitución de importaciones, economía social de mercado, socialismo
espiritual (Arévalo) o keynesianismo. Se trata de una economía de mercado,
orientada y dinamizada por el Estado corporativo en el pasado, y actualmente
por un Estado más democrático.
En el Tercer Mundo contemporáneo,
esta es la única vía de desarrollo económico posible para un proyecto popular.
Es el mal menor frente al neoliberalismo. Con el desarrollismo democrático
regional hay posibilidad de escapar al subdesarrollo. Con el neoliberalismo, el
destino es África. Una tercera vía no existe. Para el socialismo no hay
condiciones objetivas en este momento. Hay que desarrollarlas en consonancia
con el desarrollismo democrática. Esto es lo que trata de hacer Hugo Chávez y
está en lo correcto.
3. ¿Qué es el Socialismo del
Siglo XXI?
Es una civilización
cualitativamente distinta a la civilización burguesa. ¿Distinta en qué? En su
institucionalidad. De ahí, que ser revolucionario significa hoy día luchar por sustituir
la institucionalidad del status quo, es decir: 1. la economía de mercado por la
economía de valor democráticamente planeada; 2. el Estado clasista por una
administración de asuntos públicos al servicio de las mayorías y, 3. la
democracia plutocrática por la democracia directa.
Este es el Nuevo Proyecto
Histórico de las Mayorías de la Sociedad Global que llamamos Socialismo del
Siglo XXI o Democracia participativa. La conquista de estas instituciones es la
guía estratégica de la lucha. La fase de transición es la transformación del
status quo a la luz de esa guía estratégica.
4. Formas de propiedad y carácter
socialista
Entender el carácter socialista o
capitalista de las formas de propiedad económica es un elemento clave para la
sobrevivencia de la Revolución. Lamentablemente, el debate no ha logrado
clarificar esa compleja temática, hecho por el cual muchos revolucionarios
piensan que las cooperativas, la cogestión obrera y las empresas de producción
social significan que Venezuela ya ha entrado en una fase del socialismo del
siglo XXI. Esta opinión es equivocada.
Las tres formas principales de
propiedad de la economía de mercado son: a) la sociedad anónima de capital
variable, característica de las grandes corporaciones, b) la empresa de
propiedad familiar y, c) las cooperativas. Las primeras dos son, en términos de
la sociología de la organización, unidades militares, es decir, verticales. La
única forma democrática es la cooperativa. Por lo mismo, es la más afín a la
democracia económica del futuro, pero, al mismo tiempo, la más difícil de
organizar. Sin embargo, su problema mayor reside en el hecho, de que tiene que
operar bajo la lógica del macrosistema mercantil, cuyos parámetros de calidad,
precio, tiempos de entrega, etcétera, son obligatorios para su desempeño, salvo
que los subsidios del Estado le den grados de libertad que las empresas
mercantiles no tienen.
Los tres tipos de empresa son
como barcos en el mar, cada uno con diferente forma. Pero, independientemente
de su forma, tienen que someterse a los movimientos del medio en que se mueve,
para no hundirse. Si la cooperativa quiere liberarse de la tiranía del mar
---la lógica de la economía de mercado--- tiene que cambiarse hacia otro
sistema de la realidad, es decir, la economía de equivalencias. Mientras siga
navegando en la economía de mercado no es, ni puede ser socialista.
Lo mismo es válido para la
cogestión obrera-sindical. Esa cogestión existe desde los años cincuenta en
muchas de las corporaciones transnacionales alemanas, por ejemplo, la
Volkswagen y la empresa química más grande del mundo, la BASF. ¿Cuál ha sido su
experiencia? Cuando ahora algunos trogloditas neoliberales alemanes querían
acabar con la cogestión, los mismos directores de las corporaciones se
opusieron, porque, como alegan, esta institución ha sido “un éxito” para las
empresas.
5. Requisitos objetivos de una
economía socialista
Una economía es socialista,
cuando opera sobre el valor, realiza intercambios de equivalencias y planea
democráticamente los principales parámetros de la economía, tanto en la
macroeconomía, por ejemplo, la tasa de inversión y el presupuesto nacional,
como en la microeconomía, particularmente en cuanto a la tasa de plusvalía
(plusvalor/capital variable), es decir, la intensidad de la explotación del
trabajo.
Para poder construir una economía
socialista tienen que haberse cumplido tres requisitos objetivos: 1. la
disponibilidad de una matemática de matrices, por ejemplo, las tablas de
input-output de Leontieff; 2. la digitalización completa de la economía y, 3.
una avanzada red informática entre las principales entidades económicas.
Estas condiciones existen en su
conjunto solo desde hace un lustro, hecho que explica, porque ni la URSS, ni la
RDA lograron nunca construir una economía socialista, en el sentido de la
economía política. La URSS, por ejemplo, tenía en los años ochenta apenas la
capacidad para procesar alrededor de 2000 productos en valores (time inputs),
cuando tenía más de 10 millones. No había condiciones objetivas para una economía
socialista. Trágicamente, la humanidad se encontraba todavía en una especie de
protosocialismo o socialismo utópico.
6. El socialismo del siglo XIX y
del siglo XXI
Estudiar a los clásicos, como
proponen los compañeros del socialismo histórico, es correcto. Sin embargo, esa
afirmación requiere dos especificaciones: a) se trata de una condición
necesaria, mas no suficiente, para la transformación socialista de hoy; b) los
tiempos de la revolución bolivariana y socialista latinoamericana no son
suficientes para concientizarse primero con el estudio de los clásicos, para
después pasar a la actualidad socialista; el proceso es demasiado frágil para
permitir esta secuencia. Hoy día debe concentrarse todo el tiempo y todo el
esfuerzo en el estudio de las dos propuestas concretas de la nueva sociedad, la
de las Escuelas de Bremen y de Escocia, porque la contrarrevolución interna en
Venezuela y en América Latina avanza con mucha mayor velocidad de lo que parece
visible.
Entre el socialismo de Marx y
Engels y el socialismo del Siglo XXI no hay ninguna competencia ni
incompatibilidad. Su relación es la que existe entre los paradigmas de Newton y
las de la física cuántica o, también, del paradigma de Darwin y el paradigma de
Watson y Crick. Para la realidad del siglo XXI, ambos son imprescindibles.
7. Las tareas y el momento
histórico de la Revolución
Lenin definió en 1922 las tareas
de la Revolución rusa como “poder soviético y electrificación”, es decir, la
construcción del Estado socialista y el desarrollo de las fuerzas productivas.
En Venezuela, en 2005, las tareas son seis:
1. Construcción de un Estado de
derecho eficiente; 2. Desarrollo de las Fuerzas Productivas; 3. Construcción
del Poder popular; 4. Avanzar la teoría de la transformación desarrollista y
socialista; 5. Construcción del Bloque Regional de Poder y, 6. Desarrollo de la
vanguardia y de los cuadros medios.
Después del fallido ataque al
Cuartel Moncada, Fidel Castro recibió en la cárcel una carta con información
sobre los empeños políticos que los revolucionarios libres estaban realizando
en la isla. Fidel reorientó el esfuerzo, sugiriendo que todos los recursos y
cuadros se dedicasen a la reproducción y distribución de su ensayo, “La
historia me absolverá”. La razón de esa instrucción era evidente: convertir el
Proyecto Histórico de los revolucionarios en fuerza material de transformación,
por vía de las masas.
Esta es la situación actual en
Venezuela. Solo el estudio y la discusión sistemática nacional y científica
sobre el Socialismo del Siglo XXI y su fase de transición pueden generar la
vanguardia y los cuadros medios, sin los cuales el Bolivarianismo no podrá
triunfar en las cuatro dinámicas que le dan su fisonomía particular: su
fisonomía particular que es, al mismo tiempo, sinónimo de sus campos de batalla.
LA RUPTURA CON HUGO CHAVEZ
Hoy día, la gran oportunidad de
Chávez de construir el primer Socialismo científico y democrático del Siglo
XXI, se ha perdido para siempre.
EL UNIVERSAL
Lunes 15 de agosto de 2011 06:41 PM
HEINZ DIETRICH
1. Ruptura en el Festival Mundial
de la Juventud
El día 13 de agosto de 2005, en
el marco del Festival Mundial de la Juventud, el Presidente había autorizado un
gran acto público sobre el Socialismo del Siglo XXI, en el Teatro Teresa
Carreño. Ante dos mil dos cientos participantes de todo el mundo, Darío Vivas,
Nicolás Maduro y Yo explicaríamos el nuevo orden social. Después de mi
intervención, el Presidente pronunciaría las palabras de la clausura.
Darío, Nicolás y yo preparábamos
nuestras ponencias en un camerino, cuando nos llamaron a la mesa. Ya sentados,
se acercó un mayor de la escolta del Presidente y dijo: "Doctor, al
terminar este evento, Usted va con el Presidente en su carro a Fuerte Tiuna
(Base militar de Caracas, H.D.), donde van a explicar a cuatrocientos invitados
internacionales, lo que es el Socialismo del Siglo XXI."
2. ¿Verdad científica o
compromiso diplomático?
Hablar ante más de dos mil
jóvenes del mundo sobre el Socialismo del Siglo XXI era una oportunidad única
para dar a conocer la teoría del nuevo socialismo científico. Pero, la
oportunidad entrañaba un dilema. Mientras la razón de Estado y los imperativos
diplomáticos aconsejaban decir lo políticamente correcto ---que Venezuela
avanzaba triunfalmente por la vía anticapitalista del Socialismo del Siglo
XXI--- mi ética científica y política me obligaba a hablar con la verdad ante
la juventud mundial.
Prioricé la verdad y dije:
"Aquí no hay socialismo en el sentido histórico del término. Lo que se
hace es crear las condiciones para una sociedad más justa [...] Venezuela
estaba destruida por una mala administración y la estrategia que escoge el
Presidente Chávez para reconstruirla es la misma que usó Alemania después de su
destrucción, en 1945: la economía social de mercado [...] El socialismo del
siglo XXI sería la transición de lo actual hacia una economía que no será para
el crecimiento individual [...] La idea sería volver [...] a la economía de
equivalencias, democráticamente planeada por los ciudadanos, que no opera sobre
los precios sino sobre el valor (el tiempo invertido en el producto)
[...]."
3. La reacción del Presidente
La reacción del Presidente fue
fuerte e inmediata. En cuanto tomó el micrófono reiteró varias veces, molesto,
que: "En Venezuela el socialismo es y será cristiano y bolivariano".
Después de su discurso el evento terminó y él y su escolta se fueron. El mayor
no volvió a la mesa para llevarme al carro del Presidente, como se había
convenido, y yo, por dignidad elemental ---que todo ciudadano debe tener ante cualquier
funcionario de Estado--- tampoco me acerqué a él, ni a Hugo Chávez.
4. La ruptura definitiva
El 14 de junio del 2007, presenté
la vigésima reimpresión de mi libro, Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XXI,
en el Teatro Teresa Carreño, con el ex Procurador General de la República y
Diputado de la Asamblea Nacional, Carlos Escarrá Malavé, y el Ministro de
Defensa, General en Jefe Raúl Isaías Baduel. Ambos habían contribuido prólogos
a la obra. Invité al Presidente, pero no pudo participar.
En el prólogo del libro y en la
presentación, el Ministro de Defensa dejó claro que estaba de acuerdo con un
Socialismo del Siglo XXI científico, democrático y concordante con la
idiosincrasia venezolana. El 18 de julio del 2007, en su discurso de entrega
del Ministerio de Defensa, el General reiteró ante el Presidente, las Fuerzas
Armadas y la televisión, su posición frente al nuevo socialismo proclamado por
Hugo Chávez.
"El término Socialismo
lamentablemente no tiene un significado uniforme...y de allí quizás la
incertidumbre... que se genera en algunos sectores de la vida nacional cuando
siquiera se le menciona. El llamado del Señor Presidente Hugo Chávez a
construir el Socialismo del Siglo XXI, implica la necesidad imperiosa y urgente
de formalizar un modelo teórico propio y autóctono de Socialismo que esté
acorde a nuestro contexto histórico, social, cultural y político. Hay que
admitir que este modelo teórico hasta los momentos, ni existe ni ha sido
formulado y estimo que mientras esto sea así, persistirá la incertidumbre en
algunos de nuestros grupos sociales. (...)
"En el Aló Presidente del 27
de marzo de 2005, el Señor Presidente Chávez indicó, cito: >el Socialismo de
Venezuela se construiría en concordancia con las ideas originales de Carlos
Marx y Federico Engels>... Reiterando lo que al respecto he mencionado en
una oportunidad anterior, si la base para la construcción del Socialismo del
Siglo XXI es una teoría científica de la talla de la de Marx y Engels, lo que
construyamos sobre ella no puede serlo menos, so pena de que la estructura
construida no pase a ser más que una humilde choza, levantada sobre los
cimientos de un rascacielos."
5. Reacción violenta
Para toda persona racional era
claro que ese discurso del militar ---que le salvó la vida al Presidente
durante el golpe militar del 2002 y quién salvó a la Patria de una tiranía que
iba a ser un híbrido entre la dictadura militar de Pinochet (Chile) y la de
Micheletti (Honduras) --- era una demanda legítima y una oferta de cooperación
en la construcción del Socialismo del Siglo XXI. Sin embargo, el Presidente
montó en cólera y, entre otras cosas que no viene al caso relatar, dijo:
"¿Dónde está Heinz y por qué no se ha acercado más?" El Ministro le
dijo, que yo estaba haciendo lo de siempre ---trabajar en la universidad--- y
que me había cansado de buscarlo en el laberinto de su burocracia. Chávez llamó
de inmediato a su Ministro de la Presidencia y le ordenó contactarme.
6. La burocracia quema las
últimas naves
Algunos días después sonó mi
teléfono de casa. Era Miraflores. El Ministerio de la Presidencia quería
"verificar" mi número de teléfono. Dentro de dos horas el Ministro de
la Presidencia me iba a llamar, porque el Presidente quería hablar conmigo en
un país que iba a visitar pronto. La llamada del Ministro de la Presidencia
nunca se concretizó y cuando finalmente pedí explicaciones a Miraflores, la
oportunidad del encuentro ya había pasado, porque el Presidente se había
regresado a Venezuela. A mi pregunta, de por qué no me habían avisado a tiempo,
una directora del Ministerio de la Presidencia me dijo, que tuvieron problemas
para encontrar mi número telefónico.
7. Una humilde choza
Hoy día, la gran oportunidad de
Chávez de construir el primer Socialismo científico y democrático del Siglo XXI,
se ha perdido para siempre. Y la estructura presentada como tal, efectivamente,
no pasa a ser más "que una humilde choza, levantada sobre los cimientos de
un rascacielos", que construyeron Marx y Engels.
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