martes, 17 de septiembre de 2013

PARA (NO) OLVIDAR EL "GOLPE DE TIMÓN":

Javier Biardeau R.
“Aquí tengo al [libro de] István Mészáros, el capítulo XIX, que se llama “El Sistema comunal y la ley del valor”. Hay una frase que hace tiempo subrayé, la voy a leer, señores ministros, ministras, vicepresidente (dirigiéndose a Nicolás Maduro), hablando de la economía, del desarrollo económico, hablando del impulso social de la revolución: “El patrón de medición -dice Mészáros- de los logros socialistas es: hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas contribuyen activamente a la constitución y consolidación bien arraigada de un modo sustancialmente democrático, de control social y autogestión general”. (Chávez en el Golpe de Timón le lee a su tren ministerial a Meszaros: 1. István Mészáros: Más allá del capital, Caracas, Hermanos Vadell, 2001.)
1.- INTRODUCCIÓN:
En las siguientes notas de estudio analizaremos algunos planteamientos e intervenciones acerca de “Los programas de estudio de la transición al socialismo” ([1]), no sin antes comentar algunos de las inquietudes que se vienen presentando con la voluntad de aplicación práctica de lo expresado por Chávez en el “Programa de la Patria” y en el llamado “Golpe de Timón” sobre la transición, para finalmente hacer explícitos algunas interrogantes que recorren a las mediaciones materiales e institucionales construidas en los llamados procesos de transición al socialismo formulados por Paul M. Sweezy ([2]).
El análisis de los planteamientos se hará de una manera abierta y crítica, con la finalidad de enriquecer los espacios de reflexión y debate entre tendencias ([3]) que contribuyan a apalancar las tareas del “intelectual colectivo revolucionario” en el seno de la revolución bolivariana, en medio de inquietudes sobre la pertinencia de mantener o no la vigencia de los planteamientos de Chávez([4]); abordando de manera exhaustiva los problemas de la transición al Socialismo-Siglo XXI en Venezuela y en “Nuestra América”, desde un punto de vista teórico-crítico, además de reconocer no perder de vista el análisis histórico-comparado de las experiencias de transición (por ejemplo: URSS, China, Yugoslavia, Cuba, Chile, Nicaragua) y sus lecciones para Venezuela (Balance histórico-critico de inventario).
Esta tarea, como hemos planteado ([5]), no puede ser iniciativa exclusiva de pequeños equipos políticos encerrados en sus propias auto-referencias teóricas o ideológicas (“mirarse el ombligo es un síntoma de sectarismo”), ni producto de individualidades (por más “geniales” que sean), ni de equipos tecno-políticos encerrados en espacios ministeriales (intelectuales “palaciegos” regulados por las demandas urgentes de la “coyuntura” o la “pragmática del poder”), ni en centros académicos especializados (sin contacto efectivo con las luchas sociales), pues se trata de la convergencia de la praxis colectiva de investigación teórico y de intervención política que requiere de espacios de articulación de equipos de trabajo en redes intelectuales, partidos revolucionarios, movimientos sociales, comunidades, agencias gubernamentales y estatales, directamente implicadas en los procesos de cambio histórico-estructural que se animan bajo el paraguas de la revolución democrática y socialista para el siglo XXI.
En primer lugar, basta interrogarse sobre el patrón de medición de los logros socialistas que señalaba Chávez en el “Golpe de Timón” para evaluar si la transición hacia el socialismo ha encallado, se mantiene, se posterga o se profundiza en el actual Gobierno conducido por el Presidente Nicolás Maduro, pues en aquel momento Chávez señaló una pregunta fundamental:
¿Hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas por un Gobierno contribuyen activamente a la constitución (y consolidación) bien arraigada de un modo sustancialmente democrático (Mézsáros agrega algo que no leyó Chávez: “verdaderamente no jerárquico en su modo de operación en todas las esferas”-p.851), de control social y autogestión general?
¿No es ésta acaso una definición del Nuevo Socialismo: de la democracia radical, participativa y autogestionaria para el siglo XXI? ¿Qué pasa con la construcción del Socialismo Bolivariano del siglo XXI cuando se omite esta problemática?
Hay voces que asocian como temas del “Golpe de Timón”, los aspectos relativos a “La Comuna”, la “Auto-critica”, la “Eficiencia”, la “Propiedad social como injerto socialista” o algunas referencias al reimpulso del Sistema Nacional de Medios Públicos. Sin embargo, ninguno de estos aspectos puede entenderse fuera del contexto más inclusivo; es decir, la problemática de la “Transición al Socialismo en Venezuela”, debate sobre el que hay signos e indicios de no ser tomado en su debida relevancia o importancia a la hora de valorar las aplicaciones de política, dada la escasa referencia a prácticas concretas de construcción del Socialismo orientadas por el Programa de la Patria en estos primeros cien (100) días de gobierno ([6]).
Pero para Chávez, este asunto era fundamental en el nuevo ciclo de gobierno:
“Entonces, venimos con el tema de la democracia, el socialismo y su esencia absolutamente democrática, mientras que el capitalismo tiene en su esencia lo antidemocrático, lo excluyente, la imposición del capital y de las élites capitalistas. El socialismo no, el socialismo libera; el socialismo es democracia y la democracia es socialismo en lo político, en lo social, en lo económico”. (Golpe de Timón)
De manera que resulta sorprendente, que el marco general inclusivo desde donde se realizaron los planteamientos del Golpe de Timón, se pierda de vista, se minimice, o se extravíe la dirección, contenido y alcance del proyecto en estos cien (100) días de Gobierno, pues lo que está en juego es el patrón de medición-evaluación de las políticas públicas del Gobierno Revolucionario en función de alcanzar o no los logros socialistas.
Es decir, avanzando en algunos indicadores como el logro de la estabilidad política, en la gobernabilidad, en el reconocimiento internacional del Presidente Maduro, en la aplicación del Plan Patria Segura, en el intento de tomar medidas para enfrentar graves problemas asociados al juego de intereses que intervienen en el terreno económico (crecimiento, inflación, importaciones, devaluación, endeudamiento, tasa de cambio, acaparamiento), en la continuidad de la Misión Vivienda Venezuela, así como el control de la especulación o atacando la corrupción: ¿Cuánto se avanza en los logros socialistas?
Es decir, nos enfrentamos a posibles escenarios de avance, desvío, detención u olvido del proceso de transición al socialismo, pues entre los factores determinantes que inciden en este proceso (y aquí Chávez se apoyó en planteamientos de Jorge Giordani) ([7]) están:
“(…) la transformación de la base económica del país para hacerla esencial y sustancialmente democrática, porque la base económica de un país capitalista no es democrática, es antidemocrática, es excluyente y de allí la generación de riqueza y de grandes riquezas para una minoría, una élite, la gran burguesía, los grandes monopolios, y de allí también la generación de la pobreza y la miseria para las grandes mayorías.”
El “problema económico-social” no puede entonces enfrentarse con cursos de acción y vías de solución, con medidas y políticas anti-democráticas, que favorezcan mayor desigualdad y polarización entre riqueza y pobreza. No basta apelar a indicadores históricos que se refieren a la desigualdad, los índices de pobreza, la tasa de matriculación o la esperanza de vida de organismos internacionales, cuyas estadísticas de referencia tienen retrasos temporales con relación al impacto de las medidas económicas tomadas en el primer semestre del año 2013. El problema de coyuntura es si la tendencia económico-social en curso afecta positiva o negativamente estos resultados históricos positivos.
Pues la vieja historia ha sido: por una lado, estarían las elites y la gran burguesía, los grandes monopolios económicos; y por otro lado, la miseria de las grandes mayorías; de allí que, desde el año 1996 (Agenda Alternativa Bolivariana), Chávez dejó claro que no se puede separar lo social de lo económico, ni lo económico de lo político; es decir, que los ajustes macroeconómicos no podían realizarse en perjuicio de los ajustes sociales, que era preciso tener como prioridad “la deuda social acumulada”, por efecto de la imposición de medidas capitalistas y neoliberales. Para aquellas voces de corta memoria cabría recordar lo siguiente:
“El viejo modelo (adeco), sin embargo, se resiste a morir. A través de sus pensadores, escritores y argumentadores de todo género, trata desde hace varios años de esconder su realidad, elaborando y presentando planes o proyectos de “estabilización” y de “ajustes”, según los cuales bastarían unas cuantas medidas monetaristas y fiscalistas, además de las “incómodas pero necesarias políticas sociales”, para “superar” la crisis.” (Agenda Alternativa Bolivariana. 1996, p. 9)
Y para no olvidar el enfoque de Chávez de la problemática (no bastan unas cuantas medidas monetaristas o fiscalistas) cabe recordar:
“La AAB comienza diciendo que el problema a solucionar no es meramente económico ni político ni social. Los abarca a todos ellos, es verdad. Pero va más allá de su conjunto. La forma de enfrentarlo, entonces, es a través de un poderoso ataque coordinado a lo largo de todo el frente. Atacar por partes implicaría la derrota, parte por parte.” (AAB, p.12)
Debemos retener esta última expresión: “La forma de enfrentarlo, entonces, es a través de un poderoso ataque coordinado a lo largo de todo el frente. Atacar por partes implicaría la derrota, parte por parte.”; es decir, que se debe atacar lo económico, lo social, lo político simultáneamente.
Para avanzar en la comprensión del marco general del proceso de transición al socialismo, no podemos perder de vista la continuidad del pensamiento de Chávez al sostener en el abordaje de diversos problemas, un enfoque humanístico, integral, holístico y ecológico; un enfoque de sistemas complejos articulado además a las contribuciones críticas del “pensamiento revolucionario” del mundo.
Si en algo insistió Chávez, fue en el estudio y formación permanente para todo su tren ministerial, para su equipo de gobierno; es decir, en incorporarse a las tareas de estudio, reflexión y acción en los procesos históricos, económicos, sociales, políticos, militares e internacionales desde una perspectiva revolucionaria e integral.
Encerrar el pensamiento, el discurso, la voz de Chávez en una visión acartonada, acomodaticia, simplificadora y apologética no contribuye en nada en realzar su estatura política cuando apeló para la refundación del Poder Nacional y del sistema político desde sus fundamentos filosóficos mismos, incluyendo sus componentes y relaciones que los regulan, a convocar la legitimidad ysoberanía popular del poder constituyente para enfrentar la grave crisis nacional en 1996, visión que se concretó en el año 1999. Chávez mantuvo un hilo de continuidad en la necesidad de considerar como componente central de la “gran estrategia” al poder popular y a la democracia participativa.
De manera que no cabe descartarse a priori la “dialéctica del poder constituido y poder constituyente” para abordar escenarios de transición al socialismo; o ante escenarios de una posible agresión (los llamados “atajos conspirativos”) activada desde los sectores capitalistas dominantes nacionales o internacionales, se despliegue la defensa activa de la revolución a partir de la movilización integral y organizada del pueblo para radicalizarla. Todo dependerá del juego de estrategias que cada uno de los factores en pugna desaten en la actual coyuntura.
Conviene retomar éste contexto más amplio e inclusivo, y lo que se refiere al debate sobre las interpretaciones del “legado de Chávez” y sus implicaciones políticas; pues diferentes corrientes bolivarianas y tendencias revolucionarias presentes en el campo de la izquierda socialista, debaten acerca de la apropiación selectiva de sus planteamientos, e incluso surgen voces que pretenden ser los portavoces únicos autorizados de sus ideas, inhibiendo el necesario debate y reflexión entre corrientes y tendencias en el seno de la unidad del proceso bolivariano.
De manera que no creemos viable una operación de despolitización y de separación del Chávez-Gobernante del Chávez-Luchador Popular por el Proyecto Socialista, una suerte de corte entre el “legado revolucionario” de Chávez y un “legado de gobierno” para fines de conservación del poder. O Chávez es revolucionario o Chávez no es Chávez.
Es previsible que a partir de la autorización o desautorización de ideas, vía citas de Chávez (contextualizadas o no, respetando o no la línea cronológica de sus planteamientos), se perfilarán tensiones adicionales, dada la situación abierta luego de su partida física en Marzo, de la coyuntura electoral de abril (crisis electoral del “chavismo”) y los problemas económicos acumulados y agravados desde el segundo semestre del año 2012, problemas que han adquirido creciente actualidad, dados los impactos negativos en las condiciones materiales y expectativas de vida de los trabajadores y en general, en las clases populares subalternas del país.
De manera, que cualquier medida de política gubernamental que responda al “Legado de Chávez” debe pasar irremediablemente por reconocer la pertinencia de analizar el patrón de evaluación, control y medición de los logros socialistas en lo que actualmente se denomina “Gobierno de calle” (¿Cuál consistencia existe entre los objetivos inmediatos del Gobierno de calle y los objetivos políticos del nuevo ciclo de gobierno anunciado por Chávez en el año 2012?); así como el avance en la transformación económico-productiva, ligada al modelo de acumulación, crecimiento y distribución de riqueza social, definida de acuerdo a Jorge Giordani por cinco aspectos:
a) La modificación de la base productiva del país, buscando una mayor democratización del poder económico.
b) El cambio en el rol del Estado, para lograr que el proceso acumulativo se oriente a la satisfacción de las necesidades básicas de la mayoría de la población y a la defensa de la soberanía.
c) La incorporación de mecanismos de autogestión productiva a nivel colectivo.
d) La utilización de una planificación democrática como mecanismo regulador de las relaciones productivas.
e) La ubicación autónoma del país frente a la internacionalización del sistema capitalista.
Basta escuchar el audio del “Golpe de Timón” para confirmar que Chávez compartía estas orientaciones generales, y dado que se abría un nuevo ciclo de gobierno en el año 2012, era importante ser más eficientes en el tránsito al socialismo (no era eficiencia sin socialismo), en la construcción del nuevo modelo político, económico, social, cultural, en la revolución.
Repetimos, es en este contexto preciso donde aparece el debate sobre la “Eficiencia”, no como un término de racionalización económica capitalista (Eficiencia productiva capitalista), sino de eficiencia en el Tránsito cierto al Socialismo definido como nuevo modelo político, económico, social, cultural en revolución; de eficiencia en el avance de la revolución, pues se trataba de avanzar en un nuevo modelo de sociedad que incluye efectivamente la transformación del modelo rentista y sus efectos en las deformaciones histórico-estructurales de la economía venezolana y sus capacidades de generar procesos sostenidos de acumulación-generación de excedentes desde sus propias dinamismos productivos internos, en función de la satisfacción de las necesidades de las mayorías trabajadoras y del pueblo.
En el caso Venezolano, como en muchos países dependientes y periféricos, el carácter extractivo del patrón económico y mono-exportador del modo de articulación a la economía capitalista mundial, el sub-desarrollo de las capacidades productivas nacionales y la modalidad de “dependencia neocolonial asociada” a los intereses de los grandes monopolios nacionales y trasnacionales, siguen siendo rasgos estructurales de los ámbitos económico-sociales del país. De manera que la transición al socialismo debe partir de un crudo diagnóstico de las condiciones de partida para semejante transformación, pues la revolución política no equivale a una revolución económica y social de larga duración, intensidad y profundidad. Hasta ahora, la revolución no ha tocado los aspectos medulares de los factores de poder que condicionan la estructura económico-social propia del capitalismo, sino que se ha concentrado en la esfera político-partidista, en la esfera de la ocupación de los espacios de los aparatos estatales y en las tareas del reparto aún desigual y concentrado de la renta petrolera.
Una concentración de la atención y del discurso en la “pequeña política” (la gobernabilidad de coyuntura), en la escena partidista y electoral, han opacado los graves problemas histórico estructurales de la economía venezolana y las vías para enfrentarlos. De manera que es desde estas condiciones histórico-estructurales, desde donde hay que partir para pensar e impactar en el proceso de transición hacia el socialismo, lo cual implicará formas novedosas de ejercicio del gobierno, de planificación estratégica, de ejercicio prospectivo, de construcción de trayectorias de viabilidad, de adecuación de las políticas sociales y económicas, de necesaria demarcación de estilos de desarrollo deseables, posibles y factibles, para aspirar a construir modelos de socialismo democráticos, participativos y autogestionarios, superando necesariamente los obstáculos que suponen las condicionamientos de la dependencia y la posición periférica del país en el sistema histórico mundial.
No hacerlo, implica quedarse en la retórica superficial y mediática sobre el Socialismo (para bien o para mal), o lo que es peor, utilizar el “discurso socialista” para impulsar medidas que puedan comprenderse o interpretarse como favorables al fortalecimiento de prácticas capitalistas. Esas medidas, en todo caso, no fueron la dirección, orientación, contenido y alcance del llamado “Golpe de Timón” ni del “Programa de la Patria” en palabras de Chávez.
Hablamos por tanto de evaluar en profundidad, y si se requiere corregir el rumbo, desde el contexto político de una revolución democrática y socialista (no desde el horizonte de reformas simplemente); no confundir “proceso revolucionario” con “gobierno capitalista que realiza reformas parciales en el terreno social” para fines de lograr la estabilidad relativa, la cooptación, el consenso o un clima de resignación en las luchas de los trabajadores y del pueblo por la construcción del socialismo.
Es así que planteamos la necesaria clarificación del rumbo, si la revolución bolivariana aspira a retroceder a un proyecto de carácter reformista-desarrollista-socialdemócrata; para avanzar más allá, para modificar el dominio histórico-estructural que el sector capitalista tiene, tanto nacional como extranjero, en la estructura económica-social del país. Ni la Independencia (Autodeterminación) ni el Socialismo, ejes relacionados de un proceso de liberación nacional, pueden avanzar en un marco de reproducción de fenómenos de dominación, desigualdad, polarización y exclusión asociados al “desarrollo dependiente asociado” al Gran Capital.
A propósito de los llamados a “diálogo con los sectores del país”, Chávez señaló finalmente que los pactos estratégicos u orgánicos, eran con el pueblo y con las clases trabajadoras, no con las elites o los sectores capitalistas dominantes. A los malos lectores del “Golpe de Timón”, que quierenhablar de eficiencia sin revolución, basta que abran y lean las primeras doce (12) páginas del documento para recordar lo allí planteado.
No hacerlo se presta a los más diversos oportunismos y pragmatismos, tan en boga luego de la partida física de Chávez, en función de criterios exclusivos de conquistar posiciones de ventaja, de estabilidad y gobernabilidad:
“Recordemos los cinco grandes objetivos históricos del Programa de la Patria que ahora vamos a comenzar a aplicar. Se trata de los pasos que hemos venido dando, por eso hablamos del tránsito, transición, etapa. Nada de esto existía en Venezuela y nada de esto existiría en Venezuela si, se impusiera el capitalismo, que nos convertiría de nuevo en la colonia que éramos. Por eso la revolución política es previa a la económica. Siempre tiene que ser así: primero revolución política, liberación política y luego viene la revolución económica. Hay que mantener la liberación política, y de allí la batalla política que es permanente, la batalla cultural, la batalla social.” (Golpe de Timón, p. 12)
Si el aspecto político (revolución política/liberación política), que guía y orienta la gran estrategia, no predomina como visión revolucionaria, como concepción liberadora, entonces la batalla cultural, la batalla social y la batalla económica del nuevo modelo a construir que son permanentes, estarían posiblemente perdidas: ¿De qué trata la cuestión económica? ¿De imponer el fortalecimiento del Capitalismo, de convertirnos de nuevo en Colonia?
Palabras que retumbarán en los oídos pragmáticos de quienes suponen que la transición al socialismo se hace “con más capitalismo”, con “alianzas y amarres de intereses estratégicos con fracciones sociales del Capital, y no colocando en primer lugar el patrón de medición, evaluación y control de los logros socialistas: un modo sustancialmente democrático (“verdaderamente no jerárquico en su modo de operación en todas las esferas”-p.851), de control social y autogestión general, como se señaló sin ambigüedades en el Golpe de Timón.
A aquellas voces que les parece inconveniente plantear la opción “Reforma o Revolución” (Luxemburgo-Lenin dixit), y que ni siquiera llegan a plantear al menos “reformas revolucionarias” (Gorz dixit), conviene señalarles que la partida física de Chávez pone sobre la mesa precisamente estas grandes definiciones de “Gran Política” (Gramsci dixit) ([8]) y de “Gran Estrategia” ([9]).
En ese debate Chávez no claudicó ni como dicen de manera corriente: “arrugó”. De manera que los esfuerzos no son para alcanzar o mejorar el desarrollo capitalista, sino para abrir alternativas en contra del Capital, para debilitar como eje de dominación a los actores, fuerzas y movimientos del desarrollo capitalista. Eso es precisamente el Proyecto Socialista.
2. EL LEGADO DE CHAVEZ: CONCIENCIA REVOLUCIONARIA O APOLOGÍA DE LO EXISTENTE.

En Venezuela, existe una suerte de acuerdo preliminar sobre la maduración intelectual del pensamiento y acción de Hugo Chávez, como líder fundamental de la revolución bolivariana, en la cual se fueron precisando y haciendo explícitos ciertos temas dominantes de su agenda política desde que entró en la escena política aquel 4 de febrero de 1992 (Rebeliones Militares del 4-F y el 27-N del año 1992). A modo de síntesis y de manera provisional, es posible rastrear tres grandesformulaciones del pensamiento y la acción que fueron articulándose en una formación compleja (no sustituyéndose) en el tiempo histórico:
a) El Nacionalismo Revolucionario Bolivariano de fuerte contenido anti-Neoliberal,
b) El Anti-Imperialismo y la Liberación Continental de Nuestra América,
c) El Anticapitalismo y la construcción del Socialismo Bolivariano del siglo XXI, adecuado a las particularidades venezolanas.
Obviamente, hay muchas más vetas en el pensamiento y la acción revolucionaria de Hugo Chávez (por ejemplo, la centralidad de la alianza cívico-militar para combatir la partidocracia, la crítica a la democracia representativa-burguesa para el cambio revolucionario, la importancia delpoder popular, entre muchas otras), pero para efectos de estas primeras aproximaciones, es necesario dar cuenta de si el “legado Revolucionario” de Chávez diferenciándolo de:
a) El legado ideológicamente ambivalente de sus primeros tiempos con relación a la revolución socialista;
b) La flexibilidad táctica de sus modos de actuación política de acuerdo al cuadro de fuerzas de cada situación particular, con sus virajes que podían dar a entender que se perdía el rumbo estratégico a corto plazo; 
c) la crítica a sus actitudes de fuerte liderazgo personalista y centralizador del poder de mando-decisión).
Estos aspectos contribuyen a repensar una larga discusión sobre los procesos de transición al socialismo, sobremanera en el campo teórico de la praxis revolucionaria acerca de los mismos, que va desde las primeras formulaciones de Marx y Engels, la recepción de este debate en la socialdemocracia alemana, la interpretación de este debate en el marxismo y el populismo ruso, las posiciones de Lenin y de la dirección bolchevique sobre los problemas de la transición, el efecto de la muerte de Lenin y el ascenso de Stalin, la construcción del socialismo bajo la hegemonía estalinista, la polémica Chino-Soviética sobre la economía de la transición, el debate Yugoeslavo sobre la Autogestión, los debates sobre la transformaciones de las relaciones de producción, el Plan, el Mercado y la Ley del Valor, la polémica del Che sobre la transición en la Revolución Cubana, la polémica sobre el Poder Popular y el área de Propiedad Social en la vía chilena al Socialismo, entre muchos otros e importantes debates.
Lamentablemente, en un balance de inventario de las actitudes hacia el pensamiento de Chávez, predomina el elemento pasión y afecto (tanto de aceptación como de rechazo), lo cual impedirá por cierto tiempo enfrentar sus aciertos y errores efectivos en política, en pensamiento y acción.
No hay que llamarse a engaños. Uno de los principales obstáculos para abordar, desde el pensamiento contra-hegemónico de izquierda, el llamado “legado de Chávez” es su complejidad, la heterogeneidad constitutiva en sus influencias ideológicas de base (Árbol de las Tres Raíces), su acercamiento y separación de la llamada “tercera vía” para acercarlo a la “crítica del Imperialismo”, su apoyo explícito a la emergencia del nuevo socialismo del siglo XXI en el contexto de la grave crisis del capitalismo, los cuál es también utilizado para fines de apologética-legitimación; o en contrapunto, para fines de demonización-descrédito en la lucha política e ideológica del país (y en el continente); de manera que por muchos años, posicionarse críticamente ante el legado de Chávez implicará intervenir tácita o explícitamente en el complejo de condiciones y factores que intervienen en la lucha histórica presente que divide las aguas entre izquierdas y derechas en el continente latinoamericano.
Esto se explica en parte, porque Chávez logro re-politizar a Venezuela y a las sociedades del continente en gran medida; es decir, colocó a la “Gran Política” en su lugar privilegiado, superando en gran medida la “pequeña política” (la política de intrigas en situaciones), la despolitización tecnocrática o la creencia de que la política es solo para los “profesionales de la política”, para los representantes de los aparatos de partido o los altos funcionarios de los aparatos de Estado.
Chávez reactivó la creencia en amplios estratos de la población de que es posible construir una democracia de alta intensidad en los términos dados por Lincoln a ésta: “Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” ([10]), y que ese sistema de gobierno estaría directamente articulado a larealización de la igualdad y la justicia social en los términos expresados por Simón Bolívar: “El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política” ([11]).
Pocos analistas toman en cuenta la densidad teórica, histórica e ideológica del Discurso de Angostura de 1819 al señalar:
“Un gobierno republicano ha sido, es y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del pueblo: la división de los poderes, la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir, digámoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas y las costumbres públicas. Luego extendiendo la vista sobre el vasto campo que nos falta por recorrer, fijamos la atención sobre los privilegios que debemos evitar.”
¿No será precisamente el capitalismo neoliberal hegemónico, con sus énfasis en el fundamentalismo de mercado, sus políticas monetaristas y fiscalistas, la fuente de los privilegios que debemos evitar?
De manera que más allá de las consignas, los esquematismos y las simplificaciones, las tareas de re-pensar la conjunción posible del universo de discurso de la revolución bolivariana con el proyecto socialista democrático, participativo y autogestionario, sigue siendo una tarea pendiente, pues se trata de horizontes ideológicos cuyos sistemas de valores e ideas en algunos casos son plenamente convergentes, pero en otros es posible detectar tensiones que deben ser asumidos para el debate.
Algunos suponen que con frases de Chávez, la tarea del pensamiento bolivariano y revolucionario está resuelta. Bastaría repetir frases como si se tratara del “Libro Rojo” de Mao, para tener el mango del sartén ideológico agarrado con la mano. Obviamente, esto funciona para movilizar creencias y controlar una psicología colectiva del aparato político de masas, pero no contribuye en la producción de la consistencia, coherencia y congruencia; es decir, en la sustentación y legitimación de un Proyecto Histórico como el Socialismo Bolivariano del siglo XXI.
De allí que sea preciso analizar con rigor las condiciones políticas, institucionales e ideológicas de producción de conocimientos críticos sobre la transición socialista en Venezuela, bajo el efecto de proyección del liderazgo de Hugo Chávez, en la presente coyuntura nacional e internacional, superando las tentaciones del dogmatismo, el sectarismo y el oportunismo sin principios, pues la revolución atraviesa desde algunos años una encrucijada crítica que puede activar severos procesos de desgaste y de derrota.
3. NOTAS CRÍTICAS A LA RECIENTE CREACIÓN DEL INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS “HUGO CHAVEZ”:

LOS RASPA-OLLAS DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Javier Biardeau R.
No cuesta mucho hilar los acontecimientos que se desataron en diferentes ámbitos tras la fatal recaída del Presidente Chávez (luego de entregarse en cuerpo y alma a la campaña electoral que lo llevo a la victoria del 7 de octubre del año 2012). Apareció un prototipo-humano que le importa poco el “país” y que prefiere optar por la ambición desmedida ante las circunstancias sobrevenidas: el raspa olla.
Las informaciones privilegiadas de aquellos sectores que han conformado históricamente un multifacético segmento de acumuladores delictivos de Capital (Federico Brito Figueroa dixit), los colocaron en una objetiva posición de ventaja dada la “asimetría de información” para lanzarse a una nueva aventura de rapiña, saqueo y piratería sobre el dinero-renta petrolera que merece ser utilizado para crear prosperidad y bienestar para todo el pueblo venezolano. Pero engordaron los bolsillos particulares.
Al parecer, estamos en un caso bastante patético de acumulación por desposesión (David Harvey dixit); es decir, utilizar todos los métodos de saqueo propios de la acumulación originaria de Capital (Marx dixit), para mantener, reproducir y oxigenar la racionalidad histórica inmanente del sistema capitalista y de sus actores de reparto: “dueños del circo, capataces y payasos”.
Porque en esta novela hay protagonistas y actores de reparto, y la famosa individualización de responsabilidades que se utiliza en la lógica jurídica se enfrenta a una cadena de complicidades en el sistema nacional de la corrupción institucionalizada.
No es la primera vez en nuestra historia que se utiliza como punto de arranque la captura y apropiación del ingreso fiscal petrolero de todos los venezolanos y venezolanas para engordar los bolsillos de la burguesía parasitaria: llámese “amarilla” o “roja-rojita”. Este es el sacrosanto misterio que motiva no publicar la lista del SITME del año 2012.
Se trata de un capítulo más de la telenovela del Viernes Negro y de RECADI, donde la devaluación, la inflación y la fuga de capitales, se atan para enriquecer a pocos y empobrecer a muchos. El problema es que esos pocos han creado un sistema de complicidades donde se mojan los intereses políticos de aquí y de allá: “Elemental, mi querido Watson.”
Y el pronóstico es negativo: no caerán peces gordos ni dueños del circo, sino tontos útiles y víctimas propiciatorias para calmar a las tribunas. Habrá muchos potes de humo. Es decir, payasos y más payasos. Nada de dueños de circo. Pues el circo financia la política. Los negocios controlan la política, Como decía Marx, en el capitalismo: “(…) el gobierno del estado no es más que la junta que administra los negocios comunes de la clase burguesa”. ¿Cuáles son los negocios comunes de la clase dominante? Un solo lema: ¡Acumulado, acumulad…como sea acumulad! Y en el contexto del rentismo-extractivista (exportación de materias primas), la acumulación por desposesión toma amplio relieve.
En el contexto de la crisis capitalista mundial, la acumulación por desposesión tiene por objetivo mantener el sistema actual, repercutiendo en los sectores empobrecidos la crisis de sobreacumulación del capital. Es decir, hacer más pobres a los pobres y más ricos a los ricos. Existen al menos cuatro prácticas que caracterizan la acumulación por desposesión, principalmente: la privatización, la financiarización, la gestión y manipulación de las crisis y redistribuciones estatales de la renta hacia la “oligarquía del dinero”. 
Ya la crisis bancaria del año 2009 anunciaba los perfiles del charco político-financiero, dando cuenta del peligroso maridaje entre el Capitalismo de Estado y las fracciones del capital comercial-financiero. A la burguesía parasitaria le conviene obviamente el uso demagógico (el mareo ideológico) de la palabra “socialismo”, solo para obtener riquezas, prebendas y privilegios. 
Si el “socialismo” es simplemente un recurso retórico para “marear rebaños electorales”, entonces la revolución bolivariana está atrapada en tres campos minados: a) el campo minado del Capitalismo de Estado, por una parte, una matriz desarrollista-populista de carácter neo-adeco; b) el campo minado de los doctrinarios del socialismo burocrático, cuya matriz es una extraña mezcolanza entre el estalinismo más ramplón, y el seguidismo ideológico-político a las nostalgias heroicas la revolución cubana; c) la tercera matriz es más profunda, es el mantenimiento del saqueo, pillaje y robo del ingreso fiscal petrolero para engordar los bolsillos de las personificaciones concretas del Capital, de aquellos sectores que apelan a aquel personaje del cómico “Joselo” cuando volteaba el cuadro del circunstancial “jefe de estado y partido de turno”, pues podía ser adeco o copeyano (¡qué más da!) si lo importante era mantener el “negociado”: acumulad, acumulad…como sea acumulad…
En otro contexto (URSS), la conversión del Partido-Estado soviético en Capitalismo de mafias (de camarillas políticas a mafias económicas), cuyo origen fue el traspaso del control de los activos estatales desde los miembros de la alta burocracia del estado soviético, altos funcionarios del partido, altos cuadros del estamento militar, policial, junto a sus servicios de inteligencia a los nuevos capitanes de la privatización, la financiarización, la gestión de las crisis y la redistribuciones de la renta hacia una nueva fracción de la “oligarquía del dinero”. ¿Y dónde están los anteriores camaradas miembros del extinto PCUS? En la “nueva clase capitalista rusa”.
Por tanto, es tan peligrosa para la revolución la existencia de la “burguesía amarilla” como la existencia de la llamada “boli-burguesía” (http://www.aporrea.org/ideologia/a43649.html), obviamente si se trata de una “revolución”. Porque un gobierno neo-populista puede ser funcional a los intereses de los nuevos grupos económicos de poder y sus gestores o padrinos políticos. De manera que la condición de posibilidad de este tipo de corrupción es la corrupción ético-política (Dussel dixit).
Sería profundamente ruinoso para la revolución bolivariana, que todo este debate sobre “la corrupción” se rodee de un clima de impunidad ante casos concretos de malversación o corrupción de cuello “amarillo” o “rojo-rojito”, generando ambientes de complicidad, pues lo que está en juego es la propia fibra ético-cultural, moral, del proceso iniciado como una corriente de lucha contra la corrupción desde sus orígenes aquel 4 de febrero de 1992. Y está siendo ruinoso. Los “raspa ollas” montan también sus tinglados para las elecciones de alcaldías: nuevo circo político-electoral si no se ataca a fondo la corrupción. 
Decíamos en otros artículos que era conveniente referirse a los trabajos de Domingo Alberto Rangel (DAR) quién señalaba (en artículos en el año 2006 como Correo del Caroní y El Carabobeño): “En la Europa clásica, la burguesía creaba al Estado, aquí en Venezuela el Estado crea a la burguesía. Desde 1900 hasta el día de hoy, cada fracción burguesa surgida en los horizontes sociales de nuestro país ha sido obra del Estado”. 
Domingo Alberto Rangel planteaba que bajo un Estado opulento, corrompido y caprichoso, podía convertirse en doce horas que necesita la luz de los cielos para alternar con las sombras, a un "peladito cantinflesco" en un “personaje aristocrático”. Desde hace cien años los sucesivos cabecillas de nuestra oligarquía han sido producidos por una incubadora milagrosa: la Tesorería Nacional. Es decir, son creación tipo Frankestein del presupuesto nacional.
Decía DAR el 20 de abril de 2006 (Correo del Caroní)). “La oligarquía bolivariana es el más reciente brote de la vieja plantación burocrática venezolana”. De manera que a la oligarquía histórica, se le agregan nuevos grupos privilegiados. Para DAR, “La celeridad en la creación de esa oligarquía se explica por la coincidencia de tres factores en el régimen bolivariano. El primero, la abundancia fiscal que comenzó en 1999, cuando Chávez encontró el petróleo en nueve dólares el barril y de inmediato vino la racha alcista que luego lo colocaría en sesenta y dos dólares y que, aunque atenuada, aún dura. Es cierto que los cincuenta dólares de hoy, reducidos a monedas de igual paridad, resultan muy inferiores a los de 1980, pero es evidente o innegable que a Chávez le ha correspondido una mejor experiencia de precios petroleros que a Caldera o al segundo período de Pérez. De todas maneras, la economía petrolera ha vivido un lapso de prosperidad que se traduce en abundancia fiscal. El segundo factor que ha propiciado el enriquecimiento acelerado de algunos cabecillas del oficialismo, es el descaro de clase. Entiendo por descaro de clase aquella ligereza moral, aquella desenvoltura rapaz que caracteriza a los plebeyos cuando de súbito cambia su suerte en la vida. En el fondo de todo plebeyo hay un trepador, o mejor, todo plebeyo es un trepador. El oficialismo se ha formado de plebeyos que en el sistema político o en los cuerpos militares veían con codicia, pero con frustración, el festín que saciaban adecos y copeyanos. (…) El tercer factor es la tolerancia, casi alcahuetería, diríamos, con que Venezuela siempre toleró y hasta aplaudió a los ladrones de su Tesoro Nacional. ¿Acaso no fue popular Páez que pasó de peón de sabana a latifundista por la hazaña de su lanza? ¿Y Guzmán, Crespo y Panchito Alcántara, no gozaron las mieles del prestigio popular? Un caudillo que robe siendo plebeyo y que siga conservando su cultura de plebeyo es algo que embelesa a los venezolanos.” 
En el tono de DAR se transpiraba cierta fatalidad cultural: “Un caudillo que robe siendo plebeyo y que siga conservando su cultura de plebeyo es algo que embelesa a los venezolanos”. Viniendo de un ex ADECO era comprensible que nos recordara como la subcultura de la adequidad había construido la figura del “corrupto igualitario”: roba, pero deja robar. ¡Ay compadre, no me des, ponme donde haiga! El asunto es que la “corrupción igualitaria” es la base de sustentación de la pirámide de “corrupción de cuello blanco”, construyendo lealtades y complicidades: ¿Quién manda aquí? ¿Quién es el chivo que más mea? Como diría Briceño Guerrero en la corrupción se entremezclan los discursos salvajes, mantuanos y de la Europa segunda. Rencores inveterados, jerarquías señoriales, compadrazgos, padrinazgos y todo para acumular, acumular, acumular…
No se trata de levantar un discurso moralista sobre la corrupción, pues como diría Maquiavelo tiene usos no tan santos y eficaces para alcanzar, mantener y aumentar el poder. Pero la corrupción del poder puede atentar contra el propio poder. It is the cuestion. Por eso, los poderosos se lanzan a atacar a la corrupción, buscando un saldo político de legitimidad. Algunos como bandera, otros para capturar algunos payasos, pero ¿Se quiere desmontar el circo? ¿Se quiere atacar de raíz la corrupción? Lo dudo. En el capitalismo realmente existente y en el socialismo burocrático la corrupción siguió campeando porque la raíz está en la máxima: acumulad, acumulad, como sea, acumulad. Y mientras sea acumulad, y existan poderosos incentivos institucionales para hacerlo con medios poco honestos, se mantendrá el sistema nacional de corrupción. No es casual que DAR escribiera un texto bajo el título: ¡Aquí quien manda es el hampa! El hamponato de los raspa ollas es parte del país podrido. Rafael Pocaterra hubiese encontrado mejores personajes en la picaresca contemporánea para escribir un nueva versión de “Memorias de un Venezolano en una época de decadencia”. ¿Huele a decadencia? Digamos que es un elemento del cuadro de contradicciones. NO todo está perdido, se anuncian tempestades…
De manera que al leer el artículo de Luis Brito García llamado “cajas negras” (http://www.aporrea.org/actualidad/a168600.html) uno queda con el sinsabor de si se trata de mezclar un mazo de cartas para que no exista ni orden ni concierto (¿Cuarta república o Quinta república?) o a apuntar directamente a la raíz del problema (continuidad de la cuarta en la quinta república). Obviamente es mi confusión:
“Remedo de las Manos Muertas son las Cajas Negras, en las cuales todo entra y nada sale, o viceversa. Como decía Bolívar, el crimen trabaja en la sombra. Para ir entrando en materia, recordemos que en 1973 subieron los precios del petróleo, el ingreso público aumentó cuatro veces, y en lugar de registrarlo en el Presupuesto, Carlos Andrés Pérez decidió ocultarlo en un Fondo de Inversiones, de donde se esfumó sin que nadie supiera cómo. Paralelamente, todos los funcionarios e instituciones se dedicaron a incrementar otra Caja Negra, la Deuda Pública cuyo monto nadie conocía, hasta que los acreedores aumentaron unilateralmente los intereses, y desde entonces vivimos contrayendo Deuda Pública para pagar la Deuda Pública. Las estrellas que van a morir revientan en una Nova; las Cajas Negras se despiden con una Explosión Social.”

Primera alerta: circulo vicioso del endeudamiento, medidas de ajuste neoliberal y estallido social. ¿País rico o país pobre? ¿País pobre o pobre país? Lamento del discurso salvaje o necesidad de utopías revolucionarias para voltear el desorden existente, un nuevo pachakuti, en medio de las huestes caribes. ¿Quién sabe?

“Recordemos la PDVSA de la Cuarta República, cuyo director Luis Giusti 
declaró que la empresa que manejaba la principal riqueza de la 
República, no rendía cuentas porque “no había interés” en saber lo 
que pasaba adentro. Sí que lo había, y el intento de saberlo costó un 
golpe de Estado, un cierre patronal y un sabotaje petrolero que 
reportaron para Venezuela pérdidas de más de 15.000 millones de 
dólares. Mientras más se tarda en abrir una Caja Negra, más cuesta.”

Segunda alerta: ¿Seguirán siendo las cuentas de la PDVSA en la Quinta República ahora “bolivariana, antiimperialista, socialista y chavista” unas cuentas in-auditables para la contraloría social? Pues sí: “mientras más se tarda en abrir una caja negra, más cuesta.”

“Lo primero que la Estrella Negra deja de emitir es luz; lo primero que 
deja de presentar la Caja Negra son cuentas. Hacia 2006 el ministro 
del Trabajo me confió que no había una sola cooperativa que se pudiera 
considerar exitosa o modélica. Conocí muchos ejemplos. Entregado el 
dinero por el gobierno, el sabio administrador encontraba forma de 
invertirlo en camionetones o en ruinosos contratos que transferían 
todo a parientes o amigos. El efectivo siguió desvaneciéndose sin 
controles ni sanciones ni resultados. Igual mecanismo facilitó la 
desaparición en importaciones ficticias de más de 20.000 millones de 
dólares otorgados por el Sistema de Transacciones en Moneda Extranjera 
(SITME). La conducta que es recompensada tiende a repetirse.”

¿Dijo usted 20.000 millones de dólares del SITME? ¿Uno se pregunta si existe una verdadera indignación nacional ante semejante cifra? Pues no, el proceso de des-sensibilización progresiva propio del olvido selectivo ha generado la naturalización de eso que es sencillamente “indiferente”: ¡Me sabe a casabe! Los indignados son de España, aquí hay dignificados indiferentes.

El Presidente Maduro tiene toda la razón cuando advierte “La corrupción se va a tragar a la patria si no se le hace frente”. Los opinadores de oposición le replican: ¡Tarde piaste, pajarito! ¿Te habló el pajarito?

De manera que si “Todo corrupto es antichavista, es capitalista así se ponga una boina roja”, entonces la tarea es en extremo delicada y complicada, pues una cosa es un tumor encapsulado y otra una metástasis en todo el cuerpo social. ¿Quién tiene el verdadero diagnóstico para aplicar el mejor tratamiento? Se buscan expertos con alta eficacia en la cura, nada de yerbateros de poca credibilidad entre sanaciones comprobables. ¿O sí? ¿Aspiramos a un Milagro?

El Ministro Giordani públicamente reprochó el mal uso del Sitme por parte de empresarios. Eso apareció en los titulares de la prensa escrita, y reaparece en algunos recuadros cada vez más chiquitos de la prensa. Y desapareció luego por arte de magia. Fue tragado por un agujero negro que se llama el uso político del olvido selectivo. Cada 30 años nos lavan la memoria: ¡Aquí no ha pasado nada, es hora de inventar la rueda y el agua tibia! Socialismo sin memoria, capitalismo sin memoria, fascismo sin memoria, la rueca gira y gira, la molienda de carne humana devora las posibilidades.

El ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, señaló en aquel momento que el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), "fue una cobija para los banqueros venezolanos, y por esa razón fue eliminado". Las declaraciones fueron realizadas en el contexto de la presentación de su libro “Memorias de lo cotidiano” en Filven 2013, que se celebró en el Teatro Teresa Carreño.

Mi abuela decía que uno se arropa hasta donde llega la cobija, pero la cobija de los banqueros aún no sabemos que dimensiones tenía…o tiene.

También Giordani reprochó la creación de un sistema alternativo de divisas, al comentar que "ahora piensan en un sistema alternativo a ver si se siguen llevando los reales". Esta frase no debe olvidarse selectivamente: “Se siguen llevando los reales”, pues con el Sitme la fuga de capitales engordo las cuentas de algunos raspa olla en el exterior: "(…) se fueron del país más de 5 mil millones de dólares".

Eduardo Galeano nos ayuda a mantener esa nostalgia por lo que se llevaron, a ese “saqueo de los banqueros” no le sigue ninguna orden de “disparen a matar” como aquel 27 de febrero de 1989, más bien hasta indultos bajo cuerdas salen, entretelones, pillerías jurídicas. ¿Cómo puede hablarse de revolución si todavía la oposición canta a Yordano “Por estas calles”? Ciertamente, son manipulaciones del imperio, pero el síntoma es la manifestación de una enfermedad. El Imperio manipula síntomas, ¿Quién cura las enfermedades?

Comentaba Giordani que las importaciones durante 2012 ascendieron a 59 mil millones de dólares, e indicó que "por supuesto que necesitamos (las importaciones), pero la inflación se combate con la producción nacional". Volvemos de un plumazo a Alberto Adriani. ¿La modernización capitalista venezolana del siglo XX ha sido un esfuerzo trunco y en gran medida marcado por frustraciones? ¿Quién capitaliza la renta petrolera? ¿Las fracciones de la oligarquía del dinero o el pueblo?

Por otra parte, Giordani señaló que la economía venezolana "podría manejarse bien entre 40 y 50 mil millones de dólares", ampliando su cálculo de entre 35 y 40 mil millones de dólares anunciado en años anteriores. 
"El sector privado nacional sólo produjo 3 mil millones de dólares por exportaciones. Qué clase burguesía es esa. Es parásita. Les damos dólares y no exportan nada".

Sin embargo, ¿Por qué interpelar a la burguesía? ¿Cuándo vamos a construir el socialismo sin burguesía? ¿O es que es con burguesía exportadora, importadora o parásita que se construye el socialismo? Sobran dudas.

¿De cuál socialismo me estás hablando?, me regaña un trotskista. Yo lo mando a leer a Briceño Guerrero, como para decirle: Ni los bolcheviques ni los mencheviques entendieron a nuestros chequeviches…es decir a los raspi´ cueros de los que hablaba Betancourt, los raspa ollas de aquí y de allá.

¿Y quién fusilará a los fusiladores? (Tesis inexistente de Feuerbach?-Marx dixit)

Lo interesante de todo esto es el ciclo vicioso de fuga de capitales, inflación y devaluaciones posteriores: ¿Qué ocurre con las condiciones de vida del “pueblo”? Como escuche decir en la emergencia del Hospital Clínico Universitario, mientras esperaba un antídoto que nunca llegó: ¡A ese viejo tíralo pa´alla! Y los llaman “médicos y enfermeros”… ¿Confusión de palabras? Claro que son unos “coño e madres” desalmados…discurso salvaje esta palabra que se ajusta perfectamente al contexto.

Por si fuera poco, agregaba Giordani que "sin el control de cambio las reservas internacionales no durarían un día". Es decir, Acumulación por desposesión, saqueo, pillaje y robo de las “reservas nacionales” que son trasferidas a la “oligarquía del dinero” en medio del “carnaval revolucionario”: máscaras, máscaras, máscaras. Mientras, los asesores pilluelos intentan convencer a los políticos que la “corrupción” no conviene manejarla como tema de la agenda política. Hay demasiados “cables pelaos”, le dicen al Sr. Presidente. - Aquí lo que hace falta es “control de daños” -, los más osados se lo dicen en “inglish”: “Damage control”, Jefe. ¿Qué piensa y siente el jefe? ¿Todavía siente?

¿De quién son los dólares? Usted imagine la respuesta. Escucha algo así como la “mitología de sembrar el petróleo”. Versiones de la frase van y vienen, y la prosperidad y bienestar del pueblo venezolano tiende a convertirse en un espejismo efímero, si lo que tiene supremacía es la inflación, la debilidad de la oferta interna y la alta dependencia del financiamiento internacional ante el cada vez más insuficiente ingreso fiscal petrolero. A unos le aprietan el cuello, a otros las bolas, pero algunos pocos no se bajan del imaginario del “mayami nuestro”. - Esto es una dictadura -, yo me voy pa´mayami, ¿Ya pediste la solicitud en Cadivi? El pasaporte me lo entregaron ahí mismito… ¡Qué dictadura!

De manera que la pregunta para las futuras elecciones en Venezuela pudiera ser: ¿Cuál de estos candidatos representa los intereses y ambiciones de los raspa ollas y raspi cueros? ¿Dónde está el resultado de las investigaciones sobre aquellas empresas que constantemente fueron favorecidas con las asignaciones del Sitme? ¿Dónde están no los payasos del circo ni algunos capataces, sino los dueños del tinglado? ¿Dónde están las denuncias contra bancos privados que no asignaban las divisas del mecanismo, a pesar de retener “durante meses” los bolívares de las empresas que requerían dólares? ¿Dónde están? ¿Dónde están?... las interrogantes hacen eco reverberante hasta convertirse en ruido, luego en nada…

Hay muchas cajas negras, estimado Luis Brito García, pero además hemos dejado colar muchos strikes como aquella opinión que afirmó que “una devaluación de 46% del bolívar, busca preservar los “logros sociales” del Gobierno”. Por favor, ¿le pueden dar un premio nobel de economía a quienes plantean eso? Desde el año 83 estoy escuchando que la devaluación permitirá mejorar la economía y los términos de intercambio de nuestras materias primas. Hasta ahora, veo decadencia con cortos periodos de fiesta compensatoria. Si los médicos fueran economistas, las clínicas y hospitales estarían vacíos…. Una pequeña pregunta para un cuestionario: ¿En quién confía usted, en un médico o en un economista? Otros asunto: Pregunta: ¿Para qué sirven los sociólogos? Para nada, sólo para criticar a los economistas.

Para aquellos que promueven devaluaciones en artículos de opinión, páginas web y sacan sus argumentos de los libracos económicos que denominan “consenso macroeconómico básico”, también tienen que señalar ¿Cómo se preservaran y se incrementaran los logros sociales, el bienestar del pueblo, con medidas de devaluación para hacer “competitiva” la industria nacional y promover las “exportaciones no tradicionales”? A mí que me expliquen ¿Cómo? Hay tantas mediaciones que no me parece nada automático una “causación circular acumulativa”. - Mira chico, hasta Marx sabía que eso era así -, escucho…

Los economistas como los sociólogos piensan que Marx era Economista y Sociólogo: ¡Que disparate! Cuando uno habla de crítica a la economía política, y de unas paginitas por allí de “Miseria de la filosofía” donde Marx habla de economía vulgar, los economistas me fruncen el ceño, ¡“macroeconomía básica, compadre, macroeconomía básica”! Bueno…

La economía es algo bastante delicado como para dejárselo sólo a los economistas, decía Chávez en uno y otro discurso. Yo desconfió cuando operan sólo con modelos teóricos, expectativas racionales, costos de oportunidad y curvas de oferta y demanda. ¿Y dónde está la gente de a pie en estas “abstracciones”? ¿Sabrán los economistas qué es filosóficamente una “abstracción”, y qué consecuencias tiene tomar decisiones sólo con base a postulados y abstracciones?

Hay que tener cuidado con los “aprendices de brujos” modernos. Lo que se ofrece con el “discurso económico” en su vertiente tecnocrática, es poca cosa si no se traduce en una “macroeconomía y una macro política para el desarrollo humano integral”. Sin esto, ¿Quién puede confiar en los sesudos economistas?

De manera que, hay demasiados ámbitos interrelacionados cuando se señala que el tema económico se articula al tema de la “corrupción”. Ningún socialista o "revolucionario" puede ser corrupto, se dice ahora con alto volumen. ¿Y porque no publicamos la lista del SITME, entonces? ¿Puede alguien pensar que la corrupción es revolucionaria?

El jefe de Estado pidió al pueblo que luche contra la corrupción donde sea que se encuentre, "en campos amigos" o en la "derecha fascista", donde, dijo, hay "un festín de pillos" que quieren vender las riquezas del país. "¿Puede alguien pensar que la corrupción es revolucionaria?", se preguntó Maduro ayer 24 de junio de 2013. ¡Qué quede grabado en la historia!

Maduro reiteró que quien quiera rendir homenaje a Chávez que, aseguró "murió pobre, no dejó herencia, no dejó nada cuando se fue de esta vida", debe luchar por un país de ciudadanos honestos. Estas declaraciones de Maduro podrían concretarse no sólo en la captura de “varios funcionarios públicos presuntamente implicados en casos de corrupción” en el marco de una campaña que, según Maduro, hará frente al problema a todos los niveles.

¿Repetiremos el método RECADI para lavarnos las manos? ¿Hay que meter preso a un “chinito” para calmar a las tribunas, para que las “hordas” del Coliseo se queden quietas? ¿Dónde está la cadena de complicidad que legitimó los capitales del SITME; es decir, desde el trámite para la adquisición de divisas, el proceso de importación, nacionalización, verificación de las importaciones, liquidación de impuestos y tasas de importación, y declaración de cierre? ¿Se importó realmente chatarra o no se importó nada para legitimar esos capitales mientras se cometieron delitos cambiarios que son castigados con fuerza de ley? ¿Efectivamente existe “una clase burguesa parásita”? ¿Equivalen esos aproximadamente 20.000 millones de dólares del SITME al pago de 85% de la deuda externa que tenía Venezuela en febrero de 1.999?

El eliminado SITME, ¿demostró ser una herramienta para que la Burguesía Importadora destinara más del 92% de las divisas recibidas (cerca de 24.000 millones de dólares) para generar ganancias exorbitantes, colocando en el mercado nacional bienes y servicios foráneos, financiados al tipo de cambio 5,30 Bs./$, pero vendidos al cambio paralelo, promediado en 2011-2012 a 16 Bs/$? ¿Se seguirá utilizando a la Banca Privada, como agente de intermediación financiera, para adquirir a un precio superior al dólar oficial (6,30 Bs/$), las divisas necesarias para especular al pueblo con precios fijados a tipo de cambio del mercado paralelo perdón, para importar bienes y/o servicios-, hoy situado entre 23 y 25 Bs/$?

La verdad de los raspa ollas es que en el mejor de los casos compran con dólar barato y venden a precios de dólar especulativo, cuando no se dedican a comprar y revender “divisas convertibles”. ¿Se seguirán utilizando herramientas para transferir a la Burguesía Importadora y especulativa (parásita) los dólares preferenciales necesarios para que ésta reproduzca la lógica del capitalismo, para asegurar la acumulación de riquezas en manos de pocos, para destruir el naciente tejido productivo nacional y llamado socialista, y para fortalecer el modelo rentista Venezolano?

Algunas voces han señalado que:

“El SITME logró estabilizar el tipo de cambio paralelo, pero su lógica de funcionamiento generaba otros problemas adicionales. El primero, tenía que ver con que el mecanismo funcionaba con el stock de títulos de deuda indexada a dólares (bonos de PDVSA y del Gobierno). Esto significaba, mantener un círculo vicioso de endeudamiento y promovía la dolarización. Es decir, el mecanismo funcionaba a punta de endeudamiento y conspiraba contra el ahorro en bolívares fuertes. El segundo problema, es que se le concedió un gran poder discrecional a la Banca. Es decir se les permitió a los zamuros que cuidaran y repartieran la carne. La banca hizo y deshizo con los dólares que pasaron por ahí. Por supuesto, siempre con la venia de los Caballos de Troya infiltrados en el sector público, que hoy amasan importantes fortunas.” (http://www.aporrea.org/tiburon/a161692.html)

“Me temo que este sistema de otorgar dólares sin mucho control a través de compra de títulos, en lugar de favorecer a la nación venezolana para su desarrollo económico, está sirviendo para evadir impuestos (CADIVI pide una serie de Solvencias) y comprar cuanta cosa quieran los importadores, desde caramelos, chicles, chocolate, barajitas y comprar y comprar artículos que se producen en el país con mucho trabajo y sacrificio, como son la telas y productos confeccionados los cuales sufren mucho debido a las importaciones y subfacturadas (…) la compra de estos títulos a través del SITME va a servir para una gran fuga de divisas, si no se le pone un mejor control a la venta de estas divisas.” (http://www.aporrea.org/contraloria/a159367.html)

“Sería un extraordinario y masivo ejercicio de Contraloría Social, publicar los beneficiarios de las asignaciones de Cadivi y SITME, en especial los llamados sectores industrial, de alimentos, repuestos y farmacéutico. Vamos a ver cuántos justifican sus elevados precios.” (http://www.aporrea.org/contraloria/a159318.html)

“Es la oportunidad de poner al descubierto a los sectores que han venido atacando la medida y tratando de justificar una escalada en los precios de los productos de primera necesidad que son importados. Sería interesante ver los volúmenes de divisas aprobadas a estos sectores, las compras efectuadas en el exterior, sus ventas realizadas en el País, sus disponibilidades en inventarios, la utilidad generada y los impuestos cancelados a la Nación (…) Es una manera de darle transparencia a la información y saber a ciencia cierta, quienes reciben divisas y cuál es su destino final.” (http://www.aporrea.org/contraloria/a159318.html)

“No basta solo decir que la burguesía extrae las divisas para especular, necesitamos ponerle nombre y apellido a esa desviación y tomar los correctivos. Las divisas son un patrimonio de la nación y se obtienen mayormente de la venta de petróleo y sus derivados. Los venezolanos deberíamos ver esas listas y su destino final.” (http://www.aporrea.org/contraloria/a159318.html)

He leído recientemente a Nicmer Evans (http://www.aporrea.org/contraloria/a168426.html): “En el marco de la lucha contra la corrupción, he escuchado de voces autorizadas como la del politólogo Heiber Barreto Sánchez y el profesor Vladimir Acosta, pedir la publicación de las listas de quienes accedieron a estos dólares y que son responsables de tal desfalco a la nación, pero sin embargo, aún no existe el primer detenido sobre este caso, por no decir que a nadie se le ha expropiado bienes que compensen esta estafa. Aún más, ¿Dónde están los responsables administrativos del Sitme que asignaron tal cantidad de dólares sin ningún tipo de control perceptivo de lo que supuestamente fue adquirido?”

“El país necesita una respuesta urgente ante este caso, que es más grave aun cuando pensamos que este monto pareciera estar por debajo de lo realmente robado, pudiendo ser alrededor de los 25 mil millones de dólares con los cuales se hubiese logrado amortiguar el impacto de la devaluación, lo que implica que al final todos los venezolanos estamos pagando por el enriquecimiento ilícito de unos estafadores de los cuales se tiene todos sus datos, pero la impunidad es la que termina mandando.”

"Recibimos un buen susto que afortunadamente no nos sacó del poder. Pero si a quienes nos gobiernan se les pasa el susto, lo que va a pasar es que vamos a ir hacia el desastre y la oposición no va a necesitar conspirar sino que nos va a ganar la elección. Por eso la tarea aquí es gobernar asustado". 

Y en segundo lugar, en dicho evento insistió en la necesidad de poner término a la corrupción que existe dentro del proceso y dijo:

"Hay que enfrentar la corrupción y la impunidad que se ha alentado aquí desde el propio gobierno".

Mensajes directos a “los raspa ollas”. El asunto es que son de aquí y de allá. Corruptos oligarcas y corruptos igualitarios. Zoológico complejo. Estoy de acuerdo con Vladimir Acosta por varias razones, pero sobre todo por una: dice lo que piensa y siente.

Otros dicen lo que no piensan ni sienten. ¡Qué muera la corrupción! Primero acabemos con la corrupción de la palabra… ¿Me entendieron raspa ollas?

¿SOCIALISMO EN UN SOLO PAÍS? PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN-ACCIÓN SOBRE LA TRANSICIÓN SOCIALISTA

Javier Biardeau R
1.- INTRODUCCIÓN:
En artículos e intervenciones (1) en diversos espacios institucionales y públicos he planteado (sin mucho éxito) la necesidad de avanzar en la articulación orgánica de espacios para ejercer formas de inteligencia general o de activación del “intelectual colectivo”, que aborde de manera exhaustiva, rigurosa y directa LOS PROBLEMAS DE LA TRANSICIÓN AL SOCIALISMO EN VENEZUELA Y EN NUESTRA AMÉRICA.
Esta tarea no puede ser iniciativa exclusiva de pequeños equipos políticos encerrados en sus propias auto-referencias teóricas o ideológicas (“mirarse el ombligo es un síntoma de sectarismo”), ni a partir de individualidades (por más “geniales” que sean), ni de equipos tecno-políticos encerrados en espacios ministeriales (intelectuales “burocratizados”, “palaciegos” o regulados por las demandas inmediatas-urgentes de la “coyuntura” o la “pragmática del poder”), ni en centros académicos especializados (sin contacto efectivo con las luchas sociales), pues se trata de una praxis colectiva teórico-práctica que requiere de espacios de articulación de equipos, redes intelectuales, partidos revolucionarios, movimientos sociales, comunidades, agencias gubernamentales y estatales directamente implicadas en los procesos de cambio estructural que se animan bajo el paraguas de la revolución democrática socialista para el siglo XXI.
2.- LOS DESAFÍOS DEL PLAN "INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA":
En Venezuela, ciertamente, la revolución bolivariana se ha convertido en un verdadero laboratorio de ensayos y errores, de conjeturas y refutaciones, de puesta en escena de paradigmas, tradiciones revolucionarias y discursos de variada procedencia y estatuto teórico. Pero si tomamos en cuenta, al menos, tres sistematizaciones que han pretendido orientar las políticas públicas de construcción del socialismo bolivariano del siglo XXI, como lo han sido: 1) el nuevo mapa estratégico, 2) el primer plan socialista; y el diseño del segundo plan socialista, los resultados no han sido completamente positivos ni alentadores en los últimos 8 años con relación al proceso de transición al socialismo:
“No nos llamemos a engaño: la formación socioeconómica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista. Ciertamente, el socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros. Éste es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo; direccionado hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo”. (Chávez; Plan Independencia y Patria Socialista)
Sin embargo, Chávez no señaló explícitamente en el fragmento anterior que la radical supresión de la lógica del Capital, supone una radical supresión de la racionalidad hegemónica de la dominación social, condición que permite la reproducción material y simbólica del sistema como una totalidad concreta. Aunque en el Plan se plantea que:
“Para avanzar hacia el socialismo, necesitamos de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que subsisten en la sociedad venezolana, capaz de configurar una nueva socialidad desde la vida cotidiana donde la fraternidad y la solidaridad corran parejas con la emergencia permanente de nuevos modos de planificar y producir la vida material de nuestro pueblo. Esto pasa por pulverizar completamente la forma de Estado burguesa que heredamos, la que aún se reproduce a través de sus viejas y nefastas prácticas, y darle continuidad a la invención de nuevas formas de gestión política.”
Lo que no se dice en este planteamiento es que para pulverizar definitivamente la forma de Estado Burguesa, al menos a corto plazo, habría que desmontar aspectos medulares del Proyecto Constitucional de 1999, activando un nuevo proceso popular constituyente, pues no se trataría ni de enmiendas menores ni de una reforma constitucional, sino de refundar el Estado (ahora de carácter anticapitalista) y los sistemas institucionales contemplados en el ordenamiento constitucional del país; entre ellos, el sistema socio-económico, cuyas normas contemplan un sistema de economía mixta con diferentes formas de propiedad, incluida la propiedad colectiva, normas que pueden ser aprovechadas para ampliar el proceso de acumulación de fuerzas por parte del Poder Popular, entendido como ejercicio directo de la democracia participativa y protagónica expresando la soberanía popular. Si el tiempo histórico de la transición es mucho más dilatado, entonces se deben aprovechar las posibilidades de expansión de tales políticas en el marco constitucional en la dirección de un Proyecto Socialista Democrático.
¿Y cómo se concibe el Poder Popular en el Plan Independencia y Patria Socialista? En palabras del propio Chávez:
“Los avances alcanzados por el proceso bolivariano deben servir de base para continuar la consolidación del Poderío Político, visto como la consagración de la restitución del poder al pueblo y del ejercicio pleno de la democracia participativa, protagónica y socialista como sustento político de la Unidad Nacional. Sólo por esta vía tendremos la fuerza necesaria para participar con éxito en el complejo escenario mundial.”
En fin, sin una clara y radical “teoría político-cultural” de la transición al socialismo en las escalas nacionales, regionales y mundiales, que alteren profundamente las condiciones de las relaciones de fuerzas, sentidos y representaciones que reproducen la estructura de mando y la lógica de acumulación y valorización del Capital, el cumplimiento paso a paso de la transición pudiera convertirse en un severo retroceso, restauración o degeneración de proceso de cambio estructural:
“Este es un programa que busca traspasar “la barrera del no retorno”. Para explicarlo con Antonio Gramsci, lo viejo debe terminar de morir definitivamente, para que el nacimiento de lo nuevo se manifieste en toda su plenitud. La coherencia de este Programa de Gobierno responde a una línea de fuerza del todo decisiva: nosotros estamos obligados a traspasar la barrera del no retorno, a hacer irreversible el tránsito hacia el socialismo. Ciertamente es difícil precisar cuándo despuntará tan grandioso horizonte, pero debemos desplegar esfuerzos sensibles y bien dirigidos, para decirlo con Bolívar, en función de su advenimiento.”
¿Qué es la planificación democrática y socialista si no el despliegue de estos esfuerzos sensibles y bien dirigidos en función del advenimiento de proceso de tránsito hacia el socialismo?
3.- LA TRANSICIÓN SOCIALISTA NO ES UN ASUNTO EXCLUSIVO DE ECONOMÍA POLÍTICA:
Existe evidencia documental e histórica que apunta a señalar que el tratamiento económico-técnico, unidisciplinario, reduccionista de la transición al socialismo como un ámbito puramente socioeconómico, concentrado en transformaciones a escala nacional, ni siquiera bajo el disfraz de “economía política de la transición al socialismo”, puede avanzar en el cambio estructural de la estructura de mando y el régimen social de producción e intercambio que llamamos “capitalismo histórico”(2).
Incluso, la desatención selectiva de la importancia de las condiciones políticas, socioculturales e internacionales de los procesos de transición al socialismo han llevado a los desastrosos efectos prácticos de considerar que “el socialismo se puede construir en un solo país” (Stalin dixit) a partir de la construcción de un Estado Socialista.
Hay que decirlo alto y claro: se avanza en la construcción de una transición post-capitalista paso a paso, a escala nacional, pero una radical socialización-democratización del poder social: político, económico, cultural, ideológico y militar se torna problemática si la situación regional y mundial permanece invariablemente como contexto global capitalista.
Es cierto que se avanza hacia regímenes políticos, sociales y económicos con mayor democracia y justicia social, más igualitarios sin duda; se avanza en mayor grado de independencia y autodeterminación en el contexto de la construcción de Bloques Regionales de Poder, que pueden llegar a afectar la geo-estrategia imperial dominante, pero no hay que perder de vista que una revolución socialista plenamente consolidada sólo es viable en el marco de una transformación estructural de alcance mundial.
4.- ¿POR QUÉ NO HAY REVOLUCIÓN ANTI-CAPITALISTA EN UN SOLO PAÍS?:
Para despejar este asunto (que no invalida la posibilidad de contar con gobiernos socialistas que mejoren las condiciones de vida grandes mayorías por la vía de reformas más o menos radicales) conviene re-leer un pequeño fragmento de la interpretación de Engels(3) en su texto “Principios del Comunismo” (1847) donde señala:
“XIX. ¿Es posible esta revolución en un solo país? No. La gran industria, al crear el mercado mundial, ha unido ya tan estrechamente todos los pueblos del globo terrestre, sobre todo los pueblos civilizados, que cada uno depende de lo que ocurre en la tierra del otro. Además, ha nivelado en todos los países civilizados el desarrollo social a tal punto que en todos estos países la burguesía y el proletariado se han erigido en las dos clases decisivas de la sociedad, y la lucha entre ellas se ha convertido en la principal lucha de nuestros días. Por consecuencia, la revolución comunista no será una revolución puramente nacional, sino que se producirá simultáneamente en todos los países civilizados, es decir, al menos en Inglaterra, en América, en Francia y en Alemania. Ella se desarrollará en cada uno de estos países más rápidamente o más lentamente, dependiendo del grado en que esté en cada uno de ellos más desarrollada la industria, en que se hayan acumulado más riquezas y se disponga de mayores fuerzas productivas. Por eso será más lenta y difícil en Alemania y más rápida y fácil en Inglaterra. Ejercerá igualmente una influencia considerable en los demás países del mundo, modificará de raíz y acelerará extraordinariamente su anterior marcha del desarrollo. Es una revolución universal y tendrá, por eso, un ámbito universal.”
Los planteamientos de Marx en el Manifiesto Comunista (4) con relación al carácter universal del “mercado mundial” apuntan a la misma dirección:
“La gran industria creó el mercado mundial, ya preparado por el descubrimiento de América. El mercado mundial imprimió un gigantesco impulso al comercio, a la navegación, a las comunicaciones por tierra. A su vez, estos, progresos redundaron considerablemente en provecho de la industria, y en la misma proporción en que se dilataban la industria, el comercio, la navegación, los ferrocarriles, se desarrollaba la burguesía, crecían sus capitales, iba desplazando y esfumando a todas las clases heredadas de la Edad Media.”
Como es posible constatar, una concepción de un sistema histórico mundial, aunque con claros supuestos eurocéntricos, colocó al asunto de la revolución en una variada polémica de interpretaciones:
“Los trabajadores no tienen patria. Mal se les puede quitar lo que no tienen. No obstante, siendo la mira inmediata del proletariado la conquista del Poder Político, su exaltación a clase nacional, a nación, es evidente que también en él reside un sentido nacional, aunque ese sentido no coincida ni mucho menos con el de la burguesía. Ya el propio desarrollo de la burguesía, el librecambio, el mercado mundial, la uniformidad reinante en la producción industrial, con las condiciones de vida que engendra, se encargan de borrar más y más las diferencias y antagonismos nacionales. El triunfo del proletariado acabará de hacerlos desaparecer. La acción conjunta de los proletarios, a lo menos en las naciones civilizadas, es una de las condiciones primordiales de su emancipación. En la medida y a la par que vaya desapareciendo la explotación de unos individuos por otros, desaparecerá también la explotación de unas naciones por otras. Con el antagonismo de las clases en el seno de cada nación, se borrará la hostilidad de las naciones entre sí.”
No citamos, por cierto, estas palabras de Engels y Marx bajo el escolástico argumento de la “autoridad de la cita”, sino para justamente problematizar las concepciones predominantes en el siglo XIX europeo con relación a este punto: ¿Es posible una revolución anti-capitalista en un solo país?
Al parecer, en la interpretación de Marx y Engels, no es posible:“(…) la acción conjunta del proletariado, al menos en las naciones civilizadas, es una de las condiciones primordiales de la emancipación”. Entonces, la conformación de un campo de naciones en las cuales el proletariado haya conquistado efectivamente el poder político, es condición inmediata de posibilidad para avanzar en el proceso de transición anticapitalista; proceso que implica ir más allá de una Nación; es decir, de un particularismo nacional estrecho, cuyo sentido, fuerza y representación se contraponga a la del “proletariado” como “clase nacional” y bajo una visión internacionalista.
Sin embargo, cabe señalar que Marx y Engels, como lo han evidenciado una variedad de investigadores sobre la impronta euro-céntrica del marxismo, mantienen la oposición semio-ideológica entre naciones “civilizadas”, “semi-bárbaras”, “bárbaras” y “salvajes”, todo esto dentro de una profunda aceptación tácita en 1847 de la noción de progreso moderno, europeo, occidental, industrial, urbano y colonial.
Así mismo, cabe recordar que en medio de los turbulentos acontecimientos derivados de la desaparición física de Lenin en 1924, ya en la revolución rusa se llegó a dictar la línea político-estratégica de la construcción del socialismo en un solo país adoptada por el XIV Congreso del Partido Comunista en diciembre de 1925.
Según esta tesis, desarrollada por Stalin, un país atrasado como la URSS podía “desarrollar y defender el socialismo” en su marco estatal-nacional. Para Stalin, esta teoría sería, justamente, “el mayor aporte de la clase obrera soviética a la revolución mundial”.
Esta interpretación se oponía a la presentada por Trotsky (5), la teoría de la Revolución Permanente, que promulgaba la extensión de la revolución a los países desarrollados como único garante de la victoria del socialismo en Rusia, ya que ésta, al ser un “país atrasado” (o de bajo desarrollo de sus fuerzas productivas), no podía completar las tareas de la revolución socialista y, al industrializarse, no podía conformarse con hacerle contrapeso a las potencias occidentales.
Obviamente, esta imagen del debate es una visión en extremo simplificada por razones de espacio y cabe consultar los diferentes matices del debate, sobre todo para validar su ámbito de aplicación a los países dependientes latinoamericanos, cuyas condiciones históricas específicas deben tomarse como punto de partida para abordar las premisas necesarias de la transición al socialismo. Pero lo que no queda duda es que los actores del drama soviético post-Lenin intentaban justificar sus líneas de acción política a partir del recurso de citar diversas fuentes o textos de Lenin (6)
“El desarrollo del capitalismo sigue un curso extraordinariamente desigual en los diversos países. De otro modo no puede ser bajo el régimen de producción de mercancías. De aquí la conclusión indiscutible de que el socialismo no puede triunfar simultáneamente en todos los países. Triunfará en uno o varios países, mientras los demás seguirán siendo, durante algún tiempo, países burgueses o pre-burgueses. Esto no sólo habrá de provocar rozamientos, sino incluso la tendencia directa de la burguesía de los demás países a aplastar al proletariado triunfante del estado socialista” (En septiembre de 1916, Lenin publicó un artículo titulado “El programa militar de la revolución proletaria”)
De manera que la construcción del socialismo proletario; es decir el socialismo revolucionario de las clases trabajadoras (no el “socialismo de la burguesía” o el “socialismo feudal” de los que hablaron Marx y Engels) implicaba dar cuenta de las relaciones de fuerzas entre las clases sociales y entre potencias imperialistas y sociedades dependientes implicadas en una suerte de “juego de suma cero”: ¡O nos aplastan o los aplastamos! El antagonismo de clases y entre naciones era una premisa básica del análisis leninista.
"En efecto -- dice Lenin --, todos los grandes medios de producción en poder del Estado y el Poder del Estado en manos del proletariado; la alianza de este proletariado con millones y millones de pequeños y muy pequeños campesinos; asegurar la dirección de los campesinos por el proletariado, etc., ¿acaso no es esto todo lo que se necesita para edificar la sociedad socialista completa partiendo de la cooperación, y nada más que de la cooperación, a la que antes tratábamos de mercantilista y que ahora, bajo la NEP, merece también, en cierto modo, el mismo trato; acaso no es esto todo lo imprescindible para edificar la sociedad socialista completa? Eso no es todavía la edificación de la sociedad socialista, pero sí todo lo imprescindible y lo suficiente para esta edificación" (Lenin, I.: “Sobre la cooperación” fue publicado en los números 115 y 116 de Pravda los días 26 y 27 de mayo de 1923(7))
Lenin clarificaba algunas cuestiones: no bastaba que todos los grandes medios de producción estuviesen en Poder del Estado, lo que implicaba una “nacionalización extensiva” de los grandes medios de producción, sino que el Poder del Estado debía estar en manos del proletariado real y efectivo, en alianza con otros sectores explotados: “millones y millones de pequeños y muy pequeños campesinos; asegurar la dirección de los campesinos por el proletariado”. ¿Quién controlaba y dirigía el Poder del Estado? Para Lenin era muy claro: una dirección proletaria, las clases trabajadoras. Lo cual nos lleva a un debate elemental, básico, inmediato de un proceso de transición desde el punto de vista político: si no son los trabajadores asalariados organizados como partido revolucionario, quienes tienen las riendas de la conducción del Poder del Estado, no hay transición alguna al Socialismo.
Marx también señalaba con absoluta claridad que el proletariado efectivo era el que debía tomar el poder, no sustituciones ni representaciones de otras clases, como ha ocurrido en las experiencias burocráticas del Socialismo de funcionarios del Estado. Pero allí estalla el problema de la relación entre el partido y la clase que dice representar, encarnar o expresar. No es casual que el Manifiesto Comunista tenga un capítulo entero dedicado a la relación entre el proletariado y los comunistas.
Por otra parte, las controversias entre populistas presentes en diversas cartas de Marx y Engels, plantearon la posibilidad de una línea de desarrollo capitalista, e incluso socialista, distinta a la experimentada en los países europeos occidentales, aunque en todos estos documentos siempre aparecía la necesidad de alianzas entre un grupo de países, con alto o bajo desarrollo de sus fuerzas productivas; es decir, la necesidad de conformar un bloque o campo regional de poder.
De manera, que fue Stalin el que inauguró una línea que incluso parecía contradictoria con sus planteamientos iniciales. En abril de 1924, Stalin escribía en su compilación sobre Las bases del leninismo: "La victoria definitiva del socialismo, para la organización de la producción socialista, los esfuerzos de un solo país, sobre todo si es campesino como el nuestro, son ya insuficientes: se necesitan los esfuerzos reunidos del proletariado de varios países avanzados". Estas líneas fueron luego suprimidas en ediciones posteriores, como lo alertó Trotsky. Para el oficialismo soviético era necesario legitimar la tesis del socialismo en un solo país.
Propuso Trotsky su interpretación de la siguiente manera:
“La "teoría" del socialismo en un solo país, que Stalin no expone ni justifica en ninguna parte, se reduce a la concepción, extraña a la historia y más bien estéril, de que las riquezas naturales permiten que la URSS construya el socialismo dentro de sus fronteras geográficas. Se podría afirmar, igualmente, que el socialismo vencería si la población del globo fuese doce veces menor de lo que es. En realidad, la nueva teoría trataba de imponer a la conciencia social un sistema de ideas más concreto: la revolución ha terminado definitivamente; las contradicciones sociales tendrán que atenuarse progresivamente; el campesino rico será asimilado poco a poco por el socialismo; el conjunto de la evolución, independientemente de los acontecimientos exteriores, seguirá siendo regular y pacífico. Bujarin, intentando dar algún tipo de fundamento a la teoría, declaró que estaba probado contra toda duda que "las diferencias de clase en nuestro país o la técnica atrasada no nos conducirán al fracaso; podemos construir el socialismo aun en este terreno de miseria técnica; su crecimiento será muy lento, avanzaremos a paso de tortuga pero construiremos el socialismo y, lo terminaremos...".
Y continúa Trotsky:
“Subrayemos esta fórmula: "Construir el socialismo sobre una base de técnica miserable" y recordemos una vez más la genial intuición del joven Marx: con una base técnica débil "sólo se socializa la necesidad, y la penuria provocará necesariamente competencias por los artículos necesarios que harán que se regrese al antiguo caos". La ilusión de un socialismo que se construye suavemente -a paso de tortuga- sobre una base de miseria, rodeado por enemigos poderosos, no resistió largo tiempo los golpes de la crítica. En noviembre del mismo año, la XV Conferencia del partido reconoció, sin la menor preparación en la prensa, que era necesario "alcanzar en un plazo histórico relativamente (?) mínimo, y sobrepasar, enseguida, el nivel de desarrollo industrial de los países capitalistas avanzados". La Oposición de Izquierda fue, en todo caso, "sobrepasada". Pero aunque dieran la orden de "alcanzar y sobrepasar" al mundo entero en un "plazo relativamente mínimo", los teóricos que la víspera preconizaban la lentitud de la tortuga, eran prisioneros del "factor internacional" tan temido por la burocracia. Y la primera versión de la teoría estalinista, la más clara, fue liquidada en ocho meses…” (Trotsky. La Revolución Traicionada)
“En abril de 1926, la Oposición de Izquierda propuso a una asamblea plenaria del Comité Central la siguiente enmienda a la teoría del paso de tortuga: "Sería radicalmente erróneo creer que se puede ir hacia el socialismo a una velocidad arbitrariamente decidida cuando se está rodeado por el capitalismo. El progreso hacia el socialismo sólo estará asegurado cuando la distancia que separa a nuestra industria de la industria capitalista avanzada (...) disminuya evidente y concretamente, en lugar de aumentar". Con mucha razón, Stalin consideró esta enmienda como un ataque "enmascarado" contra la teoría del socialismo en un solo país y rehusó categóricamente relacionar la velocidad de la edificación con las condiciones internacionales. Dice Trotsky que la versión estenográfica da su respuesta en los siguientes términos: "El que haga intervenir en este caso el factor internacional, no comprende cómo se plantea el problema embrolla todas las nociones, sea por incomprensión, sea por deseo consciente de sembrar la confusión". (Trotsky. La Revolución Traicionada)
Obviamente, según Stalin, quién siembra “la confusión” en el campo revolucionario, es un contra-revolucionario. El asunto estriba en saber cuál autoridad dicta que es o no es una confusión.
La polémica Stalin-Trotsky (oposición de izquierda) permitió hacer explícitas las dificultades de imaginar y pensar en la construcción del socialismo en un solo país, utilizando la polémica interpretativa sobre la base de la llamada “ley del desarrollo desigual del capitalismo”:
“La ley del desarrollo desigual tuvo por resultado que la contradicción entre la técnica y las relaciones de propiedad del capitalismo provocara la ruptura de la cadena mundial en su eslabón más débil. El atrasado capitalismo ruso fue el primero que pagó las insuficiencias del capitalismo mundial. La ley del desarrollo desigual se une, a través de la historia, con la del desarrollo combinado. El derrumbe de la burguesía en Rusia provocó la dictadura del proletariado, es decir, que un país atrasado diera un salto hacia adelante con relación a los países avanzados. El establecimiento de las formas socialistas de la propiedad en un país atrasado tropezó con una técnica y una cultura demasiado débiles. Nacida de la contradicción entre las fuerzas productivas mundiales altamente desarrolladas y la propiedad capitalista, la Revolución de Octubre engendró a su vez contradicciones entre las fuerzas productivas nacionales, demasiado insuficientes, y la propiedad socialista.” (Trotsky. La Revolución Traicionada. Apéndice)
Algo semejante planteó Lenin poco antes de su muerte, al abordar la dialéctica entre la objetividad y la subjetividad en la historia. Nos referimos a los textos: “Nuestra revolución”(8) del 16 de febrero de 1923 y a “Más vale poco y bueno” (9) del 2 de marzo de 1923. Si efectivamente en Rusia no se daban las premisas económicas objetivas; el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas hacia improbable el socialismo, Lenin señala que:
“¿Que debíamos hacer si una situación absolutamente sin salida, decuplicando las fuerzas de los obreros y los campesinos, abría ante nosotros la posibilidad de pasar de una manera diferente que en todos los demás países del occidente de Europa, a la creación de las premisas fundamentales de la civilización? (…) Si para implantar el socialismo se exige un determinado nivel cultural (…) por qué entonces no podemos comenzar primero por la conquista, por vía revolucionaria, de las premisas para este determinado nivel, y luego, ya a base de poder obrero y campesino y del régimen soviético, ponernos en marcha para alcanzar a los demás pueblos?”.
Lenin confiaba en la cercanía del momento en que los países capitalistas de Europa occidental llevarán a su término su desarrollo hacia el socialismo, y que se estaba viviendo un movimiento ascendente en el que todo el mundo pasaba por una etapa donde se estaba engendrando la revolución socialista mundial. Como ha planteado Chitarin:
“La problemática de la transición del capitalismo al socialismo (y no al comunismo en su fase ultima) “nace en la práctica y en la teoría cuando la revolución rusa, estallada en un país retrasado, se encontró aislada, sola, y es el fruto del fracaso (o del retraso persistente) de la revolución en el occidente Capitalista”(10)
Por si fuera poco, Trotsky también partía de la ilusión de una efectiva “Dictadura de Proletariado” en la URSS y de las virtualidades de la “propiedad socialista”, pero en medio de un mar de contradicciones:
“Las normas políticas y jurídicas establecidas por la revolución ejercen, por una parte, una influencia favorable sobre la economía atrasada y sufren, por otra, la acción deprimente de un medio retrasado. Cuanto más largo sea el tiempo que la URSS permanezca rodeada por un medio capitalista, más profunda será la degeneración de los tejidos sociales. Un aislamiento indefinido provocaría infaliblemente no el establecimiento de un comunismo nacional, sino la restauración del capitalismo.”
De manera, que la teoría de una suerte de “injerto socialista” en el medio capitalista estable, era refutada por Trotsky desde el momento en que se presentaba como componente justificador de la teoría del socialismo en sólo país, para amargamente señalar luego: “(…) la plaga burocrática ha sido el producto más nefasto del aislamiento”. El aislamiento de cualquier proceso revolucionario nacional, entonces, no desemboca en ninguna posibilidad de expansión hegemónica, ni en llamado punto de no retorno, sino en la restauración capitalista, pasando por el peaje de la plaga burocrática.
De manera, que ya desde entonces había muchas voces incrédulas sobre la tesis que señalaba que en la URSS se construyó el Socialismo. No bastaban entonces, la construcción de un Plan Quinquenal, una poderosa industria, basada en la colectivización agrícola y la industrialización, todo englobado bajo una economía dirigida. La polémica sobre el régimen económico, social y político que allí se construyó en nombre del Socialismo de Marx y Engels se mantiene hasta hoy, dando lugar a debates con consecuencias: Socialismo Burocrático, Capitalismo de Estado, Estatismo Autoritario, Economía Dirigida, Colectivismo Burocrático, Socialismo con deformaciones burocráticas, etc.
Las amargas palabras de Trotsky quedan en el aire cuando señala que “sin el soporte estatal directo del proletariado europeo, la clase obrera rusa no podrá mantener el poder y transformar su dominación temporal en una supremacía duradera del socialismo. Respecto a eso, ninguna duda está permitida”.
Para Trotsky, no se podía hablar de construcción real del socialismo “sin hablar al mismo tiempo de un desarrollo masivo de las fuerzas productivas, a un nivel muy superior al del capitalismo avanzado, de tal forma que las necesidades generales de cada ser humano y del conjunto de la sociedad queden satisfechas y los conflictos entre distintas capas sociales por la insuficiencia o falta de recursos desaparezcan, al equipararse todas en bienestar e igualdad. Ello permitiría elevar el carácter de las necesidades humanas de forma drástica, permitiendo un fuerte desarrollo en los aspectos cultural y técnico, lo que repercutiría en un nivel de civilización muy avanzado y ambiente general de solidaridad y elevación del sentido ético sin precedentes en la historia.” (Apéndice a la Revolución Traicionada)
La imagen de una “fortaleza asediada” era el peor escenario para la construcción del socialismo revolucionario desde la perspectiva de la vieja guardia bolchevique. La URSS, arrastraba aún muchas de las contradicciones y condiciones de atraso legadas por el zarismo y el capitalismo y, sin ayuda externa, se veía supeditado a la escasez general y a grandes dificultades internas generadas por ciclos de crisis, a pesar de que, efectivamente, el nivel de desarrollo había superado el anterior sistema. Según sus propias palabras:
"El país no sale de la penuria de mercancías, el avituallamiento se interrumpe a cada instante, los niños carecen de leche y los oráculos oficiales proclaman que 'el país ha entrado en el periodo socialista'. ¿Es posible comprometer más torpemente al socialismo? [...] El socialismo es el régimen de la producción planificada para la mejor satisfacción de las necesidades del hombre, sin lo cual no merece ese nombre. Si las vacas se declaran propiedad colectiva, pero si hay demasiado pocas o si su producto es insuficiente, comienzan los conflictos por la falta de leche: entre la ciudad y el campo, entre los koljoses y los cultivadores independientes, entre las diversas capas del proletariado, entre la burocracia y el conjunto de trabajadores. Y justamente a causa de la socialización de las vacas, los campesinos las sacrificaron en masa. Los conflictos sociales engendrados por la indigencia pueden, a su vez, hacer que se regrese a "todo el antiguo caos". Tal fue el sentido de nuestra respuesta”. [Trotsky en 1932]."
De manera, que más que la construcción de una economía socialista, lo que ocurre en una “fortaleza asediada” es la construcción de una economía para soportar las condiciones de una guerra o un asedio internacional. Además Trotsky plantea dos condiciones planteadas por Marx y por Engels que se desdibujan en los debates sobre la transición:
a. Que efectivamente el proletariado sea erigida en clase política dominante, no sustituida por la voluntad política de otras clases, grupos o sectores sociales.
b. Que el principio de “planificación democrática” permita regular el proceso socioeconómico, en función de una mejor satisfacción necesidades de las personas.
La construcción del socialismo revolucionario encalló en este debate, sin dar cuenta del resultado inevitable de estas polémicas: era preciso construir no sólo el socialismo en una nación, sino un bloque regional de poder que permitiera evitar el aislamiento económico, político, tecnológico y militar. Otro camino sería, el trayecto de las socialdemocracias occidentales, lo cual implicaba negociar “los términos y alcances del gobierno socialista” con los intereses del medio capitalista, intentado construir formas de economía mixta de bienestar, sin romper con la lógica del Capital.
5.- ¿DE CUÁL SOCIALISMO NOS ESTÁN HABLANDO?
Justamente sobre las diversas interpretaciones polémicas del término “socialismo” ya el propio Engels describía con cierta precisión para el siglo XIX sus perfiles:
“Los llamados socialistas se dividen en tres categorías. La primera consta de partidarios de la sociedad feudal y patriarcal, que ha sido destruida y sigue siéndolo a diario por la gran industria, el comercio mundial y la sociedad burguesa creada por ambos. Esta categoría saca de los males de la sociedad moderna la conclusión de que hay que restablecer la sociedad feudal y patriarcal, ya que estaba libre de estos males. Todas sus propuestas persiguen, directa o indirectamente, este objetivo. Los comunistas lucharán siempre enérgicamente contra esa categoría de socialistas reaccionarios, pese a su fingida compasión de la miseria del proletariado y las amargas lágrimas que vierten con tal motivo, puesto que estos socialistas:
1) se proponen un objetivo absolutamente imposible;
2) se esfuerzan por restablecer la dominación de la aristocracia, los maestros de gremio y los propietarios de manufacturas, con su séquito de monarcas absolutos o feudales, funcionarios, soldados y curas, una sociedad que, cierto, estaría libre de los vicios de la sociedad actual, pero, en cambio, acarrearía, cuando menos, otros tantos males y, además, no ofrecería la menor perspectiva de liberación, con ayuda de la organización comunista, de los obreros oprimidos;
3) muestran sus verdaderos sentimientos cada vez que el proletariado se hace revolucionario y comunista: se alían inmediatamente a la burguesía contra los proletarios.
La segunda categoría consta de partidarios de la sociedad actual, a los que los males necesariamente provocados por ésta inspiran temores en cuanto a la existencia de la misma. Ellos quieren, por consiguiente, conservar la sociedad actual, pero suprimir los males ligados a ella. A tal objeto, unos proponen medidas de simple beneficencia; otros, grandiosos planes de reformas que, so pretexto de reorganización de la sociedad, se plantean el mantenimiento de las bases de la sociedad actual y, con ello, la propia sociedad actual. Los comunistas deberán igualmente combatir con energía contra estos socialistas burgueses, puesto que éstos trabajan para los enemigos de los comunistas y defienden la sociedad que los comunistas quieren destruir.
Finalmente, la tercera categoría consta de socialistas democráticos. Al seguir el mismo camino que los comunistas, se proponen llevar a cabo una parte de las medidas señaladas en la pregunta, pero no como medidas de transición al comunismo, sino como un medio suficiente para acabar con la miseria y los males de la sociedad actual. Estos socialistas democráticos son proletarios que no ven todavía con bastante claridad las condiciones de su liberación, o representantes de la pequeña burguesía, es decir, de la clase que, hasta la conquista de la democracia y la aplicación de las medidas socialistas dimanantes de ésta, tiene en muchos aspectos los mismos intereses que los proletarios. Por eso, los comunistas se entenderán con esos socialistas democráticos en los momentos de acción y deben, en general, atenerse en esas ocasiones y en lo posible a una política común con ellos, siempre que estos socialistas no se pongan al servicio de la burguesía dominante y no ataquen a los comunistas. Por supuesto, estas acciones comunes no excluyen la discusión de las divergencias que existen entre ellos y los comunistas.”
Así, socialistas reaccionarios, socialistas burgueses y socialistas democráticos constituían para Engels tres categorías de interpretación y de articulación de intereses de grupos, sectores y clases, señalando la posibilidad de alianzas de los comunistas con los llamados “socialistas democráticos”:
“Proletarios que no ven todavía con bastante claridad las condiciones de su liberación, o representantes de la pequeña burguesía, es decir, de la clase que, hasta la conquista de la democracia y la aplicación de las medidas socialistas dimanantes de ésta, tiene en muchos aspectos los mismos intereses que los proletarios”.
Para Engels, el problema estratégico no era consecuencia de la relación orgánicamente establecida entre democracia y socialismo, sino las formas del socialismo burgués o del socialismo feudal; donde no había posibilidad de entendimiento con el restablecimiento de “la dominación de la aristocracia, los maestros de gremio y los propietarios de manufacturas, con su séquito de monarcas absolutos o feudales, funcionarios, soldados y curas”.
Tampoco había entendimiento posible, según Engels, con los partidarios de la sociedad capitalista, “a los que los males necesariamente provocados por ésta, inspiran temores en cuanto a la existencia de la misma. Ellos quieren, por consiguiente, conservar la sociedad actual, pero suprimir los males ligados a ella. A tal objeto, unos proponen medidas de simple beneficencia; otros, grandiosos planes de reformas que, so pretexto de reorganización de la sociedad, se plantean el mantenimiento de las bases de la sociedad actual y, con ello, la propia sociedad actual”; es decir: filántropos sociales y reformistas burgueses.
De manera, que para el caso de la revolución bolivariana es preciso captar las innumerables voces que hablan de “socialismo” y de “transición” sin clarificar la nebulosa conceptual a la cual pretenden hacer referencia. En el seno del campo socialista bolivariano, hay socialistas burgueses, socialistas reaccionarios, socialistas democráticos, comunistas, bolcheviques, mencheviques y la plaga burocrática de cheque-viches; es decir, los que alimentan las filas de la mediana y gran burguesía de estado parasitaria y de la acumulación delictiva de Capital hablando en nombre del socialismo. De manera que ni siquiera se ha alcanzado la premisa política inmediata para la transición socialista: un poder popular organizado y movilizado en lucha (obrero, campesino, estudiantil, pobladores, indígenas, mujeres, de diferentes fuerzas insurgentes, del intelectual colectivo revolucionario) controlando y dirigiendo el Poder del Estado. Hasta ahora, se sigue hablando en nombre de la transición al socialismo y en nombre del bloque social de los explotados y oprimidos. Pero los privilegios de hablar “en nombre de” se acumulan en otras clases sociales.
Allí reside no la posibilidad de no-retorno, que mencionaba Chávez, sino la actualidad de la restauración paso a paso de la hegemonía del Capital en nombre de la “pragmática del poder”. Habrá quizás “gobierno popular y socialista”, pero transición anti-capitalista, por ahora no se ve ni se siente. En ese marasmo ideológico-político, avanzan las fuerzas de la reacción.
Una revolución sin polémica, sin planteamientos diversos, sin tensiones, diferencias, conflictos y antagonismos, no fecunda el espíritu revolucionario. Más bien es la confesión de quienes claman por un… ¿Termidor? 
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Notas:
(2) Para una informada posición sobre el tema de “las revoluciones anti-sistémicas” en el sistema histórico mundial, conviene consultar a Inmanuel Wallerstein. http://viviendayhabitat.ipvmendoza.gov.ar/material/Hector%20Poggiese/Utopistica%20o%20las%20opciones%20historicas%20del%20siglo%20XXI.pdf
(3) Federico Engels: Principios del Comunismo. En: http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/47-princi.htm
(4) Carlos Marx. Manifiesto Comunista. En: http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm
(5) Trotsky: La Revolución Traicionada. Apéndice. En: http://www.marxists.org/espanol/trotsky/1936/rt/apendice.htm
(6) Lenin: El programa militar de la revolución proletaria. En: http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1916mil.htm
(7) Lenin: “Sobre la cooperación”. En: http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe3/lenin-obras-3-3.pdf
(9) Lenin: “Más vale poco y bueno”. En: http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe3/lenin-obras-3-3.pdf
(10) Attilio Chitarin: “Problemas de la transición del Capitalismo al socialismo en la URSS”, en Teoría del Proceso de Transición, Cuadernos Pasado y Presente, num.46. 1973.