Javier Biardeau R.
“Unámonos
o la anarquía nos devorará, sólo la unidad nos falta para completar la obra de
nuestra regeneración…”.
Simón Bolívar
Planteó
Hugo Chávez el 8 de Diciembre de 2012 en su última alocución pública lo
siguiente:
“Si en algo debo insistir en este nuevo
escenario, en esta nueva batalla, en este nuevo trance —diría un llanero por
allá— bueno es en fortalecer la unidad nacional, la unidad de todas las fuerzas
populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de toda la
Fuerza Armada, mis queridos soldados, camaradas, compañeros; la unidad del
Ejército, mi Ejército, mi amado Ejército. El Ejército, la Marina, mi amada
Marina. Digo porque los adversarios, los enemigos del país no descasan ni
descansarán en la intriga, en trata de dividir, y sobre todo aprovechando
circunstancias como estas, pues. Entonces, ¿cuál es nuestra respuesta? Unidad,
unidad y más unidad.”
Las
consecuencias de estas palabras recorren las inquietudes más recientes del
campo bolivariano, de sus corrientes populares, sus movimientos sociales y
fuerzas políticas. ¿Dijo usted necesidad de críticas y rectificaciones? Ciertamente,
se requieren gestos irreverentes de crítica, fortalecer la democracia
participativa, consolidar la contraloría social, asumir propuestas alternativas
en materia socio-económica, corregir a fondo rumbos perdidos, pero en el
contexto de la unidad política.
Este es
un llamado a los que se ven tentados a asumir caminos de desaliento, de
debilitamiento, desmoralización y que se han hecho vulnerables a operaciones
divisivas con relativa facilidad. Hay quienes tienen como objetivo borrar de un
plumazo los logros alcanzados por la revolución bolivariana en materia social,
y sobre todo, derribar la medula del legado de Chávez en su planteamiento de profundización
de la ciudadanía, justicia e inclusión social.
Una de
las más sintéticas (y sintomáticas) narrativas sobre el llamado “Legado de
Chávez”, desde una perspectiva subjetiva opositora, fue escrita[1]
recientemente (12-11-2014) por el Sadio Garavini Di Turno (Embajador (r) de
Venezuela, miembro de COPEI y del Grupo 400+ coordinado por Milos Alcalay y
Diego Arria). Tal opinión resulta ser una nota
de carácter cualitativo, que cobra especial interés, en medio incluso de
presiones para imponer sanciones desde Washington, pues sintetiza la
combinación de actitudes, valores y representaciones sociales de un segmento
específico del campo opositor.
El
retrato imaginario de la figura de Chávez desborda en calificaciones[2]
negativas: Caudillo, mezcla de Perón y Castro, amalgama de Ceresole con
arcaísmos Marxista-Leninistas, Jefe de una intentona golpista, voluntad
hegemónica por 14 años, Estatista, Militarista y Populista demagógico, que
además se suplementa con el sub-título del reciente texto del politólogo Ari
Chaplin sobre el mismo tópico: “La transformación de la Democracia en un Estado
mafioso”. En fin, se intenta proyectar la idea de un Estado forajido, sobre el
cual se justifica su aislamiento y sanciones internacionales de diversa
naturaleza.
La
pregunta ante tal caracterización sería: ¿Quiénes podrían pues simpatizar o
respaldar semejante “síndrome político”, más cercano al “atavismo criminal”, al
“morbo endémico” del militarismo-populismo (Octavio Paz dixit) que a la figura
de un “Gobierno Bolivariano”, con un Proyecto Histórico “Socialista del siglo
XXI” o que promueve las banderas de la “Democracia participativa”?
Como
vemos, las rotulaciones utilizadas en la caracterización no son neutras. Buscan
efectos concretos de poder y de verdad sobre las audiencias. No me queda duda,
que tales caracterizaciones de los opositores de derecha traducen la latencia o
predisposición de determinadas factores políticos a activar una “cruzada” de
criminalización de la Revolución Bolivariana, si se ofreciera la oportunidad,
intentando lo que denominan como “regimen change” (como gusta decir a los
politólogos: un “cambio de régimen político”), en un ambiente de pasiones no
exento de formas de persecución y represión política. Este escenario podría
desatar procesos comparables a la larga “guerra interna” colombiana.
El
llamado ahora “proceso chavista”, con todas sus contrariedades internas, no
sólo se enfrenta a las encrucijadas de su herencia ideológica, a malestares
ante decisiones de su jefatura política, o a la evaluación de desempeño de su
gestión de gobierno. Existen valederos cuestionamientos en materia de políticas
públicas, en el desempeño económico y en su impacto social, los indicadores
muestran tendencias negativas. Pero el proceso bolivariano no sólo enfrenta
problemas de gestión. No, se enfrenta a la interrogante sobre su “viabilidad
histórica”.
En
este contexto, las voces “críticas” de diversas corrientes populares y
revolucionarias, que se identifican con el legado de Chávez, no pueden mostrar
cegueras ego-céntricas, perder el cuadro de la situación de conjunto, ante las
amenazas externas a la existencia política misma del fenómeno sociopolítico que
encarnó Chávez y el pueblo bolivariano. Estas amenazas, se expresan
directamente en diversas acciones de desestabilización, pero además en los
síntomas de pasiones contenidas en las voces opositoras; e indirectamente se
condensan en la verbalización de determinadas “nociones” que pretenden pasar
por “conceptos”.
Si
usted quiere analizar desde donde se configuran las estructuras de discurso y
las nociones sobre el “populismo radical”, no se oriente por Octavio Paz, Krauze
o Vargas Llosa, lea directamente a los “Analistas de Defensa” de Washington[3]
cuando hablan de políticas de contención del “populismo radical” o a jefes del
Comando Sur como James Hill[4] o
John Kelly[5]. Sin
lugar a dudas, estos “conceptos” serán usados como “racionalizaciones” para
futuras actuaciones políticas.
En
este contexto, cobra pleno sentido el llamado de Chávez el 8-12-2012 para
forjar una inquebrantable “unidad política”. ¿Entenderán a Chávez las voces
disonantes o quiénes pretenden encarnar la crítica?
[2]
Escuchar entrevista a Sadio Garavini: http://www.unionradio.net/actualidadur/Audios/Default.aspx?tpAudio=2&StartRow=0&id=305390
[3]
Brands, Hal (2010) El Renacimiento Populista, el Surgimiento del Centro y la
Política de Estados Unidos en América Latina http://www.airpower.maxwell.af.mil/apjinternational/apj-s/2010/1tri10/brands.html
[4]
Comando Sur de EEUU combate al «populismo radical» en América Latina http://www.voltairenet.org/article143425.html
[5]
“Comando Sur afirma que Venezuela se precipita hacia la catástrofe.” http://chacorealidades.blogspot.com/2014/03/eeuu-ejercito-del-comando-sur-alerta-al.html
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