jueves, 31 de octubre de 2013

RIGOBERTO LANZ: NO HAY DESPEDIDA POSIBLE ANTE QUIÉN NOS ENSEÑÓ A VIVIR LA LIBERACIÓN DEL CUERPO Y LA PALABRA






Javier Biardeau R.

“Llamola utopía, voz griega cuyo significado es no hay tal lugar.”
Quevedo

“Cumplidos los cien años, el individuo puede prescindir del amor y de la amistad. Los males y la muerte involuntaria no lo amenazan. Ejerce alguna de las artes, la filosofía, las matemáticas o juega a un ajedrez solitario. Cuando quiere se mata. Dueño el hombre de su vida, lo es también de su muerte. -¿Se trata de una cita? -le pregunté. -Seguramente.
Ya no nos quedan más que citas. La lengua es un sistema de citas.”
(Utopía de un hombre que está cansado; Jorge Luis Borges)

“Cuando yo uso una palabra, dijo Humpty Dumpty, en un tono casi despectivo, yo digo exactamente lo que quiero decir, ni más ni menos. El problema es, dijo Alicia, si usted puede hacer que las palabras signifiquen cosas muy diferentes.
El problema es, dijo Humpty Dumpty, quién es el que manda; eso es todo”.
(A través del Espejo. Lewis Carroll)

“La disipación del horizonte utópico beneficia la tradición”.
(Josep Ramoneda. Apología del presente.)

ALGUNAS PALABRAS PRELIMINARES SOBRE LA OBRA DE RIGOBERTO LANZ:

Por razones azarosas, la ausencia de Venezuela me impidió seguir los rituales sociales ante la partida física del sobretodo amigo Rigoberto Lanz. Meditaba sin embargo, en medio de aquel largo vuelo, sobre la significación y poderosa influencia de sus texturas discursivas en la problematización del “mundo de vida” en el que estamos envueltos, así como en las trayectorias de formación de vetas de pensamiento y de prácticas sociales no exploradas en los “proyectos revolucionarios” instituidos, alejadas de cómodas consagraciones o de modas intelectuales inducidas por identificación con el pensamiento hegemónico occidental y sus marcas de reconocimiento institucional.

La conclusión de aquel diálogo interno fue que nada había concluido con su partida, que no cabían despedidas, que su pathos vital se había proyectado tan hondamente en diversos climas intelectuales y dinámicas sociopolíticas, que quizás paradójicamente su obra sería reconocida aún con mayor fuerza, en la medida en que sus enunciaciones cobraran más vigencia, legitimidad y efectos de verdad.  

A Rigoberto Lanz podríamos llamarlo “Maestro”, reconociendo brechas generacionales, sus indudables méritos académicos o su agudo rol de instigador permanente del difícil arte del pensamiento crítico en América Latina y el Caribe. Podríamos llamarlo “Intelectual Militante” si analizamos su permanente toma de postura en el espacio político y público, en el campo de las tendencias de las izquierdas venezolanas, cuyos alientos intelectuales por demás escasos, encontraba en su figura una de sus más geniales excepciones; además de ser el creador y promotor central de la “Investigación Militante”, articulada en una forma muy singular de marxismo crítico hasta llegar a diversos formatos de investigación para animar un pensamiento radical en el cruce entre la teoría crítica y un posmodernismo oposicional, como lo denominó alguna vez Boaventura de Sousa Santos.

Optamos por bajar un peldaño de la escalera, por valorar como axioma fundamental (para adentrarnos en algunos hitos de su obra),  su excepcional condición humana, cultivada por su propia ética y estética de la existencia, marcada en su escritura por una suerte de isotopía narrativa asociada a una apuesta existencial para una “revolución del cuerpo y la palabra”, desde la postulación y ejercicio de una interpretación de la Teoría Crítica Radical, cuya proyección fue muchas veces ignorada, banalizada o incomprendida, pero cuya consecuencia inevitable era el reconocimiento de una actitud inquebrantable de impugnación radical de toda relación de dominación, de enfrentamiento a las coacciones duras y blandas sobre la subjetividad de las alteridades y diferencias, incluida la dominación histórica en contra de la auto-valorización proletaria, aunque con André  Gorz se había interrogado sobre el lugar del sujeto marxista en el contexto posmoderno, y su relación con el término Multitud tan cercano a Negri o a Virno.

No era Rigoberto Lanz un sujeto-agente del posmodernismo neoconservador, sino un quantum de energía, de una idea explícita y hasta el final implícitamente asumida de “vanguardia” que Nietzsche reivindicaba de una tribu intelectual muy especial: una “aristocracia del espíritu”, pero sin recaídas elitistas, conservadoras o excluyentes. “Les hablo desde el Pos-marxismo” comentó en uno de sus artículos en “A tres manos”, dejando clara su relación con las constelaciones marxistas en el contexto de los debates de la revolución bolivariana; es decir, desde un lugar indudable de izquierda libertaria, alejado definitivamente del mito-marxismo y del socialismo burocrático del que tan poco parecen desprenderse los encandilamientos ideológicos de nuestros nóveles revolucionarios.

Decía Rigoberto: “Por mi lado, puedo confesarles que la obra de Marx o la tradición del marxismo crítico no me plantean ningún trauma intelectual, ninguna dramática interrogación. Nada de eso. Funciono con una suerte de marxismo de hecho sobre el cual no me detengo a tematizar. Lo asumo tranquilamente como el idioma en el que escribo, como el aire que respiro (…) En una transición epocal (posmoderna) como ésta en la que nos encontramos me parece ridículo estar distrayéndose con preguntas a Marx. Estamos en otra realidad, la agenda ha cambiado radicalmente, los problemas son otros, las preguntas son otras. Desde luego que hay similitudes y contenidos estructurales que persisten hoy como ayer (la pobreza y la exclusión, por ejemplo). Pero sería ocioso planteárselo en clave del siglo XIX. Tan ocioso como querer hacer quedar bien a Marx estirando los argumentos como si Marx estuviese haciendo la cola en un McDonald’s.”

En fin, para Lanz así como ha sido vivida la época del fin de la Modernidad, asistimos hoy a la época del fin del marxismo (tal como fue pensado y practicado durante el siglo XX, por ejemplo). Ello lo que nos plantea es el inmenso desafío de estar a la altura de parir una nueva visión que pueda dialogar con la realidad que emerge. Cambiado el paradigma anterior, cambiando los conceptos y categorías, cambiando el modelo cognitivo que nos trajo hasta aquí. El pensamiento crítico tiene un enorme peso como antecedente de cualquier posibilidad de construir alternativas en variados campos, sobremanera, en el terreno de una visión del mundo que se haga cargo de los atascos de esta patética humanidad que marcha con gran desparpajo hacia el abismo (como lo plantea Edgar Morin en su libro que lleva justamente ese nombre). Para Lanz estamos viviendo una verdadera revolución en el mundo del trabajo, a tal punto que la idea misma de "trabajo" (junto con la de "trabajador"), están transfigurándose en otra cosa. No era preguntando a Marx cómo podríamos dar cuenta de las realidades emergentes. Quedaba clara la significación del pos-marxismo.

Así mismo, en el terreno de la impugnación de las relaciones de dominación (explotación económica, coerción política, hegemonía ideológica), no hubo concesión alguna. Rigoberto Lanz no quebró su palabra de insumisión y la intertextualidad emancipada que convocó (desde sus lugares de enunciación: libros, artículos, opiniones, intervenciones, charlas), no dejaron desde entonces de recorrer otras voces y otros cuerpos, pasando a ser conector del flujo de fuerzas, de afectos, de agenciamientos y proposiciones para ampliar los espacios de libertad y emancipación, como gustaba reiterar a Felix Guattari.

Rigoberto Lanz dejo una riquísima obra escrita para ser apropiada por viejas y nuevas generaciones. Obra abierta, sin lugar a dudas, al campo de las diversas lecturas, interpretaciones y recepciones. Pensamiento radical difícil de distorsionar, para aquellos que quieran descalificar sus orientaciones centrales, sus reiterados ejes de reflexión, sus afectos, su entonación, su vibración e intensidad en la lucha contra toda estructura de mando. Pensamiento radical difícil de recuperar, para quienes desde el poder, quieran deslastrarla de su compromiso por cambiar de raíz la vida misma, por cuestionar las condiciones generativas las gramáticas de sentido y significación, la semiótica imbricada al ejercicio del poder, el papel del régimen de representaciones ideológicas y de necesidades en las relaciones y modos de vida dominantes. Pensamiento radical difícil de simplificar, para quienes intentaran de modo idiota construir una suerte de “Manual de Teoría Crítica Radical en Tiempos Posmodernos”.

En este marco, la transmisión fundamental de Rigoberto Lanz fue, con un fuerte resabio en los mejores momentos críticos de la Ilustración occidental: “Los manuales son para idiotas”, “atrévanse a pensar por sí mismos” y “no bajen la cerviz”, no se dejen dominar, no sean “hombres-masa”. Rigoberto alertaba permanentemente: “Cuidado con los presupuestos e implicaciones de las estructuras de mentalización y los flujos semióticos que las recorren de cabo a rabo”, que las constituyen como  parte de los “sujetos sometidos”; porque al identificarnos o integrarnos a un determinado régimen de necesidades y representaciones ideológicas, liquidamos la plena expansión de la sensorialidad, la afectividad, la estética, ética y nuestros engramas cognitivos.
En fin: apostar por una revolución del cuerpo y la palabra. Por una comunidad de seres humanos libres. ¿Dijo usted: fin de la utopía?
El pensamiento crítico radical que encarnó Rigoberto, con toda la complejidad asumida en la trama de las narrativas de disenso posmodernas,  desde sus primeras incursiones militantes en los debates marxistas, cuestionó frontalmente la doxa revolucionaria, sus lugares comunes, pasando luego por un radical desprendimiento de las narrativas desgastadas e infecundas  del “ Marxismo, el Socialismo y la Revolución” en clave de funcionarios de aparato y burocracias de todos los pelajes; para lograr desde ese momento una apertura ya definitoria hacía la Teoría Crítica Radical de fuerte impronta frankfortiana bajo la estela de Herbert Marcuse, sin concesión alguna ante cualquier “recaída” o “renovación” Habermasiana; posición de sujeto que mantuvo, no sin riesgos e incomprensiones mayúsculas, hasta desembocar en la problematización de su lugar, su legitimidad, validez y vigencia en el contexto de la transición paradigmática del debate Modernidad-Posmodernidad.

Estos tres puntos nodales (marxismo crítico, teoría crítica posmarxista y pos-modernidad oposicional) son, desde mi punto de vista, los nudos que articulan los hilos de comprensión hermenéutica (y diría ana-dialéctica y pluritópica) de su obra abierta, crítica e inconclusa. Eso no excluye, por cierto, que existan otros hilos en una densa trama (como la centralidad de la ecología profunda o la otra-democracia), que existan aristas no exploradas, que el campo de su vasto campo de re-envíos teóricos, afectivos, éticos y estéticos no desborden las recepciones simplificadas. Pero quisiera ensayar esta lectura ya señalada, cuya aproximación fue expuesta en el CIPOST-UCV en momentos donde se comenzaban a respirar los homenajes a su persona y su obra, homenajes por siempre merecidos.

En mi intimidad, debo confesarlo, me disgustaba hacerle homenajes en vida a Rigoberto Lanz, luego que el mismo diera a conocer que había conciencia efectiva de la cercana experiencia a la cual se refería aquella sentencia atribuida a Heráclito: “morir de vida, vivir de muerte”. Quizás lo fundamental fuese reconocer los hilos de cada pacto secreto con ciertos entramados discursivos que apuntaban a uno de los pliegues de las emancipaciones posibles. Como se ha escrito sobre Heráclito:

“No obstante, siempre se requiere un primer paso, el más importante de todo viaje iniciático. Toda enseñanza auténtica siempre propone como primera iniciación abandonar la idea o imagen que tenemos de nosotros mismos, la cual cristaliza en un ego falso. Hemos de adoptar un nuevo punto de vista, desconectando la mirada de los hábitos psicológicos que definen la personalidad superficial; reconociendo la propia nadidad, nuestra insignificancia, nuestro ser nadie. Así se prepara el terreno para una renovación o renacimiento a un nuevo y verdadero ego. Ser bañado por las aguas del Ser requiere morir antes de morir. Morir de vida y vivir de muerte, matizaría Heráclito: el hombre prende una luz para sí mismo durante la noche cuando ha muerto pero aún vive. Es preciso ser como niños para entrar al reino de los Cielos, nos dicen los evangelios.”

Así mismo, debemos reconocer que aunque hay una obra riquísimamente escrita, abierta a la exploración e investigación a profundidad, es preciso evocar los irrepetibles momentos donde la palabra y el cuerpo, en el ambiente festivo que siempre inspiró, generaban sus propias intensidades, irrepetibles, quizás indescriptibles. He allí la distinción entre los enunciados y las enunciaciones, entre los textos y los contextos siempre abiertos a múltiples recepciones, pero sin concesiones graciosas a la derecha, al conservadurismo o los arcaísmos  pre-modernos. Con Rigoberto Lanz compartí sus deserciones ante los cantos de sirena de los socialismos religiosos, o los populismos mediáticos y pre-nocionales que tanto preocuparon a liberales como Sartori, Popper o quizás  a radicales como Bourdieu, Guattari o Chomsky. Nada de eso, el pensamiento radical debía horadar cualquier regresión al pantano donde la crítica quedaba simplemente muda por ausencia de posibilidad real de disentir.

Las metáforas del camello, el león y el niño en “Así habla Zaratrustra” en Nietzsche también nos remiten a quienes han alcanzado esa visión de desciframiento de los poderes implicados en las máquinas de significación y  sentido. No basta cuestionar las coacciones duras, las trampas evidentes de la hegemonía ideológica, los entretelones de la explotación económica, es preciso ir muchísimo más allá para enfrentar la cárcel del lenguaje mismo, de sus gramáticas generativas, de su sistema de necesidades y pulsiones, de sus seducciones coactivas.

Tengo la certeza que Rigoberto Lanz había desnudado la filigrana microscópica de los engramas del poder, su reproducción a partir de la sedimentación de hábitus, prácticas y representaciones; e intuía e imaginaba cómo nuevas prácticas emancipadas podían incluir (para evitar las tácticas de recuperación) algunas metódicas para no recaer en lo práctico-inerte, en lo histórico-instituido, en la estructuras cosificadas y mistificadoras, para que las líneas de despliegues totalizadores, siempre abiertos, complejos y contradictorios, no fuesen a encallar en las clausuras burocrático-autoritarias ya conocidas, en nombre de una banalidad como la idea del mito-marxismo de la Totalidad en tanto sistema. Un compromiso por la negatividad radical (Adorno) colocaba la lectura dialéctica de lo real en las antípodas de los fetichistas de los sistemas omnicomprensivos, de allí su exploración también pos-estructuralista al pensamiento post-dialéctico, de la mano de Deleuze, Guattari y Derrida, entre muchos otros. Cuestionamiento de los centros burocráticos de mando, apuesta abierta por lo rizomático, los movimientos autogestionarios y las redes.

Si cómo señala el poeta y filósofo Borges, el lenguaje es un sistema de citas, indaguemos entonces a través de cuáles citas, Rigoberto Lanz se lanzó a la aventura de de-construir las relaciones de dominación y los sentidos naturalizados, sobre todo utilizando aquellas citas que como oberturas, hacían de esas páginas-puertas, un camino abierto hacia posibles senderos de ampliación, siempre exigente, de los espacios para el pensamiento crítico y radical.  Decimos oberturas, porque estas citas eran condensaciones de sus ideas-fuerza, de las estratificaciones de sentido que quería utilizar para irrumpir en un consenso establecido, además para no perder su enunciación musical, pasión siempre presente en los cultos dionisiacos de placer y vino, desde donde era posible ensayar la experiencia de las utopías más cercanas al cuerpo, aun no prisioneras de abstracciones coaguladas.

En los tinteros quedaron fragmentos inconclusos sobre lo que consideraba una trasmutación de la idea misma de “revolución”; es decir, la necesidad misma de impensar (como diría Inmanuel Wallerstein) la revolución como categoría misma, de superar sus estereotipos más difundidos, evaluar el destino de un significante con poderosos efectos históricos:

“Estoy cada vez más convencido de que dependemos de presunciones dudosas que apenas se debaten y que ancladas en el fondo de nuestras conciencias, desparecen y reaparecen en mil formas distintas cada vez que la luz de la realidad social nos revela su inadecuación. Difícil es avanzar a través de este laberinto.”  

De manera que aún quedan muchas caras por explorar del poliédrico pensamiento radical de Rigoberto y su compromiso por ser fiel al abordaje de la complejidad del mundo  social, histórico, intersubjetivo y singular.

Cada una de estas oberturas es fiel a la selección de citas que el propio Rigoberto Lanz recogió y dispuso para cada uno de sus libros y capítulos. Su orden cronológico ofrece algunas pistas sobre el uso de sismógrafos para calibrar las corrientes de pensamiento. Una verdadera aventura de conceptos que merece ser recorrida paso a paso, y como diría Nietzsche, estableciendo una lectura vertical, en profundidad, como clavando un escarpelo sobre los cambios de ambientes de sentido que le tocó vivir, desde la centralidad inicial de Sartre, pasando por Marcuse, hasta el diálogo polémico con Negri y Maffesoli. Avancemos en la cadena abierta de citas…

OBERTURAS A LA PROBLEMÁTICA DEL MARXISMO CRÍTICO:

“El conocimiento dialéctico del hombre, después de Hegel y Marx, exige una nueva racionalidad. Al no querer construir esa racionalidad con la experiencia, denuncio que hoy en día no se dice ni se escribe, sobre nosotros y sobre nuestros semejantes, ni en el Este ni en el Oeste, ni siquiera una frase, ni siquiera una palabra, que no sea un grosero error” (Jean Paul Sartre: Critica de la Razón Dialéctica. Ver: Rigoberto Lanz: Dialéctica de la Ideología (1975), Dialéctica del Conocimiento (1977), Para una Teoría del Poder y del Partido (1979), El Marxismo no es una Ciencia (1980), Marxismo y Sociología (1981), Razón y Dominación (1988))

“…no nos convertimos en lo que somos sino mediante la negación íntima y radical de lo que han hecho de nosotros” (Jean Paul Sartre: Prefacio a los condenados de la Tierra de Franz Fanon. Ver Rigoberto Lanz: Dialéctica del Conocimiento (1977))

“La transición de Hegel a Marx es en todo respecto, la transición de un orden de verdad esencialmente diferente, no susceptible de ser interpretada en términos filosóficos”. (Marcuse. Razón y Revolución. Ver Rigoberto Lanz: Dialéctica del Conocimiento (1977), El Marxismo no es una Ciencia (1980))

“O el marxismo asume responsablemente el desafío de su propia superación o se condena irremisiblemente al museo de la escolástica”. (Rigoberto Lanz. Dialéctica del Conocimiento (1977))

“Aquel que se inclina ante el hecho consumado no es capaz de enfrentar el porvenir.” (León Trotsky. La revolución Traicionada. En. Rigoberto Lanz. Por una teoría del poder y del partido (1979))

“Precisamente, porque el marxismo no es un dogma muerto, no es una doctrina acabada, lista, inmutable, sino una guía viva para la acción, no podía dejar de reflejar en sí el cambio asombrosamente brusco de las condiciones de la vida social. Este cambio se reflejó en una profunda dispersión, separación, en vacilaciones de todo género, en una palabra, en una crisis interna sumamente seria del marxismo…No es posible sustraerse a los problemas que esta crisis plantea. Nada puede ser más pernicioso y sin principios, que tratar de dejarlos de lado valiéndose de frases.” (V. I. Lenin. En: Rigoberto Lanz. Por una Teoría del Poder y del Partido (1979))

“El marxismo, considerado como movimiento, y como teoría, se encuentra actualmente en crisis. Pero no se trata ya de una crisis en el interior del marxismo, sino de una crisis del marxismo mismo.” (Karl Korsch. En: Rigoberto Lanz. Por una Teoría del Poder y del Partido (1979), El marxismo no es una Ciencia (1980), Marxismo y Sociología (1981), Cuando todo se derrumba (1991). Crítica de la razón ilustrada (1992))

“La lucha de clases conduce necesariamente a la dictadura del proletariado” (Carlos Marx. Carta a Joseph Weydemeyer.1852. En: Rigoberto Lanz. Por una teoría del poder y del partido (1979))

“El marxismo no puede calificarse de “ciencia” ni siquiera en el sentido burgués más amplio de la palabra ciencia”. (Karl Korsch. Marxismo y Filosofía. En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es una Ciencia 81980), Marxismo y Sociología (1981))

“…se trata de dar a luz no solo una ciencia del hombre, sino de crear una nueva concepción de la ciencia que ponga en entredicho y cambie e arriba abajo no sólo las fronteras establecidas, sino también las piedras angulares de los paradigmas y, en cierto sentido, la propia institución científica.” (Edgar Morin. El paradigma perdido: el paraíso olvidado. En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es una Ciencia (1980))

“Mi método dialéctico no sólo es fundamentalmente distinto del método de Hegel, sino que es en todo y por todo, la antítesis de él”. (Carlos Marx. El Capital, tomo 1. En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es una Ciencia (1980), Marxismo y Sociología (1981))

“La dialéctica será eficaz como Método, siempre y cuando se mantenga necesaria como ley de la inteligibilidad y como estructura racional del ser.” (Jean Paul Sartre. Crítica de la Razón Dialéctica. Tomo 1. En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es una Ciencia (1980))

“… las categorías simples expresan relaciones en las cuales lo concreto no desarrollado pudo haberse realizado sin haberse establecido, aún, la relación o vínculo más multilateral que se expresa en la categoría más concreta.” (Karl Marx. Elementos fundamentales para la crítica de la economía política. En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es una Ciencia (1980))

“A la ciencia de la burguesía, Marx no oponía la del proletariado, sino la revolución”. (Paul Mattick. Crítica de los Neo-marxistas. En: Rigoberto Lanz. El Marxismo no es una Ciencia (1980), Marxismo y Sociología (1981))

“Los mismos principios que hacen de la sociología una ciencia especial la oponen a la teoría dialéctica de la sociedad” (Herbert Marcuse. Razón y revolución. En: Rigoberto Lanz. Marxismo y Sociología (1981))

“Es evidente que la filosofía hablada y más aún la escrita, por muy profunda o ingeniosa que pueda ser en sí misma, suena un poco estúpida.” (Max Horkheimer. Apuntes. En: Rigoberto Lanz. Marxismo y Sociología (1981))

“El conocimiento no sabe de otra luz como sea la que resplandece desde la liberación misma, toda otra se extingue en la tarea de la construcción imitativa y es sólo un trozo de técnica.” (Adorno. Mínima Moralia. En: Marxismo y Sociología (1981))

“¿En qué relación está el marxismo con la moderna ciencia sociológica”? Karl Korsch. Karl Marx. En: Rigoberto Lanz. Marxismo y Sociología (1981))

“…Toda verdad es simple. ¿No es esto una mentira duplicada?” (Friedrich Nietzsche. Crepúsculo de los ídolos. En: Rigoberto Lanz. Marxismo y Sociología (1981))

OBERTURA A LA PROBLEMÁTICA DE LA TEORÍA CRÍTICA RADICAL:

“Los intelectuales no han hecho sino interpretar el marxismo, se trata ahora de transformarlo.” (Henri Lefebvre. La revolution nést plus ce qu´elle etait. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación (1988))

“la hora de los meteoros no ha llegado todavía. La lluvia simple se lanza contra los ríos inmóviles. El ruido malicioso de las mareas va al laberinto de la humedad. Al contacto de las estrellas fugaces, los ojos ansiosos de las mujeres se cerraron por muchos años. Ellas no verán sino la tapicería del cielo de junio y de los altos mares. Sin embargo, existen los ruidos magnéticos de las catástrofes verticales y de los acontecimientos históricos.” (André Bretón/Phillipe Soupault: les champs magnétiques. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación (1988))

“Los individuos reproducen en sus propias necesidades la sociedad represiva, incluso a través de la revolución, y es exactamente esta continuidad de las necesidades represivas la que hasta el presente ha impedido el salto de cantidad a la calidad de la sociedad libre”. (Herbert Marcuse. El Fin de la Utopía. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación (1988))

“¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Nosotros tenemos respuestas físicas, biológicas, antropológicas, sociológicas, históricas, cada vez más acertadas a estas preguntas. ¿Pero estas respuestas no abren cuestiones mucho más vastas que aquellas que pretenden cerrar?”. (Edgar Morín. Pour Sortir du vingtieme siecle. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación (1988))

“La nueva sensibilidad ha llegado a ser…praxis: emerge allí en la lucha contra la violencia, allí donde esta lucha se encamina a lograr modos y formas de vida esencialmente nuevos: negación total del sistema establecido, de su moralidad y su cultura; afirmación del derecho a construir una sociedad en la que la abolición de la violencia y el agotamiento desemboque en un mundo donde lo sensual, lo lúdico, lo sereno y lo bello lleguen a ser formas de existencia y, por lo tanto, la forma de la sociedad misma”. (Herbert Marcuse. Un ensayo sobre la liberación. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación (1988))

“El Socialismo significaba una vez la promesa de otra civilización, más elevada, capaz de resolver los problemas fundamentales de la humanidad, de la satisfacción como de la liberación del individuo. En tanto el movimiento socialista ha tomado vuelo, la cuestión era la emancipación general del hombre, y no simplemente ese bienestar mediocre, limitado, sobre cuyo terreno intentamos en vano ganarle al capitalismo de velocidad”. (Rudolf Bahro. Je continuerai mon chemin. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación (1988))

“Toda literatura es probablemente una versión de ese apocalipsis que me parece enraizarse, cualesquiera sean las condiciones socio-históricas, en la frontera frágil (borderline) donde las identidades (sujeto/objeto, etc) no son, o son apenas, dobles, borrosas, heterogéneas, animales, metamorfoseadas, alteradas, abyectas”. (Julia Kristeva. Pouvoirs de l´horreur. En: Rigoberto Lanz. Razón y Dominación. (1988))

OBERTURA A LA PROBLEMÁTICA DE LA MODERNIDAD-POSMODERNIDAD EN CLAVE DE PENSAMIENTO RADICAL

“La ausencia de movimientos poéticos refleja uno de los grandes cambios que ha experimentado nuestra época: el ocaso de la tradición de la ruptura. Es uno de los signos que anuncian ya sea el fin de la modernidad o su transformación” (Octavio Paz. La otra voz. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“Asistimos al crepúsculo del futuro. La baja de la idea de Modernidad, y la boga de una noción tan dudosa como “posmodernidad””. (Octavio Paz. Revista Vuelta. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“¿Por qué está tan difundido el malestar en el bienestar de la modernidad y donde están las fuentes de esos aspectos de la Modernidad que tornan particularmente doloroso este malestar”. (Leszek Kolakowski. La Modernidad siempre a prueba. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“En la medida en que uno se porte bien, uno no existe”. (E.M.Cioran. La chute dans le temps. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“Comienza entonces la loca carrera del ideal de productividad y la ideología del progreso, engranaje sin fin donde la movilidad maquinista brinda la impresión del cambio cualitativo” (Michel Maffesoli. Logique de la domination. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“…la organización sexual es la prefiguración de la organización del lenguaje”. Gilles Deleuze. Logique du Sens. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“Si bien la actividad sexual aparenta un mal por su forma y sus efectos, ella no es en sí misma un mal”. (Michel Foucault. Le souci de soi. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“Nosotros no escuchamos más los llamados a la transformación de la sociedad y del estado; nos parecen sospechosas todas las movilizaciones y todas las ideologías; no obstante, sentimos la necesidad de habitar el mundo que nosotros ya hemos reconstruido en lugar de acampar al margen, en las ruinas de nuestra historia”. (Alain Touraine. El retorno del actor. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“La actual degeneración burguesa del marxismo en Rusia se parece en lo fundamental a la degeneración que progresivamente afectó a las varias corrientes del marxismo occidental…” (Karl Korsch. Crítica del bolchevismo. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“Si el consumo parece irrefrenable, es justamente porque es una práctica totalmente idealista que no tiene nada que ver con la satisfacción de necesidades ni con el principio de realidad”. (Jean Baudrillard. El sistema de los objetos. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“me parece que hablando de un capitalismo de nuevo tipo uno puede dar cuenta de modo mucho mejor de las relaciones sociales fundamentales del sistema económico y social soviético…” (Charles Bettelheim. La lucha de clases en le URSS. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“La singularidad de esta historia no excluye evidentemente, que puedan extraerse de ella lecciones universales”. (Charles Bettelheim. La lucha de clases en le URSS. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“habremos de preguntarnos con seriedad y fuera de todo prejuicio, si en la situación en la que hoy realmente nos encontramos y desde un punto de vista marxista, precisamente, no estarán en posesión de la razón cuantos renuncian por el momento a seguir alentando la llama revolucionaria…”.(Karl Korsch. ¿Qué es la socialización? En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“El monopolio de la información, del saber, de la Verdad, corre parejo con el monopolio de la decisión y de la programación política, económica y social, la cual va pareja con el control político-policial de todos los sectores y compartimientos de la sociedad”. (Edgar Morin. De la naturaleza de la URSS. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“Trabajar por la radicalización de la conciencia significa hacer explícita y consciente la discrepancia material e ideológica entre el escritor y el pueblo” (Herbert Marcuse. La dimensión estética. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“… he tratado por mi parte de liberar el materialismo histórico de su lastre de filosofía de la historia”. (Jurgen Habermas. Teoría de la acción comunicativa. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“En Europa la izquierda y el movimiento obrero han cargado sobre sus espaldas el pesado fardo del progreso y del sentido de la historia”. (Giacomo Marramao. Poder y secularización. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“las opciones organizaciones del movimiento por-venir deberán ser repensadas independientemente de las referencias políticas e ideológicas del movimiento obrero tradicional que lo ha conducido a la derrota”. (Felix Guattari/Toni negri. Los Nuevos espacios de libertad. En: Rigoberto Lanz. Cuando todo se derrumba. Crítica de la Razón Ilustrada. (1991))

“Si uno cree todavía en el viejo adagio según el cual es el punto de vista sólidamente sostenido lo que constituye un dominio cualquiera en “disciplina” y le confiere estatus de objeto de investigación, es efectivamente ese espacio semiótico poblado de formas cognitivas fantasmizadas, donde lo racional y lo irracional se han fusionado en racionalidades diversas y en configuraciones patémicas múltiples, lo que es el lugar homogéneo de nuestras exploraciones”. (A.J. Greimas/J. Fontanille. Semiótica de las pasiones. En: Rigoberto Lanz. La teoría social hoy. Critica de la razón académica. (1992))

“El compromiso de colaborar en la realización a largo plazo y aproximativa de las condiciones de aplicación de una ética discursiva no está unido, de ninguna manera, a la expectativa de una “revolución mundial” y de un “reino de libertad” erigido a partir de aquella”. (Karl Otto Apel. Teoría de la verdad y ética del discurso. En: La teoría social hoy. Critica de la razón académica. (1992))

“¿No podemos decir entonces que la imaginación misma por obra de su función utópica tiene un papel constitutivo en cuanto a ayudarnos a repensar la naturaleza de nuestra vida social?”. (Paul Ricoeur. Ideología y Utopía. En: La teoría social hoy. Critica de la razón académica. (1992))

“Pensemos un tiempo sin que se pueda hablar mucho de Marx, porque ha habido, además, muchos Marx”. (Victoria Camps. Revista Babelia. En: La teoría social hoy. Critica de la razón académica. (1992))

“No basta, en efecto, con cambiar las palabras, las imputaciones…para ponerse en situación de comprender menos mal este mundo en conmoción”. (George Balandier. El Desorden. En: La teoría social hoy. Critica de la razón académica. (1992))

“La disipación del horizonte utópico beneficia la tradición”. (Josep Ramoneda. Apología del presente. En: La teoría social hoy. Critica de la razón académica. (1992))

“Todo lo que los filósofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no salió vivo nada real”. (F. Nietzsche. Crepúsculo de los ídolos. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Bajo el efecto de todo un conjunto de factores convergentes, las conquistas intelectuales (para comenzar la disposición crítica que ha sido a la vez producto y la garantía de su autonomía) están amenazadas”. (Pierre Bourdieu. Las reglas del arte. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Hay verdades tales que son las cabezas mediocres las que mejor las perciben, pues son las más conformes a ellas; hay verdades tales que sólo poseen atractivos y fuerzas de seducción para espíritus mediocres…” (F. Nietzsche. Más allá del bien y del mal. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Lo que nos habíamos propuesto era nada menos que comprender por qué la humanidad, en lugar de entrar en un estado verdaderamente humano, desembocó en nuevo género de barbarie.” (Max Horkheimer y Theodor Adorno. Dialéctica del Iluminismo. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“La modernidad es lo transitorio, lo fugaz, lo contingente, la mitad del arte; así la otra mitad es lo eterno y lo inmutable”. (Charles Baudelaire. Obras completas. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Si lo moderno estuvo guiado por las culturas anglosajonas, ¿No podrá la posmodernidad ser la época de las culturas latinas?”. (Gianni Vattimo. La sociedad transparente. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Asistimos al crepúsculo del futuro, la baja de la idea de Modernidad, y la boga de una noción tan dudosa como postmodernidad…” (Octavio Paz. Revista Vuelta. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“La historia como primor de Hegel y de Marx, esta encarnación de la razón que nos juzga y que nos arbitra, es la historia de los vencedores”. (Milan Kundera.Un Occident Kinappé. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Estos últimos años se han caracterizado por un milenarismo invertido en el que, en vez de hacer premoniciones catastróficas o redentoras sobre el futuro, se emiten juicios sobre el fin de una u otra cosa: fin de la ideología, del arte o de las clases sociales…Todo esto, junto, podría constituir lo que se denomina, cada vez, posmodernismo”. (F. Jameson. Posmodernismo: lógica cultural del capitalismo tardío. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“La idea ilustrada de “razón” encarna dicha teoría: la teoría que postula que existe una relación entre la esencia histórica del alma humana y la verdadera moral que garantiza que la discusión libre y abierta producirá una respuesta correcta a cuestiones morales y científicas”. (Richard Rorty. La primacía de la democracia frente a la filosofía. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Mediante una revolución acaso se logre derrocar el despotismo personal y acabar con la opresión económica o política, pero nunca se consigue la verdadera reforma de la manera de pensar, sino que, nuevos prejuicios en lugar de los antiguos, servirán de riendas para conducir al gran tropel”. (Emmanuel Kant. Filosofía de la Historia. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Si la moral se ha vuelto tan compleja y tan contradictoria, es porque los valores morales han dejado de constituirse en el terreno de la vida para cristalizarse en una región trascendental, no conservando más que débiles contactos con las tendencias vitales e irracionales”. (E.M. Cioran. En las cimas de la desesperación. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Hubo un tiempo acaso en que ser hombre era un drama. Ahora es, más bien, una telenovela, hecho que habla positivamente de nuestras posibilidades de inmortalizarnos: para qué morir si se tiene la desgracia de existir”. (Hector Subirats: El escepticismo feliz. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Si es cierto que la complejifización que se está desarrollando desde hace cierto tiempo ha llegado a las regiones del pensamiento y el lenguaje, la idea de que puede salirse de lo complejo, consiguiendo un consenso en la interlocución, eso se llama diálogo, me parece una idea falsa”. (Jean-Francois Lyotard. El laberinto de los inmateriales. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“La plena humanidad pertenece a aquel que sepa utilizar las oportunamente todos los medios: golpear, decir, hacer silencio”. (Jean Starobinski. Le remede dans le mal. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Obnibulados, como estamos, por las grandes entidades que se han impuesto a partir del siglo XVIII –la Historia, la Política, la Economía, el Individualismo- tenemos algunas dificultades para centrar nuestra mirada en ese “concreto más extremo” (W. Benjamín) que es la vida sin atributos”. (Michel Maffesoli. El Tiempo de las Tribus. En: Rigoberto Lanz. El discurso posmoderno. Critica de la razón escéptica. (1993))

“Hoy en día ningún movimiento colectivo se plantea la toma del poder” (Alain Touraine. ¿Podemos vivir juntos? En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“Ningún Lúcido puede alimentar ilusiones antropológicas, confiar en doctrinas que aseguren el mejoramiento humano, que pretendan plasmar al hombre nuevo”. (Saúl Yurkievich. La Movediza Modernidad. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“No hay progreso en la historia salvo en el ámbito instrumental”. (Cornelius Castoriadis. Revista Estudios. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“En el entusiasmo producido por el descubrimiento de los poderes científicos y tecnológicos, el hombre moderno ha construido un sistema de producción que viola a la naturaleza y un tipo de sociedad que mutila al hombre”. (E.F. Shumacher. Lo pequeño es hermoso. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“la idolatría del mercado y la monarquía absoluta del dinero que es su expresión política, conducen a nuestras sociedades-todas nuestras sociedades a la decadencia y la muerte”. (Roger Garaudy. Les Fossoyeurs. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“Nosotros estamos sin duda alguna en el fin de una cierta ideología de la ciencia”. (Ilya Prigogine. Le cerveau pensé-til?. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“Si nosotros calificamos de sistema tecnocrático la organización que reina hoy día es porque la técnica amenaza con instaurarse como tirano de la humanidad”. (Konrad Lorenz. L´Homme en péril. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“Esta ideología de los Cortés y los Pizarro de ecosistema conduce en los hechos al suicidio, la naturaleza vencida es la autodestrucción del hombre”. (Edgar Morin. Sociología. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“Algo totalmente distinto ocurre con la ecología que se apoya en una crítica interna de las sociedades democráticas. Reformista en esencia, coincide en buena parte con la que se ha designado como ambientalista y superficial”. (Luc ferry. Ecología profunda. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“Nuestro universo es parcialmente causal, parcialmente probabilista y parcialmente abierto: él es emergente” (Karl Popper. L´Univers irresolu. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“…una época pos moralista coincide con el cultivo de nuestros valores centrados sobre la naturaleza, con eso que ahora se llama una ética del ambiente”. (Gilles Lipovetsky. Le crepuscule du devoir. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“Hay una gran dificultad para reconocer el mito escondido bajo la etiqueta de ciencia o la razón”. (Edgar Morín. El Método. Las ideas. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

La antigua alianza está rota; el hombre sabe al fin que está solo en la inmensidad indiferente del Universo de donde ha emergido por azar. Igual que su destino, su deber no está escrito en ninguna parte. Puede escoger entre el reino y las tinieblas”. (Jacques Monod. El azar y la necesidad. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“Incluso si la humanidad no ha de morir en las perturbaciones patológicas de su civilización, incluso si ella escapara de los riesgos de autodestrucción, estaría todavía amenazada de decadencia y de regresión”. (Konrad Lorenz. L´homme das le fleuve du vivant. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“La influencia de Marx no se mide en nombre de los historiadores que se declaran marxistas…” (Eric J Hobsbawm. Karl Marx y la historia. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“La peor es la massmediatización embrutecedora a la cual son hoy condenados millones de individuos”. (Felix Guattari. Caosmosis. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“El mal de la democracia hoy es la anestesia catódica de la vida política”. (George Balandier. El poder en escenas. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“El pasaje de la modernidad a la posmodernidad es la ocasión de numerosas puestas en cuestión de eso que hasta hoy era evidente: uno ya no se satisface de una historia soberana y lineal; el proyecto político no ejerce más la misma fascinación; la naturaleza ya no es considerada como un objeto inerte a explotar; el individuo ya no es resentido como la razón última de toda vida en sociedad”. (Michel Maffesoli. Au Creux des Apparences. En: Rigoberto Lanz. Crítica de la razón formal. (1998))

“El agotamiento de la idea de sociedad marca ante todo una nueva etapa de la modernidad y de la secularización”. (Alain Touraine. Critica de la modernidad. En: Crítica de la razón formal. (1998))

“Ahora que hemos cerrado los ojos de la revolución, cerrado los ojos sobre la revolución, ahora que hemos derribado el muro del odio; ahora que los labios de la contestación están cerrados (con el azúcar de la historia en la lengua); ahora que el espectro del comunismo, ni incluso el del poder, amenazan ya a Europa…no tenemos más elección de avanzar, de perseverar en la destrucción actual, ni de retroceder sino sólo afrontar esta ilusión radical”.(Jean Baudrillard. La ilusión del fin. En: Crítica de la razón formal. (1998))

“Nosotros perdemos sin cesar nuestras ideas”. (Felix Guattari/Gilles Deleuze. ¿Qué es la filosofía? En: Crítica de la razón formal. (1998))

“El proyecto de una transformación social puede considerarse irrealizable porque contradice determinadas leyes científicamente establecidas…Creo que sólo podemos hablar de utopía en este último sentido, esto es, cuando un proyecto de transformación social efectivamente contradice efectivamente leyes científicas comprobables y comprobadas. Únicamente así un proyecto es utópico en sentido estricto, es extra-histórico.” (Herbert Marcuse. El fin de la utopía. En: Crítica de la razón formal. (1998))

“Lo verdaderamente desalentador de nuestro tiempo no es tanto, por sí misma, la presión que gravita sobre el hombre cuando su ductilidad…lo que a mi entender es nuevo es que los hombres no se permitan ya sufrir por la situación social, sino que se apropien y suscriban ellos mismos en todo lo posible lo que se les hace”. (Max Horkheimer. Sociología. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder. (1998))

“… la sujeción del hombre a sus instrumentos de trabajo, al aplastante aparato totalitario de producción y destrucción, ha llegado hoy a tal punto que este aparato constituye una fuerza que escapa a todo control; cosificado bajo el velo engañoso de la técnica, emboscado tras el interés nacional movilizado en su propio beneficio, este poder parece moverse por sí mismo y arrastrar a toda la población adoctrinada e integrada a él”. (Herbert Marcuse. Re-examen del concepto de revolución. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder. (1998))

“La opinión común, esta famosa doxa a partir de la cual una época ha elaborado su sistema de representación”. ( Michel Maffesoli. Au creux des apparences. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder. (1998))

“la tradición de los oprimidos nos enseña que el “estado de excepción” en el cual vivimos es una regla”.(Walter Benjamín. Essais. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder.(1998))

“El significado de nuestra investigación consiste, pues, en la propuesta de un sujeto nuevo, capaz de posibilidad; posibilidad de posibilidad, en un ser-mundo, en una historicidad de otro modo exhausta. Fuera de tal hipótesis no hay filosofía, no existe ciencia y, sobre todo, no hay liberación”. (Toni Negri. Fin de siglo. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder.(1998))

“Nosotros vivimos y no sabemos para qué sirve nuestra vida. Morimos y no sabemos a dónde nos conduce nuestra muerte”. (Ernst Bloch. El espíritu de la Utopía. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder. (1998))

“Pero la amenaza del “espantajo de la automatización” es en sí misma ideológica”. (Herbert Marcuse. La agresividad en la sociedad industrial avanzada. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder. (1998))

“La comprensión de la relación eventual entre la libertad humana y lo imprevisible del devenir del mundo parece rebasar las capacidades del pensamiento humano”. (Konrad Lorenz. L´Homme en péril. En: Rigoberto Lanz. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder. (1998))

“…continuamos analizando y juzgando los hechos sociales con criterios venidos de otros tiempos”. (Michel Maffesoli. El ritmo de la vida. En: Rigoberto Lanz. El discurso político de la posmodernidad. (2006))

“…no estamos en el contexto del final de la historia sino más bien en los albores del escenario posliberal de la política”. (Benjamín Arditi. Trayectoria y potencial político de la sociedad civil. En: Rigoberto Lanz. El discurso político de la posmodernidad. (2006))

“Hoy nos sentimos incómodos con una politología que da muestras de intrascendencia, y a veces de esterilidad”. (Javier Roiz. La recuperación del buen juicio. En: Rigoberto Lanz. El discurso político de la posmodernidad. (2006))

“…a una moral impuesta desde arriba y abstracta, yo opongo una ética que mana de un grupo determinado y que es fundamentalmente empática”. (Michel Maffesoli. El Tiempo de las tribus. En: Rigoberto Lanz. El discurso político de la posmodernidad. (2006))

“Desde el mundo geo-histórico propulsado por la modernidad emerge un mundo virtual, propulsado por la posmodernidad”. (Octavio Ianni. Enigmas de la Modernidad-mundo. En: Rigoberto Lanz. El discurso político de la posmodernidad. (2006))

Revisitadas cada una de estas citas, permítanme delirar con una ficción necesaria para el alumbramiento de las utopías: Convocado a la asamblea de los Dioses, la entrada de Rigoberto Lanz con su escritura, vino y carcajadas a cuestas, hizo que Zeus se mostrará inquieto ante semejante personaje. Revisó mentalmente cada línea de ese osado espíritu, una mezcla de Diógenes, Heráclito, un maltrecho barbudo que llamaron  quizás Marx, junto a don bigotes Nietzsche. Zeus ante el campo magnético de los fuegos que se abrían desde cada texto libró una orden, no sin cierto desdén ante el evidente descalabro de las sacrosantas jerarquías. 

No quedó otra: ¡Liberen a Prometeo! 

Gracias Rigoberto…


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