sábado, 22 de agosto de 2009

EL CHE Y LA REVOLUCION PACIFICA EN VENEZUELA (FINAL)

Javier Biardeau R.

"No es posible destruir una opinión con la fuerza, porque ello bloquea todo desarrollo libre de la inteligencia". Che Guevara

I.- EL CARACTER DEL DEBATE

Las revoluciones democráticas, nacional-populares, descolonizadoras y socialistas no se construyen desde “sectarismo de capilla”, sino desde la más amplia unidad de fuerzas, actores y movimientos revolucionarios. Una unidad de lo diversidad, de la pluralidad de voces, fuerzas, actores y movimientos basada en el respeto mutuo, en la escucha activa de diferentes puntos de vista, en la construcción de acuerdos para la unidad de acción.
Ahora bien, ¿qué condiciones precisas han dado lugar a opiniones que comienzan el diálogo polémico desde la descalificación (“reformistas”, “quinta-columnas”, “saltadores de talanqueras”, “traidores”, “aliados del imperio”, “confusionistas", "aliados al capital”, etc), pero luego se victimizan cuando reciben una respuesta polémica ante la campaña de rotulaciones.
¿Cuál es la preocupación de reconocer que en el seno del pueblo existen variados puntos de vista acerca del proceso revolucionario venezolano, no un pensamiento único que se considera “correcto” desde un minoritario núcleo de decisión?
Hemos planteado la necesidad, léase bien, necesidad imperiosa del ejercicio de formas diversas de pensamiento crítico socialista, no la apelación a dogmas, a citas de autoridad. Allí no hay concesiones. Considerar que los modelos socialistas son únicos, cerrados, homogéneos, es algo que da lugar a un catecismo revolucionario.
No compartimos el estilo de una propaganda liberadora que asume la liturgia como estilo de polémica revolucionaria. El ejercicio del pensamiento crítico, diferencial, que singulariza las experiencias, para otorgarle riqueza multilateral a la praxis transformadora, plantea la posibilidad de reinventar el horizonte socialista para el siglo XXI.
Cuando se repite aquella frase de Fidel: “Dentro de la revolución todo, contra la revolución nada”, hay que recordar que es el pueblo organizado el que define los parámetros de la transformación, no un minoritario núcleo de decisión. No es con citas de Fidel que ejercita una revolución, es con la experiencia, con la vivencia transformadora de la gente de carne y hueso que construye acción transformadora en la vida cotidiana.
Si se tratara de utilizar argumentos de autoridad como recurso, entonces uno contrapone las pequeñas voces de la historia, como aquella frase del cubano Jorge Fraga en la polémica de 1963 contra la ortodoxia del realismo marxista leninista en el terreno de las formas ideológicas y expresiones culturales: “El culto a la personalidad no es otra cosa que la fase superior del sectarismo”.
Una cosa es el apoyo crítico al liderazgo político (si es amplio, crítico-dialógico y colectivo, mejor), otra el fanatismo y el establecimiento de una especia de agenda basada en el culto a la infalibilidad del liderazgo político, mucho más si se concentra en un sola persona. ¿Culto a Chávez como Líder infalible? No. Apostamos por concretar la esperanza histórica de justicia y lucha contra todas las formas de opresión del pueblo organizado, movilizado y consciente, comprometido en la construcción del proyecto revolucionario.
¿Lealtad ciega? No, apoyo y lealtad en la crítica revolucionaria. Cualquier “fase superior del sectarismo”, cualquier sedimentación de un mito cesarista, olvida que las tradiciones del marxismo crítico en la historia se destacaron por la impugnación al bonapartismo o a cualquier culto del “principio del líder”, de cuño populista y fascistoide. No hay que confundir a Mussolini con Rosa Luxemburgo. El momento del lider esta subordinado al momento del pueblo, no al reves.
¿Culto a la palabra del Che, a sus escritos? No, reflexión a fondo, comprensión crítica de sus ideas, búsqueda de su pertinencia en los nuevos contextos, análisis de la evolución de su pensamiento, entendimiento de los debates que envuelven sus planteamientos, reconstrucción de sus fuentes ideológicas. No se trata de un “modelo prefabricado” para ser aplicado. Eso incluso, sería deformar a la propia obra madura e intención crítica del Che.
Sabemos que el Che tuvo que vivir su propia desgarradura frente al marxismo soviético, frente a los dogmas de manual. Es allí donde hay que meter la lupa, donde el Che lograba desbordar el dogmatismo, el doctrinarismo, cuando comenzaba a viajar hacia la revolución teórica inconclusa de Marx, cuando había un más allá de una codificación ideológica cerrada.
No quedarse en el filtrajes del marxismo-leninismo ortodoxo, como lo bautizó Bujarin, ese es un reto pendiente para un nuevo imaginario socialista para el siglo XXI, para el nuevo milenio, o como se quiera llamar, en función de su pertinencia en el presente histórico, en la construcción de un futuro distinto de las experiencias despóticas del socialismo burocrático del siglo XX.
Pretender recuperar “modelos ideológicos soviéticos” sin comprender que en sus raíces se esconden las semillas del colapso del socialismo burocrático, es reiterar el fracaso de estas experiencias. El nuevo socialismo democratico, libertario, descolonizador y revolucionario no se caracterizará por la imposición hegemónica de una sola línea de pensamiento, sino por la acogida de diversos planteamientos críticos de la tradición socialista, democrática, descolonizadora, libertaria y revolucionaria.
hay que evitar recaer en el clásico método estalinista de tratamiento de diferencias, donde cualquier diferencia es “traición”. Por ese camino paranoico-regresivo no se construye ni emancipación ni revolución socialista, sino despotismo burocrático. Hay que prestarle atención a la micropolítica de las voces despóticas, tanto como a una macropolítica que se aborda desde una psicología de masas del fascismo. Mussolini no es Rosa Luxemburgo.
La revolución democrática, socialista, libertaria y descolonizadora bolivariana requiere menos catecismo revolucionario, menos propaganda adoctrinadora, y mucho más pensamiento crítico revolucionario, mucho más una ética de la liberación y de la alteridad, que los contrabandos ideológicos de la moral soviética. El catecismo marxista-leninista ortodoxo es parte de la ruinas del viejo socialismo burocrático. Stalin institucionalizó una ortodoxia ideológica, como dispositivo ideológico de control y liquidación del marxismo crítico, para anular el legado crítico la polémica filosófica post-kantiana (Hegel y la izquierda hegeliana). Pues es el criticismo como actitud del pensamiento, la posición de contrapunto del dogmatismo. Quién dice polémica dialógica dice dialéctica, pero una dialéctica que vaya mas allá de uns síntesis despótica. ¿Por qué no decirlo?
Si el Che realiza significativos aportes por su crítica al Manual de economía política de la URSS (como también las hacia Mao Tse Tung), ¿por qué preocuparse de la criticidad?.
Pero así mismo, si el Che se quedó corto en el manejo de la teoría política marxiana frente a la democracia burguesa, reiterando los dogmas leninistas sobre el Estado, el partido-aparato y la dictadura del proletariado: ¿Por qué no decirlo?
Quién confunde crítica con traición no ha entendido un ápice de la dialéctica revolucionaria. Donde el Che reproduzca los lugares comunes del marxismo soviético debe ser criticado radicalmente. Donde el Che supere el pantano del despotismo burocrático, debe ser reivindicado radicalmente. El asunto de fondo es entonces, que sin crítica radical y revolucionaria se liquida una condición de posibilidad imprescindible para cualquier revolución.
II.- EL MOMENTO TACTICO DE LA TRANSICIÓN DEMOCRATICA AL SOCIALISMO DEMOCRATICO Y REVOLUCIONARIO

Una precisión inicial: el socialismo democrático es un socialismo revolucionario, libertario, descolonizador, no el reformismo pro-capitalista que se autodefine como socialdemócrata. Sería demasiada la concesión de entregarle toda la memoria y el legado de la socialdemocracia revolucionaria a esta variedad de transformismo ideológico llamado "reformismo pro-capitalista". La democracia social, participativa y protagónica es una revolución democratica y socialista. Por tanto, hay que superar el mito de las dos izquierdas: tanto el reformismo socialdemócrata, con su gestíón social-liberal del capitalismo, como el marxismo-leninismo ortodoxo (como lo llamó Bujarín), y su liquidación de la democracia socialista.
Para quienes elevan a principio revolucionario la táctica de la revolución armada, una revolución democrática y pacífica es un espejismo, una trampa, una farsa o una antesala necesaria e inevitable de la verdadera revolución: la violenta. El poder constituyente sería solo una vieja y simple táctica burguesa. El cauce democrático de las transformaciones, un simple aderezo pequeño-burgués. Obviamente, desde este punto de vista se desprecia la capacidad configuradora de la política para producir nueva legalidad socialista, nueva institucionalidad partiendo desde las bases constitucionales existentes. Pero si no se acepta la potencialidad transformadora de la Constitución Bolivariana de 1999, estamos parados en terrenos distintos.
Si se abandona la lucha cívica, democrática, desde la opinión pública y el movimiento popular, reiterando el catecismo: sin violencia revolucionaria no hay revolución, queda destruido no el Estado burgués, sino el proceso constituyente iniciado en 1999, con Constitución incluida.
Confundir reforma constitucional con asamblea nacional constituyente ha sido un permanente error político, estratégico y táctico. Entregarle el vasto campo electoral de la centro-izquierda a la derecha ha sido la enfermedad infantil del izquierdismo en la transición democrática al socialismo. Socialismo dermocratico y revolucionario implica no abandonar las luchas anticapitalistas para la democracia socialista.
Para que no quede duda, “como dijo Fidel”: no hay más de 4 millones de oligarcas en Venezuela. Esa es la ecuación política e ideológica clave de la revolución pacífica venezolana. Y hay que resolverla construyendo mayorías políticas y electorales decisivas. Esa es la tarea política. No espantar a sectores aliados, con una fraseología ultra-revolucionaria en tiempos de construcción de un nuevo bloque histórico nacional-popular por la democracia socialista, por la democracia comunal, por la democracia de consejos.
El carácter radical de una revolución pacífica depende enteramente de impulso del protagonismo popular en las transformaciones en todos los órdenes (económicos, sociales, políticos, culturales, militares), posibilidad lograda desde los cauces abiertos de una legalidad democrática con contenido socialista. Se trata de un escenario de lucha que no vivió el Che.
El tema del tránsito electoral y pacífico aparece en matices de los propios escritos de Marx. Marx no dijo que solo y exclusivamente la violencia hace revoluciones. Como tampoco dijo que por si mismas las reformas electorales, o parlamentarias, bastaban para un tránsito al socialismo. Son estos matices multilaterales lo que hay que revisar críticamente, sin maniqueísmos unilaterales.
Existe una diferencia cualitativa entre la situación internacional en la que se movía la revolución cubana (lo que ocurría en China y en la URSS, por ejemplo), y lo ocurre en el contexto internacional actual. Desconocer los marcos estructurados históricamente para una forma de acción política, es uno de los elementos de una posición temeraria que habla de una inminente y clásica “ruptura revolucionaria”. Se pierde de vista la diferencia entre el momento de la acumulación de fuerzas, y el momento de una crisis orgánica de un sistema hegemónico, con su correspondiente bloque histórico. Se supone que ya se ha consolidado un bloque popular antiimperialista de carácter continental, a partir de la observación de gobiernos progresistas, mayoritariamente de centroizquierda en América Latina y el Caribe.
Esta condición es favorable, pero no se acerca ni remotamente a una condición eficiente, para desatar “rupturas revolucionarias”. Existe una coyuntura anti-neoliberal, favorable a una plataforma antiimperialista, pero no una coyuntura de “ruptura revolucionaria” clásica. La fraseología de la radicalización revolucionaria, puede sondear el terreno de la acumulación de fuerzas, pero no provocar ninguna “ruptura revolucionaria” por si misma. No hay salto revolucionario violento posible en un solo país sin una fuerza continental organizada para enfrentar la intervención inmediata del imperio.
Para la izquierda antiimperialista, anticapitalista y democrática solo hay un largo camino de acumulación de fuerzas para consolidar un bloque continental de poder popular alternativo. De allí la necesidad de estrategias y tácticas socialistas democráticas innovadoras.
Desde nuestro punto de vista, los planteamientos que apuntan a la tesis de una inmediata ruptura revolucionaria, como quiebre radical del poder económico-político del Capital en un solo país periférico, subdesarrollado y dependiente no contribuyen a fortalecer la acumulación de fuerzas en el campo nacional-popular, sino más bien a intensificar la derechización de las actitudes políticas e imaginarios reaccionarios en estratos sociales intermedios, en pequeños y medianos propietarios, en capas profesionales, en segmentos de las clases subalternas.
No se puede partir de análisis intuitivos sobre la composición socio-demográfica, de grupos, sectores y clases de la sociedad venezolana, para saltar a un inadecuado análisis del espectro político e ideológico, sin determinar las verdaderas fuerzas materiales y morales, sociales y políticas, nacionales e internacionales que actúan en una coyuntura histórica determinada.
Un deficiente análisis de grupos, sectores y clases, de sus fuerzas materiales y morales, de sus tendencias ideológicas, genera un deficiente análisis de las correlaciones de fuerzas para la coyuntura.

III.- LOGRAR DIFERENCIAR, PARTICULARIZAR SIN BUSCAR CONTRAPONER LA EXPERIENCIA REVOLUCIONARIA VENEZOLANA Y CUBANA:

¿Por que llega a ser relativamente eficaz la campaña de “guerra mediática” contra la supuesta invasión del “comunismo” sobre Venezuela? ¿Por que puede ser creíble la presunta liquidación de la democracia y la constitucionalidad en el país por parte de la revolución bolivariana?
Por que hay importantes segmentos de las clases subalternas y de lo sectores medios que no logran aún demarcar el nuevo socialismo para el siglo XXI de las viejas experiencias socialistas burocráticas. Es la indefinición de elementos diferenciadores, que no acentúan el carácter específico de la revolución venezolana frente a otras experiencias históricas, uno de los elementos que ha debilitado el proceso de consolidación del proceso popular constituyente bolivariano.
Diferenciar no es antagonizar, por cierto. No se trata de contraponer, pero si de particularizar una transición al socialismo desde una revolución democrática y pacífica, de otras transiciones al socialismo que nacen de la lucha contra autocracias y dictaduras, en contextos históricos e internacionales muy distintos.
Ningún “calco y copia” de posiciones descontextualizadas del guevarismo pueden favorecer el impulso de la revolución democrática y socialista venezolana. Seguir la ruta del “calco y copia” de la revolución cubana o de cualquier otra, de “su modelo político”, de “su modelo económico”, de “su estilo de desarrollo”, afecta las percepciones, representaciones e imaginarios de sectores sociales que están siendo literalmente bombardeados, segundo a segundo, por la estructura mediática nacional e internacional. No hay que contraponer, pero si hay que saber diferenciar.
El debate de fondo, que aún sigue invisible es el análisis, es la comprensión del carácter específico de cada proceso revolucionario, y de las teorías disponibles de la transición al socialismo. Es este el nudo crítico de un debate que no es solo teórico ni histórico, sino además político y estratégico. La construcción de la transición al socialismo implica decisiones sobre metas, rumbos, ritmos, sujetos, estrategias, tácticas, tareas y herramientas.
Una “indigestión ideológica” de fuentes del marxismo soviético, del marxismo-leninismo o del guevarismo, referidos a otras circunstancias, condiciones y momentos históricos, no es una vía adecuada para profundizar un proceso que reivindica su carácter particular y específico. Copiar guiones viola al menos dos principios estratégicos fundamentales de aquella máxima leninista del “análisis concreto de la situación concreta”: la “flexibilidad” y la “sorpresa”.
Adicionalmente, copiar guiones comporta una práctica política de soluciones prefabricadas, sobre-impuesta a las voces, fuerzas, actores y movimientos concretos de la lucha: a los movimientos sociales y populares, sin una participación, protagonismo, consulta, debate y decisión democrática efectiva. Seguir guiones termina por reproducir la cultura de la decisión impuesta verticalmente.
Por tanto, la construcción de la transición al socialismo no consiste en “modelos a ser aplicados”, ni en malas adaptaciones de ideas ya ensayadas, pues requiere protagonismo, participación, debate, movilización, decisión e iniciativa del pueblo organizado, creatividad originaria de los movimientos sociales y políticos.
El pueblo no puede llegar a ser un invitado de segunda en una revolución prefabricada, o basada en un irreflexivo “culto a la personalidad”; que impide precisamente la democracia protagónica revolucionaria del pueblo. O hay construcción de una voluntad colectiva nacional-popular que construya la transición a formas de socialismo democrático innovadoras, o se liquida la condición indispensable de cualquier revolución en la historia: no hay revolución sin pueblo revolucionario.
IV.- IR MÁS ALLÁ DEL CHE CON RELACIÓN AL DEBATE POLITICO SOBRE EL SOCIALISMO DEMOCRATICO VENEZOLANO:

Hemos señalado que las contribuciones del “Che” al debate sobre la transición al socialismo y a la organización del “partido marxista‐leninista” no muestran contenidos que entren en ruptura significativa con las disposiciones de la III Internacional.
El “Ché” acepta sin reservas la tesis de la “dictadura de proletariado”, sin matizaciones ni eufemismos. Hace suya la concepción leninista del partido como “vanguardia”, como guía y depositario de un proyecto histórico, que a través de sus cuadros educa, orienta y dirige a las “masas”. En esta comprensión del proceso, el partido aparece como correa de transmisión entre las “masas” y el Estado.
¿Qué puede llegar a significar una propagación de las tesis del Che sobre la democracia en las actuales circunstancias de la revolución bolivariana? ¿Estaremos frente a un nuevo extravío de la estrategia y la táctica de la izquierda como se experimentó en los años 60?
En este contexto, se puede afirmar que Che nunca llegó, por lo menos en su discurso público, a formular una crítica radical a la concepción despótica del poder, que es consustancial al leninismo, como lo señalara Rosa Luxemburgo y la crítica de la democracia de consejos. Tampoco hay una reflexión acabada frente al legado soviético acerca del Estado de transición y frente al estalinismo, como balance de inventario de la primera revolución socialista del siglo XX. Desde nuestro punto de vista, el Che construiría un pensamiento crítico sin rupturas fundamentales con aspectos centrales de la ortodoxia bolchevique, en lo referente al modelo de socialismo, el Estado, al partido y la construcción de la acción contra-hegemónica.
¿Puede ser la concepción del Che sobre la democracia, por ejemplo, el mapa de referencia para apalancar la transición al socialismo en Venezuela? La democracia socialista que imaginamos tiene nada o poco que ver con las experiencias del despotismo burocrático, del estatismo autoritario del siglo XX.
Un interesante pretexto para profundizar este punto puede ser reconstruido a partir de las declaraciones ofrecidas por un actor fundamental de la historia política y del movimiento revolucionario venezolano: Domingo Alberto Rangel. Aclarando, por cierto, que DAR estaría en completo desacuerdo con la línea que venimos defendiendo: la necesidad de una revolución democrática, que siga los cauces de la actual constitución de 1999, para la construcción del socialismo.
Como sabemos, para DAR en Venezuela hay bajo el liderazgo de Chávez una suerte de simulacro revolucionario, cuya pantalla ideológica son simples reformas. En su escrito: “El Che Guevara y la Venezuela de Hoy” del 11 de enero de 2009 (El Carabobeño) DAR plantea: “El comandante Chávez le ha prestado un servicio inestimable a los sectores dominantes al hacer creer al pueblo que es posible alcanzar el poder por vía electoral, y obtenido el poder, realizar la revolución más radical, la única que podría hacerle justicia a los olvidados de la tierra. En realidad, Chávez no es el primero que engaña al pueblo venezolano con tal ilusión. Una larga caravana, iniciada por Rómulo Betancourt en los años treinta, de la cual formaron parte Jóvito Villalba, casi siempre el Partido Comunista y también casi siempre los grupos trotskistas criollos, han sido agentes de esta ilusión que no es obra de la casualidad. El reformismo, la conciliación de clases han sido instrumentos del sistema internacional capitalista. El comandante pertenece a la misma caravana que, iniciada por los socialdemócratas alemanes hace más de un siglo, empezó a vender la mercancía de la conquista del poder a través del voto. En Venezuela, esa misma baratija fue ofrecida, ante todo, por esos buhoneros políticos que parecen eternos, los adecos, que ya están resucitando, y es como si un sector de la sociedad dijera a Chávez: comandante, preferimos el producto original, no las imitaciones”.
Si este análisis es cierto, y entonces la baratija electoral es una estafa revolucionaria, estaríamos ante uno de los más duraderos simulacros revolucionarios de la historia. En sus escritos, DAR mantiene la tesis de una insurrección popular como condición de posibilidad para una auténtica revolución socialista, más allá de cualquier “democracia electoral” y “cretinismo parlamentario”.
Para DAR, “el deber de los revolucionarios es el mismo que nos indicó en La Habana en 1962 el Che Guevara, cuando junto a Simón Sáez Mérida fuimos enviados por el MIR a sondear a la dirección revolucionaria acerca de una táctica adecuada, en ese entonces, a la situación venezolana. Nos recibió el comandante Guevara en su despacho del Ministerio de Industrias. Yo viví, nos dijo (Guevara), seis meses en Venezuela y capté, bajo Pérez Jiménez quien gobernaba en ese momento, el amor desmedido, similar al del Quijote por Dulcinea, que sentía el pueblo venezolano hacia la democracia burguesa. Ese sentimiento lo han sembrado ustedes o han contribuido a sembrarlo. Han transcurrido apenas dos años de estar gobernando allá la democracia. ¿Pueden ahora decirle a ese pueblo que el producto que ustedes mismos le vendieron durante un ya largo tiempo, de repente no sirve? ¿Van a constituir una guerrilla rural, cuando los campesinos son adecos y aguardan por la reforma agraria que AD les viene prometiendo? Yo les recomiendo una línea de oposición pacífica, pero insobornable. Deben movilizar a los obreros, a los campesinos, a las clases medias por sus reivindicaciones históricas y cuando tales clases adviertan que los adecos son unos tunantes, entonces sí pasen a la lucha armada. Pero sobre todo, no participen en elecciones que eso sí es cretinismo político. Con Simón Sáez trajimos esa recomendación, pero fuimos derrotados en la dirección del MIR. Hoy, y es lo interesante, ese mensaje del Che sigue más vivo que nunca”.
Abstención militante y movilización permanente del pueblo para la lucha por reivindicaciones cada vez más radicales, para desenmascarar a los “adecos reformistas”, sería la táctica adecuada de una estrategia revolucionaria para DAR. Lo interesante de este testimonio, es su contraste con otras versiones escritas, la idea que sobre la democracia interpreta DAR del planteamiento del Che: La democracia electoral es democracia burguesa, el parlamento y demás instituciones representativas bloquean la revolución socialista. En entrevista concedida a Debate Socialista (marzo de 2009), DAR hace la siguiente interpretación del mismo hecho:
“Cuando comenzó aquí la lucha guerrillera, yo no era partidario de la lucha armada, porque consideré que no había condiciones en Venezuela para una lucha armada. La dirección del MIR, dividido en dos grupos, el grupo que coincidía conmigo y el grupo de Américo Martín, acordamos enviar una delegación a la Habana, fuimos Simón Sáez Mérida y yo. Llegamos a la Habana, en noviembre de 1962 y Fidel nos mandó a decir que no nos podría atender pero que habláramos con el Che que, para los efectos, era lo mismo. En esa reunión el Che nos dijo lo siguiente: Yo viví seis meses en Venezuela y lo que más me impresionó es el fervor por la democracia representativa, todos están locamente enamorados de la democracia representativa. Yo me quedé atónito, nunca oí a nadie decir eso de la democracia. ¿Quiénes crearon ese culto? -continua el Che- ustedes, tú y tú -nos señala-, porque ustedes corearon a la burguesía y la ideología de la burguesía es la democracia representativa, no puede haber otra, es una ideología hecha a la medida del capitalismo. Ustedes eran más demócratas que los derechistas. Como es natural ustedes tienen que plantear una reforma agraria. Ahora, ¿con quién van a plantear esa reforma agraria? ¿Con los campesinos adecos? Yo tengo entendido que la masa campesina es adeca y que la masa campesina venezolana está esperando que acción democrática cumpla la consigna de la reforma agraria. Entonces, con unos campesinos adecos, esperando una reforma agraria adeca, ¿ustedes pretender hacer una guerrilla? En Venezuela no hay condiciones para llevar a cabo una lucha armada. Hay que crear las condiciones distintas, con una lucha pacífica haciendo entender a las masas que dentro de la democracia representativa no van a conseguir nada. Mientras que las masas no se convenzan ellas mismas que la democracia es un contrabando burgués, que el capitalismo es opresor, que en el capitalismo hay masacres, mientras no ocurra eso, en Venezuela no habrá jamás una Revolución y ustedes no pasaran de ser unos aventureros".
En su Texto del año 2003 (Alzado contra Todo. Memorias y desmemorias, p. 214), DAR escribe: “una vez a propósito, viajé a La Habana, creo que fue en Mayo o Junio de 1962. Sostuve en aquella oportunidad una larga conversación con el Che. Hube de informarle sobre las operaciones guerrilleras ya iniciadas y proyectadas y, desde luego, sobre la concepción estratégica en que descansaba todo ello. –Ustedes se han precipitado o van a precipitarse repuso el Che. Ardidos porque creen que perdieron el tiempo, por no haberse alzado contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez o haberle montado contra el una Sierra Maestra, quieren ahora borrar con un error de izquierda los muchos errores de derecha que cometieron hasta el triunfo de la revolución cubana. Yo estuve como sabes, agregó, en Venezuela bajo Pérez Jiménez como médico de un Leprocómio. No vi país latinoamericano de mayor fervor hacia la democracia representativa, es un culto entre ustedes. ¿Quiénes sembraron ese culto? Ustedes, compañeros, ustedes. ¿Acaso tu mismo no viviste persecuciones por la democracia? ¿Por cual causa fuiste tú a la cárcel, por cual viviste en el exilio? Por la democracia, contestó el mismo. Y por la democracia se rebelaron el 23 de enero, si no estoy equivocado. Han pasado apenas cuatro años y ustedes pretenden ahora que el pueblo Venezolano, al cuál ustedes dijeron que la democracia era lo óptimo, proceda a desecharla o vituperarla. Proyectan o realizan ustedes una guerrilla rural en un país cuyos campesinos simpatizan con el Partido de Betancourt. Mire, compañero, Betancourt es un bribón, lo sabemos tu y yo. ¿Pero lo saben ya las masas campesinas en Venezuela? Creo, y te lo expreso como camarada y amigo que ustedes van al desastre, así terminó su exposición mientras las volutas de un habano encendido subían al techo donde conversábamos.”
Contrastando diversas fuentes sobre el mismo acontecimiento relatado, encontramos en la investigación sobre la obra de DAR de José Francisco Jiménez Castillo (Domingo Alberto Rangel en la Venezuela del siglo XX. Aporte teórico-político. El meta-discurso en la historia de vida-2005) los siguientes planteamientos sobre el encuentro de DAR con el Che: “Mire, yo estuve tres meses en Venezuela. Yo nunca he visto un país de América Latina donde haya un culto por la democracia representativa como Venezuela. Es la Dulcinea del Toboso de los Venezolanos. Lo entiendo porque ustedes han vivido entre tiranuelos, entonces creen que la democracia es perfecta y va a resolver todos los problemas. Hace un año tu eras adeco. ¿Ustedes ahora al año van a llamar a derrocar a la democracia?... La lucha armada no está planteada al mismo tiempo en todos los países; eso va de acuerdo a las circunstancias. Creo que ustedes deben pasar por un período de lucha de calle. Es lo que yo recomendaría. En Venezuela no hay condiciones para la lucha guerrillera”.
De acuerdo a esta investigación, DAR relata que la posición del Che en aquel contexto era la siguiente: “Es evidente que en América Latina está planteada la lucha armada. Y solo mediante la lucha armada se puede consumar una revolución armada o algún cambio, pero eso no significa que todos los países tienen que apelar a las armas inmediatamente. En todo proceso histórico hay grados de maduración diferentes. Y yo creo que el recurso de las armas no debe ser de los primeros en Venezuela donde existe el mayor culto a la democracia representativa.”
A pesar de las diferentes versiones del hecho, sus reconstrucciones cargadas de valoraciones y matices importantes, es fundamental no perder de vista que en el análisis del Che la democracia representativa es un valor sedimentado a través de la historia. ¿Pasaremos a la democracia revolucionaria desconociendo las mentalizaciones ideológicas sobre la democracia? ¿Paralizaremos la reflexión constructiva sobre la democracia participativa y protagónica para copiar los modelos doctrinarios de la III internacional? ¿Desconoceremos los valores, principios y reglas reconocidos en la Constitución de 1999? ¿Será ésta Constitución pura y simple legalidad burguesa? ¿Liquidaremos la democracia pluralista, social y participativa contenida en nuestra “legalidad burguesa”?
Éstas y otras preguntas son indispensables para repensar los vínculos entre democracia y socialismo en Venezuela. El debate es si estamos o no en una encrucijada crítica del proceso popular constituyente venezolano, e incluso si es tiempo para plantear una supuesta “ruptura revolucionaria”.
Los signos de avance de las políticas de facto de la derecha global apuntan a poner las barbas en remojo, ya que cualquier fraseología de radicalización, cualquier intento de propagar quimeras o falsificaciones, desconociendo las fuerzas reales orgánicas para la lucha, solo sirven para debilitar la acumulación de fuerzas del campo revolucionario.
V.- ANALIZAR LA EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO CRÍTICO DEL CHE FRENTE AL MARXISMO SOVIÉTICO:
Actualmente se reconoce, que desde la victoria de la revolución cubana, en 1959, hasta su muerte el 8 de octubre de 1967, el pensamiento del Che Guevara fue modificándose paulatinamente. Si bien la emancipación latinoamericana, la ética del hombre nuevo y el combate contra el imperialismo a escala mundial son los temas centrales de su reflexión, a partir de 1963 es posible evidenciar una creciente crítica al callejón sin salida al que conduce el modelo soviético y sus repercusiones en Cuba.
Guevara se fue alejando paulatinamente de sus esperanzas sobre el carácter socialista revolucionario de la URSS, y frente a los dogmas del marxismo de tipo soviético. En una carta de 1965 a Armando Hart (ministro cubano de Cultura), critica el "seguidismo ideológico" cubano respecto a la edición en Cuba de manuales soviéticos para la enseñanza del marxismo, un punto de vista que converge con el defendido en la misma época por Fernando Martínez Heredia, Aurelio Alonso y sus amigos del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana, editores de la revista Pensamiento Crítico. Estos manuales -que llama "ladrillos soviéticos"- "tienen el inconveniente de que no te dejan pensar: el Partido ya lo hizo por ti y tú debes digerirlo" (Néstor Kohan, Ernesto Che Guevara. Otro mundo es posible, Nuestra América, Buenos Aires, 2003).
Dice Lowy en su análisis sobre la evolución del pensamiento de Guevara (http://www.insumisos.com/diplo/NODE/1773.HTM) que “La búsqueda de otro modelo, de un método diferente de construcción del socialismo, más radical, más igualitario, más solidario, puede percibirse de manera cada vez más explícita en el pensamiento del Che. Su obra no es un sistema cerrado, un argumento acabado que tiene respuesta para todo: sobre muchas cuestiones -la democracia socialista, la lucha contra la burocracia- su reflexión queda incompleta, interrumpida por su muerte el 8 de octubre de 1967, hace ya cuarenta años.”
Martínez Heredia subraya: "Lo incompleto del pensamiento del Che (...) tiene incluso aspectos positivos. El gran pensador está ahí, señalando problemas y caminos (...), exigiendo a sus compañeros que piensen, estudien, combinen la práctica con la teoría. Es imposible, cuando se asume realmente su pensamiento, dogmatizarlo y convertirlo en un (...) bastión especulativo (...) de frases y recetas""Che, el socialismo y el comunismo" (Pensar el Che, Centro de Estudios sobre América-Editorial José Martí, La Habana, 1989)
No obstante, en un primer momento (1960-1962), Guevara depositó muchas esperanzas en los "países hermanos" del llamado socialismo "realmente existente". Luego de unas visitas a la Unión Soviética y a los países del Este, y tras haber vivido la experiencia de los primeros años de transición al socialismo en Cuba, empieza a mostrarse cada vez más crítico. Sus divergencias se expresan públicamente en varias ocasiones, especialmente en su célebre "Discurso de Argel", en 1965. Pero es a partir de 1963-1964, en ocasión del gran debate económico realizado en Cuba, que se observa su intento de formular un enfoque distinto del socialismo.
Este debate enfrenta entonces a los partidarios de una suerte de "socialismo de mercado", con autonomía empresarial y búsqueda de la rentabilidad -como en la URSS-, y a Guevara, que defiende una planificación centralizada, basada en criterios sociales, políticos y éticos: en vez de primas al rendimiento y precios fijados por el mercado, propone la gratuidad de algunos bienes y servicios. Sin embargo, en las intervenciones del Che, una cuestión queda poco clara: ¿quién toma las decisiones económicas fundamentales?
En otras palabras, el problema de la democracia en la planificación. Plantea Michel Lowy: “Los documentos inéditos de Guevara publicados recientemente en Cuba ofrecen nuevas perspectivas. Se trata de sus "Notas críticas" al Manual de economía política de la Academia de Ciencias de la URSS (edición española de 1963) -uno de esos "ladrillos" que criticaba en la carta a Hart- redactadas durante su estadía en Tanzania y sobre todo en Praga, en 1965-1966: no es un libro, tampoco un ensayo, sino una colección de fragmentos de la obra soviética seguidos de comentarios a menudo ácidos e irónicos.” (Ernesto Che Guevara, Apuntes críticos a la economía política, Ocean Press, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2006).
Si bien es cierto que la obra refleja el espíritu independiente de Guevara, su toma de distancia crítica respecto del "socialismo realmente existente", y su búsqueda de un camino radical, también hay que destacar los límites de su reflexión. Hasta ahora no se conoce la posición del Che frente al estalinismo. El Che atribuye los callejones sin salida de la URSS en los años '60 a... ¡la Nueva Política Económica (NEP) de Lenin! Está convencido Guevara que la introducción de elementos "capitalistas" por la NEP condujo a tendencias nefastas, que van en el mismo sentido que la "restauración del capitalismo". En una de las notas críticas de Guevara, se encuentra esta frase precisa: "El terrible crimen histórico de Stalin (fue) haber despreciado la educación comunista e instituido el culto irrestricto a la autoridad".
Adicionalmente, cuando el manual habla de "la construcción del comunismo" en la URSS, el crítico realiza esta pregunta retórica: "¿Se puede construir el comunismo en un solo país?". Otra observación va en el mismo sentido: Lenin, observa el Che, "afirmó claramente el carácter universal de la revolución, cosa que luego se negó".
La mayoría de las críticas de Guevara al manual soviético coinciden en gran medida con sus escritos económicos de los años 1963-'64: defensa de la planificación central contra la ley del valor y contra las fábricas autónomas que funcionan según las reglas del mercado; defensa de la educación comunista contra los estímulos monetarios individuales. También se preocupa por la participación en las ganancias de los directivos de las fábricas, que considera un principio de corrupción.
Guevara defiende la planificación como eje central del proceso de construcción del socialismo, porque "libera al ser humano de su condición de cosa económica". Pero reconoce -en la carta a Fidel- que en Cuba, "los trabajadores no participan en la confección del plan". ¿Quién debe planificar?
El debate de 1963-64 no había respondido a esta pregunta. Es sobre este tema que se observan los avances más interesantes en las notas críticas de 1965-66: algunos pasajes plantean claramente el principio de una democracia socialista en la que las grandes decisiones económicas sean tomadas por el propio pueblo. "Las masas -escribe el Che- deben participar en la confección del plan, mientras que su ejecución es un asunto meramente técnico".
En la URSS, según su opinión, la concepción del plan como "decisión económica de las masas, conscientes de su papel" fue reemplazada por un placebo en el cual los incentivos económicos determinan todo. Las masas, insiste, "deben tener la posibilidad de dirigir su destino, decidir cuánto va para la acumulación y cuánto al consumo"; la técnica económica debe operar con estas cifras -decididas por el pueblo- y la "conciencia de las masas debe asegurar su cumplimiento".
Este tema aparece reiteradamente: los obreros, el pueblo en general, escribe, "decidirán sobre los grandes problemas del país (tasa de crecimiento, acumulación/consumo)", aun cuando el propio plan sea obra de los especialistas. Plantea finalmente Löwy: Guevara se fue acercando considerablemente a la idea de planificación socialista democrática, aunque no saca todas las conclusiones políticas: democratización del poder, pluralismo político, libertad de organización, etc.
En las discusiones con sus colaboradores del Ministerio de Industria, publicadas en el mismo volumen, se menciona en reiteradas oportunidades la defensa, por parte de Guevara, del principio de la libre discusión. Así, en un debate de diciembre de 1964, insiste: "No es posible destruir una opinión con la fuerza, porque ello bloquea todo desarrollo libre de la inteligencia".
Como para seguir leyendo críticamente a Guevara, sin concesiones a dogmas, recetas o catecismos. Pues, sin polémica revolucionaria no habrá reconstrucción de una plataforma teórica para apoyar la praxis socialista democrática y descolonizadora en Nuestra América y Venezuela.

viernes, 21 de agosto de 2009

JUAN BOSCH: PENTAGONISMO Y OCUPACIÓN MILITAR

Javier Biardeau R.

El pentagonismo es parte de una agenda de temas que fueron objeto de intenso debate desde finales de los años sesenta por intelectuales como John Saxe Fernández, Richard J. Barnet, Noam Chomsky, Adam Yarmolinsky, Dieter Senghaas, Seymour Melman, entre otros. Pero fue con el dominicano Juan Bosch, que la tesis del pentagonismo tuvo gran difusión e impacto a nivel internacional.
El contexto inmediato de la tesis del Pentagonismo es la derrota militar y política de las fuerzas constitucionales de la República Dominicana luego de la invasión imperial de 1965, y la consolidación del gobierno de Joaquín Balaguer con el apoyo de Estados Unidos. El contexto más amplio es el abandono de las políticas reformistas de la llamada “Alianza para el Progreso” bajo el presidente “demócrata” Lyndon Johnson, y el comienzo de un ciclo de golpes militares de derecha a través de gran parte de América Latina, así como el revés que había sufrido la estrategia guerrillera cubana por la muerte del Che Guevara en Bolivia en 1967. La clave de los golpes militares era derrotar la insurgencia de los nacionalismos populares antiimperialistas en América Latina y el Caribe.
De allí, que el Pentágono se haya impuesto a cual aggiornamiento en la Casa Blanca. El verdadero poder tras las mascaradas electorales de la democracia de segundo grado de los EE.UU, es el complejo económico-tecnológico-militar. El resto es asunto de conserjes del edifico imperial.
En 1967 Martin Luther King había calificado a Estados Unidos como “el mayor productor de violencia en el mundo”. Propuesto una alianza entre los movimientos de derechos civiles y de oposición a la guerra de Viet Nam. Aun hoy sus palabras adquieren gran vigencia. Su asesinato indica hasta donde pueden llegar las fuerzas que sostienen el edificio imperial. Para el momento en que el dirigente dominicano Juan Bosch escribe el prefacio de “El pentagonismo”, se estaba produciendo la ofensiva Tet en Vietnam.
Bosch ya experimentaba su ruptura total con los “liberales norteamericanos”, quienes trataban de domesticarlo en función de reformas superficiales. Bosch retrata a los personajes liberales que lo habían cortejado durante la brevísima primavera de la Alianza para el Progreso, como un grupo sin liderato y sin principios, meros burócratas capaces de cambiar su postura en 72 horas. Una lección para algunas de las diplomacias latinoamericanas que creen que las administraciones demócratas son esencialmente progresistas, y que permitirán cambios profundos de las estructuras de poder, desigualdad y explotación de América Latina y el Caribe (El espejismo Obama en Trinidad y Tobago).
Uno de aquellos liberales que cortejo a Bosch, llamado George Ball dice en sus memorias que Bosch era “…unrealistic, arrogant and erratic. I thought him incapable of running even a small social club, much less a country in turmoil. He did not seem to me a Communist… but merely a muddle-headed, anti-American pedant committed to unattainable social reforms.” Es decir (en una traducción libre): una suerte de personaje irrealista, arrogante y errático. Lo pensé incapaz de carrera aún en un pequeño club social, y mucho menos un país en la confusión. Él no me pareció…Comunista pero simplemente era un pedante atolondrado, un antiamericano que realizó reformas sociales inalcanzables. Una descripción más o menos prototípica de los que se imaginan ciertos círculos políticos de los EE.UU de muchos dirigentes de América Latina y el Caribe. Y llama la atención, esto de “reformas sociales inalcanzables”. ¿Sera este el sinónimo de las revoluciones sociales, democráticas y pacíficas de acuerdo a las visiones del Pentágono?
Bosch colocó gran énfasis en la importancia de los factores estratégico-militares para la geopolítica hemisférica. El peso de los factores militares en la política caribeña fue evidente para un pensador que fue derrocado por una ocupación militar imperial, como Bosch. Después de la derrota infligida a los EE.UU en Playa Girón, y bajo el lema de “no más Cubas”, vino la aventura pentagonal en Santo Domingo. Luego de la experiencia de la invasión de 1965 en República Dominicana, y sus secuelas políticas, se conformó un nuevo Leviatán imperial.
Bosch cita en su Libro el discurso del Senador W. J. Fulbright del 13 de diciembre de 1967: “Hoy destacaré la creciente militarización de la economía y de las universidades…el complejo militar-industrial no es el producto de una conspiración sino que es inevitable resultado de un poderosos establecimiento militar permanente…Este ha dado nacimiento a una vasta industria privada ligada a la fuerza armada por el lazo natural de los intereses comunes… el complejo militar-industrial se ha convertido en una fuerza política mayoritaria porque generales, industriales, comerciantes, políticos, etc se le han unido y es una poderosa fuerza nueva para la perpetuación de acciones militares extranjeras, para la introducción y ampliación de costosos sistemas de armamentos, y como resultado, para la militarización de grandes porciones de nuestra sociedad…muchas de nuestras universidades se han unido al monolito, añadiéndole en gran medida poder e influencia, la honestidad intelectual (en los Estados Unidos) es producto de un mercado similar a una caja de detergentes.”
Todo esto dio lugar a la concentración creciente del poder en el Pentágono, en el estamento militar, que escaparía a cualquier control electoral del pueblo norteamericano. Encontró expresión en los presupuestos militares cada vez más abultados, sobrepasando los gastos civiles del Estado. Dice Bosch, “cuando Kennedy pasó a ocupar la presidencia de los Estados Unidos, ya el poder militar era más fuerte que el civil en términos de fondos para gastar.” Además, el poder militar promovió una cada vez mayor concentración del poder industrial.
El pentagonismo sería la combinación del creciente poder del Pentágono con una sociedad de masas. Sus condiciones subjetivas son el anticomunismo y la exaltación del culto a los héroes militares. No se trata ya de que líderes militares lleguen a la presidencia luego de conflictos militares, como en el pasado. El Pentagonismo, según Bosch, es una nueva forma de estructurar el poder político y la economía. Y no fue hasta la década de los sesenta que los estadounidenses se dan cuenta que lo tienen instalado “en el centro de su sistema”.
Aunque Bosch reconocía que el proyecto pentagonista fue inicialmente propio de las derechas económicas, militares, políticas de la sociedad norteamericana, la disponibilidad de grandes recursos económicos amplió su base de apoyo para abarcar las universidades, el centro político e importantes segmentos algunos liberales. De hecho, la sociedad entera se pentagoniza a medida que los vínculos de dependencia económica penetraron hasta la clase obrera y los mecanismos de persuasión masiva, como la televisión. En este sentido Bosch menciona el apoyo de la AFL-CIO a la invasión de la República Dominicana, y los niveles de aprobación del 70% a esa intervención y la guerra de Vietnam. Frente a esta realidad contundente, Bosch no le dió muchas posibilidades de éxito a los opositores de la guerra, los “dissenters”, ni a los liberales, a quienes llama la “flor exótica”.
Pero hay un aspecto fundamental de la reflexión de Bosch: El pentagonismo no significa el ejercicio del poder político directo por parte de los militares. No hay en Estados Unidos las condiciones para un golpe de estado tradicional, a menos “que se produjera una derrota militar norteamericana de carácter decisivo…” Lo que ha ocurrido es una división de los campos de acción donde los civiles han retenido el control de la política interna, mientras que los militares se han hecho dominantes en la política exterior. Cualquier aparente control de los civiles en el Departamento de Estado y de la política exterior es una mera ficción.
Son los militares imperiales quienes la controlan. De allí, que sus objetivos sean subordinar a los ejércitos de los países dependientes, que también se pentagonizan. Las nuevas formas de dominio internacional no se basan exclusivamente en la adquisición de territorios y colonias, sino en la subordinación de los ejércitos a través de múltiples mecanismos de cooperación. Cuando esos ejércitos entran en crisis, es que se pone en acción la política de fuerza de la intervención directa. Su justificación está en la doctrina de las guerras subversivas, que Bosch ilustra con el manual de guerra de guerrillas del ejército de Estados Unidos de 1961. La Doctrina Johnson, que se enunció en el caso dominicano, no era más que una expresión de esa doctrina del intervencionismo global.
El pentagonismo cobra creciente actualidad analizando los movimientos del tablero estratégico en la coyuntura reciente. Actualmente, un nuevo liderazgo civil se pliega a las visiones de mundo y las exigencias del estamento militar. Lo que muestran los pocos cambios en el comando militar que realiza Obama, y que son parte del legado Bush indican que hay un personal neo-pentagonal en posiciones claves de la política exterior norteamericana; que siguen pensando en reafirmar el poder unipolar de Estados Unidos en el mundo usando mecanismos de fuerza, a la vez que se construye al interior de Estados Unidos un estado militar-policial bajo el pretexto de la “lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”. Por eso, la próxima ratificación del “convenio bilateral y soberano”, como lo calificó Hilary Clinton, entre EE.UU y Colombia será el inicio de una nueva era de pentagonismo y ocupación militar bajo la nueva doctrina de las “localidades de cooperación para la seguridad” (CSL). Una simple redefinición semántica producto de poder tecnológico de movilidad y telemática del complejo militar-industrial. Como para darle la importancia que tiene.
Hay que releer a compatriota nuestro-americano Juan Bosch.

EL PENTAGONISMO AVANZA: NUEVA DOCTRINA DE OCUPACIÓN MILITAR DE NUESTRA AMERICA



Javier Biardeau R.


Se han difundido por las estructuras mediáticas dominantes, matrices de opinión que sostienen que son solo siete las bases militares que están en la mira del Pentágono y el Comando Sur, analizado la superficie del convenio de EE.UU con el gobierno de Uribe. Pero nadie se atreve a publicar el texto íntegro actualmente negociado.

No es asunto de que se mantenga en reserva, en secreto o a medias tintas. Es que ganan tiempo para evitar la conmoción que se generará con sus pequeños detalles. Reiteramos, lo del “acceso a siete bases” es solo una media verdad, porque el Comando Sur no quiere bases, quiere solo las llamadas “Localidades de cooperación en seguridad”, las llamadas CSL. Ya no ocupa militarmente con bases norteamericanas, sino que a través de las clases políticas entregistas latinoamericanas, obtiene accesos y uso de bases militares locales. En la practica, aseguran no solo CSL, sino la sujeción de las fuerzas armadas de cada uno de los paises latinoamericanos a los dictados del Imperio.

Ya el Pentagonismo de los EU.UU tenía en la mira desde el año 2007 a la instalación de Palanquero de la Fuerza Aérea en Puerto Salgar (Cundinamarca) como una de sus opciones para reemplazar las funciones que venía desempañando desde Manta, en Ecuador. El Pentágono tiene en Palanquero un potencial puesto de comando que garantice el acceso a toda Suramérica, e incluso, como un "puente aéreo" para operaciones de enlace con bases norteamericanas en África. Por cierto, el Ministerio de Defensa colombiano siempre manejo la especie de no tener idea de planes sobre "una base estadounidense" como tal. Era obvio que estaban preparando conjuntamente una verdadera "salida semántica" contra los obstáculos constitucionales que se vienen consolidando en Nuestra América que prohiben expresamente el establecimiento de bases militares y el tránsito de tropas extranjeras. La memoria de Nuestra América esta plagada de invasiones y ocupaciones imperiales abiertas y encubiertas.

La reciente Constitución Boliviana, producto de un proceso popular plurinacional constituyente afirma expresamente: Artículo 10. I. Bolivia es un Estado pacifista, que promueve la cultura de la paz y el derecho a la paz, así como la cooperación entre los pueblos de la región y del mundo, a fin de contribuir al conocimiento mutuo, al desarrollo equitativo y a la promoción de la interculturalidad, con pleno respeto a la soberanía de los estados. II. Bolivia rechaza toda guerra de agresión como instrumento de solución a los diferendos y conflictos entre estados y se reserva el derecho a la legítima defensa en caso de agresión que comprometa la independencia y la integridad del Estado. III. Se prohíbe la instalación de bases militares extranjeras en territorio boliviano. Artículo 158. I. Son atribuciones de la Asamblea Legislativa Plurinacional, además de las que determina esta Constitución y la ley: 22. Autorizar excepcionalmente el ingreso y tránsito temporal de fuerzas militares extranjeras, determinando el motivo y el tiempo de permanencia.

La reciente Constitución Ecuatoriana, producto de un proceso popular constituyente afirma expresamente: Art. 5.- El Ecuador es un territorio de paz. No se permitirá el establecimiento de bases militares extranjeras ni de instalaciones extranjeras con propósitos militares. Se prohíbe ceder bases militares nacionales a fuerzas armadas o de seguridad extranjeras. Art. 416.- Las relaciones del Ecuador con la comunidad internacional responderán a los intereses del pueblo ecuatoriano, al que le rendirán cuenta sus responsables y ejecutores, y en consecuencia: 2. Propugna la solución pacífica de las controversias y los conflictos internacionales, y rechaza la amenaza o el uso de la fuerza para resolverlos. 3. Condena la injerencia de los Estados en los asuntos internos de otros Estados, y cualquier forma de intervención, sea incursión armada, agresión, ocupación o bloqueo económico o militar. 4. Promueve la paz, el desarme universal; condena el desarrollo y uso de armas de destrucción masiva y la imposición de bases o instalaciones con propósitos militares de unos Estados en el territorio de otros.

El Proceso Constituyente Colombiano dio paso a los siguientes enunciados de la Carta Magna: ART. 173. Son atribuciones del Senado, entre otras: “Permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de la República.” ART. 189. Corresponde al Presidente de la República como Jefe de Estado, Jefe del Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa (entre otras): Dirigir las relaciones internacionales. Nombrar a los agentes diplomáticos y consulares, recibir a los agentes respectivos y celebrar con otros Estados y entidades de derecho internacional tratados o convenios que se someterán a la aprobación del Congreso. Dirigir la fuerza pública y disponer de ella como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República. Conservar en todo el territorio el orden público y restablecerlo donde fuere turbado. Dirigir las operaciones de guerra cuando lo estime conveniente. Proveer a la seguridad exterior de la República, defendiendo la independencia y la honra de la Nación y la inviolabilidad del territorio; declarar la guerra con permiso del Senado, o hacerla sin tal autorización para repeler una agresión extranjera; y convenir y ratificar los tratados de paz, de todo lo cual dará cuenta inmediata al Congreso. Permitir, en receso del Senado, previo dictamen del Consejo de Estado, el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de la República.” ART. 237. Son atribuciones del Consejo de Estado: Desempeñar las funciones de tribunal supremo de lo contencioso administrativo, conforme a las reglas que señale la ley. Conocer de las acciones de nulidad por inconstitucionalidad de los decretos dictados por el Gobierno Nacional, cuya competencia no corresponda a la Corte Constitucional. Actuar como cuerpo supremo consultivo del Gobierno en asuntos de administración, debiendo ser necesariamente oído en todos aquellos casos que la Constitución y las leyes determinen. En los casos de tránsito de tropas extranjeras por el territorio nacional, de estación o tránsito de buques o aeronaves extranjeros de guerra, en aguas o en territorio o en espacio aéreo de la nación, el gobierno debe oír previamente al Consejo de Estado.

En el caso de la Constitución del Perú. ART: 102. Son atribuciones del Congreso (entre otras): Aprobar los tratados, de conformidad con la Constitución. Prestar consentimiento para el ingreso de tropas extranjeras en el territorio de la República, siempre que no afecte, en forma alguna, la soberanía nacional.

El Proceso Popular Constituyente Bolivariano llevo a disponer expresamente que: ART 13. El territorio nacional no podrá ser jamás cedido, traspasado, arrendado, ni en forma alguna enajenado, ni aun temporal o parcialmente, a Estados extranjeros u otros sujetos de derecho internacional. El espacio geográfico venezolano es una zona de paz. No se podrán establecer en él bases militares extranjeras o instalaciones que tengan de alguna manera propósitos militares, por parte de ninguna potencia o coalición de potencias. Los Estados extranjeros u otros sujetos de derecho internacional sólo podrán adquirir inmuebles para sedes de sus representaciones diplomáticas o consulares dentro del área que se determine y mediante garantías de reciprocidad, con las limitaciones que establezca la ley. En dicho caso quedará siempre a salvo la soberanía nacional. Las tierras baldías existentes en las dependencias federales y en las islas fluviales o lacustres no podrán enajenarse, y su aprovechamiento sólo podrá concederse en forma que no implique, directa ni indirectamente, la transferencia de la propiedad de la tierra.”

En síntesis, Bolivia, Ecuador y Venezuela prohíben la instalación de bases militares extranjeras en territorio boliviano. Solo Bolivia autoriza excepcionalmente el ingreso y tránsito temporal de fuerzas militares extranjeras, determinando el motivo y el tiempo de permanencia. Ecuador es el más explicito en el cierre de cualquier ventana de oportunidad a la ocupación directa o indirecta, no permitiendo ni el establecimiento de bases militares extranjeras ni de instalaciones extranjeras con propósitos militares. Ecuador prohíbe ceder bases militares nacionales a fuerzas armadas o de seguridad extranjeras. Además, condena la injerencia de los Estados en los asuntos internos de otros Estados, y cualquier forma de intervención, sea incursión armada, agresión, ocupación o bloqueo económico o militar; y condena la imposición de bases o instalaciones con propósitos militares de unos Estados en el territorio de otros.” En cambio, la redacciónde los artículos en Colombia y Perú expresan la realizaciones de acciones en terminos permisivos: Colombia puede “permitir el tránsito de tropas extranjeras por el territorio de la República.” Perú puede prestar "consentimiento para el ingreso de tropas extranjeras en el territorio de la República, siempre que no afecte, en forma alguna, la soberanía nacional.” Un análisis del discurso de cada una de las Constituciones, de sus sintaxis, semántica y pragmática es clara. Que cada quién saque sus conclusiones. Desde nuestro punto de vista, EE.UU se cola entre los vacios y ambigüedades constitucionales. Por allí mete sus cuñas en el área andino-amazónica-caribeña. Cuñas del proyecto imperial pentagonista.

El informe elaborado por el Comando Aéreo para la Movilidad (AMC) de la Fuerza Aérea de EE.UU, que preside el general Arthur J. Lichte, titulado "Estrategia Global en Ruta", se trata de un 'documento madre' o 'white paper' en el que EE.UU delinea sus planes para asegurarse corredores aéreos y bases que le permitan tener el mayor alcance geográfico en sus operaciones. Se proyecta hasta el 2025.

En el capítulo de la 'Estrategia para Suramérica' se toca de frente el tema de Palanquero: “Recientemente el Comando Sur se ha comenzado a interesar en establecer un punto en el continente suramericano que puede usarse tanto para operaciones antinarcóticos y como punto para ejecutar operaciones de movilidad (...) El Comando Sur ha identificado a Palnaquero, Colombia, como una Localidad de Cooperación en Seguridad (CSL) por su sigla en inglés, la forma como EE.UU denomina las bases en otros países)". Y a renglón seguido describen sus ventajas estratégicas: "Desde allí casi la mitad del continente podría cubrirse con un avión C-17 sin reabastecerlo de combustible. Y, si existiera el combustible adecuado, el C-17 podría cubrir todo el continente con excepción del Cabo de Hornos (extremo sur de Chile)".

El documento resalta además que E.U. no con cuenta en esta parte del continente con una base o los permisos que le permitan incluir a la región en su estrategia mundial de seguridad o para operaciones regionales diferentes a las de antinarcóticos. "Incluir a Suramérica en la estrategia de ruta global logra dos objetivos: ayuda a materializar nuestra estrategia de compromiso en la región y asiste con la movilidad en la ruta hacia África". Y para que no queden dudas, hay frases como las siguientes: "Hasta hace poco, las preocupaciones en seguridad en Suramérica se enfocaban solo en antidrogas. Y el cumplimiento de esa misión no requería el uso estratégico del transporte aéreo". Palanquero sería la respuesta a esas limitaciones:"Hasta que el Comando Sur establezca un teatro de operaciones más robusto, Palanquero debe ser suficiente para el alcance en movilidad área en el continente suramericano", dice el documento de la Fuerza Aérea de E.U.

La prensa colombiana sabía desde tiempo atrás de la negociación de los permisos y autorizaciones para trasladar a bases aéreas de Colombia funciones que se desarrollaban en Manta. Entre ellas los permisos para el aterrizaje de 'aviones espías' como los P-3 Orión, el Pentágono había solicitado al Congreso una partida de 46 millones de dólares para mejorar las condiciones técnicas de la pista de esa base. El discurso de la alta dirección político-militar del estado colombiano insistía: "Para nosotros es claro que, por ningún motivo, es negociable el punto de que funcione una base militar estadounidense en territorio colombiano, por razones constitucionales y de soberanía", dijo una alta fuente. El punto central de la discusión son los permisos para el aterrizaje de naves en varias pistas colombianas, no solo palanquero. El Ministerio de Defensa afirma que los diálogos que han sostenido con los emisarios norteamericanos no incluyen construcción de bases, pero sí ampliación, refacción y remodelación de algunas de ellas, con recursos que done Estados Unidos. “Trataremos el tema del interés que ha mostrado E.U. por la base de Palanquero, pero solo en el tema antinarcóticos", decía el Ministerio de la defensa Colombiano.

Ya sea por ubicación geográfica, por posibilidad de movilización de unidades de combate, por su capacidad de inteligencia electrónica, y por la reciente modificación de la doctrina norteamericana, habrá que prestarle atención no solo a Palanquero, Cartagena, Malambo, Tolemaida, Larandia, Málaga y Apiay, sino a cualquiera de las bases militares colombianas, o de cualquier otro país de Latinoamérica y el Caribe que firme convenios similares. Han llegado las localizaciones de cooperación en seguridad. Son nuevas formas de ocupación militar del Imperio.

Nuevas doctrinas del pentagonismo, como lo denominó acertadamente Juan Bosch.

jueves, 20 de agosto de 2009

LO QUE LOS MARXISTAS NO LEYERON DE MARX



Javier Biardeau R.

La obra abierta e inconclusa de Marx (y más aún el pensamiento crítico socialista), ha estado envuelta en permanentes polémicas. En el centro del enfrentamiento político, existe también una confrontación de posiciones teóricas. Pero los últimos cincuenta años del siglo XX sirvieron para cambiarle el rostro a la concepción vulgar que del marxismo se tenía desde 1883 hasta la muerte de Lenin en 1924.
En aquella coyuntura revolucionaria (1905-1917), bolcheviques y mencheviques rusos fueron portadores de un cierto espíritu marxista que desconocía en gran medida a Marx. Aún así se llamaban “marxistas”. Plejanov, Lenin, Trotsky y Bujarin fueron en cierta medida marxistas, pero desconocían aspectos centrales de la obra de Marx.
La II internacional y la III internacional impulsaban transformaciones graduales o radicales del capitalismo, también ignorando al propio Marx. Solo para mencionar algunos de los vacios tenemos las siguientes obras: “Crítica a la filosofía del estado de Hegel (1927-29)”, Manuscritos económico-filosóficos de 1844” (1932), “La ideología alemana” (1932), “Grundrisse: elementos fundamentales para la crítica de la economía política” (1939-41).
Esta situación de desconocimiento ha dado lugar a vulgarizaciones del pensamiento marxiano, hasta llegar a los empobrecedores manuales que ignoraban aspectos medulares de la obra del propio Marx. Estos manuales se convirtieron en la única fuente de estudios marxistas dentro de los aparatos educativos, partidos, sindicatos y movimientos revolucionarios. Desde entonces, el imaginario marxista no era semejante a la obra marxiana.
En nombre de Marx, se plantearon tesis para-marxianas o anti-marxianas. La Revolución de Octubre se hizo no solo contra el Capital, como planteo el joven Gramsci, sino desconociendo a Marx. Que la concepción jacobino-blanquista del partido-aparato y del Estado revolucionario se haya impuesto, con sus “directivas desde arriba”, el socialismo en un solo país y la liquidación de la democracia, en detrimento de una revolución de consejos, era solo un índice de su distanciamiento del pensamiento marxiano. El espíritu marxiano y libertario fue sustituido por el canon marxista-leninista y el poder despótico.
Cuando Stalin asumió el control de la URSS y del PCUS, ya la obra crítica y abierta de Marx había sido demolida en los hechos. El canon leninista de Stalin se apoderaba del monopolio de la voz del marxismo. Y muchos espíritus críticos cayeron presos en este imaginario de la revolución. Son paradójicamente marxistas que no leyeron la obra de Marx. A pesar de los esfuerzos por indagar más a fondo en el pensamiento marxiano, como el Instituto dirigido por Riazanov, Stalin se encargaría con su termidor bonapartista de silenciar estos esfuerzos.
Latinoamérica y el Caribe ofrecen un panorama nada inspirador de “marxismo realmente existente”, y el pensamiento crítico marxiano fue más bien la excepción que la regla. La supremacía teórica fue la codificación marxista-leninista, un extraño producto de difusión bolchevique. La tradición del marxismo se reducía a una fórmula: materialismo histórico/materialismo dialéctico. Una ilustración: durante el período de Lázaro Cárdenas en México, en medio de las disputas sobre la educación socialista, y la posibilidad de elevarla a rango constitucional, se llego a debatir la posibilidad de que en el artículo 3 de la Constitución se contemplara que una enseñanza basada en elementos del “materialismo dialéctico” y del “materialismo histórico”. Desvaríos propios de un Imaginario del “marxismo vulgar”.
Pero Marx, no habló nunca de Diamat/Hismat. El mismo Engels reconstruyó la continuación de “El Capital” (Marx solo revisó y autorizó el Tomo 1), ignorando los Grundrisse . Bosquejó una presunta “filosofía marxista” sin conocer la crítica de Marx al método de Hegel. Plejanov escribió la concepción materialista de la historia, sin saber que Marx se había ocupado ampliamente de este tema, aunque desde posiciones distintas. Lenin escribió “Materialismo y empiriocriticismo” sin conocer los Manuscritos económico-filosóficos y las Tesis sobre Feuerbach. Era evidente que los “educadores” tenían que ser “educados”.
Lenin escribe “El Estado y la Revolución” sin conocer la “crítica de la Filosofía del estado de Hegel”. Muchas tesis del marxismo vulgar, como la depauperación absoluta, la simplificación de las clases, considerar las crisis económicas como un juego de solución fija, la teoría laboral del valor como efecto de contradicciones objetivas; es decir, sin la intervención de la capacidad crítica y alternativa del sujeto antagonista, o la revalorización de la democracia radical, son reinterpretadas en los últimos años desde lecturas que reconocen la discontinuidad del pensamiento marxiano frente al marxismo codificado o vulgarizado.
Hay por tanto, un marxismo desconocido y encubierto, un marxismo que ni los propios marxistas y ex marxistas conocen ¿Cambiaria acaso en algo la situación actual de colapso del Socialismo burocrático conocer a Marx, desmantelando las codificaciones marxistas? En eso consiste la revolución teórica inconclusa de Marx, conocer a Marx, para ir más allá de Marx, para reconocer un imaginario socialista mucho más amplio, abierto, con teorías críticas innovadoras, radicalmente democrático y libertario. Un pensamiento crítico socialista con capacidad de reinventar nuevos horizontes, una radical torsión de todo lo que ha circulado hasta ahora en nombre de Marx. Sin concesión alguna a la dogmatica marxista, al doctrinarismo, y a lo peor: a hacer del pensamiento crítico socialista un simple elemento operativo o de justificación de directivas o decisiones política.
Este último aspecto, es precisamente una señal de la burocratización del pensamiento revolucionario.

martes, 18 de agosto de 2009

PALANQUERO-APIAY-MARANDUA: LA TRAMA OCULTA DE LAS BASES MILITARES DEL IMPERIO CONTRA VENEZUELA




Javier Biardeau R

Se ha difundido hasta ahora que son solo siete bases militares las que están en la mira del Comando Sur en el convenio con el gobierno de Uribe. Nada más falso. Por cercanía geográfica, por posibilidad de movilización de unidades de combate, por su capacidad de inteligencia electrónica, y por modificación de la doctrina norteamericana, hay que prestarle atención no solo Cartagena, Malambo, Palanquero, Tolemaida, Larandia y Apiay, sino a cualquiera de las bases militares colombianas. Es el espacio que emerge entre Palanquero, Apiay, Yopal, Saravena y Marandúa uno de los ejes de proyección y penetración contra Venezuela. Justamente bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, el bloque oriental de la FARC-EP, así como los frentes central y nor-oriental del ELN.
Basta analizar las declaraciones del embajador de EE.UU en Colombia, el tristemente recordado ex embajador en Venezuela William Brownfield, para saber con que descaro opera la actual ofensiva del imperio: “Ya hay militares de EE.UU en bases colombianas” (17 de agosto, diario El País de Cali).
Esto se ha hecho frente a las narices de la comunidad de países de Nuestra América. Para Brownfield, lo que permitirá el Convenio es ampliar y profundizar la capacidad operacional de las fuerzas militares de los EE.UU en Colombia, “para luchar contra el narcotráfico y el terrorismo”. Ya se conoce que no tener bases fijas es la estrategia actual de Washington, especialmente tras el 11-S. Ahora se trata de contar con múltiples localizaciones, llamados en la jerga militar flores de loto, entre los que poder saltar de manera rápida y ágil, lo que permite una mayor interrelación y articulación entre los distintos comandos que tiene el Pentágono y el Comando Sur. Según un informe elaborado en abril por el Comando Aéreo de Movilidad para la Fuerza Aérea de EEUU, las antiguas bases de la Guerra Fría han pasado a denominarse "Ubicaciones de Cooperación en Seguridad" (CSL por sus siglas en inglés). Obviamente, los temores de los países vecinos frente a la capacidad operativa de EEUU fuera de Colombia no son infundados.
I.- Las declaraciones de Brownfield:
Brownfield ha afirmado que la colaboración entre EE.UU y Colombia es de décadas, y que no entiende por que incomoda a los vecinos. “No estamos hablando de una base militar en Colombia, sino de la posibilidad de acceso a las bases militares y navales de Colombia, que son de las más sofisticadas en las Américas”. A buen entendedor, pocas palabras. Sabemos que EE.UU ha apoyado con alta tecnología a las bases militares colombianas, ha creado y apoyado la infraestructura y equipamiento de las mismas.
A partir de allí, en el convenio se habla de “posibilidad de acceso a las bases militares y navales de Colombia”. En pocas palabras, cualquier base militar o naval colombiana, léase bien, cualquiera en principio, podrá ser utilizada por tropas de los EE.UU. No son siete, es cualquiera de las bases militares colombianas, y estas siete solo serán “puestos de comando”, para muchas más.
Evidentemente, para Browfield como para el pensamiento pentagonista el asunto no es cuestión de soberanía, sino de “colaboración entre dos países contra una amenaza compartida, la de la droga ilícita”. Dice Brownfield “(…) en la medida en que Colombia acabe con el narcotráfico y el terrorismo se va a beneficiar a la región.”
Las bases utilizadas por EE.UU “son colombianas” ha dicho Brownfield, resaltando que “las Fuerzas Armadas de Colombia son las más sofisticadas de toda la región de América Latina”. Para nadie es un secreto que las Fuerzas Armadas Colombianas son permanentemente asesoradas, armadas y entrenadas por los EE.UU, que la cuestión jurídico-política de la soberanía, ya tiene una salida semántica: solo se trata del “acceso a bases colombianas”. Sabemos por que. El cambio de la doctrina del Pentágono solo pide saltar con sus fuerzas móviles sobre “flores de loto” que le colocan sus cooperantes. Entre ellos Uribe.
Analizadas por EE.UU las disposiciones constitucionales en algunos países de América Latina, que prohíben expresamente la localización de bases militares extranjeras, la salida jurídico-política ha sido ahora plantear la posibilidad en los convenidos de “paso, acceso y uso” de bases militares “de cada país soberano”. El territorio de Colombia ha sido cedido por el gobierno de Uribe al Imperio norteamericano, se ha convertido en una gigantesca plataforma de CSL para la avanzada militar de los EE.UU contra América Latina, así de sencillo.
Por otra parte, la inmunidad es un pequeño detalle del verdadero ejercicio factico de la soberanía de Colombia sobre el personal militar norteamericano que solo “utilizará sus bases”. En este delicado punto, Brownfield evade el tema: “No voy a entrar en detalles sobre cualquier aspecto específico sobre este posible convenio. Pero insisto: el interés de ambos países es tener claridad en todas las áreas para que no tengamos que resolver caso por caso los posibles incidentes.”
¿Incidentes? Ya sabemos como se prefiguran las futuras situaciones en el “lenguaje de la diplomacia del imperio”. El Plan Colombia 2010 tendrá un presupuesto entre US$509 millones y US$520 millones. Y además, se articula a los planes en México y América Central. Brownfield revela que hay “un paquete triangular: se puede hablar de Plan Colombia y Plan Mérida. Señores: tenemos los mismos problemas y las mismas organizaciones criminales”. Como para dejarse de posiciones retóricas y medias tintas con el “gobierno de Obama”.
Habrá que insistir, el conserje Obama no es el dueño del edificio imperial. Los que siguen confiando el la mascarada-Obama no han comprendido un pito sobre las estrategias de los EE.UU y sus “políticas de buen vecino”. Lo menos que podemos decir, es que podrán llamarse “revolucionarios”, pero son absolutamente incompetentes en cuestiones de prospectiva política.
II.- Algunos puntos del convenio:
¿Acaso se habrán enterado que el convenio da vía libre para el empleo de cualquier base aérea o naval de Colombia que requiera el personal estadounidense para poder realizar las operaciones contra el narcotráfico y el terrorismo?
Cuando se habla solo de siete bases, estimados, significa que “inicialmente serán utilizadas cinco bases aéreas y dos navales”. ¿Comprenden? No es el mapa de siete bases el que se debe proyectar sobre el imaginario de los pueblos de Nuestra América. Es un pantano bélico lleno de “flores de loto”. Y para Venezuela, hay algunas que son altamente amenazantes: Palanquero, Apiay, Yopal, Saravena, Marandúa. Todo la fachada amazónica y los llanos sur-occidentales venezolanos son teatro de operaciones potenciales para las unidades móviles de los EE.UU.
Se habla incluso de la existencia de estas localizaciones tácticas (CSL) en viejos mapas de los EE.UU, sin firmar convenio alguno con Colombia. Y entre las bases militares que se ubican los mapas norteamericanos está la de Apiay en el departamento del Meta y la de Marandúa en el departamento de Vichada. Allí se encuentran importantes radares de inteligencia electrónica de los EE.UU.
En Apiay se encuentra el Comando Aéreo de Combate N° 2 (CACOM) “CT. Luis Fernando Gómez Niño". Recibe destacamentos de unidades de inteligencia. Así mismo atiende los requerimientos de arsenal aéreo Grupo Aéreo del Oriente (GAORI) "TC Luis Arturo Rodríguez Meneses"(ver: http://maps.google.com/maps?ll=5.524483,-68.6856&spn=0.03,0.03&t=m&q=5.524483,-68.6856). Ade´mas apoya al grupo aéreo localizado más al norte de Apiay en Yopal. El GAORI se organizó como un grupo orgánico del Comando Aéreo de Combate No. 2 de Apíay.
De acuerdo a información disponible: para 1994, la base fue dotada con un sistema de defensa radar tipo TPS-43, perteneciente a la USAF-EE.UU, con el propósito de “ejercer control en el espacio aéreo del oriente colombiano y también, en especial, sobre las fronteras, y a su vez, para conducir operaciones aéreas que garantizarán la seguridad del sector. Inicialmente, el radar fue operado por personal militar americano, en conjunto con operadores colombianos hasta julio de 1998; posteriormente, la operación queda a cargo del personal de la FAC y el soporte técnico por parte de la empresa Northropgrumman (…) En 1998 llega una torre móvil que ayudó a mejorar las comunicaciones aeronáuticas y se constituyó como soporte de las operaciones aéreas en el desarrollo de misiones de orden público (…) El 25 de febrero del 2000, se entregaron las obras de un nuevo radar tipo TPS-70 de configuración fija, por parte de la USAF-EE.UU, aumentando así la capacidad operativa de la Unidad, ya que este radar brinda mayor capacidad y cobertura, convirtiéndose así en un arma de guerra estratégica de vital importancia para ejercer soberanía nacional sobre el espacio aéreo y las fronteras.”
La ubicación estratégica de Marandúa y del radar allí ubicado entra en la telaraña imperial de la NSA, el sistema de escucha e intercepción electrónica más grande del mundo (llamadas telefónicas, fax , correos electrónicos, sistemas de comunicación HF, UHF, descodificación y codificación del lenguaje), donde se encuentra especialistas en seguimiento satelital y de interceptación de aeronaves . Llama la atención que se planee entonces en los puntos del acuerdo que no se niegue el uso de otras bases, que “la negociación se hizo respetando las constituciones de ambas naciones”, como indicó el comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla De León.
El documento final, que será presentado por la comisión del gobierno al Consejo de Estado, está dividido en capítulos que contienen 20 puntos básicos, con tres grandes temas: la presencia del personal estadounidense en Colombia, los términos para la realización de operaciones y el intercambio de información. Entre los puntos que se han dado a conocer está:
A) La inteligencia en tiempo real: 1. Se compartirá información de inteligencia con Estados Unidos, tanto en el tema del narcotráfico, como del terrorismo. Esto se traduce a intercambio de datos en tiempo real (la llamada inteligencia en tiempo real). 2. Habrá protocolos para intercambiar esta información, que serán acordados por el comando de las Fuerzas Militares y los militares estadounidenses. 3. Colombia fortalecerá las capacidades técnicas en inteligencia, solo para contribuir a la seguridad de la región, con el apoyo de Estados Unidos. 4. Esta ayuda estará enfocada a transmitir la experiencia a países, que como México, tienen problemas de narcotráfico y necesitan de esa experiencia. 5. Colombia tendrá control sobre el personal que trabaje en el país. Aunque la selección tenga el aval del Departamento de Estado y el beneplácito de la embajada de E.U., una comisión colombiana podrá aprobar o rechazar la presencia de los funcionarios. 6. Los beneficios materiales se recibirán sólo en especie, no en dinero.
B) El manejo de las bases: 1. Queda claro que bajo ninguna circunstancia podrá haber una base militar estadounidense en Colombia. 2. Se utilizarán las bases de Malambo, Apiay, Palanquero, Tolemaida y Larandia, pero habrá acceso a otras bases, según las necesidades y requerimientos. 3. El acuerdo está enfocado básicamente en el tema de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. 4. El empleo de las pistas se dará de forma gradual, dependiendo de los requerimientos operacionales. 5. El empleo de las bases navales será para temas logísticos inicialmente (buques que transporten implementos técnicos, repuestos, aparatos para inteligencia, etc). 6. Los aviones tendrán la misión principal de hacer monitoreo de rutas del narcotráfico, lo que no descarta que se puedan hacer operaciones con un tercer país, en aguas internacionales. Pero, solo a solicitud de ese tercer país. 7. La ayuda de 46 millones de dólares para Palanquero se hace con base en análisis técnicos. La capacidad de la base debe ser óptima para garantizar la seguridad de las aeronaves. Esta fue una petición de Estados Unidos. .
C) El manejo de las operaciones: 1. Las operaciones que se realicen deben estar amparadas por los marcos jurídicos de ambos países y el internacional como la carta de la ONU y otros tratados. 2. Estados Unidos no podrá hacer operaciones desde Colombia hacia otros países. 3. La presencia de personal no será fijo y no excederá lo que está reglamentado (800 militares -600 contratista). 4. Solo intervendrá el personal que se necesite de acuerdo a la operación, pero no puede sobrepasar un número establecido por el comandante colombiano de la base. 5. En contados casos habrá personal permanente, como ya ocurre en las bases de Tolemaida y Apiay. 6. Las bases serán de tránsito y se garantiza la confidencialidad de información. El comandante de la base será designado por el gobierno colombiano.
Lo que queda claro es que Washington ha diseñado y esta ejecutando un plan geoestratégico para recuperar la iniciativa política y militar hacia América Latina y el Caribe. El centro de gravedad de la estrategia es neutralizar a la Revolución Bolivariana y el ALBA.
Se vienen ejecutando sus operaciones y acciones de manera secuenciada y sincronizada, manejando el “principio de iniciativa” y de “sorpresa”, manifestándose sobre todo a partir de su colaboración con el mantenimiento de la situación de golpe cívico-militar en Honduras, cuyo objetivo fundamental es la contención del proyecto popular constituyente.
Los gobiernos de centro-izquierda han quedado por ahora paralizados y toda la parafernalia retórica de la OEA y de la ONU ha sido neutralizada. La movilización obviamente, debe rebasar a los gobiernos y los espacios diplomáticos. Es cuestión de los pueblos, sus movimientos sociales y populares. El conserje Obama no va a hacer sino ganar tiempo para favorecer los intereses geoestratégicos del Imperio. Los verdaderos dueños del edificio imperial, hablan entrelineas en las declaraciones de la Secretaria de Estado: Hilary Clinton, que es la que representa la mediación entre los halcones y las palomas. Lo demás son mascaradas y fantasías sobre el presunto “Presidente del cambio y de la esperanza”.
Mientras se le piden explicaciones sobre las bases militares estadounidenses a Colombia en UNASUR, la verdadera gravedad de la situación es el avance del Imperio. Los pueblos, sus movimientos sociales y organizaciones políticas revolucionarias y antiimperialistas deben recuperar la iniciativa y el rumbo estratégico, para enfrentar a Washington, desarticulando su estrategia de maquillaje imperial en el terreno mediático y político.
No es momento para picarle el ojo al conserje del imperio, creyendo en los poderes seductores de los buenos modales y en la nueva política del “buen vecino”. Los gobiernos del ALBA y de UNASUR se enfrentan a una verdadera prueba antiimperialista. Veremos si los gobiernos con discursos latinoamericanistas, democrático y populares están a la altura de las circunstancias, o si no entraremos a un nuevo ciclo de luchas revolucionarias y antiimperialistas.
III.- ¿Recrudece la guerra de IV generación?
Uno de los analistas más certeros sobre la real amenaza que se mueve hacia Venezuela es Carlos Lanz Rodríguez, quién ha venido desentrañando la madeja de las operaciones psicológicas y encubiertas que se ciñen sobre Venezuela. Con motivo del proceso investigativo sobre la Guerra de IV Generación y las Operaciones Psicológicas impulsadas en nuestro contexto por The Rendón Group, (concretamente en Colombia en el “Plan Seguridad Democrática” donde se ha implementado un outsourcing de inteligencia con la Fundación Seguridad y Democracia bajo el patrocinio del Clan Santos). Lanz ha encontrado numerosas evidencias e indicios, sobre el plan de avanzada geoestratégica imperial sobre América Latina, en particular, sobre al área andina.
Carlos Lanz ha investigado, analizando el rol jugado por la fundación “Seguridad y Democracia en Colombia”, sus actuales sus conexiones con el entramado político-miliytar del gobierno de Uribe, aspectos de la agenda de la reforma militar que están directamente articulados a la localización de equipamiento y tropas militares norteamericanas, repetimos en cualquier ubicación estratégica del territorio colombiano (y no solo en los 7 puntos de comando que aparecen en el convenio).
Las Fuerzas Militares de Colombia han avanzado considerablemente en el campo de la tecnología aplicada a la planeación y conducción de las operaciones militares. Se ha incrementado la movilidad aérea y el apoyo de fuego desde el aire, la capacidad de operar en ambiente nocturno, las mejoras en la inteligencia técnica y las estructuras de comando, control y comunicaciones. El incremento de la movilidad aérea ha permitido asegurar: i) el control del espacio aéreo, es decir, garantizar la soberanía; ii) aplicar la fuerza, lo cual implica utilizar las capacidades inherentes al poder aéreo militar en desarrollo de las operaciones militares como pueden ser los bombardeos a blancos en tierra o los combates aire-aire; iii) multiplicar la fuerza, lo que significa aumentar la capacidad militar terrestre o marítima a través del uso de aeronaves, por ejemplo con el apoyo de fuego a las tropas terrestres; y, finalmente, iv) apoyar la fuerza, la cual incluye el abastecimiento logístico necesario para adelantar operaciones prolongadas. En las misiones de multiplicar la fuerza, se incluye el asalto aéreo, es decir, transportar por vía helitransportada unidades terrestres al campo de batalla.
Las fuerzas de asalto aéreo son capaces de proyectar poder de combate sin la limitación impuesta por el terreno o los accidentes geográficos. La versatilidad y fuerza de este tipo de operaciones se logra al combinar las capacidades de las aeronaves modernas de ala rotatoria, velocidad, agilidad y capacidad de fuego con las de las tropas terrestres. Se debe resaltar el enorme incremento de la capacidad aérea de las Fuerzas Militares colombianas, tanto en el transporte de tropa como en el apoyo de fuego cercano, es decir, el apoyo de fuego que los helicópteros o aviones brindan a las tropas terrestres, volando muy cerca de la tierra y a una relativa baja velocidad. Este apoyo es crucial pues representa una ventaja muy significativa a la hora de enfrentar a los grupos armados ilegales.
El apoyo de fuego cercano es provisto por los helicópteros artillados, los cuales acompañan y escoltan las aeronaves de transporte en el desarrollo de las operaciones de asalto aéreo. Adicionalmente, es muy importante contar con aviones que sirvan como plataforma de apoyo de fuego prolongado, papel que en Colombia desempeña de manera muy efectiva la flota de aviones AC-47, mejor conocido como el “avión fantasma”. Colombia triplicó su flota de aviones fantasma al pasar de dos en 1996 a seis en la actualidad. Igualmente, Colombia pasó de tener una flotilla de helicópteros muy limitada, a tener la tercera fuerza del hemisferio. Cabe añadir que la colombiana es la tercera flota de helicópteros UH-60 o Blackhawk más numerosa del mundo, superada solamente por las de Estados Unidos e Israel.
Así mismo, las Fuerzas Militares colombianas han fortalecido considerablemente sus capacidades de inteligencia técnica, entendida esta como la recolección de información por medios distintos a las fuentes humanas. Incluye la capacidad de interceptar señales, comunicaciones y de tomar aerofotografías, entre otras. Un componente fundamental de estas capacidades son los llamados rastreadores o trackers y las plataformas de inteligencia. Estos aviones están equipados con sofisticada tecnología de interceptación de comunicaciones, fotografía aérea y radiogoniometría. Estas aeronaves, en conjunto con los radares de base en tierra (GBR) y la Central de Inteligencia Conjunta (CIC), conforman el sistema de inteligencia técnica que le permite a las Fuerzas Militares obtener, procesar y analizar información utilizada en la lucha contra el narcotráfico y, más recientemente, contra los llamados “grupos armados ilegales”.
Las Fuerzas Armadas colombianas han desarrollado un moderno sistema de comando, control y comunicaciones que incluye el Centro de Operaciones Conjuntas (COC) del Comando General de las Fuerzas Militares, así como centros equivalentes en cada uno de los Comandos de Fuerza. Estos centros están enlazados con las unidades operativas, lo que le permite a los comandantes militares coordinar y comandar las acciones en el campo de batalla. En el área de las telecomunicaciones se han dado algunos avances en sustituir el anacrónico sistema de repetidoras por el de comunicaciones satelitales”
Todos estos avances de la Fuerza Armada Colombiana se relacionan con el actual convenio para modernizar bases, trasladar equipamientos y tropas norteamericanas en territorio norteamericano. Todo esto no es solo para “luchar contra el narcotráfico y el terrorismo”, sino para recrudecer la guerra de IV generación hacia Venezuela, e incluso para disponer de una fuerza de reacción rápida en la frontera sur como base de apoyo para una intervención en profundidad en el territorio venezolano, proyectándose estratégicamente sobre la faja petrolífera del Orinoco, la infraestructura eléctrica, y los recursos estratégicos de la amazonia venezolana. De allí la importancia de la bases de Marandúa, Apiay, en primer lugar, y de Yopal y Saravena.
De acuerdo a analistas colombianos en Seguridad y Defensa cercanos al gobierno de Uribe:
"El bloque oriental, que reúne el mayor numero de frentes, abarca parte de los departamentos del Meta, Guaviare, Casanare, Arauca, Boyacá, Cundinamarca, Guainía,Vaupés y Vichada. En el Meta se ubican al menos nueve frentes (7, 17, 26, 27, 31, 40, 42, 43 y 44). En el Guaviare se encuentra el frente (1) y recibe desplazamientos del frente (7) desde el Meta. En los límites entre Boyacá y Casanare operan los frentes (28, 38, 39 y 56). En Arauca se asientan los frentes (10 y 45), este último de desplaza también hacia Boyacá y Norte de Santander, abarcando la denominada zona del Sarare. El frente (16) opera principalmente en Vichada. Hay que considerar adicionalmente que el oriente de Cundinamarca recibe el desplazamiento de los frentes (27) desde el Meta y (38) desde Casanare y Boyacá. Con la localización que hoy tiene sobre la Cordillera Oriental, la organización logró lo que desde comienzos de la década del ochenta identificó como eje de su despliegue para aislar el país andino y costero del amazónico y llanero. Esta zona es igualmente estratégica por cuanto se constituye en corredor de acceso al centro del país, permitiendo de la misma manera el repliegue de los grupos armados hacia el interior del país en momentos de ofensivas militares."
Sabemos que el enfrentamiento a la insurgencia Colombiana hace parte de un combate global a la las diferentes fuerzas revolucionarias en la región. Los EE.UU han demostrado no tener interés alguno en la solución política negociada del conflicto colombiano, y la solución militar implica desconocer la soberanía nacional de los países vecinos y el desarrollo de “operaciones extraterritoriales”. Además del espectro de operaciones militares directas, se avanza en el uso de operaciones militares indirectas, fundamentalmente la guerra comunicacional, electrónica y psicológica. En tal sentido, no es un hecho fortuito que Enrique Santos directos de la Fundación Seguridad y Democracia sea presidente de la SIP y dueño de un emporio comunicacional. Tampoco es mera coincidencia la presencia reiterada en los últimos meses en Bogotá de los principales operadores de The Rendón Group en Venezuela. El segundo gran aspecto es la guerra mediática contra la revolución bolivariana. Se trata, como ha reconocido la Revista SEMANA de un tema de percepción y comunicación.
Con relación a las bases militares, la Revista SEMANA ha dicho que “el concepto de bases que tiene el gobierno colombiano es muy distinto al que tienen los demás países de la región. Para Colombia, en estricto sentido, no es una base militar gringa en territorio colombiano, sino que se trata de una cooperación militar extranjera que utiliza bases colombianas. Para los vecinos se trata de bases militares gringas en territorio colombiano con proyección en el resto de la región, es decir, una especie de cabeza de playa del engranaje militar del imperio en Latinoamérica.”
También la Revista SEMANA abunda en la gestión de las percepciones y mensajes: “Mientras para Colombia y Estados Unidos se trata de un pacto entre amigos, que les brinda una plataforma de inteligencia crucial para luchar contra el narcotráfico y los actores armados, para los países de la región se trata de un espionaje del Tío Sam, anclado en Colombia, que vulnera la seguridad nacional de cada país. Un gesto hostil.”
SEMANA revela que “el gobierno se equivocó en su estrategia de comunicación. Primero negó cualquier posibilidad de que hubiese bases en Colombia. Luego, cuando el acuerdo se filtró a la prensa, hizo una audiencia pública que sembró aún más dudas, porque no había documento sobre el cual discutir, y el acuerdo ni siquiera está firmado. La información ha sido inexacta y fragmentaria. Primero se dijo que eran tres bases; después, que cinco, y luego que siete. Total, el propio Presiente ha tenido que ir de país en país, para no tener que sentarse en el banquillo en una reunión como la de Unasur, donde iba a ser visto como una especie de patito feo.”
También SEMANA reconoce que el pulso de poder en América Latina depende de un solo nombre: Brasil: “Todo el mundo esperaba que Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa salieran con un discurso antiimperialista y que señalaran a Colombia como el aguafiestas de las corrientes progresistas del continente. Y aunque el gobierno no esperaba propiamente aplausos de Brasil, tampoco esperaba una reacción tan adversa.”
Para SEMANA Brasil esperaba que con el fin de Manta, la presencia norteamericana menguara en la región. Y utilizando el viejo recurso de la atribución del mal propio al adversario, acusan a Brasil de carrera Armamentista: “Mientras tanto este país, considerado una potencia emergente, ha fortalecido su aparato militar sin precedentes. Busca un submarino nuclear y comprar varias decenas de cazabombarderos de última generación. Además, en 2005 el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva aprobó una política de defensa con ambiciones regionales, que parte de la hipótesis de proteger la Amazonía, para lo que busca construir alianzas militares en Suramérica. Las bases de Colombia son, como dijo Amorin, algo que no esperaban y que, saben muy bien, cambia el equilibrio de la región.”
Para SEMANA, el asunto no es solo contra el ALBA, sino contra UNASUR.
Finalmente SEMANA revela: “Es obvio que Estados Unidos tiene intereses geopolíticos globales. Así quedó consignado en un documento del Comando de Movilidad Aérea del Pentágono de este año titulado Global en Route Strategy, en el que llaman la atención dos datos. El primero, que los norteamericanos quieren cambiar el modelo de bases (más de cien en todo el mundo) que desplegaron durante la Guerra Fría, y cuyo concepto es fijo e inmóvil. Ahora buscan modelos más flexibles, basados en la cooperación con los gobiernos más que en tener hombres y aparatos en tierra. Lo otro que dejan claro en este documento es que quieren monitorear las rutas que van hacia África. Textualmente, Palanquero aparece como parte de ese modelo de control de rutas de narcotráfico en Suramérica. La palabra clave en todo esto es disuasión. Es obvio que Colombia, además de fortalecer su lucha interna, también busca disuadir a los vecinos que son laxos con las Farc para que no sigan siéndolo. El tema de la guerrilla se ha convertido en fuente de conflicto permanente con Ecuador y Venezuela. Colombia no tiene cómo hacerle frente a la carrera armamentista de Venezuela, pero sí como enviar un mensaje disuasivo con el respaldo de Estados Unidos. Al tiempo, los gringos quieren disuadir a los gobiernos que están haciendo entusiastas acuerdos militares con Rusia, Irán o China. Y Brasil, a su tiempo, cómo líder de Unasur, quiere disuadir a la inefable potencia estadounidense de no seguir tomando a América Latina como su patio trasero. Por eso, aunque en el corto plazo, para Colombia casi nada cambia con las bases y este puede ser considerado de puertas para adentro, un escándalo chimbo, para otros países si hay un nuevo escenario. Y en el largo plazo nadie sabe cómo se configurará el rompecabezas. Lo que sí está claro es que las bases constituyen una ficha clave en todo el juego.”
¡Alerta con Palanquero-Apiay-Marandúa! ¡Como para que no quede ninguna duda de la amenaza a Nuestra América!