sábado, 11 de octubre de 2008

EL COLONIALISMO EURONORTEAMERICANO TIENE UNA DEUDA CON LOS PUEBLOS DEL MUNDO

Pachamama

Javier Biardeau R.

Basta leer la “Declaración de los hijos de la Tierra” del 13 de Mayo 2008 para reimpulsar el debate sobre la descolonización y la decolonialidad del poder, el saber y los conocimientos. De este proceso de descolonización de los horizontes mentales no queda exento el pensamiento socialista, sobre todo el impulsado por las variantes burocrático-despóticas del marxismo, quién ha sido cómplice de la negación cultural y del silenciamiento de la inter-culturalidad. El Socialismo indoamericano de Mariategui se enfrentó al terrible dilema de considerar la explotación económica o la negación-discriminación étnico-racial, y su salida fue romper la disyunción, construyendo y de-construyendo a la vez el imaginario occidentalista del marxismo europeo, camino que quedo inconcluso. Sin embargo, reconoció que la comunalidad es la base moral de nuestro socialismo, y que los pueblos originarios enseñan a través de sus cosmovisiones formas de relación social y de vida espiritual que superan en múltiples aspectos a las tradiciones colonial-modernas que los criollos asumieron como cultura hegemónica.

Ciertamente en el siglo XV las grandes civilizaciones del Tawantinsuyo, Mayas, Mapuches y otras del Abya Yala, fueron cortadas y dislocadas violentamente en sus modalidades de desarrollo histórico autónomo, por los ejércitos feudales de Castilla, imponiendo el genocidio, etnocidio, fanatismo católico y destrucción de la madre tierra a través de la colonización y evangelización forzada. Esta verdad histórica, por supuesto, no es la verdad de los colonizadores, sino que emerge del proceso de decolonialidad del saber. La destrucción ambiental, social, cultural y hasta espiritual, sigue pendiente para los pueblos originarios, y no ha sido reparada. Es clave reconocer que no ha existido “justicia intercultural”, pues se mantienen los prejuicios coloniales y el racismo en las relaciones Norte/Sur. No hay nada que celebrar el llamado 12 de Octubre, y si mucho que rememorar en las historias no oficiales. Hay demasiado que autodescubrir en lo que bajo eufemismos llamamos “encuentro”. La resistencia e insurgencia contra-hegemónica de los pueblos y culturas negadas es parte de una de-construcción del imaginario occidentalista del Socialismo, con sus prejuicios productivistas, su evolucionismo, su racionalidad burocrático-instrumental y su liquidación de las identidades ético-raciales, en su aproximación a las complejas clasificaciones sociales de la heterogeneidad estructural, social y cultural de nuestros territorios. La superposición de sistemas heterogéneos de dominación, desigualdad y exclusión social marcan las luchas de los pueblos originarios de Abya-Yala.


Seis siglos después, la actitud colonial y endo-colonial no ha terminado. La declaración de los hijos de la tierra denuncia que “aún la herida de los Pueblos Arawak sometidos como Colonia en la Guyana Francesa, y a través de las negociaciones del AA UE – CAN se pretende volver a reforzar esas viejas cadenas, bajo el comando de las Corporaciones Transnacionales y sus intereses de profundizar su enriquecimiento a través de sus negocios en la minería, petróleo, madereras, agro-combustibles, turismo, pesca, bioprospección y hasta de los servicios públicos y financieros.” También afirma que la “modernidad capitalista” nos ha llevado como humanidad diversa al límite. La dictadura global de las transnacionales (privadas o estatales) avalada por sus estados centrales, ha impuesto la mercantilización de toda forma de vida y el consumismo desenfrenado y sus adicciones energéticas, tanto de hidrocarburos y ahora de agro-combustibles, que producen en forma combinada, el calentamiento global y ahora la hambruna. Asistimos a una crisis civilizatoria, no simplemente a la “turbulencia financiera” de Wall Strett, y falta muy poco para llegar a los fatídicos dos grados centígrados de calentamiento global donde el suicidio planetario y humano será indetenible. Estamos ante el fracasó de la razón occidental/imperial/colonial de “explotación de la naturaleza” y el mundo necesita aprender que los humanos somos hijos de la tierra, que ella nos cría y nosotros a ella. Sin una etno-eco-antro-política, la humanidad diversa puede perecer. La crisis en la naturaleza va de la mano con la crisis del Estado mono-cultural y uni-nacional, impuesto como modelo para la humanidad, por la misma soberbia eurocéntrica. Las Constituciones políticas de los Estados se han hecho en términos generales sin participación ni protagonismo de los pueblos indígenas originarios ni afro-descendientes. Este orden hegemónico desconoce y se impone a la diversidad de pueblos, culturas, ecosistemas, saberes y espiritualidades del Abya Yala. Es la hora de nuevas alternativas : Estados Pluri Nacionales, pluri-culturales y modelos de Buen-Vivir/ Mejor-Vivir, para incorporar y proteger la inmensa diversidad natural, social y cultural en que habitamos. Sin embargo, para esto, es imprescindible no solo des-dogmatizar el pensamiento crítico “latinoamericano” sino descolonizarlo.

Pues desde el 12 de Octubre, el sistema de Saber y conocimientos traduce el sistema de poder no solo político sino cultural. Es tiempo de imaginar nuevos tiempos, para romper con la huella colonial.

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